KAI

Se escuchaban gritos y el cantar de los grillos, comencé a caminar por ese pasillo oscuro, el piso estaba mojado y mis pies descalzos.

Comencé a correr al escuchar los gritos más cerca, saltando entre charcos más profundos, empapando me las piernas.

Hasta resbalarme y caer en un profundo charco.

Intenté salir asustado, pero mi cuerpo me hacía imposible ascender, bajaba con cada brazada desesperada.

Hasta que sentí un suave y extraño toque en la planta del pie.

Giré hacia abajo para ver una cabellera negra.

Descendía y la oesades en mi cabeza se hacía más fuerte.

Hasta quedar frente a frente con una mujer tan parecida a ella.

No...era ella.

Tenía enfrente a mí madre.

Abrió los ojos, dejando ver unas pupilar rojas y los ojos inyectados en sangre.

Me tomó por los hombros y me sacudió bruscamente, mostrándome la dentadura afilada.

-Despierta, despierta Kai, vamos- sentí un jalón en las piernas

Mi padre también me miraba con esos ojos rojizos, empezaron a jalonearme más brusco hasta llegar a mi rostro.

Y cuando mi padre estuvo a punto de tocarme los ojos, emitió un susurro.

-¿Cuánto tiempo más seguirás ocultandolo hijo?-

Me tomó de la barbilla para obligarme a mirar a otro lado.

Todos ellos, atados a enormes barillas de metal oxidado, rodeados de algas.

-Es solo cuestión de tiempo cariño- Mi madre se abalanzó para morderme.

Desperté exaltado.

-¿Kai, qué sucede, qué tienes?- sentí como me sacudía sin tanta fuerza

Voltee a ver a quién me llamaba, mi vista desenfocada no me ayudaba mucho, pero al notar los cabellos platinados reconocí a Lloyd.

Tardé tiempo en procesar lo que estaba sucediendo, sentía que el aire me faltaba, como si realmente me estuviera ahogando.

-Yo...yo estaba a-ahogandome-

Lloyd pasó de verme extrañado a suavisar su expresión, se sentó en la cama y me abrazó, dejando que yo pudiera recargar mi cabeza en su hombro.

Me dió suaves palmadas, sin fuerza, sabía mi temor al agua, de no ser por eso tal vez no hubiera tardado tanto tiempo en lanzarme a por él después de que Morro abandonara su cuerpo en la tumba del primer maestro del Spinjitzu.

-¿Ya estás mejor?- habló bajo para no despertar a nadie

-si, ya estoy más tranquilo, gracias- Lloyd rompió el abrazo y su vista se dirigió sobre mi cabeza.

-¿Jay te puso puntadas?- pasó su mano sobre mí cabeza, logrando encontrar los hilos.

-No, fuimos al hospital hace unas horas...o eso creo, me desmayé al llegar por el esfuerzo que hice- hice pausas para bostezar.

-Ya veo- tomó el vaso de cristal que estaba en la mesita al lado de la litera para beber el agua que llevaba.

-Perdón por despertarte, estabas hablando dormido y empezaba a retorcerte, como en una película de terror-

-¿tan mal me puse?-

Se limitó a asentir mientras volvía a tomar del vaso.

-¿Y qué hacías despierto?-

-Me levanté por un vaso de agua cuando de regreso te escuché hablar dormido, me acerqué a ver que te estaba pasando y traté de despertarte sin mucho éxito, también traté de levantar a jay pero al parecer tampoco me prestó atención- negó mientras miraba hacia la ventana

-Solo fué un mal sueño-

-Me preocupa un poco, no es la primera vez que los tienes Kai, si no que empezaron desde meses atrás, ¿Qué ocurre?-

-No ocurre nada, estoy acostumbrado a no soñar tan bien, me pasa desde...- traté de recordar.

Sabiendo perfectamente que el pasado me atormenta, desde niño.

-Bueno, tal vez podamos pedirle ayuda a Wu, el debe saber que hacer contra esos problemas-

-Tienes razón, iré a hablarle del asunto mas tarde-

-Bien, vuelve a dormir, aún es temprano y hoy no habrá entrenamiento-

-¿Qué hora es, sabés?- traté de alcanzar mi teléfono sin mucho éxito.

Estaba tan cansado que la simple idea de estirarme por el me pareció terrible.

- las cuatro treinta, creo- sonrió mientras tomaba lo que quedaba del agua que traía en una botella.

-Oye, gracias por despertarme-tomé mi almohada sin que se diera cuenta.

-No te preocupes, no es- su cabeza fue amigablemente golpeada por mi almohada, tirándolo al suelo.

-toma eso como agradecimiento, solo dormí dos horas-