6º Shin (1/2)

(Podría ser GreenFlame(?

Angst supongo(? me apetecía hacer algo así. Sí, me gusta mucho la escena del barco)

El castaño logró subirse al barco cayendo en picado por el alpe de los lamentos con bastante dificultad, viéndoselas cara a cara contra el ninja verde. O al menos su cuerpo poseído.

Su aeroblade regresó a él y lo apuntó. Tenía claro que no se iba a ir sin la espada del santuario, aunque, no había pensando en ningún plan.

Morro no tardó en abalanzarse sobre él. Kai tuvo los reflejos suficientes para poner el shuriken entre su cuerpo y el arma del contrario. La desvió, para colocarse detrás del fantasma y intentar atacarle de nuevo.

El pelinegro bruscamente se dio la vuelta, haciendo que ambas hojas chocasen entre sí de nuevo. El castaño se mordió el labio preocupado al ver como el poseído ganaba terreno.

Su mirada se centraba en los verdes sin vida, combinado con negro del otro.

Hasta que se desvió al palo de que sujetaba la bandera del barco. O al menos lo que quedaba de él. Una idea pasó por su mente.

Desvió de nuevo las armas y se alejó del pelinegro. Corrió hasta que su espalda estuvo pegada al trozo de madera. Morro frunció el ceño y se acercó peligrosamente hasta Kai, levantando la espada.

El ninja rojo no se movió en ningún momento. El fantasma desvaino el arma y estaba a punto de darle. Fue ahí cuando el maestro de fuego se agacho, haciendo que la hoja quedase clavada en el palo.

Se movió hacia la izquierda para dejar de estar entre Morro y la madera. El enfado del maestro del viento aumentó e intento sacar la espada del santuario, pero estaba clavada muy profunda.

Kai le dio una patada entre el estómago y el pecho, logrando alejarlo. Aprovechó para adelantarse y amenazarle de nuevo con la Aeroblade, apuntando a su cuello. Prácticamente ya tenía la espada y a Morro neutralizado, era algo difícil de creer.

La vista del fantasma pasó del shuriken, al arma dorada capaz de predecir cualquier movimiento, ganándose otra mirada fulminante del maestro de fuego.

– Ni lo intentes – Advirtió el ninja, aún con el ceño fruncido y un tono serio –.

El pelinegro pasó de su expresión desafiante, a reír por lo bajo, terminando por aumentar el volumen. Se incorporó un poco y agarró la muñeca del de rojo, poniendo las hojas de deepstone más cerca de su cuello, llegando a hundirse un poco en su piel.

– Adelante, hazlo – Le reto, volviendo a sonar de esa forma desafiante e incluso burlona, con una sonrisa en su rostro –.

Este acto sorprendió a Kai y le hizo perder su compostura en la situación. No había caído en la cuenta de que todo el daño de ahora tendría consecuencias en el cuerpo de Lloyd más tarde.

Intentó retirar la mano, tan solo logrando que Morro apretase más su muñeca, sacándole un leve quejido. Su sangre se helo al ver como hundía más la aeroblade en su piel, cerca de la garganta.

– ¡Detente! – Era lo único que podía hacer; pedírselo desesperado mientras el sudor bajaba de su frente por lo nervioso que estaba. Cualquier movimiento que hiciese podría ser fatal –

– ¿No puedes? – Preguntó con el mismo tono de antes, disfrutando de cómo todo lo que había logrado el otro se derrumbaba en un momento –.

Los nervios del ninja llegaron a tanto, que incluso su pulso hacia que su mano no parase de temblar ligeramente. Se mordió el labio inferior y desvío la mirada.

Fue cuando Morro aprovechó y con una de sus manos hizo una corriente de viento, empujando a Kai, dejándole incluso sin aire durante la ráfaga. El pelinegro de un salto se puso de pie, viendo como el ninja aún intentaba orientarse.

El castaño logró abrir sus ojos, para ver como el maestro elemental se abalanzaba sobre él, tirándolo al suelo, dándose un golpe en la cabeza contra este, quedándose aturdido. La aeroblade se escapó de su mano, quedando no muy lejos, pero era incapaz de alcanzarla en ese momento.

Su visión comenzaba a ser borrosa. Dirigió su mirada hacia arriba, para encontrarse de nuevo esos ojos de color verde, acompañados por una sonrisa burlona y malciosa.

Morro soltó una de las muñecas de Kai y la acercó hasta el final de la capucha, para quitársela. Le hizo un favor en verdad, pues con el dolor de cabeza, un mareo se hizo presente y sentía como si le faltase al aire.

Gruñó por lo bajo e intento golpearlo con la mano que había dejado libre, pero apenas la pudo levantar el pelinegro la volvió agarrar.

– ¿Así que así de débil eres realmente? – Preguntó sonando decepcionado, levantando una ceja –.

Medio consciente, Kai frunció el ceño e intentó volver a levantar una mano para darle un puñetazo en toda su cara y quitárselo de encima. Tan solo logró que el fantasma le apretase más la muñeca.

Sin sus poderes y él estando en el cuerpo de Lloyd, no podría hacerlo. Se mordió el labio inferior.

– Débil y patético... – Añadió viendo los intentos fallidos de ninja en el mismo tono que antes –.

Dobló su espalda y se acercó un poco al rostro del contrario, lo suficiente como para notar su aliento.

Los ojos de Kai empezaron a cerrarse, mientras que su respiración disminuía. Morro frunció el ceño, ¿tan poco aguante tenía? No lo iba a permitir.

[Notas de autora]

El angst se notará más en la segunda parte

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