Cuatro años atrás.

-Kai, despierta- repetía la voz

-¿Qué hora es?- castaño se levantó un poco de la cama aún adormilado

-¿Las ocho de la mañana tal vez?- contestó el dueño de la voz

-¿Quién eres?- con cansancio se talló los ojos

No había estado durmiendo bien.

No, él nunca dormía bien.

-Jay, hora de desayunar, te estamos esperando- Jay lo estaba jalando de la manta para obligarlo a levantarse

-ya voy, ya voy dame un momento- salió de la cama para dirigirse al baño y comenzar a arreglarse.

Comenzó por intentar peinar mi puntiagudo cabello, sin mucho éxito.

Se puso el traje, lavó su cara y dientes y salió del baño ya arreglado para dirigirse al comedor con todos ya sentados para desayunar.

-Bueno días- saludó sentandose entre Lloyd y Cole

-bueno días- dijeron todos

-¡A comer!- dijo Cole abalanzandose sobre el pastel que había en la mesa mientras todos comenzaban a reír.

-¿Como amanecieron jóvenes?- dijo Garmadon

-bien, supongo que bien- dijo Lloyd

-creo que si Jay no me hubiese despertado aún seguiría plácidamente dormido- se frotaba los ojos para ver mejor.

-¡hey! Teníamos hambre y eso de esperar a que despiertes es literalmente esperar hasta la una de la tarde- respondió jay indignado

-ah pero si usamos a Zane en un ejemplo, el sí que duerme como oso-

-no cuestiones mi hora de dormir que soy el que cocina aquí- se indignó Zane

-no discutan y comamos, tengo bastante hambre- dijo Nya

Y así transcurrió el desayuno.

Y creo que fue el último donde el bienestar de todos los integrantes de esta familia existía.