31화
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Estaba caminando por los pasillos del edificio de Big Hit con cautela. Me había puesto mi sudadera más grande y me cubría con la capucha de esta. No me estaba cocinando solo porque había optado por usar shorts en lugar de jeans, pantalones deportivos o cargo. Además, que el verano estaba terminando y el clima había dejado de ser tan cálido.
TaeHyung me había llamado a las cuatro de la mañana cuando estaba en Canadá. Se le olvidó pensar en las trece horas de diferencia y solo lo hizo. Al contestar le reprendí por eso, pero después me explicó su intervención inoportuna en mis pocas horas de sueño antes de volver.
―¿JungKook sabe que regresas... humm... mañana?
―No, olvidé decirle. ¿Puedes ir al grano, oppa? Quiero seguir durmiendo. ―Bostecé.
―¡Genial! ―exclamó con un entusiasmo inhumano―. Bien, escúchame con atención. Nuestro querido maknae cumple años mañana.
―Ya lo sé.
―Tú serás su sorpresa ―soltó satisfecho de esa idea―. Como no sabe qué vas a llegar mañana, será perfecto.
―¿Qué se supone que quieres hacer?
―Tú sólo irás a la sala de práctica que siempre usas y esperarás a JungKook con un pastelillo y una vela. Cuándo lo envíe ahí y entre, le cantarás feliz cumpleaños y listo. Será perfecto. Eres la sorpresa perfecta.
―¿Cuándo se te ocurrió?
―Justo ahora, cuando le escuché quejarse de que te extrañaba. Le pregunté si sabía cuándo volvías y dijo que no. Soy un genio.
―Bien, lo haré. Mañana te aviso cuando llegue, genio. ¿Terminaste? ―Durante todo el rato estuve con los ojos cerrados.
A unos pasos de la sala de práctica mi teléfono sonó. No recordaba haber activado el sonido, pero al parecer lo había hecho. Del susto, el celular se me cayó. Mi plan de ser sigilosa tal cual ninja fracasó, tuve suerte de que no hubiera alguien rondando. Recogí el celular del piso y contesté de inmediato.
―¿Ya llegaste?
―Literalmente estoy entrando en la sala de prácticas.
―Date prisa. JungKook se me quiere escapar para llamarte.
―Sí, sí, TaeHyung oppa. Te avisaré ―le dije antes de colgar.
Había llegado a las once. Ya eran las dos de la tarde. Mamá me retuvo mucho tiempo en casa diciendo que debería descansar y no salir. Aún no sé cómo le convencí, pero lo logré. TaeHyung me informó que las cosas que necesitaba estaban en el lugar pactado, así que solo debía prepararme, avisarle a V y esperar a que llegara Jeon. Por algún motivo me sentía nerviosa pues le vería de nuevo después de un mes, sin embargo, eso también me ponía feliz.
Abrí la envoltura del pastelillo y le puse la vela. Preparé el encendedor y apagué la luz. Le envié el mensaje a TaeHyung diciéndole que todo estaba listo. Respondió que JungKook llegaría en dos minutos. Esperé un poco y encendí la vela. Me paré justo en medio, guiada por la luz de la pantalla de mi teléfono. Pasaron menos de treinta segundos y la puerta se abrió.
Tragué con dificultad y sólo canté el feliz cumpleaños.
JungKook se había quedado estático en la entrada solo viéndome hasta que terminé, lo cual me puso aún más nerviosa, pero lo manejé como pude. Se acercó muy lento y se detuvo frente a mí.
―Pide un deseo ―dije levantando mis brazos para poner la vela a la altura de Jeon.
―Lo que quería ya está aquí. ―Sonrió soplando la vela y dejándonos en oscuridad.
Bajé mis brazos y quité la vela. ―¿Te lo quieres comer ahora?
JungKook negó y me quitó el pastelillo. A ciegas fue y lo dejó en una de las mesas que había ahí, de paso encendió las luces y volvió a mí. Me veía con atención como si estuviera incrédulo de que me encontraba parada a centímetros de él.
―Ahora entiendo por qué TaeHyung no me dejó llamarte. ―Se detuvo por unos segundos―. Te extrañé mucho.
Me abrazó con fuerza y le correspondí. También me había hecho falta verle, igual que los años pasados. Él era indispensable para mí incluso cuando no sabía si podría verle de nuevo después de que se fue. Me hizo falta entonces y ahora.
―Yo igual. ―Apoyé mi mentón sobre su hombro.
―¿Hace cuánto llegaste?
―Hace como tres horas.
Se separó con brusquedad y me tomó de los hombros. Se veía un poco... ¿molesto? ¿disgustado? Lo seguro es que eso no le agradó.
―¿Y qué haces aquí? Deberías estar descansando.
―Lo haría, pero hoy es importante ―dije con mucha seriedad―. El genial y grandioso Jeon JungKook está cumpliendo diecinueve años. ―Fingí susurrar lo siguiente―: No vas a cumplir diecinueve todos los años.
―Da igual que sea mi cumpleaños, deberías estar descansando.
―Ya estuve lejos un mes, quiero estar contigo.
―¿Qué? ―Relajó su expresión y dejó salir una sonrisita.
―Quiero estar contigo ―repetí―. Y, ya que hoy es tu día, haré lo que quieras.
―¿Lo que sea?
―Si no es cometer un crimen, está bien, lo que sea.
―Quiero besarte ―soltó con tranquilidad.
―Hmm, bien, olvídalo. Eso tampoco ―dije con algo de susto.
―Quiero besar a mi novia. ―Ladeó la cabeza―. ¿Un besito? ―Puso una cara de inocente.
Él dijo "mi novia" y fue extraño. Sentí como si no lo mereciera. Incluso si también quería eso, no debía y dolía.
―JungKook... no puedo besarte.
―¿Por qué? Dame una buena razón.
―No quiero hablar de eso ahora. No hoy. No quiero arruinar este día; es tu día.
―HaeBi, necesito una razón. ―Frunció el ceño―. ¿Ya no te gusto? ¿Es eso?
―No es eso. ―Agaché la cabeza―. En serio, ¿podrías dejarlo pasar hoy? Te lo diré luego.
―¿Lo prometes?
―Lo prometo. Después de todo, debo decirte. ―Me encogí de hombros y opté por dejar eso de lado―. Bien, hagamos otra cosa. Hmm, podríamos jugar videojuegos, ver películas, leer cómics... lo que sea.
―Quisiera tener una cita normal contigo ―dijo alicaído―, pero no puedo.
―No pienses en eso. ―Quité mis manos de su cintura, donde acabaron cuando él se separó, y tomé las suyas, que estaban sobre mis hombros―. Da igual que no puedas, no importa.
―Nunca voy a poder hacer algo normal como antes, HaeBi.
―Sí, lo sé. ―Ladeé la cabeza―. Esto es lo que tú escogiste, iba a cambiar algunas cosas.
―Por escoger esto te perdí antes. ―Apreté los labios al oír eso.
―Ya, pero estoy de vuelta y no me iré ―dije de forma despreocupada como si no fuera la gran cosa―. Si tú te quedas junto a mí, yo estaré a tu lado también. ―Solté sus manos y le abracé.
―No me voy a permitir perderte de nuevo. ―Puso sus manos en mi espalda.
―¿Por qué dices cosas tan tristes hoy? Se supone que debería ser un día feliz.
―He estado pensando en eso últimamente. ¿Qué hubiera pasado si mis elecciones hubieran cambiado?
―Sí, yo igual. ―Suspiré―. Pero no deberías pensar en eso, porque ya pasó y está hecho, no hay cambios.
―Entonces tú tampoco deberías.
―Yo todavía puedo cambiar las cosas... creo.
―¿Qué cosas?
―Te lo diré luego. ―Le escuché suspirar como si estuviera cansado―. ¿Quieres ir a comer algo? ¿Un helado?
―Quiero, pero tengo que seguir practicando.
―¿Cuánto falta para el comeback?
Los chicos habían estado practicando durante un largo tiempo. Algunos incluso se quedaban hasta muy tarde. Buscaban presentar algo perfecto, nadie podía culparlos por eso, pero también deberían descansar de vez en cuando.
―Poco más de un mes. En un abrir y cerrar de ojos llegará el día. ¿Cómo crees que resulte?
―¿Siendo honesta? ―Asintió―. Creo que les va a ir genial. Se han esforzado mucho.
―Nunca parece suficiente.
―No deberías pensar eso, JungKook. Si no fuera suficiente, tal vez a nadie le gustaría lo que hacen.
―Tal vez tienes razón.
―¿Qué pasó con tu canción? ―solté recordando que dijo que me dejaría escucharla.
―Está lista. ―Rompió el abrazo y me vio mientras sonreía con orgullo―. ¿Quieres oírla?
―Sabes que sí.
―Genial, ven.
Entrelazó mi mano con la suya y me sacó de la sala de práctica. Caminamos durante un rato hasta llegar a uno de los estudios de grabación. Me hizo entrar ahí y encendió las luces y los monitores. Me indicó sentarme en una silla a su lado y le hice caso. Observaba como vagaba entre muchos archivos hasta que abrió uno en específico. Era su canción, lo sabía porque su voz era única y ya me había acostumbrado a ella como para poder diferenciarla.
Los casi cuatro minutos de canción pasaron y yo escuché en silencio. El ritmo me gustaba y la voz de JungKook era tan suave que resultaba relajante. Suponía que podría escuchar la canción en bucle y no llegaría a cansarme.
―¿Sabes? ―dije cuando terminó―. Me gusta tu voz.
―¿Entonces debería cantar algo para ti?
―Eso me agradaría. ―Sonreí.
―¿Te gustó la canción? Aparte de NamJoon hyung, nadie la había escuchado.
―Me encantó. Cuando salga será la primera que guarde.
―Vas a hacer que me avergüence. ―Apartó la mirada.
―¿De qué te avergüenzas? Eres bueno, no deberías.
―Aún podría ser mejor.
―Si te esfuerzas, no vas a dejar de mejorar, es obvio. Pero lo digo en serio, eres bueno.
―Quiero ser mejor.
―Lo serás. Serás el mejor de todos, seguro. Y tendré que aprender de ti, porque yo no soy buena en esto. ―Me encogí de hombros―. Todavía no entiendo por qué Bang PD me dejó entrar. Sigo decepcionando a todos.
―No lo haces mal. No digas tonterías.
―Tampoco lo estoy haciendo bien.
―Nadie es bueno al principio. Solo debes esforzarte. ―Puso sus índices sobre sus sienes―. Mis poderes psíquicos me dicen que vas a debutar.
―¿Tú crees? ―Ladeé la cabeza―. Literalmente acabo de perder un mes por irme.
―No te presiones mucho.
―Dijo el chico que se presiona demasiado a sí mismo. ―Levanté la ceja.
―Porque lo hago sé que no deberías.
―Dejaré de presionarme cuando tú lo hagas ―contraataqué―. Y dime, ¿ya comiste? ―inquirí. Él negó con calma―. ¿Y a qué hora piensas comer?
―No pensé en eso... lo olvidé.
―Tienes que cuidar tu salud. ―Fruncí el ceño e hice un mohín―. ¿Cómo piensas seguir practicando sin comer?
―Estaba muy concentrado y lo olvidé. Pasa más seguido de lo que te imaginas.
―En serio que voy a tener que cuidarte, JungKook ―dije seria―. Vamos a comer y luego te dejo practicar.
―No quiero que te vayas.
―Tus deseos son órdenes ―dije poniéndome de pie―, pero primero vamos a comer.
Extendí mi mano, él la tomó al instante y se puso de pie. Tuve la intención de empezar a caminar a la salida para ir al comedor, pero JungKook no se movió, más bien acabó jalándome y me abrazó. Me veía mientras sonreía de forma, tal vez, sospechosa.
―No creas que no me di cuenta. ―Fruncí el ceño por no entender a qué se refería―. Me gusta tu cabello. ―Relajé mi expresión.
―Cortesía de mi prima. ―Me encogí de hombros―. Creí que no lo notaste.
―El cambio es muy evidente como para no darse cuenta. ―Juntó su frente con la mía y cerró los ojos―. En serio quiero besarte.
―No sé qué hacer contigo.
Tomé su rostro entre mis manos y le alejé un poco. Me perdí en sus ojos por unos segundos cuando los abrió y sonreí. Me acerqué con lentitud y le di un beso en la mejilla.
―Podrías besarme en los labios.
―Tal vez luego. Vamos, necesitas comer y, siendo sincera, yo también.
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Estaba sentada en el piso de la sala de prácticas con la espalda apoyada en los espejos viendo como JungKook bailaba una y otra vez sin estar conforme con su desempeño. Yo lo veía bien, pero él no, así que seguía repitiendo las canciones y los pasos de las coreografías. Tenía buena resistencia, eso sí estaba claro. Había sudado mucho y bebido muchas botellas de agua, en ese instante se estaba acabando la última que tenía mientras Blood Sweat & Tears, como me dijo que se llamaba la canción principal que había oído hace un tiempo, empezaba por enésima vez.
―Ya es suficiente. Descansa.
―No, aún no está bien.
―Jeon JungKook, ven acá y descansa ―le dije como si se lo estuviera ordenando.
―HaeBi, no.
―¿No estás cansado? Sé que quieres hacerlo bien, lo entiendo, pero ya es suficiente.
Me vio un poco fastidiado pegando su lengua a su mejilla desde el interior. Incluso me asusté de forma leve por su mirada intensa. Dejó salir una gran bocanada de aire sin dejar de verme.
―No voy a parar.
―¿No? ―Levanté las cejas.
―No.
―Bien. ―Me encogí de hombros y me levanté con la intención de irme.
―¿Vas a dejarme?
―No, porque me pediste que me quedara.
―¿Entonces a dónde vas?
―No importa, ya regreso. ―Seguí el recorrido hasta la salida―. Puedes seguir en lo tuyo.
―No te vayas. Descansaré, ¿sí? Quédate.
―Volveré en un segundo, en serio. Si quieres descansar, hazlo, pero igual me iré un momento.
―HaeBi, no me dejes.
―No te estoy dejando, no seas dramático. Solo voy a salir un rato. Está muy caliente aquí adentro, me sofoco ―mentí.
―¿Lo prometes?
―Imanes ―le dije antes de salir.
No era mentira que estaba caliente ahí adentro, lo sentí de lleno cuando el aire del resto del edificio chocó contra mis piernas al salir, sin embargo, esa no había sido la verdadera razón por la que decidí irme. Ya que él no quería dejar de practicar y, básicamente, le había visto engullir toda el agua de las botellas, decidí que iría por más. Las iba a necesitar si no pensaba descansar.
Caminé distraída viendo al suelo hasta llegar al comedor. Fui directo a los refrigeradores y empecé a sacar botellas de agua dejándolas en una mesa cercana. Conté cinco y una para mí. Di una gran respiración y levanté la cabeza tomándome con seis pares de ojos curiosos sobre mí.
―¿Vas a robarte todas las botellas de agua del edificio? ―me preguntó YoonGi de forma bromista, lo cual me sorprendió un poco.
―Puedes venir por más luego ―dijo NamJoon de forma familiar.
―¿Dónde dejaste a JungKook? ―terminó por preguntar TaeHyung.
―Quiere seguir practicando y ya se terminó las botellas que tenía, así que le voy a llevar más.
―Quiero una novia así de atenta. ―JiMin hizo un puchero de tristeza.
―No son novios aún ―le dijo HoSeok y le dio un zape haciéndome reír.
―Sí lo son ―se defendió―. Escuché a JungKook decirle que eran novios.
―¿Son novios? ¿No pensabas decirme? ―soltó TaeHyung exaltado y ofendido―. Pensé que éramos amigos.
―No creí que alguien supiera. ―Me rasqué la nuca de forma nerviosa.
―¿En serio están saliendo? ―inquirió SeokJin.
―Es complicado.
―Es una respuesta de sí y no, HaeBi ―intervino NamJoon―. Él puede tener novia si quiere, pero ¿tú puedes?
―No, no puedo.
―¿Y aun así están saliendo?
―En serio es complicado.
―Ya, dejen a HaeBi ―dijo YoonGi―. A ti ―me apuntó― te quiero ver mañana a primera hora.
―Sí, sunbae. ―Hice una reverencia.
―HaeBi, tenemos que hablar sobre esto. ―TaeHyung me veía de forma preocupada y no entendía muy bien el motivo―. Cuanto antes.
―Seguro, oppa.
―¿Por qué a TaeHyung le dices oppa y a mí no? ―dramatizó YoonGi. Su personalidad me resultaba un enigma.
―Porque es mi amiga, hyung. ―Le sacó la lengua levantándose y caminando hasta donde estaba parada―. Vamos, te acompaño.
―Gracias.
El mayor tomó cuatro botellas y yo llevé las dos restantes. Estuvimos en silencio durante unos pasos. No entendía mucho hasta que TaeHyung tocó el tema de lleno.
―¿Ya terminaste con tu novio?
―No.
―¿Y por qué ahora resulta que eres la novia de JungKook? ―dijo preocupado y también molesto―. ¿Él sabe?
―No, no sabe. No tiene ni idea. ―Pasé mi lengua por mis labios―. Lo que pasó fue que recordó que nunca terminamos cuando se fue, así que, en teoría, todavía somos novios. Me siento mal por todo, siento que le estoy mintiendo, TaeHyung.
―¿Vas a decirle?
―Sí, pero no hoy. Es su cumpleaños, no quiero arruinarlo.
―Debes ser sincera. ―Llegamos a la puerta de la sala de practica―. Él aún es como un niño, tuvo que crecer rápido. No le lastimes, ¿sí?
―Nunca lo haría con intención.
―Espero que no. ―Me sonrió como dándome apoyo antes de que abriera la puerta, cambiara su actitud a una más alegre y entrara gritando―. ¡JungKookie!
―¡Ah! ¿¡Qué!? ―Se giró con cara de susto a lo que TaeHyung y yo nos reímos.
―¿Te gustó la sorpresa? ―Se acercó a la mesa y dejó las botellas, yo lo hice después―. Fue una idea genial.
―Sí, hyung, gracias. ―Le sonrió y se dieron un abrazo―. La mejor sorpresa de todas ―añadió cuando se separaron.
―HaeBi accedió aun cuando le llamé a las cuatro de la mañana e interrumpí su sueño ―dijo orgulloso.
―Para la próxima recuerda la diferencia horaria. Casi no pude volver a dormir. ―Hice un mohín.
―¿Habrá próxima? ―JungKook me vio con duda.
―Supongo que no, pero nunca se sabe. ―Me encogí de hombros.
―Me iré ahora. JungKookie, no te esfuerces mucho y descansa. HaeBi ya trajo más agua para ti, así que agradécele. ―Sin más se fue cerrando la puerta a su paso.
―Gracias. ―Se acercó con parsimonia hasta que me abrazó y empecé a moverme con desespero.
―No, no, suelta. ―Le escuché reírse―. Estás sudando, no me toques.
―Deberías empezar a acostumbrarte. Me gusta abrazarte y, ya que no me dejas besarte, debes compensarme de alguna manera.
―Pero no cuando estés sudando. No me gusta. ―Dejé de moverme y le vi haciendo mi mejor cara de cachorro―. Suéltame, por favor.
Intentó reprimir una sonrisa que se le escapaba. Me dio un rápido beso en la frente y, finalmente, me soltó.
―¿Quieres bailar conmigo?
―Pero no me sé tus coreografías.
―Si dices que sí, te las enseño. ―Sonrió con galantería mientras esperaba mi respuesta
―Bueno, pero no te rías de mis habilidades nulas de baile.
―Nunca me reiría ―dijo con falsa ofensa―. Te enseñaré lo mejor que sé y así también serás mejor. Es un ganar, ganar. Yo tengo más tiempo contigo y tú practicas.
―Solo por hoy. Tendré que volver a la rutina el lunes.
―¿Qué implica la rutina? ―Me vio divertido.
―Necesito volver a estudiar. Solo falta un semestre. ―Puse mi mano en alto con el índice extendido y hasta con orgullo―. Un semestre y estoy fuera. ―Pestañeé por un segundo cayendo en cuenta de algo importante―. Voy a estar fuera y no sé ni siquiera a qué universidad voy a ir. ―Dejé caer mi brazo―. Sonaba mejor en mi mente. ―Hice un mohín.
JungKook había estado viéndome divertido en mi corta crisis. Podría entrar a cualquiera de las universidades SKY*, incluso había recibido propuestas de cada una, pero no le había dado vueltas al tema. Y para acabar no sabía si podría ir. Suponía que tenía que escoger entre entrenar y estudiar, sin embargo, no me sentía capaz de dejar alguna de lado.
―Un semestre y volvemos en serio. No puedes escaparte de eso.
―Sí, eso no importa. ―Sí importaba, mucho, de hecho, pero no era lo más importante en ese preciso instante―. La universidad, JungKook, no sé a cuál ir. La de Seúl, de Corea y Yonsei, ¿a cuál irías?
―¿Piensas entrar a alguna de esas? Son las mejores universidades del país ―dijo algo sorprendido.
―Puedo entrar a la que quiera, pero no he escogido carrera tampoco. Voy a ser una veinteañera sin futuro ―empecé a exagerar.
―No te preocupes mucho por eso. ―Él se estaba divirtiendo mientras me veía estar en crisis―. Yo no voy a ir aún, podríamos ir juntos después.
―No creo que mi mamá me deje ―arrugué la nariz.
―Solo un año sabático, HaeBi. Podemos empezar juntos después y nos graduamos a la vez.
―Necesito pensar en eso. El tiempo es oro.
―Mejor despeja tu mente y baila conmigo. ―Se estiró a tomar mi mano―. Aún tienes tiempo para pensarlo.
―¿Qué canción vamos a bailar? ―Opté por hacerle caso.
―La que quieras.
―Sus coreografías son muy difíciles. Se me va a quebrar un hueso... No, no solo uno, se me van a quebrar los 206 huesos ―Le escuché reírse bastante por lo que había dicho, pero desde mi perspectiva era así.
―No tienes que hacerlo como nosotros. A tu ritmo.
―Bien, entonces... humm... la que sea. La que te parezca más fácil.
―Entonces bailemos 21st Century Girls. ―Sonreí con ternura al escuchar la peculiar pronunciación de la palabra girls. En efecto, no había mejorado mucho su inglés en todo ese tiempo.
Dicho eso, empezó a enseñarme los pasos del coro. Puse mi mayor esfuerzo en ello y aprendí rápido la secuencia, sin embargo, por más que la conociera de inicio a fin, al momento de ir con la música no me salía bien. Lo intenté varias veces hasta que me frustré. JungKook me hizo seguir intentándolo y para el final del día, según él, podría ser una bailarina de fondo. Según yo, perdería una competencia de baile debido a mis pocas habilidades.
En ese momento me puse una meta clara, debería mejorar más y rápido. No daría pasos de hormiga, sino normales. Sin importar lo que tenga que hacer, no quería fracasar en eso, porque ya se estaba volviendo parte de mí.
🍭
*SKY son las tres universidades las prestigiosas en Corea del Sur. La S es de la Seoul National University, la K es de la Korea University y la Y es de la Yonsei University. También SKY se traduce como cielo, por lo que es como una meta de los estudiantes, llegar alto.
-비🌧
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