33화
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Estuve pensando mucho después de ese día. Todo estaba yendo mal, porque no estaba siendo honesta. No fui honesta conmigo hace casi tres meses y no he estado siendo honesta con JungKook tampoco. Había mentido varias ocasiones, pero lo más importante era que había estado ocultando cosas que él debía saber. No era una deuda a pagar, era una cuestión de confianza que no podía cumplir por miedo a su reacción. Por cobardía.
En otro lado estaba que, aunque estuve decidida a terminar con MinJae el primer día, no le vi. Él me había estado evitando toda la maldita semana. Suponía que sabía que era porque le terminaría. Se lo había dicho estando en Canadá. Estaba muy molesta por eso.
―Deberíamos salir algún día.
―Sí, aún te debo lo de tu cumpleaños.
Ese viernes, SeAh y yo estábamos caminando a la salida del instituto. La primera semana estaba siendo tranquila y, por suerte, se había terminado.
―Descuida, tuviste que irte, lo entiendo. ―Me sonrió con familiaridad―. Supongo que te lo cobraré en el tuyo. Solo déjamelo a mí.
―Mi única petición es que no sea extremo.
―Será lindo. Faltan varios meses, así que pensaré en algo.
―Bien.
Me detuve con la vista fija en MinJae y él también me vio. Quería caminar a él, pero antes de que pudiera hacerlo, su paso se aceleró, subió a su auto y se fue. ¡Vaya idiota! Ni siquiera funcionábamos estando juntos, ¿qué quería? Tal vez solo le hacía falta atención en su casa.
―¿Todavía no has podido hablar con él?
El lunes, apenas nos vimos, puse en contexto a SeAh sobre lo que había pasado. Desde mis claras intenciones de separarme de Han hasta el punto en que TaeHyung me dijo que JungKook no quería hablar conmigo. Ya eran cinco días contando ese.
―¿Con cuál de los dos?
―Ambos, en realidad.
Negué con desgano. ―MinJae sigue huyendo de mí y JungKook... él no me ha buscado tampoco.
―Debe estar realmente molesto.
―Tal vez está más dolido que enojado. ―Bufé pasando mi mano por mi cabello―. ¿Por qué digo tantas estupideces? Necesito buscarme un cerebro nuevo.
―Creo que TaeHyung oppa tiene razón. Deberías contarle a JungKook.
―Ni siquiera sé cómo hacerlo. ―Expresé lo siguiente con algo de ironía―: Me pondré frente a él y le diré que tengo novio y por eso no quiero algo con él. Va a pensar que no me gusta o que estaba jugando con él cuando no es cierto.
―Lo pensará de cualquier forma. Incluso si terminas con Han, la razón es la misma. ―Entrelazó su brazo con el mío y me incitó a caminar―. Incluso ahora, HaeBi, tú no sabes lo que está sintiendo. Puede estar pensando que le estás usando o que solo es tu venganza.
―¿Por qué habría de pensar eso?
―Desde fuera, desconociendo lo que tienes en la cabeza, hasta yo pensaría que eso estás haciendo. ―Apreté mis labios con la vista al suelo. ¿Y si ella tenía razón?―. TaeHyung y yo estamos preocupados por ustedes.
―¿Ambos? ¿Han hablado?
―Hemos estado intercambiando mensajes desde esa vez que nos compraste comida, nada más.
―¿Por qué no me habías dicho? Me agrada que mis amigos sean amigos. ―Sonreí.
―Sí, amigos. ―Desvió la vista un instante―. Pero el punto no es ese. No queremos que se hagan daño, ¿lo entiendes?
―Considerando los hechos y siendo objetivos, lo voy a arruinar, porque siempre lo arruino.
―Solo estás estresada. Si me preguntas, creo que estarán juntos. Tal vez están destinados, no es común reencontrarte con alguien después de muchos años por casualidad.
¿Destinados? Sonaba irreal. Si fuera así, me sentiría mal por estar causando tantos problemas a la persona que me gusta.
―He pensado demasiado estos días ―confesé―. Tengo una idea que sigue llegando.
―¿Cuál? Te apoyo cien por ciento.
―Pensé que, tal vez, debería alejarme en serio. No como la última vez; ahora sin tratar de volver.
―Olvídalo, no apoyo eso. Es más, ¿podrías hacerlo?
―Me dolería el resto de mi vida, pero sí lo haría. Velo así: antes de encontrarnos de nuevo, las cosas estaban bien. Él iba por su camino y yo por el mío. Ahora es complicado para ambos.
―Bien, tienes un punto. ―Nos estuvimos en una esquina esperando que el semáforo estuviera a nuestro favor―. A ver, dime, ¿qué tanto te gusta?
―¿Se puede cuantificar el sentimiento? ―Me vio con cara de: no compliques algo simple―. Mucho. Tal vez más de lo que creo o admito.
―¡Bingo! ¿Por qué dejarías a alguien que te gusta mucho?
―¿Has visto las películas cuando el protagonista deja ir a su interés amoroso porque la ama? Pues lo mismo. Dejas ir a alguien que amas.
―¡Pero esa es una completa tontería! ―gritó llamando la atención de todos los que también esperaban poder cruzar la calle―. Tú no dejas ir a alguien que amas. Entiendo el contexto y propósito de eso, hay veces que es imposible, pero, Kwon HaeBi, lo suyo no es imposible, hazme el favor.
―No quiero lastimarle, SeAh. ―Reanudamos el recorrido.
―Tengo dos cosas claras: Necesitas terminar con Han y tienes que ser honesta con JungKook.
―No he hecho la primera porque el idiota de Han me evita y tampoco la segunda porque soy estúpida.
―No eres estúpida, zopenca. ―Me dio un zape juguetón y ambas nos reímos―. Cuando él te llame o te busque, vas a decirle.
―No estoy lista.
―Bueno, temo decirte que nunca estarás lista. Solo debes hacerlo. Sabes que tengo razón. Si no lo haces, seguiré insistiendo hasta que te canses y te convenza
―¿Qué harías si fueras yo?
―Acepto que es muy probable que estuviera actuando igual que tú.
―Necesito una máquina del tiempo. Tal vez si estudio e investigo lo suficiente durante el resto de mi vida, consiga una.
―Hey, no fantasees. Necesitas soluciones reales a problemas reales.
―Un problema real es que las personas arruinamos algo y nos arrepentimos por eso.
―Touché, pero la solución real no es una máquina del tiempo.
―Acepto la derrota.
Ambas nos detuvimos frente al edificio de Big Hit. Mi mejor amiga me había acompañado cada día sin falta. Nos habíamos extrañado mucho en ese tiempo que estuvimos lejos. Enviar mensajes y tener llamadas no es exactamente lo mismo que hablar de frente, eso estaba claro.
―¿Nos vemos mañana?
―Sí, puedes ir a mi casa en la tarde.
―Entonces, me voy. ―Me abrazó con todas sus fuerzas, haciendo que me quedara sin aire―. Ten un gran entrenamiento.
―Me esforzaré. Te veo mañana.
Nos separamos y me despedí con la mano mientras se daba la vuelta y se alejaba. Cuando ya estaba lejos, entre al edificio sin más y subí al mismo piso de siempre. Hace tiempo que no estaba en el que se supone era el piso para trainees.
Me sentía exhausta después de esa semana con HoSeok. Él era un sol andante cuando estaba relajado, pero, en su faceta de instructor, no parecía amigable. Tenía dualidad y la manejaba bien. Le de admirar.
Me enseñó secuencias de pasos algo simples que debía emular luego. Cada día fueron unas cinco. Si me pidiera repetir lo del lunes, me quedaría en blanco y eso me asustaba. Al parecer mi cerebro consideró que las secuencias eran información desechable y, por desgracia, no había una papelera de donde pudiera recuperar la información perdida.
―Ugh, aquí adentro algo brilla demasiado ―dije al entrar en la sala de ensayo viendo a HoSeok y tapando mis ojos.
―¿Fue un insulto o un halago?
―Lo segundo, por supuesto. Eres un sol. ―Me sonrió satisfecho―. ¿Hoy haremos más secuencias?
―No, hoy harás todas juntas. Verás, al juntarlas, es una coreografía, ¿no lo notaste?
―En realidad no. ―Sonreí avergonzada dándome un golpe mental por olvidar todo.
―Me lo imaginé. ―Carcajeó sin más―. Hice un video para que te ayude a recordar, está en esa laptop. ―La señaló―. La pista también. Te daré una hora y vendré a supervisar. Luego te grabaré y te haré verte. En video se suelen ver más fallas que pulir. Eso es todo, me voy.
―Bien, Hobi sunbae. ―Hice una reverencia.
―Si necesitas ayuda, puedes llamarme, no hay problema. ―Agitó su mano y se fue dejándome sola.
«¿No pudo avisarme antes que todo era una sola cosa?». Hice un puchero acercándome a la portátil y viendo el video abierto. Lo reproduje. Sin mucho esfuerzo reconocí casi todos los pasos.
Primero seguí los movimientos sin esforzarme. Tan solo quería recordar lo que, en teoría, ya había aprendido. Practiqué la secuencia por partes hasta que ya estaba de nuevo en mi memoria y todo estaba conectado actuando en sinergia. Después seguí con el video de respaldo y la música. Casi para terminar, cuando estaba segura, decidí bailar con la pista, teniendo la reproducción en bucle para que la canción iniciara sola y fui hasta el centro viéndome en los espejos. Di toda mi energía en cada paso y, a mi criterio, se veía bien.
Sin embargo, algo sucedió de imprevisto. Me detuve de golpe viendo como el brazalete, que me regaló Han, volaba por los aires hasta caer detrás de un mueble. ¿Cuánto costó eso? ¡El maldito broche se había zafado! No me importaba perder la pulsera, no era como si significara algo para mí, solo me preocupaba la reacción de MinJae si se enteraba, porque, a ese punto, sabía que su temperamento era un asco.
―Tic, tac, tic, tac, tu tiempo se acabó. ―Entró HoSeok sonriente con un par de botellas de agua.
Ya buscaría el maldito accesorio luego. Eso podía esperar incluso mil años antes de que me importara encontrar el lugar de su impacto.
―El tiempo pasa muy rápido. ―Tomé la botella de agua que Hobi me tendía y me acerqué hasta el portátil para detener la música.
―Pff, ni que lo digas. En ocasiones necesito más de veinticuatro horas al día.
―¡Exacto! Nunca hay tiempo suficiente.
―Y dime: ¿ya recordarte todo?
―Creo que sí. ―Sonreí de forma inocente a lo que HoSeok solo negó divertido.
―Hagámoslo juntos un par de veces y luego te grabaré, ¿te parece?
―Seguro. ―Agrandé mi sonrisa contagiando la acción a mi superior.
Me puse en el centro y HoSeok puso la canción segundos antes de que terminara para que le diera tiempo de ubicarse. Caminó con calma y se puso frente a mí esperando el momento preciso. La verdad era que, si bailaba a su lado, mis habilidades se veían muy pobres, extremadamente pobres, pero eso era obvio, él era un bailarín experimentado.
Repetimos la rutina cinco veces y después hubo un "descanso" que solo duró como dos minutos. En ese tiempo Hobi ubicó la cámara a un extremo de la sala, dejando el espejo a la izquierda de esta.
―Ponte ahí ―dijo viendo a través de la pantalla y señalando un lugar en medio del espacio.
Dejé mi botella de agua después de cerrarla y me ubiqué. Movió la cámara un poco para atrás, luego un poco a mí izquierda. Después sonrió satisfecho y empezó a grabar. Puso la música a reproducirse y me sonrió con ambas manos teniendo los pulgares levantados.
En mi mente solo podía pensar en los números del uno al ocho. O del uno al cuatro, ¿cuál era la diferencia? No lo entendía. «uno, dos, tres, cuatro; cinco, seis, siete, ocho; uno, dos...», lo mismo de siempre.
Estaba demasiado nerviosa. Incluso sentí que mis piernas temblaban. Bailar bajo la mirada seria de HoSeok era un desafío en sí mismo.
Al cabo de poco más de dos minutos, había terminado y Hobi estaba deteniendo la grabación. Me hizo señas para que me acercara a su lado y puso la cámara en medio de ambos.
El análisis empezó y fue uno de los momentos más agobiantes de mi vida. Un segundo pareció una hora.
―¿Puedes ver tu cara aquí? ―Confirmé con un sonido―. ¿Sabes que te falta?
―¿Sonreír? ―pregunté recordando que siempre me decían que sonriera en las presentaciones de la primaria.
―Muy aparte de eso. ―Tenía una expresión tan seria e imponente que me hacía sentir pequeña. No era el HoSeok sonriente al que estaba acostumbrada―. Te falta disfrutar y tener pasión. Parece que no quieres hacer esto. ―Se quedó viendo la pantalla con el ceño fruncido. Seguía estudiándome―. Estás sobre analizando tus movimientos. ―Giró para verme―. ¿Llevas la cuenta mientras bailas?
―Claro ―le respondí suponiendo que era la respuesta correcta.
―Ddaeng. No lo hagas tan técnico. Disfrútalo, vívelo, siéntelo. Hazlo como si te apasionara hacerlo, no como si fuera tu obligación.
―Pero, si no cuento, podría perder el ritmo de la canción ―alegué.
―Solo siéntelo. Presta atención y no necesitarás contar. Además, ¿crees que un idol, en una presentación, se pone a contar para ir al tiempo? Entre cantar o rapear, créeme que eso no resulta.
Puse mi boca en forma de o entendiendo el punto.
El video terminó y HoSeok lo rebobinó. El proceso empezó de nuevo y fue señalando cosas más puntuales. Decía: "aquí te hizo falta bajar más" o "este movimiento está muy pequeño, exagéralo", "en este paso te faltó potencia". Intenté hacer notas mentales de todo.
―Bien, de nuevo. Recuerda: disfruta y hazlo con pasión.
Eso fue. Justo esa última oración se quedó grabada en mí. Así como el disfrutaba y sentía pasión cada vez que la música empezaba y sus movimientos la acompañaban, yo quería emularlo. Estaba claro que nunca tendría sus habilidades, pero debía disfrutarlo de cualquier forma.
Repetimos todo como diez veces y, como dijo, no volví a contar. Grabar y analizar. Supe que terminamos cuando él sonrió durante todo el video y al final solo dijo: ―Perfecto.
Chocó su mano conmigo en señal de victoria y me dejó comentando que aún debía ir a supervisar a los chicos, en especial a JungKook. Al escuchar su nombre sentí un vacío y una preocupación enorme.
Cuando estuve sola me tiré al piso en posición de estrella para enfriarme. Había sudado bastante y la sensación pegajosa era un total fiasco.
Los minutos pasaron y sí, casi me quedo dormida en el piso. Ni siquiera era cómodo, pero el cansancio ganaba sobre cualquier instinto de buscar comodidad. Bufé al saber que tendría que ir temprano, porque el último autobús pasaba a las diez y no quería perderlo. Según mi celular eran cuarto para las nueve, así que aún tenía tiempo.
Me mareé un poco al sentarme de golpe.
Al estabilizarme volteé un poco la cabeza y vi mi muñeca; en ese momento recordé el brazalete dañado que había salido volando. Me volví a acomodar en el suelo, pero, esa vez, boca abajo. Vi debajo del mueble y no resultó. Era oscuridad total. Arrugué mi nariz con disconformidad.
―¿Qué haces?
Me senté sobre mis pantorrillas al reconocer la voz grave de TaeHyung. SeAh una vez había mencionado lo increíble que era el contraste de su rostro y su voz. Ella era muy fan de cualquier grupo que encontrara en la reproducción aleatoria de Spotify, sin embargo, sentía una especial afinidad con BTS.
―Estoy buscando la pulsera que me dio Han.
―¿Debajo del mueble?
―Esa cosa se zafó de la nada y se cayó ahí atrás. ―Apreté mis labios.
―Cámbiate, te acompañaré abajo ―dijo aparte del tema.
―¿Por?
―Necesito hablar contigo de algo.
―Ah, ya. ―Asentí volviendo a pegar la cara al piso―. Solo déjame encontrarla.
―La buscaré para ti y te la daré mañana.
Como si tuviese un resorte me puse de pie. ―Gracias, oppa. Te confío la labor.
―Estaré afuera.
Después de que salió, cambié mi camiseta sudada por una seca y me puse mi sudadera a juego con el pantalón deportivo. Acomodé las cosas en mi mochila y salí para ver a un TaeHyung ensimismado en la pantalla de su celular mientras sonreía con disimulo. Distinguí que estaba chateando con alguien.
―¿Con quién hablas?
―¿Eh? Con nadie. ―Guardó su celular rápido.
―Oh, está bien. ―Le sonreí―. ¿Entonces? ¿De qué quieres hablarme?
―Ah, claro. Vamos, camina. ―Empezó el recorrido al ascensor y yo fui detrás de él―. Necesito... no, necesitamos ―se corrigió― que hables con JungKook.
La caja metálica llegó y nos metimos en ella. V presionó el botón del primer piso.
―¿Por qué?
―Creímos que se le iba a pasar, pero se ve mal. Él no está teniendo un buen desempeño y el mánager ya le amenazó con hacerle practicar más horas al día.
―Ya, entiendo. ¿Y qué tengo que ver?
―Está así desde que se pelearon, HaeBi.
―Lo siento, pero no lo haré.
―¿¡Por qué!? ¿Ahora eres tú la enojada que no quiere hablar con él?
Negué con calma. ―Voy a esperar a que él quiera hablar conmigo. Tú dijiste que él no quería hablarme y voy a respetar eso.
―¿No le extrañas o qué? Puede llegar a ser orgulloso, ¿lo sabes?
―Sí, lo sé. ―Suspiré―. Pero no quiero que se enoje más conmigo. Además, no es la primera vez que ocurre algo así.
―¿Qué quieres decir? ―Frunció el ceño confundido.
―Una vez peleamos por una tontería, no recuerdo bien. Él se enojó mucho. ―Las puertas del ascensor se abrieron y nos bajamos―. Al día siguiente intenté hablarle como siempre, pero me ignoró. Estuve encima de él hasta que se cansó y me dijo que no quería verme. Creí que estaba terminando conmigo, así que solo le dejé y lloré. Unos días después fue a mi casa para hablar y lo arreglamos. JungKook necesita espacio, lo entiendo y se lo estoy dando. Cuando se relaje más, es probable que me busque.
―¿Cómo puedes estar segura? ¿Y si no te busca?
Sonreí con amargura. Esa era una posibilidad también, solo intentaba ignorarla.
―Bueno, si no lo hace, supongo que se terminó. No lo culparía por eso tampoco. Pero, siempre que él se enojaba, las cosas iban a su ritmo y luego volvía.
«Él volvía siempre. Al menos antes lo hacía».
―Pudo haber cambiado.
TaeHyung se detuvo y yo me acomodé para hablarle de frente.
―Pues, si lo hizo, tendremos que lidiar con eso. Yo con el dolor, él con sus sentimientos y ustedes con su falta de concentración.
―Por favor, habla con él. ¿Qué tal si está esperando que tú le busques?
―No, él no lo está haciendo. No somos así ―expliqué―. Si yo me hubiera enojado, probablemente él me habría buscado al día siguiente, porque así soy yo. Pero, cuando él se enoja, lo piensa mucho hasta que se relaja y lo hablamos.
―Estoy preocupado de que esto se extienda.
―Solo dale tiempo. Lo arruiné mucho, así que es normal que se demore.
―¿Cuánto ha sido el tiempo máximo?
―Semana y media.
―Bien, esperemos un poco más. ―Suspiró con resignación.
―Vaya, vaya. ―Reconocí su voz sin haberle visto y sentí un escalofrío―. ¿Este es el que te gusta? ¿Es en serio, bebé?
―¿Y tú eres?
―Oh, ¿no lo sabes? ―sonaba como un psicópata.
Volteé para ver a MinJae. Tenía unas ganas inmensas de partirle la cara. Era un completo sinvergüenza.
―Cierra la boca.
―Bebé, no trates así a tu novio.
―¿Él es MinJae? ―Asentí.
―¿Escuchaste de mí? ―Sonrió satisfecho―. Debes saber que ella es mía, amigo. ―Se acercaba más y más―. Así que, con tu permiso.
Me tomó de la muñeca con brusquedad y empezó a tirar de mí sin cuidado. Intenté soltarme, pero no lo logré. Por suerte, TaeHyung estaba ahí y fue él quien logró que Han me liberara. Después se puso frente a mí, como un escudo.
―No la trates así, imbécil.
―¿Estás celoso? Bueno, lo siento; no comparto lo que es mío.
―Ella no es tuya, idiota.
―Muévete, bebé. Te llevaré a tu casa ―me dijo ignorando lo que le dijo TaeHyung.
―Primero tienes que pasar sobre mí.
―No. ―Le tomé del antebrazo―. No tienes que involucrarte; él podría hacerte daño.
«Porque está completamente loco», completé en mi cabeza.
―No vas a irte con él. Primero me muero yo.
―Pff, no tengo tiempo para estas cursilerías. ―De algún modo volvió a jalonear de mí.
Mi cara tenía una mueca de dolor evidente. La zona me dolía y me quemaba por la fuerza que Han ejercía. Podría quedar una marca enorme y visible, maldita sea.
―¡Ya suéltame, joder! ¿Qué diablos haces?
―Te llevo a casa conmigo, porque eres mía. ¿Por qué no lo entiendes?
―MinJae, ya. ―Estábamos a la mitad, entre TaeHyung y su auto, lo vi por casualidad―. Yo quiero terminar contigo.
―No. ―Se detuvo de golpe y se acercó mucho a mí―. HaeBi, entiende que no voy a permitir que me dejes. Si lo haces, le diré a YoonJi esto. ―Miró el edificio de Big Hit con desdén―. Ahora mueve tus lindas piernas y súbete a mi auto.
«¿Por qué siempre encontraba formas de retenerme? ¿Por qué le dejaba hacerlo?».
―¿Decirle el qué?
―Vamos, bebé, no soy imbécil. ―Puso una de sus manos en mi mejilla―. ¿Qué pensará? Sería decepcionante. La hija, de quien está orgullosa, haciendo esto. Tienes un mejor futuro, conmigo.
―La única razón por la que sigo contigo, es porque me sigues chantajeando. Me haces odiarte.
―No me importa si me odias, porque estás conmigo. Ahora muévete antes de que pierda la paciencia.
Giré la cabeza viendo que TaeHyung seguía ahí y apreté los labios. Moví mi mano en forma de despedida y él, con desconcierto, también se despidió. Apreté mis labios y empecé a caminar aún con MinJae sosteniéndome. Él solo me siguió, se subió en el lado del conductor y yo en el lado del copiloto.
―¿Cómo sabías que estaba aquí?
Él encendió el auto y bajó el volumen de la radio.
―Te he estado siguiendo toda la semana, bebé. ―Se encogió de hombros como si acabara de decir que la fórmula del agua es H₂O―. ¿Desde cuándo haces esto?
―No te importa.
―Lo has escondido bien. Me sorprende tu capacidad de mentir y actuar. ―Nos pusimos el cinturón―. Aunque no lo quieras aceptar, ambos somos buenos actores. ―Se acercó a mí y con su mano en mi mejilla me acercó a él. Sonrió de lado y me besó.
El momento fue eterno, pero finito, por suerte. Después encendió el auto y condujo hasta mi casa.
Lo último que dijo fue: ―Espero verte usando la pulsera que te di.
No, joder, no. Incluso si TaeHyung la encontraba, no volvería a poner ese accesorio en mi muñeca, aunque me pagaran billones de wons.
Ese día sólo pude llorar de rabia, impotencia y frustración. ¿Por qué era tan inútil? Estaba decidida a dejarle, pero él no quería aceptarlo y encontraba maneras para que no pudiera hacerlo. Estaba obsesionado y tenía miedo de que pudiera hacer algo malo, no solo a mí sino a todas las personas que quiero.
🍭
―Hyung, ¿qué haces?
Encontré a TaeHyung hyung con la cara casi pegada al piso mientras sostenía su celular con el flash encendido y apuntaba debajo del mueble donde descansaban los equipos de sonido.
―Estoy buscando algo que se le perdió a HaeBi. ―Fruncí el ceño por la mención de su nombre y TaeHyung se sentó sobre el piso viéndome y apagando la linterna de su celular―. ¿Necesitas algo?
―¿Qué cosa? Te ayudaré a buscarlo.
Aunque había dicho que no quería hablar con ella, a ese punto ya me estaba muriendo por dentro. No le había llamado, porque estaba siendo orgulloso. También estaba dolido, porque no había vuelto a buscarme después de que TaeHyung le dijo que no lo hiciera, pero entendía. Debía buscarle yo para que ella supiera que estaba bien y para que habláramos. Antes éramos así. HaeBi esperaba a que fuera a ella y yo iba sin importar qué.
―Un regalo que alguien le dio. ―Apretó los labios―. Humm, creo que dijo que fue su mamá.
―Lo buscaré ―aseguré.
―No hace falta. ―Se levantó y quedamos a la misma altura.
―Lo haré hasta que regreses. ―Levantó una ceja sin entender―. Hobi hyung te está buscando.
―Bien, hazlo. Vendré pronto.
Caminó hasta la salida pasando a mi lado. Tocó mi hombro y luego se fue.
«Debí preguntar qué era exactamente», me reprendí.
Sin pensar mucho saqué mi celular y encendí el flash. Vi por varios segundos debajo del mueble y no necesité más para saber que solo había polvo y que hacía falta aspirar ahí abajo. Me mordí el labio con decepción y me levanté. Se me ocurrió mover el mueble para ver mejor, pero al final no lo hice.
El mueble de madera estaba pegado a un armario pequeño en su lado izquierdo, pero entre los parlantes y este había un pequeño espacio, uno minúsculo. Con la poca luz de la propia sala pude ver una cadena de metal o plata, no sabía. Moví el parlante a un lado dejando espacio suficiente para mi mano. Tanteé hasta que conseguí ese brazalete.
Lo sostuve frente a mí, pendiendo de mis dedos viendo la cadena simple con dos dijes. Uno negro y uno plateado que parecía tener escrito algo. Fruncí el ceño y tomé mejor la pulsera para poder leer lo que decía. «¿MinJae? No conozco a alguien con ese nombre». Pensé que tal vez eso era lo que se le había caído a HaeBi y lo descarté solo hasta que volteé el pequeño dije y vi su nombre escrito ahí también. Eso sí era suyo.
Empecé a sentirme inseguro y dolido. Necesitaba una explicación, sin embargo, no quería ser invasivo en su vida. No quería que peleáramos de nuevo, porque eso hacíamos cada vez que intentaba que me explicara las cosas.
Escuché la puerta y con susto guardé el brazalete en el bolsillo de mi sudadera. Vi a TaeHyung entrar como si nada.
―¿Encontraste algo?
―No. ―Negué con rapidez y volví a acomodar el parlante―. Creí haberlo visto, pero me equivoqué.
―No sé dónde más buscar. ―Suspiró.
―Hyung, ¿qué tipo de regalo era?
―¿Hmm? ―Levantó ambas cejas―. Una pulsera.
Fue una confirmación que no quería recibir. Solo me iba a desconcentrar más. Tenía miles de preguntas que solo me podía responder una persona que claramente no quería confiar en mí y eso dolía.
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Notita para decirles que, si les gusta, pueden votar y comentar, porque así me incentivo. Normalmente no lo pido, pero les prometo que eso, para cualquier escritor, es bonito.
Preguntita: ¿Cuánto más de historia creen que falta? Me gustaría saber.
Me he dado cuenta que ahora escribo capítulos el doble de largos de lo que eran al principio, pero es que hay mucha historia que cubrir.
Les amo y tomen agüita. ♡
-비🌧
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