☆10☆ LEGENDARIOS

Khristen

Me visto con ropa cómoda y meto los cuadernos en blanco en mi mochila para estudiar con Aaron. Meriendo un poco de gelatina de fresa, mi favorita, y me dirijo a la terraza central. Mi madre aún no termina sus quehaceres y debo esperar a que los Kane terminen de comer. Estoy quedándome dormida en el sofá cuando siento algo frío y baboso en los dedos de mis manos.

—Pero...

"Guaf, guaf"

Un perro enorme se sienta en el suelo frente a mí moviendo la cola.

—Tú insolente ¡me has lamido la mano! —protesto y el perro gime— ¿De dónde has salido, mmm? Ayer no te vi. —Acaricio su cabeza.

Veo que del collar le cuelga una placa con un escrito.

—Ulises.

"Guaf"

—Lindo nombre, te queda muy bien.

El perro se me pierde de vista por el otro lado de la piscina y reaparece con una pelota entre sus dientes.

—¿Quieres jugar?

El Husky ladra y el sonido amenaza con quebrarme los tímpanos.

—De acuerdo, prometo jugar contigo si tú prometes no babearme más la mano.

Me levanto y tiro la pelota en dirección al despacho del señor Kane, pero es atrapada en el aire con un salto impresionante de Ulises. Me trae la pelota nuevamente y repito la acción con más fuerza. Va a buscarla y de regreso corre tan desbocado, que tengo que apartarme temiendo que me tumbe. Pero el perro ni caso me hace, sino que se dirige directo a un objetivo trasero.

—Hola amigo que tal ha estado tu día.

Me quedo atónita viendo como Arthur revuelve el pelaje del que comprendo, es su mascota. Jamás imaginé que un ser como él pudiera tener aprecio por los animales.

—¿Entonces no has mordido a esta ridícula? —le dice agachándose a su altura.

Resoplo por el comentario.

—De verdad casi me creo hoy al mediodía que no eras del todo mezquino.

—No lo digo por ti —alega mientras se incorpora irritado—, sino por Ulises. No es amigable con los extraños, y no pierde oportunidad de enseñar sus colmillos.

—Pues que sepas que ha sido tu Husky el que ha venido a molestarme.

El perro ladra y Arthur frunce el ceño.

—No es un Husky —espeta.

—¿Ah no? Y qué es ¿un lagarto peludo?

—Me fastidia que la gente simple como tú no sepa diferenciar un Husky de un Alaska Malamute.

«Paciencia Khris...»

—Lo siento no estudié animalogía —bufo caminando a la cocina—. La gente simple como yo, no pagamos cada materia absurda que existe en el universo.

Y dicho esto entro buscando a Aaron. Aún no ha terminando, come más lento que un perezoso cojo.

Por tanto ayudo a mi madre a recoger los platos usados de la mesa y también ayudo a la encargada de lavarlos. El resto de la servidumbre y los guardias de seguridad se han recluido en la zona de empleados a comer, pero mi madre es de esas personas que no come hasta tenerlo todo terminado. Justo estoy secando los utensilios, y Aaron ha llegado a las últimas cucharadas de su helado, cuando veo por la ventana gigante que da al driveway el impresionante Rolls Royce que está estacionándose. Esos autos son la excelencia misma, siempre he considerado que aportan mucha clase al que lo conduzca y claro, a quien pueda pagarlos.

Estaciona más allá de lo que mi ángulo de visión alcanza y solo escucho el timbre de la puerta principal.

—¿Hija puedes abrir? —pide mi madre guardando las cazuelas.

Asiento y me dispongo a la puerta sin quitarme el delantal. Mientras atravieso la sala de estar medito en cómo administrar la semana para no llegar al fin tan cargada de contenido, estudiar en Howlland será agotador. Pero todo pensamiento desaparece cuando abro la puerta principal.

«Oh por todos los cerditos rosados»

Si la tierra pudiera abrirse y tragarse a la gente cada vez que lo deseasen, hubieran menos suicidios en el mundo...

Ante mí tengo a los ingleses, los O'Brian, atando cabos en su mente sobre mi condición en la Fortaleza. Jessica me mira desdeñosa por encima del hombro y Jason parece ¿divertido? No entiendo cuál es la gracia.

—Entonces la pelirroja que se las daba de importante resultó ser la plebeya. —Hace una mueca ella—. Mañana en la Academia todos lo sabrán.

—Yo nunca me las di de importante.

No sé de dónde saco el descaro de contestarle, pero lo hago.

—¿Te atreves a mentirme? En el baño parecías muy a gusto con que todos te confundieran con la prima de los Kane.

—Eso le dedujeron ustedes. —Me encojo de hombros.

—Y tú no lo corregiste —dice ella entre dientes.

—Ya basta, no pierdas tu tiempo con una criada —habla su hermano.

Me sorprende la voz ronca que tiene. Su tono es de autoridad y me choca que no combine con su mirada divertida. Ha mandado a callar a la barbie rubia, pero su mirada de escrutinio sobre mí la mantiene muy gustoso, analizándome hasta el alma. Por acto reflejo cruzo los brazos sobre mi pecho.

—No sabes cómo se me ha enfrentado hoy delante de...

Jason levanta la manos en señal de stop y la barbie se calla.

—¿Nos vas a invitar a entrar? —me pregunta él guardándose una mano en el bolsillo y no pierdo más tiempo intentando averiguar lo que le pasa por la cabeza.

—Claro, en un momento llamo al señor Alioth Kane —informo apartándome de la puerta para que puedan entrar.

—A mí me llamas a Arthur —ordena Jessica sentándose.

Suspiro hondo y me pierdo a la cocina nuevamente. Aaron ha terminado, después de una eternidad y Arthur entra en ese momento por la puerta de la terraza.

—Te buscan —limito a decirle— ¿Vamos? —le pregunto a Aaron tomando mi mochila.

—Sí, subamos a mi habitación.

Da pasos hacia la sala y lo detengo.

—¿Podemos subir por las escaleras de la terraza?

—Claro —responde extrañado.

Lo bueno de Aaron es que no es orgulloso y se deja llevar. Me alegra que sea reservado y no se junte con todo el mundo, porque cualquiera pudiera manipularlo.

Subimos por las escaleras de la terraza y por primera vez aprecio la mansión desde arriba. Ha oscurecido y como ayer, las luces de la piscina alrededor de las palmeras ofrecen una vista asombrosa desde este ángulo. Más allá, detrás de los muros que limitan con los apartamentos de los empleados, se ven las imponentes montañas que parecen tocar la punta de las estrellas.

—Es lindo ¿verdad?

—Mucho. No tenía una vista así en Palm Springs.

—Debes extrañar bastante tu pueblo.

—Más a las personas. —Me encojo de hombros.

—Ven mi habitación está al doblar.

Lo sigo pasando un total de cinco puertas hasta que finalmente él abre una de cristal que tiene las cortinas corridas, con la seguridad que se monta la Fortaleza todos pueden darse el lujo de dormir a piernas sueltas si lo desean. Aaron sube el interruptor más cercano y veo una habitación magnífica. Más que un dormitorio es un apartamento. Lo primero que se exhibe es una mesa pequeña de caoba pulida con un juego de muebles; al costado, una chimenea dentro de un cristal se inserta a la pared, y sobre la misma reposa un cuadro de los tres Kane vestidos de traje. Al frente hay un mini bar con un frigorífico y un microondas. Le sigue una puerta que deduzco es el baño, y en la otra esquina, la puerta principal de entrada.

—Oh espera. —Aaron se lleva una mano a la frente—. He dejado mi libro en la Academia, dame unos minutos iré a buscar el de la Biblioteca.

—De acuerdo.

—Ponte cómoda, no tardo.

Aaron desaparece y me entretengo viendo las demás fotos del lugar. Me llama la atención la que tiene una mujer hermosísima de cabellos negros con ondas en las puntas. Su piel es perlada y los rasgos faciales brillan como si tuviesen capas infinitas de resaltador. Leo el nombre que permanece abajo: Ariana Kane. Suspiro con pena porque Aaron nunca haya conocido a su mamá y ésta haya muerto en el parto. Dispongo del conocimiento al respecto debido a Lilly llorando por la historia a través de los años.

Hay más fotos de los dos hermanos jugando básquet y en una Arthur sostiene un balón firmado junto a un señor que se le parece mucho. También Alioth comparte semejanzas así que deduzco que es el difunto Aquila Kane.

—Khris —llama Aaron entrando a la habitación.

—Ha sido rápido.

—La biblioteca está aquí al lado. Vamos, tengo mucho que contarte.

Aaron atraviesa el arco que separa su dormitorio del resto del apartamento. La cama estilo Queen con un adorno acolchonado en la cabecera es muy bonita y a los pies de la misma hay una alfombra donde Aaron se sienta. Todo está combinado en colores pastel y las cajoneras son de cedro. Veo estantes con cientos de libros y en otra pared una mesa con un computador. También un aparador con el último modelo de consola PlayStation.

—Tienes una pasada de cuarto Hoyuelos —chiflo.

—Gracias me gusta la decoración, quizás me dedique a eso en un futuro. —Sonríe—. Bien antes de empezar con los deberes creo que sería acertado que te haga un resumen del origen de nuestros linajes.

—A mucho pesar mío. —Tuerzo los labios.

—No seas dramática. —Aaron me tira un cojín que estaba al borde de la cama—. No es tan abrumador como piensas.

—Bien. —Se lo devuelvo y le da en la cara—. Pero solo porque me da curiosidad saber de tus poderes.

—Mejor diles habilidades, en Howlland les incomoda la otra palabra.

—¿Por? ¿Los hace sentir más humanos? —Río.

—Somos humanos Khris, como todos los de este planeta. Solamente que el término 'poderes' es relativo a los Legendarios y este es el mundo moderno, no el universo de Irlendia.

—Entonces reconoces que toda la historia de sus famosos Legendarios si suena a cuentos de fantasía.

—Tal vez si escucharas la historia en vez de reír por incredulidad podamos terminar los deberes antes de la media noche —resopla.

—De acuerdo Hoyuelos. —Cruzo los pies—. Pero que sepas que la actitud seria no te pega nada. Te ves mejor sonriendo.

—Bueno comienzo. —Acomoda la espalda en la cama—. Todo se remonta al Alto Egipto. Hablamos de siglos en el pasado, así que enfócate en la época de los Faraones.

—Madre mía esto es de leyenda.

—Según los registros, los agujeros negros o anomalías —comienza Aaron con tono teatral y reprimo una carcajada—, empezaron a ocurrir después que cayera la estrella... ¿Puedes dejar de reírte?

—No me estoy... riendo —aguanto todo lo que puedo.

—Khris mírate, si te pincho revientas —Toca una de mis costilla y ya no puedo retenerme.

—Vale, vale —digo limpiándome una lagrimilla producto de las carcajadas—. Te juro que no voy a reír en lo que queda de relato ni aunque parezca que estás interpretando una obra de Shakespeare.

—Bien. —Se aclara la garganta—. Comenzaré de nuevo...

Vuelve acomodarse y yo trato de hacer un esfuerzo por tomarme en serio lo que va a contarme, después de todo, se trata de la explicación del porqué él y el resto de niños pijos son como son.

—Según los registros, los agujeros negros o anomalías, empezaron a ocurrir luego que cayera una de las principales estrellas madres en Irlendia. 'Saol' significa estrella en en idioma Káliz y 'Oserium' es el nombre que se le dio a la energía que se extrajo de la estrella.

—¿Por qué cayó la estrella? —quise saber.

—No disponemos de esa información, pero se cree que su energía Oserium era demasiado potente para contenerse. El caso es que empezó a hacer estragos en ambos universos, conectándolos a través de portales. Al principio los irlendieses no sabían qué estaba pasando y temieron atravesar la oscuridad, pero uno de los consejeros reales del clan Idryo fue el primero en ofrecerse.

»El universo de Irlendia está compuesto por cinco mundos: Balgüim, Bajo Mundo, Drianmhar, Korbe y Jadre. Tiene además tres soles que abarcan los mundos en diferentes proporciones. Existían muchos clanes esparcidos por los mundos y cada uno hacía según como le parecía bien, hasta la caída de la estrella Saol. El clan Daynon del mundo Jadre, fue el primero en extraer la energía de la estrella, y así se posicionó como el clan supremo por encima de los demás. Dominaban la energía natural de la tierra, y ahora gracias a esa caída, la estelar.

»Era una noche fría y oscura en el Alto Egipto cuando el primer Legendario que ha pisado nuestro Universo fue enviado. El consejero del clan Idryo no entendía lo que sus ojos veían. El mundo era totalmente distinto al suyo, pero no por esto se acobardó. Inspeccionó el país y se quedó un tiempo para llevar reportes al otro lado.

Se hizo conocido entre los egipcios, y al mostrar sus poderes con el elemento agua, ellos pensaron que se trataba de su dios Hep, dios de la inundación y del Nilo. Lo veneraron como tal y cuando el idryo volvió a Irlendia, les contó a los demás su experiencia con los humanos. Ocurrió entonces que a través de los siglos, más voluntarios de diferentes clanes empezaron a cruzar los agujeros negros y compartir sus poderes con los terrícolas para ayudarlos en sus siembras, ganados y demás. Estos a su vez, los adoraban con suma dedicación.

El representante del clan Idryo fue el Hep en Egipto, Abzu en Babilonia, Poseidón en Grecia, y Neptuno en Roma. Lo mismo sucedió con el guerrero enviado del clan Fayrem que dominaba el elemento aire, considerado según la civilización del momento como Ra, Assur, Zeus y Júpiter. Como en la manada de los destroyadores el Alfa canalizaba el fuego durante varias horas sin quemarse, lo consideraron como el Seth de los egipcios, Beleno para los celtas, Prometeo para los griegos. Así siguió sucediendo con cada representante de un clan diferente, los de la Tierra a través de los siglos en su ignorancia le atribuían homenajes y los elevaban a un nivel superior del que se merecían. Los irlendieses se dieron cuenta de esta estupidez humana de adorar a todo lo que se antojara y se aprovecharon para manipularlos sin remordimientos.

»Pasaron los años y en el tiempo contemporáneo, algunos irlendieses no autorizados usaron la energía Oserium sin permiso para crear agujeros negros y colarse a la Tierra. Desconocían la manera correcta de hacerlo, y lo mismo aparecían en Europa que en Asia; querían volver a su mundo y la anomalía los escupía en América... En resumen, empezaron a enamorarse de las hijas de los hombres, a casarse con ellas y formar familias en la Tierra. Y ahí nacieron los linajes. Descendientes especiales que heredaron habilidades carentes en los seres humanos comunes, pero naturales en ellos. Habilidades que se desarrollaban en los descendientes a partir de la adolescencia.

»Y no solo eran especiales por nacer de Legendarios, sino que sus progenitores les inculcaron la creencia que eran superiores y por lo tanto, alimentaban sus ansias de ser los dueños del mundo actual. Por eso cada linaje, presionado por su Legendario único, desarrolló capacidades especiales también para la rama empresarial, naval, minera y todas los comercios que manejan hoy los padres de los estudiantes de Howlland.

—Wao Aaron eso es...

Me he quedado sin poder articular una frase coherente. Escuchar finalmente la verdad sobre los linajes ha sido abrumador, pero también fascinante. De alguna forma todo cobra más sentido. Cuando leía libros de Historia siempre había un vacío o algo que no encajaba. Ahora todos esos espacios en blancos se llenan con la verdad infalible (porque tengo la prueba delante) que seres extraterrestres engendraron humanos poderosos, en todos los aspectos...

Pensé que terminaría manchándole la alfombra a mi amigo de pis por no poder contener la risa, pero no. Jamás imaginé que reconocería esto, pero puedo comprender a los que asisten a Howlland ¿Cómo no proyectarse de la manera que lo hacen si generación tras generación les envenenan la cabeza desde que son unos críos con las ideas que pertenecen a una raza superior que los seres humanos?

Ya no tengo miedo, solo asco. No se lo diría a Aaron, porque es el único que respeto entre los fenómenos. Pero lastimosamente, la fascinante historia de los Legendarios ha sido arruinada con la actitud egocéntrica, soberbia y despectiva que manifiestan sus descendientes en la actualidad. Los Legendarios querían formar una raza superior a los humanos convencionales, y terminaron creando monstruos insensibles que solo les importa el dinero, las posesiones y la fama.

Sí, la perfecta sociedad culpable de la distopía en que vivimos.

Notas

Un esquema de los Clanes ha sido incluido en la guía. Están separados por orden y cada cual por su propio mundo. También incluí un esquema de los linajes que descienden de los mismos. Está en el apartado 10. Vayan a verlos😘

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