Capítulo 10
La voz de Britney Spears retumba en mis oídos y mis labios tararean la canción mientras escribo un trabajo para historia.
Esther se fue por ahí con Liam y Dante ni idea donde está, así que estoy sola en la cafetería sumergida en mi trabajo y en la música.
Mi idea era ir a Gibby's a hacerlo, ya que sé que allí no hay nadie que me moleste, pero si falto de vuelta a la clase de química me ganaré un regaño muy fuerte de la parte de mi madre y por más de que ahora ya ni respeto le tengo sigue siendo mi superior y no me queda de otra que obedecerla.
Descubrí que la escuela es una buena distracción con ese tema y ahora que mi primo tiene novia ya casi no me tortura, muy pocas veces lo hace.
He tenido una buena semana a comparación de las otras.
Siento como alguien me toca el hombro al darme vuelta a ver quién es veo la silueta de Charlotte parada al frente de mí con mil libros en la mano.
Que pesada.
—¿Pasa algo? —le pregunto quitándome un auricular.
—¿Estás haciendo el trabajo de historia?
—No—le respondo y me vuelvo a poner los auriculares.
Noto como ella rueda los ojos y vuelve a tocarme.
De mala gana me los saco nuevamente y la vuelvo a mirar.
—¿Qué?
—Sé que estás haciendo el trabajo no te hagas la tonta, o cierto, no te haces, eres tonta—me dice y yo ruedo los ojos—. Solo quería decirte que necesitaré ese trabajo antes de la cuarta hora, así que para la tercera ya entrégamelo.
—Oh, disculpa, no sabía que eres la nueva profesora de historia—digo sarcásticamente—. No te pienso dar nada a ti.
—Lei, soy presidenta estudiantil y el profesor de historia me pidió que tenga todos los trabajos de cuarto año antes de la última hora.
—¿Para qué?
—Harán un puesto con los mejores trabajos para el día del estudiante, así que tiene que verlos y evaluarlos cuanto antes así ya lo tiene listos, ya que aún tiene que hacer nuestro stand de historia y de seguro nos darán las horas de historia para ensayar nuestra coreografía—me explica.
—¿Eso no es en marzo?
—Estamos en marzo, Lei. Creí que como eres el calendario de Dante lo sabrías.
No pienso opinar nada al respecto de lo que acaba de decir porque empezaremos a pelear y la verdad es que no tengo ganas. Ya demasiado que tendré que aguantarla para la fiesta del estudiante donde de seguro se querrá encargarse de todo—como siempre—y mandar a todo el mundo.
En esa fiesta siempre hacemos un sorteo sobre países. El país que nos toca tendremos que hacer un baile y decorar un salón que luego nos asignarán, todo típico de aquel país.
Y claro, no faltan los stands de cada materia donde presentamos trabajos y demás cosas.
Normalmente me encargo siempre del de arte, de seguro este año no cambiará porque no hay otro alumno de cuarto año que le guste tanto arte como a mí. Y Esther se encarga de la coreografía siempre, dudo que se tome bien el saber que ahora Charlotte lo querrá hacer, pero ahí no me pienso meter porque es para pleitos.
Solo bailaré en el fondo como todos los años y me quedaré charlando con mi profesora de artes.
—¿Y bien, Lei? ¿Lo tendrás antes de la cuarta hora?
—De seguro que sí, tú no te preocupes.
—¡Genial! Recuerda que hoy tendremos el sorteo del país. Mañana haremos el del rey y la reina, pienso postularme para representar nuestro curso, así que vótame.
Prefiero morir antes que votar a una ridícula como tú.
—Tendrás mi voto, claro—le digo con toda la falsedad posible.
Charlotte por supuesto que se dio cuenta, pero por lo menos yo intento ser falsa, no como ella que simplemente me odia y me lo hace saber.
En fin, terminaré este tedioso trabajo y luego iré al sorteo que harán.
🦋🦋
Camino por los pasillos circulados de mi colegio. Hay muchos chicos corriendo y grupos de chicas chismoseando como siempre, yo solo camino sola hasta mi casillero.
Odio caminar por el pasillo, es donde más gente hay siempre y no puedes circular tranquilamente, además, me siento intimidada por los demás chicos, de seguro ni notan mi presencia, pero yo creo que sí y me siento perseguida por sus miradas.
Me siento a salvo al llegar a mi casillero y guardo todos mis libros allí, ya que ahora tendré que ir al salón principal para ver el sorteo.
Me sacan horas de mi clase favorita solo por un estúpido sorteo que, en mi opinión, está más armado que un lego.
Casualidad que siempre le toque el mejor tema y gane siempre sexto año, quienes lo organizan junto a los profesores.
La verdad esta festividad solo sirve para...
—Lei Hoffman—escucho una voz masculina y en ese momento giro mi cabeza a la izquierda.
Un chico de cabello castaño claro, ojos celestes y pecas me mira con una sonrisa radiante y yo la verdad ni idea quien es.
—¿Sí?
—¿Qué acaso ya te olvidaste de mí, Minion?
Ah, ya me acordé quien es.
—Hola, Liam—le digo con una sonrisa—. Lo siento, es que estás muy, pero muy cambiado.
Cuando éramos pequeños Liam y yo solíamos ser muy amigos, junto con Esther y Dante formábamos el cuarteto perfecto, pero luego Liam se mudó y perdimos contacto.
Hace un par de días me enteré que volvió a vivir aquí y me alegré mucho porque siempre me dio tristeza perder contacto con él.
Ahora está...Esther tenía razón, está re bueno.
El chico con brackets, pelo despeinado y de baja estatura—aunque siempre fue más alto que yo—desapareció y ahora parece un actor de Hollywood con una sonrisa brillante y ojos tan celestes como para quedárselos viendo por horas.
Ahora viéndolos, creo que son iguales a los míos.
—Tú también estás cambiada, Lei. Lástima que no creciste ni un poco.
Ah, volvimos con las bromas de la altura.
Desde siempre se burló de mi baja estatura, ya que lamentablemente no mido 1,75 cm como Esther, soy un gnomo de 1,52 cm y Liam siempre bromeo conque era un Minion y que jamás crecería mientras que él sería súper alto.
Jamás me molestó que me dijera eso, es más, me parecía muy tierno y me gustaba, pero me decepciona el hecho de que esas bromas hoy en día sean verdad, porque yo no crecí demasiado y Liam debe de medir de 1,80 cm para arriba.
—Por lo menos no soy una jirafa como tú—bromeo y él me levanta la ceja.
Luego nos reímos y apoya la espalda en uno de los casilleros.
—Cómo te extrañé, Lei.
—Yo igual. ¿Cómo te trató Ottawa?
—Muy bien, pero ningún lugar va a superar a Victoria y su hermosa arquitectura. Siempre será mi lugar favorito en el mundo.
—Sí, opino igual. ¿Ibas para el salón principal?
—Sí, por lo del sorteo. ¿Me acompañas?
Acepto su propuesta y en el camino vamos hablando de los amigos que hizo Liam en Ottawa e intentamos contarnos casi todas las cosas que nos pasó en este tiempo, obviamente no llegamos ni a la mitad, pero hicimos el intento.
Cuando llegamos al salón veo como Esther nos hace señas con la mano y vamos a esa dirección, allí también está Dante guardándonos un lugar a los dos.
—¡Genial! Ya se encontraron—dice Esther con alegría, luego me siento a su lado y me dice en el oído—. ¿Me equivoqué al decir que estaba re bueno?
—No, la verdad que no—le respondo.
Esperamos unos minutos hasta que todos se acomoden y se callen para empezar con el sorteo.
El director da un par de palabras sobre la buena conducta y nadie lo escucha, solo prestamos atención cuando empieza a hablar de la dichosa fiesta.
—Como ya saben, la fiesta del estudiante se acerca. Es una celebración donde le damos la despedida al invierno y festejamos la llegada del verano. Como todos los años se celebrará el 22 de marzo con la quema del muñeco de nieve y nuestro homenaje a la cultura de distintos países.
—La quema del muñeco de nieve, como extrañaba eso—pronuncia Liam en voz baja.
Creo que es lo que todos aman.
El curso ganador de la fiesta del estudiante tiene el privilegio de incendiar a Yoghi, nuestro muñeco de nieve gigante. Es lo más emocionante de esta fiesta.
—Este año nos enfocaremos en fútbol, así que a cada curso le tocará un mundial de un país y tendrán que decorar el salón que les toque sobre la cultura de aquel país y bailar la canción del mundial asignado—explica el profesor—. Ahora sí, demos por comienzo el sorteo. Le pido por favor que la delegada de sexto año pase al frente para comenzar.
Una chica pelirroja se sube al escenario y dan por comienzo el sorteo por los alumnos de primer año.
Esther me cuenta las ideas que tiene para este año y que no dejará que Charlotte se entrometa. Ya lo veo venir, este año será un caos para planificar todo esto.
—Shh, hagan silencio que les toca a los de tercer años—nos dice un chico de nuestro curso.
Mi curso le tiene un odio gigante a los de tercer año, todo empezó cuando se empezaron a burlar de nosotros cuando ellos iban a primero y nosotros a segundo. La verdad es que a mí ni me importan, pero si admito que me da mucho enojo cuando nos ganan en algo y eso pasa muy seguido.
—¡Tercer año, Argentina 1978! —dice la delegada.
Bueno, por lo menos no les tocó el mundial de Brasil.
—Que injusto, ellos tienen a Maradona—pronuncia Esther.
—Suerte que les tocó un mundial aburrido—comenta un chico.
—¿Cómo sabes que fue aburrido si ni existías como espermatozoide? —le pregunta la rubia.
—Es un mundial muy olvidable para todo el mundo menos para los argentinos que salieron campeones—le responde Liam.
—Escuchen chicos—Esther se levanta y mira a mi curso—. Sé que todos los años perdemos y somos una burla, pero este año vamos a ganar, se los prometo. Haremos una coreografía estupenda y le ganaremos a los malditos de tercer año.
—¡Cuarto año, Sudáfrica 2010! —pronuncia la embajadora y veo el semblante de Esther de decepción.
—¿Eh? ¡¿África?! ¡Ven que nos tocan temas imposibles de realizar!
—Uh, Waka Waka —dice Dante con alegría.
Tres chicos de mi curso se ponen a bailar el baile de dicha canción y veo el semblante de Esther de decepción.
—Bueno, al menos la canción está buena—le digo a mi amiga.
—Sí, al menos eso.
Sudáfrica no está tan mal, pero Esther esperaba que le toque Francia o el Mundial de Brasil que, en mi opinión, es el mejor de todos.
El sorteo termina y logro darles el trabajo de historia a Charlotte a tiempo, solo me queda ir a mi casa a hacer nada.
Las calles de la cuidad están casi vacías por el horario y como es de costumbre voy caminando con mis auriculares. Solo me detengo para comprar algo para comer y de paso le compro algo a mí hermano.
Por suerte llego rápido a mi casa y cuando estoy por abrir la puerta esta se abre y la silueta de un señor se hace presente.
—Mm ¿hola? —le digo extrañada.
—Ah, hola. Lo siento, vine a visitar a tu madre.
—Mi madre está trabajando ahora...—me detengo en seco al ver a mi mamá detrás del señor y noto su cara de sorpresa.
—Lei, corazón...
—¿No tendrías que estar trabajando? —le pregunto directamente.
—Eh, sí, pero un arquitecto vino a casa a ver unas cosas, así que salí antes ¿verdad?
—Sí, así es—dice el señor a su lado, se lo nota incómodo—. Ya me voy, adiós.
Mi madre se despide de él y yo solo lo miro sin expresión alguna.
Lo conozco de algún lado, pero no sé de dónde.
—¿Por qué no entras, Lei? Dentro de un rato prepararé...
—¿Para qué un arquitecto? —la interrumpo.
Ella se queda pensando un rato hasta que dice...
—Temas de la casa, corazón. Te lo explicaría, pero es muy complejo—ella me agarra de la mano y me lleva a dentro—. Ven, ayúdame a preparar el almuerzo.
Algo me dice que ese señor no es un arquitecto.
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🦋 Nota de la autora 🦋
Hooola.
Tanto tiempo, jeje.
Lamento no haber aparecido por mucho tiempo.
Estoy arreglando esta historia y escribiendo capítulos aun, por esa razón no he actualizado.
Ahora que escribí varios caps actualizaré más seguido 💙
Amo la amistad de Lei y Esther 💖
Y conocimos a Liam, jeje.
Instagram: dell_h16
Tik tok: dell_h1
🐚 ¿Les gusta la historia? 🐚
☁ ¿Les agrada Esther? ☁
🌙 ¿Quién más cree que ese señor no es un arquitecto? 🌙
De seguro actualice la semana que viene, así que estén atentos.
Adiós 💖💖💖
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