CAPÍTULO 24: F DE FELIZ CUMPLEAÑOS.

El viernes había llegado. Al contrario que la mayoría de la gente que está deseando que lleguen los viernes, yo no quería que este llegara por varias razones, en las cual se incluían:

1. Ver a Kevin en el centro

2. Ver a Kevin en la academia

3. Ver a Kevin en la fiesta de cumpleaños de Tina

Todo se reducía a Kevin. No podía dejar de pensar en él y en lo mucho que lo echaba de menos. Echaba de menos su sonrisa, sus hoyuelos, sus bromas y que me llamara miraditas. No obstante, a pesar de que ambos nos necesitábamos de la misma forma que el día necesita del sol y de la luna para surgir, seguíamos ocultando todo entre tinieblas. Era por eso que verlo cada día desde nuestra pelea se hacía cada vez más y más difícil, por lo que el día de hoy no sería para nada fácil.

Cuándo me levanté de la cama, vi que el cielo estaba cubierto, amenazando una. Sentí el ruido del agua proveniente del baño y fue entonces cuando me di cuenta de que Lena ya no estaba acostada. Desde que tengo memoria, había sido siempre la primera en levantarme, por lo que el hecho de que Lena se levantase antes que yo me tenía muy confusa. Mientras Lena se duchaba, bajé a la cocina a prepararme mi café. No me entraba nada más. Estaba tan nerviosa por el hecho de que tenía que convivir bajo las mismas 4 paredes con Kevin de nuevo, que mi estómago se había cerrado completamente no dejando entrar algún alimento sólido. Me senté en la alacena de la cocina, donde me tomé mi café tranquilamente. Cuando acerqué la taza a los labios una de las mangas de la camisa del pijama dejó a la vista unos de los rasguños que me había hecho el otro día al forcejear contra Diego. Aquel momento de miedo, volvió a adueñarse de mi mente, provocando que mi taza cayera al suelo cuando Lena entró en la cocina soltando un "Buenos días" a grito pelado.

- Guau Aria. Siento haberte asustado. Lo lamento.

- Está bien. No es tú culpa.

- Oh vaya se te ha roto la taza y el café se te ha derramado por todo el suelo. Voy a por el cleanlight para limpiar todo.

- No te preocupes. Ya voy yo. Tu haz mientras tú desayuno.

- Está bien. Te prometo comprarte una taza nueva.- Con esas palabras, me dirigí al pequeño armario en donde teníamos los productos de limpieza para coger el cleanlight y limpiar el estropicio que había producido. Una vez limpio, subí a mi habitación en donde me vestí con unos pantalones vaqueros y con una camisa de color rosa palo que contaba con una lazo para atar en el cuello. Luego me dirigí al baño en donde me lavé los dientes y alisé algo el pelo, el cual recogí algo mediante unas pequeñas trenzas que se situaban sólo en un lado de mi cabello, haciendo que todo este se concentrara sólo sobre un lado. Después de todo eso, bajé de nuevo a la cocina en donde aún se encontraba Lena desayunando.

- Como no te des prisa vamos a llegar tarde a clases y viendo que los primeros están al caer es mejor no perderse ninguna clase.

- Ya estoy acabando. Así que solo es lavarme los dientes y ya estoy lista.

- Está bien. Me voy a la biblioteca mientras, cuando acabes me avisas.

- Está bien mamá.- Me dirigí a la biblioteca en donde me senté en uno de los sofás, en donde me puse a mirar mi cicatriz al mismo tiempo que pensaba que si el hecho de que no había hablado con Kevin aún era porque mi inconsciente creía que mi relación con él no tenía un futuro. En medio de mi reflexión llegó Lena, quién consiguió sacarme de mis pensamientos.- ¿Se puede saber en qué pensabas?

- En nada en particular.

- No me mientas Aria. Te conozco lo suficientemente bien para saber que algo ronda por tu cabeza. Así que desembucha- A veces desearía que Lena no me conociese tan bien, porque así no le causaría tantas preocupaciones y mis mentiras serían creídas por ella.

- En lo mío con Kevin. En si esto es correcto.

- Creo que ya habíamos hablado de eso. Te mereces ser feliz Aria, y desde lo de Mike no te había visto tan feliz. Espero que lo tuyo con Kevin se solucione pronto.

- Yo también- A continuación de eso nos dirigimos al instituto en donde nos esperaban los demás, justo en la entrada de este.

- ¿Quién está de cumple hoy?-Dijo Lena abrazando a Tina.

- Pues no lo sé tú me dirás.-Ambas se rieron ante su pequeña broma. Se las veía tan felices que su propia felicidad era contagiosa.

- Bueno como van esos 17. Creo que ya estoy viendo una cana por esa cabellera.

- No es cierto. Oh dios dime que no es cierto Aria.

- No es cierto porque hay más de una.- Acto seguido Tina se sacó un pequeño espejo de su mochila y se puso a buscar con este canas.

- Tina, Aria te está tomando el pelo. No tienes ninguna cana.-Dijo Jake.

- Yo a ti te mato Aria.

- Espero que sea a abrazos, porque esos te los acepto todos- Luego de eso la abracé y la felicité. Después de las felicitaciones cada uno se dirigió a sus clases. En ese primer contacto con Kevin, lo único que habíamos llegado a hacer era saludarnos tímidamente.

Las tres primeras horas de clase, transcurrieron rápidamente, realizando pequeños repasos para los primeros exámenes del trimestre. Durante la hora del recreo, recibí una llamada de la policía para poder pasarme el sábado para certificar si algunos sospechosos que tenían en la comisaría retenidos era el que me había agredido. Puede que mañana por fin la persona que causaba mis pesadillas se viese entre rejas. Una vez finalizada la llamada, me dirigí a la cafetería a por un poco de café, y me senté en una de la mesas sola al tiempo que ojeaba mis apuntes.

- Aria, así que estabas aquí.-Dijo Tina

- Hola chicas. ¿Qué tal las clases?

- Estresantes. Estamos repasando todo para los exámenes. ¿Quién fue el genio que se inventó esto?-Soltó Tina en un gran suspiro.

- No tengo ni idea-Respondía.- Lo único que sé es que hoy es tu cumpleaños y que lo vamos a celebrar como te mereces.

- Eso es. Fiesta, fiesta-Dijo Lena al tiempo que se levantó de la mesa e hizo un pequeño baile que consiguió que las tres nos riéramos al mismo tiempo.-Poco después sonó el timbre para dar comienzo a las siguientes clases. Me despedí de Lena y de Tina y me dirigí a mis clases. Clases que al igual que las primeras pasaron rápidamente mediante los repasos. Al finalizar estas, salí junto con Jake.

- Me han llamado de la comisaría. Quieren que mañana me pase para ver si tienen al que me agredió.

- ¿Quieres que te acompañe?

- No. No hace falta. No quiero molestarte más. Ya has hecho demasiado.

- No es ninguna molestia pequeña- Me dijo al tiempo que me apartaba un mechón de mi cabello, colocándolo detrás de mí oreja.- Mañana iremos juntos.

- Gracias Jake. De verdad te lo agradezco.-Luego de eso nos despedimos hasta vernos por la tarde en la fiesta de Tina.

Al llegar a casa junto a Lena, hicimos una sopa de verduras al tiempo que pusimos algo de música. Una vez preparada, nos la tomamos al tiempo que hablamos.

- Y dime ¿Cómo te encuentras ante tú cita con Pamela?

- Feliz, nerviosa, acojonada, entusiasmada. Tengo un sinfín de emociones y todas ellas enredadas.

- Eso es normal y es una buena señal. Significa que te gusta Pamela.

- Lo sé. Me gusta muchísimo y por eso tengo miedo de que salga algo mal.

- Nada va a salir mal. ¿Por qué dices eso?

- No lo sé. Supongo que son paranoias mías.

- Pues deja de hacer eso y disfruta de tú cita. Todo saldrá bien. Me voy a arreglar para la academia. Nos vemos luego allí. Te quiero polola.

- Y yo a ti.- Después de eso subí hasta mi habitación, en donde preparé las cosas para la academia y para la fiesta de Tina dado que dormiríamos en su casa. Una vez preparadas todas las cosas me dirigí a la academia. Puede que en ella pudiese esconderme de Kevin, pero luego en la fiesta de Tina tendría que estar cara a cara con él. No sabía cómo conseguiría estar en la misma habitación con Kevin, pero debía hacerlo. Mentiría si dijera que no lo echaba de menos, pues lo echaba y mucho. Echaba de menos sus hoyuelos y sus bromas que siempre conseguían alegrarme el día, sus locuras, su desorden. Tenía que hablar con él, debía hablar con él y poner fin a esta pelea. El problema es que a pesar de querer dar ese paso, al final el miedo siempre me acaba reteniendo.

Durante el tiempo que estuve en la academia, mi mente no era capaz de centrarse en el baile. Esta divagaba y se dispersaba por múltiples pensamientos que rondaban por mi cabeza. Esto hacía que mi baile se volviese torpe, impreciso y poco delicado. Mi incapacidad para el baile en ese día no pasó desapercibida por mis maestros que me llamaron la atención en incontables veces. Acabé las clases agotada y por primera vez con ganas de salir de allí. Siempre encontraba en el baile un refugio, en el cual despejarme y alejar todo lo malo; pero a día de hoy este no había servido. Al salir de la academia los demás me estaban aguardando ya. Kevin me dirigió un tímido saludo, el cual respondí. Ese pequeño gesto por parte de él me sirvió para darme las fuerzas necesarias para hablar con él.

- Muy bien, ahora que estamos todos es hora de que comience la fiesta-Dijo Tina.

- Fiesta y fin de semana suena tan apetecible.

- Recuerda que para la semana empiezan los exámenes Lena.

- Aguafiestas. Déjame al menos disfrutar de la fiesta y de mi cita con Pamela Aria.

- Está bien, toca fiesta- Dije levantando la mano, queriendo representar alegría.

Llegamos al piso de Tina a las 19.06 minutos, la cual ya estaba perfectamente decorada por sus padres. En casi todas las paredes se podían observar cuadros de paisajes, de personas, de naturaleza muerta incluso sus fotografías eran retratos de ellos. Sin duda el gusto por el arte venia de familia. Tan pronto llegamos, Tina nos enseñó los cuartos en donde dormiríamos. Lena y yo dormiríamos en su cuarto, el cual estaba situado al final del pasillo a mano izquierdo. Este estaba decorado con detalle. Las paredes poseían pequeños cuadros con frases de diferentes obras literarias así como obras realizadas por Tina; su escritorio y los armarios de madera estaban decorados con pequeñas flores pintadas a mano de diferentes tonalidades; la pared que daba al cabecero de su cama tenía pintado un paisaje de una playa paradisiaca en el cual se encontraba una Tina de espaldas. Sin duda cada elemento de aquella habitación recordaba a un pequeño paraíso.

- Madre mía está habitación es una pasada Tina. Es entrar en ella y sentir una calma... No sé cómo explicarlo bien.-Dijo Lena

- ¿De verdad os gusta? E intentado plasmar en ella mis orígenes. Mis antepasados eran de Jamaica y quería tener algo que me recordara de dónde vengo

- Es perfecta Tina. Sin duda has conseguido plasmar a la perfección el paraíso que una vez fue Jamaica.- Comenté

- Pues no sabéis como me alegra. Ahora dejad de seguir observando mi maravillosa habitación y vamos a comer.

- Pensé que no llegarías a decir eso Tina. Me tienes muerto de hambre-Aquellas palabras las había dicho Kevin, que se encontraba justo en la puerta de la habitación de Tina, apoyada sobre esta.

- Jaja. Que gracioso, tu siempre pensando en comida. Por cierto donde has dejado a Jake.

- Está hablando por teléfono con su hermana y con sus padres.

- Está bien. Pues vamos a esperarlo al comedor, y mientras se espera no se come. Te aviso con antelación Kevin- Juntos nos dirigimos al comedor, en el cual se encontraba: una gran mesa junto con un total de 10 sillas, estanterías para guardar la cubertería y la vajilla, así como una gran chimenea. Cada uno se sentó en un sitio haciendo que Tina quedara en la cabecera. Al poco llegó Jake que se sentó al lado de Kevin y justo enfrente mía.

- Muy bien, ahora que estamos todos que empiece la fiesta. Ya podéis levantar las tapas y ver que se esconde debajo de ellas. Debajo de estas había alimentos de todo tipo: empanada, embutidos, croquetas, patas fritas con diferentes salsas, salchichas pequeñas, fruta, sándwiches..., que se mantenían calientes gracias al recipiente en el que se encontraban expuestos. Esa merienda transcurrió con normalidad, intercambiando anécdotas de cumpleaños anteriores.

- Oh por dios te acuerdas de cuando cumplí los 6 años-Preguntó Tina a Kevin.

- Como olvidarme de eso. La cosa fue que le regalaron una muñeca, y cuando la vio la cogió y le arrancó la cabeza diciendo que no le gustaba. La cara de sus padres fue un poema y la mía ya ni os la cuento.

- Se presentó con el mismo regalo. Así que para mí ese cumpleaños fue de doble disgusto. Con suerte, a lo largo de los años he aprendido que lo que cuenta es la intención.

- Y menos mal que es así porque tanto yo como Kevin nunca conseguimos atinar-Mencionó Jake.-Por suerte este año contamos con una gran ayuda femenina, así que si fallamos me tiro por la terraza.

- Jake siendo dramático y bromista, eso sí que es un regalo para mis oídos. De todos modos chicos y chicas no teníais que regalarme nada.

- Entonces devolvemos el regalo. No hay problema y con lo que nos devuelvan hacemos una cena.-Dijo Kevin.

- Anda no seáis malos y dadle el regalo de una vez-Dijo Lena. Acto seguido, Jake salió del comedor y se fue en busca del regalo que venía envuelto en un suave papel de seda de color verde turquesa. Se lo entregó a Tina que lo abrió con sumo cuidado. Si a Tina no le había gustado el regalo, deberían de haberle dado un óscar por la actuación. Tan pronto lo abrió, sus ojos se agrandaron y su boca se abrió en forma de asombro.

- Es perfecto chicos. Me encanta y ahora entiendo lo de la escapada a la montaña de Dante. Dios es increíble, hasta el marco tiene la forma de nuestro lema. No sé cómo agradeceros esto.

- Con un abrazo grupal tal vez- Comentó Lena. Después de eso los cinco nos fundimos en un gran abrazo.

- Bueno ahora tenemos que bajar la comida, así que a arreglarse que hoy toca marcha por la ciudad.

Aquel era el momento perfecto para hablar con Kevin dado que, mientras los demás iban a arreglarse, nosotros podríamos quedar solos. Le agarré su brazo, para que se detuviera, cosa que hizo, al mismo tiempo que los demás nos dejaban a solas.

- ¿Podemos hablar?-Kevin asintió y juntos nos dirigimos a la terraza. Tomé aire para conseguir calmarme y una vez calmada empecé a hablar.- Siento todo lo del otro día, saqué todo fuera de contexto y mi reacción fue muy exagerada. Para serte sincera el sentirme presionada para contarte mi defecto me causó un gran daño.

- Lo sé. Yo también siento haberte hecho daño. Lo que me dijiste el otro día sobre lo que una pareja se respecta y no se presiona es cierto, por lo que lamento no haber cumplido con eso. Sé que cuando te encuentres preparada me contarás todo y cuando sea el momento yo estaré contigo.

- Lo sé y por eso quiero que sepas algo de mí. Mi mayor defecto es la confianza a primera vista-Vi como su frente se fruncía en señal de confusión, por lo que decidí mostrarle el significado de mis palabras. Remangué las mangas del jersey que llevaba puesto dejando ver las pequeñas heridas del otro día.

- Aria ¿Qué te ha pasado?- Le conté toda la historia de Diego. A medida que esta avanzaba, el semblante de Kevin se iba convirtiendo cada vez en más serio y sus ojos pasaron a mostrar rabia y miedo. Al final de la historia, sentí como sus brazos fuertes y seguros me abrazaban- Nunca más voy a permitir que nadie te haga daño. No sabes cuánto siento todo por lo que pasaste. Si no te hubiese presionado, esto no habría pasado- Me dijo al tiempo que sostenía mi cara entre sus manos y su mirada en mis ojos.

- La culpa no fue tuya. Además al final todo quedó en un susto.

- Dios miraditas, no sabes cómo me alegro de que Jake reaccionara tan rápido- Oír de nuevo la palabra miraditas consiguió sacarme una sonrisa.- ¿De qué te ríes?

- Me has llamado miraditas de nuevo. Lo echaba de menos. No sabes cómo me gusta oír esa palabra en tus labios, y cuánto me alegra volver a escucharla.

- Pues ya te puedes ir acostumbrando a ella porque no voy a parar de repetirla miraditas.

- Y yo no quiero que lo hagas-Acto seguido juné mis labios con los de Kevin, en un beso de reconciliación pero también en un beso cargado de sentimientos.

Después de aquel beso, cada uno se fue a arreglar para salir a bailar. Lo cierto es que mi corazón ya estaba bailando gracias al cálido beso que había recibido poco antes. La noche transcurrió con nosotros cinco bailando en un local de moda para adolescentes, y luego para acabarla viendo la película "El señor de los Anillos" con palomitas en el salón del piso de Tina. Al final, aquel sí que había sido un feliz cumpleaños.


Este capítulo se lo dedico a mi mejor amiga  @LorenaGarcaSurez , quién me pidió que a Aria le pasara algo bueno y quién me animó a subir la historia. Sin tu apoyo y tus ánimos nunca habría sido capaz de subir algo al mundo Wattpad. Ahora es tu turno. Espero tu historia.

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