34: Y EL CAMINO DE MUERTE QUE OCASIONA TODO
COLE
Salí junto con Zane del pintoresco restaurante para seguir caminando hacia donde nos detuviera la noche, sintiéndome mucho más relajado porque mientras comíamos nos contabamos de todo, la pasé bastante bien mientras contaba lo mal que me sentía desde siempre y eso me tenía tan feliz a pesar de sentir ganas de llorar por impotencia que me constaba haber guardado desde que dejé a mi padre para seguir al maestro Wu, con un enorme agujero en el pecho por no recibir mucha aceptación por parte de mi propio padre, sintiendo que estaba por ahogarme.
Pero entonces comprendí que no estaría solo al volver a ver a mi amigo de toda la vida y a Zane en la entrada del monasterio, mirándome con confusión, tres desconocidos en medio de lo que sería el punto de partida de la travesía de ser lo que podemos ser en algún momento, abandoné a mi pasado para brillar como yo quería, brillar debajo de un reflector jamás fué mi sueño, lo comprendí durante la primera noche en el monasterio, el sueño de bailarín era de mi padre y solo de él, yo quería algo más.
No sé aún lo que puede ser, pero quiero darlo todo para tener ese sueño entre mis manos al fin, ese anhelo que me impulsa a seguir, pero me hace sentir que puedo seguir en pie.
Acompañado de mis hermanos.
–¿En qué tanto piensas?
-Traigo bastantes cosas en la cabeza, no te puedo dar una respuesta concreta en este momento, pero me gusta pensar en todo y nada
Se detuvo a mirarme, pensé por un momento que iba a decirme que era un poco extraña mi respuesta, por tratar de resumir una que otra palabra altisonante que haya podido cruzar por mi cabeza.
–Creo que no haré más preguntas
Empezó a reír por lo bajo para seguir caminando, cruzamos varias calles hasta topar con la zona del centro de la ciudad, buscando donde poder detenernos para pasar el rato antes de volver al barco.
-Usualmente no me gusta pensar tanto, últimamente me está metiendo en muchos problemas hacerlo
–¿Recuerdas qué día es hoy?
¡A SACUDIR LA POLILLA, ZAPATEALE BIEN!
Abrí los ojos de par en par, viendo como entre la multitud de la enorme plaza empezaba a salir gente de coloridos trajes, faldas de bellos bordados y coloridos diseños, bailando al son de la música, comencé a sentir la emoción de la patria ajena a mi cultura.
México y sus bellas fiestas patrias.
Nos acomodamos rápidamente para poder ver los bailes regionales que gracias al convenio de relaciones exteriores entre mi patria y México, podemos ver un poco de la belleza mexicana.
Y entre tantos bailes, "El son de la negra" y "La bruja" siempre me hacen una emoción tan grande, mientras el zapateo de los pasos te mantienen completamente hipnotizado, tanto como el ver como las velas que las mujeres llevan sobre la cabeza no se cae ni se apaga por más giros que se den, es tan bello.
No podía dejar de mirar, recordando las memorias del ayer cuando mi madre me traía solo por haberle dicho que ver bailar el folklor mexicano me hacía feliz, me llevó a todo lo que su enfermedad le permitió vivir conmigo.
Mientras veía como salían más y más bailes regionales, contaba los que quedaban para ver el baile de las piñas o la danza de los viejos, me encantaba tanto ver la emoción y el color.
Que magia.
NARRACIÓN
Mientras unos disfrutaban del evento, cierto castaño estaba tratando de salir del cubículo en el que se encontraba, sin hacer el mínimo ruido mientras escuchaba como el cuerpo de la serpiente golpeaba contra los inodoros, provocando un sonido ensordecedor.
"Tiene una vista en infrarrojo, vaya momento para ser una antorcha andante" Sin importar lo que fuera a suceder, bajó del inodoro y cuidadosamente empezó a salir del cubículo por medio del espacio que existía entre el suelo y la puerta, tratando de no moverse bruscamente, teniendo en mente que había dos factores importantes.
La primera era la deplorable condición en la que se encontraba, pues no habían cambiado las gasas de su estómago y comenzaban a sentirse húmedas por la sangre y la fibrina que empezaba a manchar de color amarillo la gasa.
La segunda era no moverse bruscamente, pues cualquier roce en falso podría mover la puerta y alertar al reptil, las serpientes tienen oídos, eso también lo ponía en alerta.
Su miedo empezó a crecer al observar la cola, avanzando lentamente por la pared con una distancia de al menos dos cubículos antes de llegar a donde estaba Kai.
"Si alguien santo me está escuchando, por favor, le juro que las bromas de morirme no eran ciertas"
Iba a seguir tratando de salir, con la mitad de las piernas dentro del baño y más de la mitad del cuerpo fuera, respiraba hondo para tratar de relajarse mientras observaba como el reptil avanzaba, ni siquiera paró a formular como había entrado ahí.
"Los serpentine deben de tener algo que ver, creí que finalmente iban a vivir en paz"
Pasó saliva, tratando de salir de una vez por todas, hasta que sintió un peso sobre su pierna.
Empezó a temblar, viendo como la cabeza de la serpiente comenzaba a asomarse, sacando la lengua, sin siquiera mirarlo pasó majestuosamente entre las barras de aluminio que servían como el marco de las paredes de los baños.
Quería correr lejos de ahí, sentía el arrastre de las escamas pasar por la piel desnuda de su pierna, aterrado por sentir un picor por culpa de la fricción, tan pronto como dejó de sentirla la sacó y finalmente estaba fuera del cubículo, más no del baño de hombres, necesitaba caminar, arrastrarse, no sabía cómo salir sin hacer ruido, sintiéndose como un roedor diminuto, no podía defenderse porque si llegaba a quemar al animal, al retorcerse correría el riesgo de provocar un incendio, tomando en cuenta que Lloyd pudo haber afectado el control elemental que tenía, ese era otro tema por el cual no podría atacar de frente, necesitaba un plan mejor y lo antes posible.
No quedaba mucho tiempo como para que sintiera la enorme fuente de calor que era, tarde o temprano lo iba a encontrar y eso era un hecho.
Tenía el plan ya hecho, iba a ponerse de pie y tomar carrera, tratando de pisar ligeramente el suelo, al levantarse con una mano tocando el piso, la pesadilla imprevista comenzó.
Su teléfono vibró y sonó.
"It feels so right
I'm where I belong
'Cause I found my place
I found my place"
Estaba jodido.
La cabeza de la serpiente salió del último cubículo, mirando fijamente a Kai y sacando la lengua, ya no había vuelta atrás, identificó su olor y ahora lo tenía en la mira a pesar de ser ciega.
El reptil abrió el hocico, dejando a la vista dos agujas delgadas y enormes retráctiles, listas para enterrarse en su cuerpo, tuvo que actuar rápido para poder girar su cuerpo, logrando que el animal no lo tocara, sin embargo tampoco chocó contra el suelo, serpenteó buscando apresar a Kai con todo su cuerpo y así poder asfixiarlo para poder engullir.
Kai fué hábil, aunque también bastante afortunado de haber evitado ser apresado, lograba deslizarse en medio del cuerpo del reptil, logrando finalmente salir del baño, tomando en cuenta que necesitaba pensar rápido.
"Huir a la habitación pondrá a Lloyd en peligro, correr a cualquier otra pondrá en riesgo a más personas, rápido, piensa, piensa"
Miraba hacia donde correr, pero cuando finalmente predijo que no había otra solución, sintió un peso gigante golpear su espalda, impulsandolo a golpear contra las ventanas del edificio, aquellas que dejaban ver toda la ciudad.
El apoyo del peso empezó a fracturar el cristal, sintiendo los picos del vidrio enterrarse contra su estómago, provocando incomodidad, ardor y dolor.
No había vigas de donde poder agarrarse si el cristal terminaba de romperse, necesitaba más de mil quinientos grados para poder derretirlo y poder agarrarse.
No se sentía fuerte aún, por lo que decidió tomar la idea de lanzarse junto con el animal.
"Rojo"
La cristalería del edificio se fragmentó, la inercia arrastró a Kai hacia el piso junto con la serpiente.
LLOYD
Al no sentir más calor me desperté, contemplando que ahora me encontraba acostado en la camilla del hospital, me sentí desorientado y con los ojos sumamente hinchados por haberme estresado demasiado. Abandoné esa sensación de tranquilidad al caer en todos mis sentidos y comenzar a buscar desesperadamente a Kai.
Me levanté de la camilla, tomando en cuenta que no estaba en la habitación, se sentía fría y mi desesperación seguía en aumento, me asomé por fuera de la habitación para mirar hacia ambos lados del pasillo, sin tener idea de lo que podía hacer, me adentré de nuevo en la habitación, cerrando la puerta.
Aunque por inconveniencia, un tope no me dejó cerrar la puerta, seguido por varios golpes desesperados.
-¡DEJAME ENTRAR, TE LO RUEGO!- confundido volví a asomarme, pues no identificaba la voz y tampoco sabía si podía hacerme daño o no.
Pero todo pensamiento inoportuno se esfumó al ver a aquella mujer vestida como interna del hospital, cargando una bata que envolvía un pequeño bulto.
Un bulto que no paraba de moverse, me apresuré a dejarle pasar
-Muchacho, por favor no salgas, me han informado de un posible caso de intoxicación por la entrada de humo negro al edificio de cuidados intensivos, esta habitación es la única que puede mantener a este pequeño a salvo- habló tan rápido que me transmitió su miedo.
-¿Viene del área de neonatología? ¿Por qué trae a un niño?- fugazmente mi mente me pasó recuerdos de varios documentos donde un caso era común, el robo de recién nacidos.
¿Qué hacía una enfermera con un niño fuera de su área?
-Por favor no pienses mal, tuve que sacarlo de ahí, iba a dejarlo en su cuna, sin embargo el humo se propagó por todo el piso de planta baja, era un riesgo llegar a donde estaban los demás niños, la habitación en donde están se encuentra sellada para que no pueda entrar cualquier organismo que dañe su salud, no podía ponerlos en peligro, pero tampoco puedo dejar a este pequeño a su suerte-
Asentí y me aparté para poder mirar por la ventana en busca de algo que pudiera brindarme explicaciones a toda esta situación, algo no estaba del todo bien y lo sabía, pues la tranquilidad del momento me estaba ahogando.
-Perdón por la insistencia, pero, ¿de qué estabas huyendo?- Miré a donde la enfermera
La mujer, un poco desorientada, me respondió que estaba huyendo de la infiltración de humo negro dentro de la planta baja del hospital
Fruncí el ceño, tal vez había sido un incendio, pero si se tratara de ese problema, ¿dónde estaba el fuego?
Y entendí entonces, que nada cuadraba.
Sin posibilidades de salir por precaución, me apresuré para buscar mi teléfono y llamar a Zane, probablemente él tiene una mejor visualización y ya está al tanto del problema, tal vez ya de camino hacia aquí.
Sin dejar de lado que probablemente ya sepan qué está pasando con Kai, pues no encuentro su teléfono y el mío está entre la mochila que siempre traigo para llevar las cosas que ocupo dentro del hospital, procuré guardar la calma, que sé que suena muy primordial pero realmente no estaba dentro de tod mis sentidos, acababa de despertar hace un momento.
–¿Hola?
-Que alivio, perdón por llamar repentinamente, pero algo está ocurriendo dentro del hospital y...
Zane no me permitió terminar de darme a explicar, diciendo que el ya estaba al tanto de lo que sucedía junto con Cole y Jay, que de momento los tres no se encontraban en el mismo lugar pero que el equipo pronto estaría ahí.
–Escucha Lloyd, Kai llamó hace un par de minutos, por lo que probablemente debe estar dentro del mismo piso que tu, en estos momentos eres tu el más cercano para poder socorrerlo, mantenos al tanto de todo
–Me prepararé para salir de la habitación, parece ser que hay un humo de dudosa procedencia esparciéndose por el edificio de cuidados intensivos, necesito que cubran la situación desde el exterior hasta que yo pueda encontrar la fuente del problema
–Bien, estaré en constante comunicación por si llego a saber algo, estamos por tomar un taxi para allá
–De acuerdo
–¡Lloyd! – Ese era Cole
–¿Dime?
–Perdóname por haber mencionado esos comentarios de antes, verdaderamente no pienso esas cosas, lo siento
–Está bien, entiendo que te hayas sentido así, no tienes de que preocuparte
–Cuídate mucho allá afuera, ¿de acuerdo?
Sonreí un poco, porque pocas veces me dice estas cosas, pero sé que no es porque no se preocupe, si no porque le cuesta demostrar como se siente
–Gracias por preocuparte, por supuesto que si
Colgué, un poco más tranquilo.
-Doctora, saldré de aquí, por favor resguardense y no salgan a menos que las autoridades se lo indiquen-
La mujer se limitó a asentir, por lo que me dediqué a preparar todo lo que tenía en mi mochila y poder salir de la habitación para evitar cualquier entrada de gas a la habitación.
Me encaminé por ese pasillo, con cierto temor, no me gusta mentir, pero me recuerda tanto a ese pasillo por los que huímos antes del amanecer, donde Cole sufrió la mala suerte de volverse un fantasma, desde ahí confirmé que no me gustaban los pasillos oscuros.
No me gustan porque me recuerdan a los pasillos del orfanato donde pasé una gran parte de mi vida, un lugar disfrazado de escuela especializada para encaminar a las personas por un camino al cual yo estuve a punto de seguir, mismo camino que mi padre siguió hace tiempo.
Guiado por la luz del teléfono, seguía caminando por los pasillos, buscando algún rastro de Kai, sumergido dentro de un ambiente en silencio, tratando de escuchar a través de las paredes y el suelo de mármol.
Muchas veces he venido a este hospital, donde podías tener acceso al equipo médico más moderno disponible. La arquitectura del edificio también es impresionante, combinando el estilo japonés tradicional con un diseño de vanguardia.
El maestro Wu tuvo la oportunidad de asistir a la inaguración del hospital, siendo invitado personalmente por Borg, quien siempre ha sido un gran inversionista del país, ubicado entre los más ricos de la nación.
Todos los que entran al hospital se muestran asombrados de cómo logró ser un equilibrio entre hermoso y funcional. El personal también es altamente profesional y capacitado, brindando atención y servicio de primera calidad a todos los pacientes. El hospital era una fuente de orgullo para todo el país y se había convertido en una parte integral de la comunidad local. Todos estaban orgullosos de su hospital, y era un símbolo de progreso y excelencia en el cuidado de la salud, pues debido a un buen manejo del gobierno, cada ciudadano tenía derecho a contar con un seguro médico que obligatoriamente debía cumplir y acatar todo lo necesario para tener una atención médica adaptada a las posibilidades económicas de cada civil.
Continué acercándome, buscando algún cambio notorio en el lugar, un escape de aire, aumento de humedad, algo que me dijera que podía localizar a Kai.
Y en cuanto me acerqué al costado, pude ver que la luz del área no estaba en funcionamiento, mientras iba abriendo cuidadosamente cada habitación, aparentemente todas vacías, incluídas las salas donde se encontraban los especialista de diferentes áreas.
Di vueltas por un buen rato, hasta encontrar el área donde sentí la temperatura en desbalance, al voltear pude ver el letrero que indicaba la sala de descanso para los internos, al ir avanzando iba escuchando tintineos, como el choque se un carillón de viento con las varillas hechas de cristal.
Me detuve al sentir que pisé vidrio, notando que varios trozos de cristal estaban esparcidos por el suelo, no muy notorios por la falta de luz, pero al acercar la lámpara de mi teléfono, brillaban, caminé hasta el final del corredor y al asomarme miré con sorpresa la falta de vidrio en el ventanal que era en sí la pared del hospital, sintiendo frío por la altura en la que estaba el piso.
-Esto no me gusta...-
Nota de autor:
Lamento tardar tanto, ¡estoy haciendo lo mejor que puedo!
-Y
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