18화
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Estaba llegando a las últimas escaleras cuando pude oír como SeAh trataba de obtener información de JungKook.
―¿Cuándo es el siguiente comeback? ¿Antes de que termine el año?
―No puedo revelar eso.
―Ah, JungKook. ―Fingió una rabieta―. Dime. ¿Ya tienen la canción principal? ―El parecía estar divirtiéndose. Con sus dedos, el índice y el pulgar, fingió cerrar una cremallera por sobre sus labios―. No voy a rendirme hasta convencerte. ―Se cruzó de brazos y levantó su barbilla.
―No vas a lograrlo. ―Se encogió de hombros.
―Yah, JungKook, no me conoces. ―Le señaló con el índice―. Conseguí que HaeBi audicionara y no quería hacerlo. Yo siempre convenzo a la gente.
―Gracias por provocar que HaeBi y yo nos encontremos de nuevo, pero en serio, no diré nada.
―Eso dicen todos.
Caminé con sigilo hasta ellos y me detuve a las espaldas de JungKook. SeAh ya me había visto, pero trataba de fingir que no.
―No intentes luchar contra SeAh, siempre lo logra. ―Jeon saltó un poco en su asiento y se llevó una mano al corazón. Había logrado asustarle. Me reí por su reacción.
―¿Querías que muera de un infarto? ―Negué mientras me acercaba a la silla junto a él―. Pues casi lo hago ―dijo con dramatismo.
―No seas exagerado. ―Me senté a su lado.
―En definitiva se ven bien juntos. ―Con sus manos estaba formando un marco en el que encuadraba la escena.
―SeAh, tengo hambre. ―Ladeé mi cabeza y le vi de forma suplicante―. ¿Puedes hacerme de comer? ―Junté mis manos y sonreí―. Por favor.
―Aish, mocosa. ―Su semblante era serio. Agité mis hombros―. Bien ―Se puso de pie―, pero hoy vamos a comer ramen.
―Gracias, unnie.
―No me digas unnie, no soy tan mayor. Vuelve a decirme SeAh.
―A mi lleva diciéndome sunbae desde el lunes ―se sumó JungKook. Mi atención saltaba de uno a otro. Ambos me veían serios hasta que mi estómago volvió a sonar por el hambre, eso provocó que se rieran.
―¿También quieres ramen? ―SeAh veía a Jeon. Este asintió y mi amiga fue hasta la cocina.
―Así que al final no estudiaste. ―Negué. Tampoco iba a estudiar de cualquier manera, pero él no lo sabía.
―El universo a veces es cruel conmigo. ―Apreté mis labios formando una línea y me encogí de hombros―. Mis planes nunca resultan como quiero.
―Tal vez no es lo que quieres sino lo que necesitas.
―Estoy segura de que no necesitaba esos cólicos ―bromeé.
―Si, bueno. Si no los tenías, es probable que no hubiera venido. ―Levantó las comisuras de sus labios―. ¿Qué estuviste haciendo toda la semana? No te vi ni por asomo.
Me incliné sobre la mesa y apoyé mis antebrazos en el borde de esta. Estiré mi mano en puño y la vi como tratando de recordar lo que había hecho.
―Estudiar ―estiré un dedo―, practicar... ―Estiré otro y mordí mi labio―... tarea ―Tenía tres dedos estirados. Sabía que "evitar a MinJae" y "sentirme mal por haberle hecho llorar" estaban en la lista, pero también sabía que no iba a decirlo―. ¡Listo! ―Volteé mi mano y mi rostro hacia él. Tenía levantadas mis cejas y una mueca que intentaba ser sonrisa.
―Que aburrida ―bromeó.
―Tengo una vida de estudiante normal. ―Apoyé mi cabeza en la misma mano que había usado para enumerar mis actividades―. Supongo que ser idol será más interesante
―Es agotador, pero al final lo vale. ―Pude ver como sus ojos brillaron de una manera que no había visto antes―. En los conciertos, cuando puedo ver al público, parece una galaxia. Es hermoso ―tenía la vista perdida, seguramente en sus recuerdos, y hablaba con ilusión, tanta que me hizo preguntarme cómo se sentía él en verdad. Oírlo y sentirlo debía ser diferente. Sonreí de manera leve.
―Espero algún día poder ver eso. ―Volvió con rapidez a clavar su vista en mí.
―Te voy a llevar a un concierto. ―Se acercó con cautela viendo de reojo a la puerta de la cocina. Parecía que iba a develar un secreto de estado que nadie más podía oír―. Cuando la gira empiece, te llevaré.
―¿Gira? ―Asintió y se alejó con lentitud.
―La gira del siguiente álbum. Aún no están definidas las fechas, pero prometo conseguir un asiento para ti y SeAh. ―Sonrió con decisión―. No le digas nada ―señaló a la cocina―, que sea un secreto por ahora.
Sonreí para él dándole a entender que estaba de acuerdo. En cierto punto la idea me entusiasmaba, ya que verlo actuar en vivo sonaba bien, porque, de hecho, no sabía cómo lo hacía. Nunca le había escuchado cantar o visto bailar. Seguro era bueno, porque él conseguía ser bueno en todo, pero aún así tenía esa pizca de curiosidad gracias a que no lo había comprobado aún.
Vi a SeAh asomarse por el umbral de la puerta, así que desvíe mi atención con rapidez a ella.
―¿Qué sucede?
―¿Café? ―Me apuntó y asentí. Después apuntó a JungKook―. ¿Tú? ¿También quieres café? ―Negó al instante―. Tengo agua y jugo de naranja de caja.
―Agua está bien. ―Le sonrió con amabilidad. SeAh asintió y volvió a la cocina.
Ambos regresamos a vernos después de que mi amiga se perdió de nuevo en esa habitación. Incluso pareció algo que habíamos ensayado muchas veces, porque lo hicimos al mismo tiempo. Reímos ante la coincidencia, aunque mi acción se vio interrumpida por un bostezo que incluso me hizo lagrimear.
―No lo entiendo ―solté de repente. Jeon me vio con confusión―. Dormí un buen rato y todavía tengo sueño. ―Hice un puchero. A veces el aegyo salía de mí sin que lo meditara antes.
Vi cómo acercó su mano a mi rostro y llevó uno de los mechones de mi cabello detrás de la oreja. Sus ojos recorrían todo mi rostro mientras sonreía. Después acarició mi cabeza.
―Eres muy linda. ―Abrí mis ojos como platos y pude sentir como empezaba a sonrojarme. Cubrí mi cara con ambas manos y solo me permití ver a través de mis dedos.
―Yah, Jeon JungKook ―me quejé.
―¿Qué? ―preguntó con algo de burla―. ¿Dije algo malo? ―Se señaló a sí mismo. Negué.
―Lo dijiste muy de repente. ―Se encogió de hombros.
―Te lo decía siempre antes.
Un sentimiento de melancolía me invadió en ese instante. Mi mente se transportó a todas esas veces que lo dijo, desde la primera hasta la última, que llegó con un sentimiento amargo. Había sido tímido la primera vez, incluso podía decir que había tartamudeado un poco, lo cual me pareció muy lindo, pero la última lo dijo con seguridad, aunque al día siguiente ya no iba a estar. No tenía idea si él sabía que se iría, suponía que sí.
―Pero ya no es el antes.
―Igual, no has dejado de ser linda. Incluso creo que ahora ño eres más.
―¿Y tu timidez? ―Moví mi cabeza como si buscara dicha cualidad por los alrededores.
―Cuando estoy contigo no está. ―Estiró su mano y tomó la mía para entrelazarlas―. Prefiero aprovechar cada segundo, no quiero perder más tiempo.
Antes incluso de poder pensar en una respuesta, SeAh volvió a aparecer por la puerta de la cocina, pero esta vez traía la comida. Sin dudar ni un segundo me levanté para ayudarle a servir todo. Muy a mi pesar solté la mano de JungKook para hacerlo. Caminé hasta los cajones donde estaban los cubiertos y saqué tres pares de palillos y tres cucharas. Las llevé y ubiqué en la mesa y luego volví por los dos vasos que faltaban: uno con agua y otro con jugo de naranja. Todo estaba listo así que mi amiga y yo nos sentamos para empezar a comer.
SeAh rompió el silencio tratando de conseguir alguna primicia sobre el siguiente comeback, pero Jeon seguía dándole largas y no revelaba nada. Ni siquiera alguna pista. Se podía ver que tenía experiencia al respecto o es muy bueno guardando se las cosas; muy opuesto a mi, que seguro ya hubiera confesado todo lo que supiera, pues SeAh era muy persuasiva y yo era poco cuidadosa. En cualquier caso, lo seguro es que yo ya hubiera caído.
―¿No tienes evaluaciones mensuales? ―Asentí mientras llenaba mi boca con los fideos. Ellos ya habían terminado y yo aún tenía medio plato. Incluso me preguntaba si masticaron antes de tragar―. ¿Cuándo son?
Llevé una mano para tapar mi boca y poder hablar sin que vieran la misma: ―En realidad, eran hoy. ―Ambos me vieron con sorpresa y seguí masticando hasta deglutir el bocado que tenía―. Pero no tuve que hacerla, porque les pareció injusto. Ni siquiera llevo una semana entrenando, así que no tengo nada.
―Aun me pregunto cómo pasaste tan rápido ―intervino SeAh―. Sigo viendo chicas diciendo que esperan la segunda ronda y otras que ya fueron descartadas. De verdad que tienes mucha suerte.
―Si, es cierto. Entrar no es fácil. ―JungKook me veía mientras metía más fideos en mi boca―. Yo también quiero saber.
―Siendo sincera con ustedes, yo tampoco sé. No es como si cantara o bailara bien. Incluso siento que lo hice muy mal ese día, pero Bang PD dijo que vio potencial. ―Seguí comiendo.
―Es cierto. Cuando te enseñé la coreografía la aprendiste rápido.
―¿Qué coreografía presentaste? ―Puso su mirada expectante sobre mí.
―Cheer Up. ―Vi mi plato y sentí algún tipo de emoción al notar que en uno o dos bocados terminaría.
―A ver, haz esa parte icónica.
―Si, si, la de Sana. ―SeAh apoyo la idea. Negué con ímpetu.
―Me da vergüenza. ―Metí el penúltimo bocado en mi boca.
―Una vez. ―JungKook levantó su mano con el índice extendido―. Por mí.
―Eso es jugar sucio. ―Le vi sin gracia a lo que él negó.
―Es jugar con ingenio. ―Tocó su sien con el índice un par de veces para representar inteligencia.
―No lo haré.
―Seguro te sale bien, tienes aegyo natural. ―SeAh había empezado a insistir. En ese instante comí el último bocado.
―Saben que es injusto, ¿verdad? ―Fruncí el ceño. Primero apunté a mi amiga―. Tú siempre logras convencerme. Incluso la otra vez casi nos atrapa la policía. ―Volteé a Jeon con la intención de apuntarle también, pero este tenía una cara de sorpresa bastante graciosa―. ¿Qué? ―Ladeé la cabeza.
―¿La policía?
―Ah, bueno... si. ―Entonces me di cuenta que había hablado sin pensar. Podía imaginar la idea que SeAh tenía en su cabeza justo en ese instante. Lo confirmé cuando le vi sonreír de la manera que lo hacía cuando iba a contar mi desgracia de ese día.
―¿Sabes por qué? Estábamos corriendo después de haber logrado entrar a esa tienda, pero HaeBi se tropezó con una piedra y casi se cae de cara al piso.
―¿Robaron una tienda? ―SeAh negó.
―Solo íbamos a pasear por los pasillos. ¿Has visto esas fotos que se hacen en los supermercados? Yo quería una y llevé a la señorita para que sea mi fotógrafa, pero hicimos sonar la alarma.
―Ay, qué vergüenza. ―Susurré mientras cubría mi rostro a sabiendas de que eso no me servía de nada, porque igual podían verme―. Debería callarme ―me reprendí.
―¿No quieres ir a hacer algo así algún día? ―En automático me erguí y vi a SeAh con algo de rabia. Le había preguntado eso cuando yo ni siquiera lo había intentado.
―Suena tentador. ―Llevé mi atención a JungKook.
―No pueden estar hablando en serio. ―Mi cara demostraba incredulidad absoluta―. Irán solos. ―Iba a levantarme para ir de vuelta a mi habitación, pero me quedé estática en el momento que Jeon tomó mi mano entre la suya.
―Entonces supongo que no. ―Me sonrió―. Pero con una condición. ―Levanté las cejas dándole a entender que dijera lo que quería para no ir a vandalizar con SeAh―. Haz la parte de Sana.
―Bien, entonces pueden irse a que les persiga la policía, me voy a dormir. ―De nuevo no pude ponerme de pie porque JungKook no me soltaba. Conecté nuestras miradas―. ¿De verdad? ―Empezaba a fastidiarme, no importaba si era el chico que me gustaba.
―Una vez. ―Resoplé y moví algunos cabellos que estaban al alcance del aire que salió de mi boca.
―No quiero que ninguno mencione esto nunca. ―Me liberé del agarre de JungKook y me preparé mentalmente para lo que seguía. Llevé mis manos en puño frente a mi rostro, lista para hacer aquel paso que se le veía tan bien a Sana, pero que no me agradaba si tenía que hacerlo yo―. Shy, shy, shy. ―Acompañé las palabras con el movimiento icónico de las manos y en seguida cubrí mi rostro. Sabía que ese sería un momento que desearía borrar.
―Si, en definitiva fue mejor que el de Sana ―habló SeAh de manera muy seria, como si fuera una crítica profesional. Incluso tenía su mano en su barbilla―. ¿Qué opina usted, señor Jeon?
―En efecto, señorita Ko. Ahora el movimiento le pertenece a la señorita Kwon ―le siguió en juego.
―Les odio. ―Me sentía totalmente avergonzada.
―No es cierto. ―SeAh volvió a su actitud habitual―. Tú nos amas.
―No, ya no. ―Me crucé de brazos. Y puse mi mejor cara de enojo a sabiendas de que no podía mentirle a SeAh.
Mi amiga decidió que, para demostrar que ella tenía razón, iba a sostenerme la mirada hasta que me riera, porque eso siempre sucedía en ese tipo de situaciones. Puse toda mi fuerza de voluntad en no caer, pero ¿a quién quería engañar? A los cinco segundos terminé riéndome. No era buena para fingir. De actriz podría morir de hambre antes de conseguir un papel en algún drama o película.
―Por mentirme, mañana me compras el almuerzo. ―SeAh me apuntó de manera amenazante y con su ceño fruncido. Estaba diciendo eso en serio, aún si parecía que no. Suspiré―. No, espera ―se retractó al instante―. Nos compras el almuerzo. ―Hizo un gesto con la mano en el que se incluía a ella y a JungKook.
―Voy a terminar en bancarrota. ―Formé un puchero tratando de que cediera y dijera que solo estaba jugando, pero no sucedió―. Bueno, entonces mañana les invito el almuerzo ―me resigné.
Pude ver de reojo como Jeon sonrió con amplitud dejando ver sus dientes de conejo. Estaba complacido con la idea y suponía que era porque tendría "comida gratis", incluso yo estaría feliz por eso, aunque en mi caso lo sufría, porque no era quien recibía, era quien tenía que pagar. No era tacaña o algo por el estilo, pero estábamos a fin de mes y mamá aún no me reponía la mesada.
SeAh se acercó a mí con la intención de susurrarme algo al oído. Se veía muy sospechosa y cuando dijo que tenía en mente, solo me pregunté cómo no se me había ocurrido antes: ―Invita también a TaeHyung. ―Podía usar eso como una disculpa para él por no contestar todas sus llamadas. No sería tan malo.
―El mes que viene me tocará hacer dieta ―solté un poco en broma y a la vez en serio, porque SeAh me haría desembolsar mucho dinero, como cada vez que me tocaba invitar la comida. Aunque yo tampoco era inocente, también aprovechaba cuando le tocaba a ella. Es por ese pequeño motivo que cada una pagaba por sí misma y nos evitábamos la "futura venganza" que llegaría de manera inminente de parte de la otra―. Ya necesitaba bajar unos kilos. ―En realidad estaba en mi peso óptimo según el médico.
―Nunca vuelvas a decir eso ―se pronunció JungKook de manera repentina. Su voz sonó muy seria y tanto mi amiga como yo volteamos a verle con clara sorpresa―. Estás bien.
―Solo estaba bromeando. ―Sonreí de manera nerviosa. Él chasqueó la lengua y negó con desaprobación.
―Ni siquiera en broma. ―Parecía que frunció el ceño, aunque no podía estar segura, porque su flequillo no me dejaba ver su frente.
Ladeé mi cabeza un poco confundida. Él tenía su mirada fija en mí y en cada movimiento, mientras yo intentaba entender su cambio de humor tan repentino. Al parecer, las veces pasadas fueron porque se puso celoso, según JiMin y TaeHyung, pero esa vez no lo entendía y sabía que no podían ser celos.
―Me voy, no quiero hacer mal tercio. ―Y, así de repentino como lo dijo, así de rápido SeAh se escabulló al segundo piso. No tuve oportunidad de detenerle así que solo le vi alejarse y después volví a Jeon.
―¿Qué sucede? ―Acerqué un poco la silla para tenerlo más cerca. Incluso me incliné levemente tratando de analizar sus gestos.
―Nada. ―Su tono de voz fue frío.
―Te ves... enojado ―hablé con cuidado pensando que podría molestarse. Negó levemente y suavizó sus facciones en el acto.
―No estoy enojado, solo molesto. Nunca vuelvas a decir que harás dieta o algo así, no lo necesitas.
―Solo estaba bromeando ―repetí.
―Da igual, no lo digas y tampoco lo hagas, nunca ―puso énfasis en la última palabra.
―Tranquilo, no lo voy a hacer. ―Sonreí para calmarle. En realidad nunca había considerado la idea, solo bromeaba al respecto.
―Bien. ―Imitó mi acción―. Creo que ya debería irme.
Al oír sus palabras no pude evitar borrar mi sonrisa y poner una mueca de decepción. Podría jurar que con la mirada le estaba pidiendo que no se fuera, aunque sabía que eso no iba a suceder y en el fondo me dolía. Era como si tuviera miedo de no poder verle al día siguiente, porque incluso si sabía que ahora estábamos en la misma agencia, no podía evitar pensar en el pasado cuando se fue sin avisar.
―Si, ya es tarde. ―Me senté derecha, lo que provocó que me alejara lo poco que me había acercado.
―Quita esa cara, me vas a ver mañana.
―¿Qué cara? ―Cambié mi expresión en un segundo―. Es la única que tengo. ―Me encogí de hombros. Soltó una carcajada y eso me puso feliz por algún motivo. El simple hecho de provocar que riera en vez de llorar me hacía sentir bien.
―Me despides de SeAh. ―Se puso de pie y yo le imité mientras asentía a su pedido. Fue hasta la cocina por algún motivo que no descifré hasta que le vi regresar con sus botas en la mano, entonces supe que mi amiga le había hecho entrar por el patio.
―Te acompaño hasta la puerta. ―Él solo tomó mi mano y me hizo caminar hasta la salida. No me opuse o resistí, sabía que se tenía que ir, incluso si yo no quería que lo hiciera.
Cuando llegamos al pórtico, él se detuvo e hizo que yo también lo hiciera. Volteó a verme y pude ver lo feliz que estaba. Solo eso fue suficiente para mí en ese instante. Si alguien me hubiera preguntado qué era lo que me gustaba de JungKook, no habría sido capaz de contestar. Él simplemente hacía que mi corazón acelerara su ritmo y me daba seguridad por algun motivo. No era por el hecho de que fuera guapo o que fuera famoso, porque lo había conocido antes de todo eso. Tal vez mi respuesta sería que me gusta solo porque es él.
―¿Vas a seguir llamándome sunbae?
―¿Debería? ―Fingí pensar―. Creo que prefiero decir tu nombre.
―Eso me agrada. ―Mi respuesta pareció satisfacerle, pero entonces recordé aquel primer día de la semana en el que mi mente pensó que era mejor tomar distancia y le llamé sunbae por primera vez.
―JungKook... ―Desvié mi mirada―, lo que sucedió el lunes... yo no quise decir eso. Hablé sin pensar.
―¿Entonces podemos intentarlo? ―Una pizca de entusiasmo asomó en sus ojos, aunque, así como llegó, la hice desaparecer cuando negué.
―Eso fue cierto, solo que creo que no lo dije de una buena manera.
―¿Puedes decirme la razón?
―Por ahora déjalo pasar. Necesito acomodar algunas cosas antes de nada. Además creo que es difícil.
―¿En qué sentido?
―He visto relaciones de idols destruirse luego de que se hicieran públicas.
―Cuando llegue el momento en el que puedas estar conmigo, no voy a dejar que nos separen. Ya estuve mucho tiempo sin ti, HaeBi. ―Sonreí de manera instantánea.
―Haces que quiera abrazarte ―solté sin ningún filtro y por un momento me arrepentí. Un momento insignificante, pues abrió sus brazos invitándome a hacer dicha acción. Sin dudarlo me acerqué y rodeé sus cintura―. Te extrañé. ―Me devolvió el abrazo.
―¿Ahora estamos bien? ―Asentí sobre su pecho. Sentí como me apretó aún más.
―Estamos bien.
―¿Sabes que quiero? ―Moví mi cabeza de izquierda a derecha en negación―. Quiero quedarme así por el resto de mi vida.
―¿En serio? ―Afirmó con un sonido de su boca―. Yo también, pero es imposible.
―Que aguafiestas eres conmigo. ―Reí sobre su pecho. Ciertamente el aroma que tenía me gustaba mucho―. ¡Oh! ―pareció recordar algo―. Me debes una cita... Tal vez dos.
―¿Eh? ―Me separé un poco y levanté mi cabeza para poder verle―. ¿Por qué?
―Bueno, no una cita, pero quedamos en que debía invitarte a comer helado algún día y además mañana vas a pagar por el almuerzo, así que ahí está la segunda.
―Algún día. Como si es mañana o el año que viene. ―Me encogí de hombros.
―Pero me lo debes ―sentenció.
―Está bien. Tú me dices cuando y a donde quieres ir. ―Sonrió mostrando sus dientes―. Pero, por ahora, deberías irte; ya es tarde. ―Asintió, aunque no hizo ni el mínimo intento por separarse y yo tampoco.
―Siendo honesto, no me quiero ir.
―Bien, hagamos esto: te vas ahora antes de que sea más tarde y mañana vamos a desayunar cuando llegue a la agencia. ―Aflojé el agarre que tenía sobre su cintura hasta que lo dejé libre; él también lo hizo.
―Debes llegar temprano. ―Asentí―. A las ocho.
―Espera, eso es muy temprano ―fingí una rabieta.
―Mientras más pronto, mejor.
―Voy a madrugar en sábado solo por ti ―dije fingiendo seriedad―. ¿Tienes un cubrebocas? ―Se limitó a sacar el accesorio de su bolsillo y me lo enseñó. Opté por tomarlo y ponérselo. Por algún motivo, mis inhibiciones no estaban si se trataba de él―. Ya vete. ―Moví mis manos para despedirle.
Por un momento bajó su cubrebocas, se acercó a dejar un beso en mi frente, se lo acomodó de nuevo y agitó su mano en despedida. Lo vi alejarse por la calle siguiendo el trayecto que habíamos usado el domingo pasado. Esperé a no poder distinguirlo para entrar de nuevo a la casa. Cerré las puertas, puse la alarma de seguridad y apagué todas las luces del piso inferior para después subir a mi habitación. Vi a SeAh acostada en mi cama y me tiré a su lado.
―Rescaté al señor bigotes del frío piso. ―Movió al peluche de conejo frente a mí, lo cual me hizo reir.
―MinJae lo arrojó hoy cuando llegó. ―Recordé sin mucho entusiasmo―. JungKook mandó a que me despida de ti por él.
―Hoy se me escapó, pero mañana seguro le sacó información.
―Por ahora solo duerme. ―Bostecé―. O no hagas mucho ruido.
Me acomodé tapandome con las cobijas y cerré mis ojos. Ni siquiera tuve que contar ovejas, a los cinco segundos ya estaba dormida como tronco. No hubiera sido capaz de levantarme ni aunque hubiera algún terremoto y la casa se viniera abajo.
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Me disculpo por la demora, pero la universidad me está comiendo viva. Necesito organizarme si quiero seguir escribiendo y estudiando.
Decirles que les amo mucho si leen esto. Y agradecerles también por su apoyo. ♡♡♡
-비🌧
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