Prefacio
Alexander Hamilton
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No hay sonidos, no hay melodía
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"Oscuridad"
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"Silencio"
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"Calma"
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Eran las palabras que describirían su situación actual.
No tenía ni una idea de cómo había llegado allí, pero sentía que llevaba siglos en aquel sitio.
No había ni una pizca de luz, no podía ver sus manos ni sentir el suelo bajo sus pies.
No existía otra persona en aquel momento.
Creía tener siglos de estar ahí varado, sus recuerdos ya le fallaban, incluso dudaba de su nombre. No recordaba rostros de las personas que llegó a conocer en su vida.
Claro, al estar tanto tiempo en la oscuridad ya había olvidado la luz o cualquier cosa que no incluyera el interminable mar negro que se mostraba ante sus ojos.
Se encontraba perdido, ¿cuál era el propósito de que él se encontrara allí? Ya ni recordaba que estaba haciendo antes de llegar a aquel sitio.
Alexander
Todos sus sentidos se encendieron. ¿Eso había sido una voz?
Alexander
Se volvió a escuchar, pero esta vez eran más voces llamándolo. ¿Ya había perdido la cabeza?
Alexander Hamilton
-Un niño que fue conocido como un hijo de prostituta.
Aquella voz...
-Y despreciado por la misma razón, cuando en realidad su madre, Rachel Lavied, fue una mujer que había escapado de su esposo que la golpeaba y comenzado un amorío con James Hamilton quien luego la abandono a ella y a su hijo.
De repente un gran número de imágenes llegaron a su cabeza.
-Su madre y él enfermaron, Alex se curó, pero su madre lo dejó- escuchó nuevamente el conjunto de voces.
Se sentía aún más confundido que al inició. Realmente era su imaginación?
-Se mudo con un primo, pero este se suicido. No tenía más que un orgullo en ruinas y una voz dentro de él diciendo...
Por primera vez en todo ese tiempo, sintió tierra firme bajo sus pies.
-Alex, tienes que valerte por ti mismo- el coro otra vez.
Parecía demasiado real...
-El chico fue un genio por ser un emprendedor y por dicha razón a los catorce lo pusieron a cargo de una carta de comercio.
Pero para empezar... ¿Todo este espacio de oscuridad era real?
-Y mientras el mantenía su guardia alta, los esclavos eran masacrados y arrastrados por las olas del mar en aquel tiempo hasta América.
El espacio comenzó a aclararse y observó como comenzaba a bajar sobre el una corriente de aire.
Estaba en un abrir y cerrar de ojos...
En el ojo de un huracán
-Luego un Huracán llegó, la devastación reino mientras veía como el agua arrasaba todo incluyendo su futuro.
No le gustaba las imágenes que regresaban a su mente y creía poder ver de cierta forma entre el viento.
-Hamilton le escribió una carta a su padre contándole de la gran devastación del huracán, sus mentores de Hugh Knox le sugirieron publicarla en el periódico de forma anónima. En el pueblo se empezó a rumorear que Hamilton era el autor de dicha carta, por lo que decidieron hacer la recolecta de dinero para pagarle un pasaje para que estudiara en el extranjero.
Voces, voces y más voces que creía reconocer, pero no quería aceptar lo que estaba comenzando a deducir.
Las ráfagas se dispersaron en cuestión de segundos.
Una imagen clara se proyectó frente a él, mostrando le a un joven, que alguna vez fue, sobre la proa de un barco...
Era la primera imagen real que veía en mucho tiempo.
-El barco había llegado ya, tal vez lo hayas divisado...
Esa voz nuevamente, y a lo lejos de esa oscuridad una luz aparecio iluminando a alguien.
No podía creer que realmente había alguien más allí.
-Otro inmigrante viniendo desde abajo...
Comenzó a correr hacia esa persona, atravesando la imagen de él el la proa, con la esperanza de reconocerla cuando la tuviera frente a él.
-Sus enemigos destruyeron su reputación, América lo ha olvidado.
Sentía desesperación, ¿Hace cuánto tiempo no escuchaba otra voz?
Tantos susurros que se escuchaban a su alrededor mientras corría...
Indefensa
La historia de está noche
La historia tiene los ojos en ti
Lo sabemos
A un lugar que cambiará su vida
Una ultima vez
Tantas voces juntas, tantos recuerdos que llegaban por montón sin ser claros, rostros borrosos, conversaciones extrañas. Lo único que tenía claro era que tenía que llegar allí.
Ya no seras presidente
Que amable es, señor~
Hijo
¿Satisfecho nunca estarás?
¿Suficiente no es?
Distintas voces e imágenes, pero ni un rostro o nombre.
Estaba a unos metros de la primera voz que escuchó en ese lugar, sin embargo se detuvo y observo que el hombre tenía la vista hacia abajo, evitando que viera su rostro, pero destacaba el traje violeta que usaba.
Un, deux, trois, quatre, cinq, six, sept, huit, neuf
Quien vive. Quien muere. Quien cuenta tu historia
En las afueras calma hay
Mira ya, lo afortunados de estar vivos ahora
-¡¿QUIÉNES SON?!
Gritó por fin desesperado de no reconocer aquellas voces.
Nuevamente se formo el silencio que lo había atormentado por tanto tiempo, nuevamente todo se volvió oscuro. Y cuando creía que todo sería igual de nuevo, un par de voces habló.
-¿Nosotros?
Dos luces del lado derecho al hombre que tuvo frente a él se iluminaron mostrando a otras dos personas. Inmediatamente logró reconocerlos, podía recordarlos, sabía sus nombres sin dudar.
-Peleamos contigo...
"Hercules. . . Lafayette" dijo en su mente.
Otras dos luces a su lado izquierdo se iluminaron y volteó hacia ellas
-¿Yo? morí por ti...
Sus ojos comenzaron a humedecerse.
"Philip. . ."
-¿Yo? Confié en ti...
Una lágrima cayó finalmente y una nueva luz a sus espaldas iluminaba a tres mujeres.
-¿Nosotras? Te amamos
El amor de su vida y sus hermanas
"Eliza, Angelica, Peggy..."
-¿Y yo?
El hombre de saco violeta retomó la palabra iluminándose nuevamente frente a él, mientras levantaba la vista y lo observaba a los ojos.
Un extraño sentimiento se alojó en su pecho al reconocer a aquel hombre.
-El imbécil que te disparó.
"Burr..."
Estaba rodeado por las personas que de alguna forma lo marcaron. Todos se veían en la mejor etapa de su vida, pareciese que él era al único que el tiempo no perdonaba.
Y frente a él apareció su imagen llegando a nueva York otra vez, en aquel 1776.
-Hay un montón de cosas que no he hecho aún- hablaba él en aquel recuerdo- ¡Pero sólo esperen!
"Recuerdo eso... los nervios y la emoción de llegar a una nueva tierra"
-En Nueva York puedes ser un hombre nuevo
Se escuchaba de todos, a excepción de dos rivales que lo veían a la distancia, quienes junto con Burr lo arruinaron, quienes solo se dedicaban a observarse en silencio.
- En Nueva York puedes ser un hombre nuevo!
En el rostro de su (alguna vez) amigo solo mostraba una cosa: arrepentimiento
- En Nueva York puedes ser un hombre nuevo... ¡EN NUEVA YORK!!!
Cientos de imágenes de lo que fue su vida pasaron por su mente, pero hubo una en especial que recordó al instante al ver a su amigo y rival...
-Cuál es tu nombre?- interrogó el hombre que le disparó en ese momento.
- Alexander Hamilton!
El día en el que se conocieron.
Pero justo después ambos compartieron otro recuerdo.
El día en el que uno de los dos no volvió a abrir los ojos.
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Y nuevamente
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Oscuridad
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Canción original:
https://youtu.be/4xWLlEkxqmo
Si realmente hay alguien leyendo esto, muchas gracias, estoy haciendo esto más para ver si puedo lograr transformar una obra musical a una historia narrativa. Es verdad que existe el libro en el que Lin Manuel Miranda se inspiró (el cual no he tenido la oportunidad de leer y no entiendo a la perfección el ingles).
Lamento si fue confuso, pero creo que toma sentido si piensan en una relación con la canción "Who lives, who dies, who tells your story"
Aclaración:
No coloque a María en la parte de "we, i loved him" ya que no considero que ella lo haya llegado a amar, ya que por lo que en realidad ella se acostaba con Alexander era por su hija y todo un rollo que se explicará mejor en su momento (ya hice una investigación con respecto a la vida de ella). Yo siento que en aquella parte realmente cantaría peggy, pero no un amor romántico, sino uno de hermanos (pues se sabía que se llevaban bien).
Si hubo alguna otra duda colocarla aquí.
Gracias nuevamente,y sin otra cosa que decir...
Nos leemos después en:
Aaron Burr, Sir
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