14화
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―¿Sabes cocinar o es que pediste comida y la vas a hacer pasar como tuya? ―bromeé un poco ya que la ducha me había relajado.
―¡Oye! ¡Yo lo preparé para ti! ¡Mocosa malagradecida! ―Me apuntó con la cuchara con la que estaba repartiendo el arroz.
―Es que pensé que no sabías cocinar. ―Levanté ambas manos en señal de inocencia.
―Mamá me ha estado obligando a aprender, así que ahora soy experta. ―Movió su cabello con su mano libre―. Dicen que tengo buena sazón, así que disfruta la comida.
―Si, unnie ―usé un tono militar.
―Que no me digas unnie ―bufó. SeAh achicó sus ojos enfocándome mientras terminaba de bajar las gradas―. Ni se te ocurra poner tu pie en este piso.
Me quedé con el pie suspendido en el aire viéndole con confusión.
―¿Por qué? ―Hice un puchero.
―Y encima lo estás preguntando ―dijo exasperada―. Da media vuelta y anda a secarte el cabello.
―Pero se va a secar solo de cualquier manera ―rezongué.
―Anda, mueve. ―Movió sus manos incitandome a subir de nuevo. Resoplé antes de girar y volver al segundo piso.
Estaba subiendo con demasiada lentitud gracias a la pereza que me dio tener que volver a mi habitación solo para secar mi cabello.
―A veces parece mi mamá ―dije para mi misma.
―¡Apresurate para que la comida no se enfríe!
―¡Si, jefa! ―La oí reír. Mis labios se curvaron; ella era lo mejor que me podía pasar en el día.
Al llegar a mi habitación, mi celular vibró y la pantalla se encendió. Me acerqué hasta el tocador para ver la nueva notificación. Era un mensaje de MinJae.
lunes, 20 de junio de 2016
MinJae_22:54
Compré un regalo para ti, bebé. 💖
Al instante apareció un mensaje más.
MinJae_22:54
Te lo daré mañana cuando te vea.
Simplemente deslicé las notificaciones para borrarlas y dejé el celular de nuevo donde estaba. Fui al baño, saqué la secadora de cabello del mueble donde la guardaba siempre y la conecté. La puse en potencia máxima para acabar rápido. En, tal vez, menos de cinco minutos, mi cabello estaba totalmente seco. Desenchufé el artefacto y lo guardé en su lugar habitual. Salí con toda la intención de bajar las gradas rápido, pero una llamada llegó, la hubiera ignorado de no ser porque era mamá quien estaba del otro lado. Aún así, después de tener el celular en mis manos, salí de mi habitación con destino al primer piso.
―Oh, hola, cariño. Contestaste rápido. ―Parecía agitada. Era muy probable que siguiera trabajando en la oficina.
―Si. ―Fue un monosílabo sin mucho entusiasmo.
―Cariño, ¿tienes algún vestido para la cena del viernes? ―Suspiré al recordar aquel evento y saber que no tenía idea de cómo justificar mi falta a las prácticas de ese día.
―No, pero iré a comprar uno con SeAh mañana. ―Una verdad disfrazada, porque no iría con mi mejor amiga.
―Oh ―sonaba emocionada―, aprecio que hayas decidido comprar uno por tu cuenta. Te daré mi tarjeta cuando llegue a casa.
―¡YoonJi, te necesitamos aquí! ―Alguien llamó a mamá.
―Descuida, MinJae dijo que pagaría.
―Mi yerno es un chico encantador.
―¡YoonJi! ―La misma persona gritó de nuevo.
―Mamá, te están llamando, ve.
―Claro, cariño. ―El color de su voz me transmitía calidez. Ella estaba feliz gracias a mi nueva relación y eso me satisfacía aunque no significara que también fuera feliz―. Puedes pedir comida para hoy.
―SeAh está aquí y ella cocinó ―informé.
―Enviale un saludo a SeAh. Deberías invitarle a casa un día de estos. Bueno, en fin, cariño. Nos vemos. ―Colgó al tiempo que yo llegaba al piso de abajo.
―Mamá te manda saludos. ―Me dirigía hasta la mesa del comedor.
―YoonJi es tan considerada. ―Ella y mi progenitora llevaban una relación bastante cercana, aún así respetaban esa brecha de la edad.
―Dijo que te invite a cenar algún día, pero tú ya pasas mucho tiempo aquí. ―Me senté y olí la cena; realmente su olor provocaba que mi boca se hiciera agua.
―Vendré el sábado en la noche. Ya extraño la comida de tu mamá. ―Regresó a verme con intensidad―. Dile que haga lasaña. ―Reí.
―SeAh, cuando sepa que vas a venir, ella va a hacer lasaña. Sabe que te encanta. ―Sonrió satisfecha―. Ahora dime que preparaste. ―Tomé mis palillos, preparada para empezar a comer.
―Pues es un simple Bibimbap, pero tiene algo especial. El secreto es ―se acercó a mi oído como si fuera algo que valiera una fortuna―: el amor que tengo por ti.
―Ay, SeAh. ―Mis ojos empezaron a escocer―. Maldición. ―Alejé las nuevas lágrimas que empezaban a formarse―. Definitivamente estoy más sensible de lo habitual.
―Si vas a seguir llorando, hidrátate. ―Su rostro no tenía atisbos de broma, así que evité reir―. Oye, HaeBi, ¿no crees que deberías hablar con JungKook? Verte sufrir me esta doliendo mucho también. ―Fue a sentarse frente a mí.
―¿Hablar de qué? Ya lo arruiné y además tengo un novio al que mamá ya le dice yerno. ―Mezclé el contenido de mi plato.
―¿Le dijo yerno a MinJae? ―Asentí con desgano―. Se nota que le agrada.
―JungKook le agradaba también hace años, ¿sabes? Pero el otro día, cuando me acompañó a casa, le trató como un extraño y pareció que le echó. Todo ha cambiado desde entonces.
―¿No crees que a tu mamá no le agrada porque él te lastimó?
―No creo que mamá haya notado el vacío que me dejó JungKook después de irse. ―Me llevé un gran bocado a la boca.
―Las mamás siempre tienen un sexto sentido. ―Se encogió de hombros.
―Yo solo creo que se molestó porque estábamos tomados de la mano y MinJae estaba adentro. ―Fue casi inentendible gracias a la comida que tenía en la boca, pero, como si mi amiga fuera bruja, logró comprenderme.
―Touché. Aún así, dale el beneficio de la duda. ―Iba a empezar a comer cuando algo hizo clic en su cabeza y regresó a verme con rapidez―. ¡¿Cómo que llegaste de la mano con JungKook?! ―Agaché la cabeza fingiendo inocencia.
―De hecho fue ayer. Él me acompañó a casa y simplemente se dio. ―Suspiré―. Es increíble cómo las cosas pueden cambiar en un santiamén. ―Llevé otro bocado a mi boca.
―Definitivamente ustedes necesitan hablar.
―O tal vez ese fue el final.
―No fue el final. ―En ese momento se llevó la primera cucharada de su comida a la boca―. ¿Tú crees que el universo les juntó de nuevo para que en tres días sea el final? Eso nadie se lo cree.
―Da igual, todo está arruinado.
―Creeme que nunca es lo suficientemente tarde. ―Deglutió su comida―. Haremos lo siguiente...
―No, alto. ―Le interrumpí y levanté mis manos enseñando las palmas―. Tus planes siempre son descabellados. Además su porcentaje de éxito es muy bajo.
―Que no, déjame hablar. ―Siseó―. Tú invita a V y a JungKook y en lugar de ir a robar alguna tienda, simplemente vamos a pasar el tiempo en el río Han. Yo ―puso la mano en su pecho― distraigo a TaeHyung oppa y tú ―me señaló― hablas con JungKook.
―No hay manera de que pueda invitar a Jeon, ya te lo dije. No puedo ir a decirle: oye, ¿quieres ir al río Han con mi amiga y TaeHyung? SeAh yo no tengo el derecho de hacerlo.
―Ya. ―Siguió comiendo por un rato hasta que tuvo otra idea―. Dile a V que le invite por ti.
―Tus ideas son tan extrañas a veces.
―Pero las amas, no puedes evitarlo. Sabes que siempre consigo convencer a las personas.
―Si, lo tengo claro. Por ti hice esa audición. ―Exhalé antes de comer otro bocado―. Lo voy a intentar. ―Pude distinguir como sus ojos desprendieron un brillo que indicaba su felicidad por haber ganado.
―Estaré ansiosa. ―Su sonrisa era enorme―. Hagámoslo la semana que viene.
―¿Tan pronto? Necesito tiempo. Sabes que no es fácil para mí hacer esas cosas con gente que acabo de conocer.
―Ah, claro. Aún recuerdo como estuve persiguiendote por un mes hasta que me tuviste confianza. ―Había apoyado su barbilla en la palma de su mano―. Hazlo, no te van a comer.
―No soy como tú, para mí no es fácil, pero lo voy a intentar.
La comida pasó sin mayor novedad. Al ser tan tarde, prácticamente, obligué a SeAh para que se quedara a dormir. Llamó a su mamá e incluso yo hablé con la señora Shin al respecto. Al principio se negó, pero convencerle no fue tan difícil como parecía. Después le presté un pijama a mi amiga y nos acostamos a dormir en la misma cama. Agradecía que fuera lo suficientemente grande.
―HaeBi, espero que esta vez no me abraces ―balbuceó. Le respondí únicamente con un sonido y ambas terminamos durmiendo.
🍭
A lo lejos la alarma sonaba y después de un tiempo se calló. Luego el tono de llamada que había escogido, con dificultad aquel cumpleaños, llenó el ambiente. Una, dos, tres veces.
―Anda a apagar eso.
SeAh se revolvió bajo mi brazo. Aparentemente de nuevo la había usado como mi oso de peluche a tamaño humano. Dejé de abrazarle antes de que notara mi crimen y me levanté a tomar mi celular. Extrañamente lo había dejado sobre el tocador y no sobre la mesa de noche. Al tomarlo encendí la pantalla y pegué un grito al ver la hora. Mi amiga se levantó de un salto por el susto.
―Levantate o vamos a llegar tarde.
―¿Qué hora es?
―Son las siete y media.
―Joder, en media hora no llegamos a la escuela.
―Vístete, yo llamaré a MinJae. Tengo tres llamadas perdidas suyas.
―Préstame un uniforme. ―Asentí al tiempo que le devolvía la llamada a mi novio.
―Primer cajón. ―Señalé. El pitido de que la llamada estaba conectada sonaba; no pasó mucho hasta que MinJae contestó.
―Preciosa, estoy abajo esperándote.
―Si, voy a tardar un poco y estoy con SeAh. Nos quedamos dormidas. ―Restregué mis ojos.
―Descuida, bebé. Tómense su tiempo, si llegamos tarde, yo hablaré con el director. Además, de nuevo te voy a sacar de clase para que desayunes.
―Sabes que no me gusta que hagas eso. ―Bostecé. Tomé el rizador de pestañas y lo usé. En momentos así, amaba usar maquillajes simples.
―Y a mi no me gusta que no desayunes. Debo cuidar de mi novia.
―¿Acaso quieres afectar mi promedio? ―Delineé mis ojos y puse rímel.
―HaeBi, tú no necesitas estar en clases para aprender y lo sabes. ―Le puse en altavoz y mi celular quedó en el tocador.
―¿Maquillaje?
―Todo lo que tengo está ahí ―le respondí a mi amiga―. ¡Aun así, cariño, la asistencia es nota! ―Abrí el cajón de donde SeAh tomó un uniforme. Empecé a cambiarme.
―Podrías tener asistencia perfecta sin ir a clases ahora que estás conmigo.
―¡Deja de decir tonterías! ¡Sabes muy bien cuánto odio que te aproveches de tu dinero! ¡Ni siquiera es tuyo!
―Simplemente aprovecho la situación. ―Terminé de cerrar la falda y tomé mi chaqueta. Me la ponía mientras me acercaba de nuevo al tocador para cepillarme el cabello.
―Es molesto, MinJae. Otros se sienten mal y otros lo odian. Yo lo odio.
―Deberías empezar acostumbrarte, después de todo ahora somos pareja.
―Ya, lo sé, pero no me dejaste opción. Básicamente me chantajeaste.
―Déjate amar, HaeBi. Ya te dije que de verdad me gustas.
SeAh hizo una mímica de MinJae. Me hizo tanta gracia que reí. Se acercó a mi oreja con la intención de susurrarme algo que la persona en el teléfono no debía oír.
―Si, HaeBi, déjate amar, pero por JungKook. ―Le pegué de manera suave. Se alejó en dirección al baño―. ¿Cepillo de dientes?
―En ese mueble. ―Lo señalé―. MinJae, esta es tu oportunidad y no tienes otra. Yo no soy fácil, así que, si te vas a cansar, déjalo ahora.
―No me voy a rendir contigo. No ahora que eres mía.
―Ya te dije que no soy tuya, maldita sea. ―Cerré mis ojos y suspiré―. Da igual, voy a colgar. En un momento bajamos.
―Adiós, bebé. Te amo.
―Si, nos vemos. ―Colgué.
―Pudiste fingir un "yo también". ―Tenía el cepillo en la boca, la cual estaba llena de espuma gracias al dentífrico. Simplemente negué y me acerqué para cepillar mis dientes también.
Al terminar ambas nos pusimos tinta en los labios, ya que duraba todo el día. Era mejor que cualquier labial. Nos revisamos una última vez en el espejo, cada una aprobó la apariencia de la otra y bajamos. Tomé mi mochila y mis llaves. Nos calzamos los zapatos y salimos. Debíamos pasar por casa de SeAh para recoger su mochila, tuvimos suerte de que estuviera en el camino, aunque igual llegamos tarde.
Tuvimos que visitar la oficina del director y, gracias al estatus de mi novio, simplemente fue un aviso y nada más. Mi amiga y yo íbamos a ir a clases, pero MinJae me tomó de la mano evitando que pudiera avanzar. Él era delgado, pero, según lo visto, tenía fuerza escondida en algún lado, porque no pude librarme de él.
―Te dije que te llevaría a desayunar. ―Empezó a tirar de mí.
Al parecer, esa vez, iríamos a la cafetería y no a alguna mesa al aire libre. El camino fue silencioso. Ninguno tenía la intención de perturbar el ambiente. Minutos después llegamos al lugar que había supuesto.
―Siéntate donde quieras, iré a por la comida. ―Sonrió y finalmente me dejó libre. Simplemente asentí.
Él fue hasta el mostrador donde se encontraba la cocinera mientras yo iba hasta alguna mesa. No importaba mucho a cuál, ya que todas estaban vacías. Me senté y dejé mi mochila en la silla contigua. Movía mis pies con impaciencia; me sentía extraña por saltarme clases, cuando nunca antes lo había hecho.
MinJae golpeó el mostrador de metal como si llamara a la puerta. La cocinera le dio toda la atención del mundo al instante.
―Oh, pero si es el guapo MinJae. ―Se estiró y le tomó de las mejillas―. ¿Qué te trae por aquí hoy? ¿Quieres comida?
―Señora Min ―le sonrió con cariño. Si, con cariño―, hoy traje a mi novia. ―Me apuntó con nada de disimulo. Hice una pequeña reverencia―. No desayunó y yo tampoco.
―Es muy linda. ―Levantó su vista y la clavó en mi―. ¡¿Cómo te llamas, cariño?! ―gritó innecesariamente.
―HaeBi, Kwon HaeBi.
―Eh, tu nombre me suena.
―Siempre está en el puesto número uno, abuela. ―Al parecer eran cercanos.
―¿Es ella? ―MinJae asintió con orgullo―. Debes cuidarla, muchacho. ―Le sonrió cómplice―. Y tú, HaeBi, cuida a MinJae. Puede ser egocéntrico, pero por dentro es un terrón de azúcar. ―Sonreí por educación y asentí. Volvió a mí novio―. En un momento les llevo su desayuno. ―Le guiñó el ojo y se adentró a la cocina.
MinJae empezó a acercarse a la mesa que había escogido y se sentó frente a mí dejando su mochila en sus piernas. Yo estaba un tanto sorprendida de que se llevara de esa manera con la cocinera. Los estudiantes le habían pintado como una mujer gruñona e imponente, pero al parecer era una persona dulce.
El chico frente a mí empezó a buscar algo con desespero. Removía el contenido de su mochila, hasta que sonrió satisfecho por encontrar lo que estaba buscando. Sacó una caja de terciopelo rojo. Lucía costosa.
―Mandé a hacer esto el domingo después de que aceptara ser mi novia y me lo dieron ayer por la noche. Iba a esperar al viernes, pero soy impaciente. ―Sonrió y sus ojos se volvieron finas líneas.
Me tendió la caja. Dudé y titubeé antes de tomarla. La abrí con lentitud y pude ver dos pulseras de cadenas de plata. Una tenía un dije blanco y la otra uno negro. Además de tener un dije de plata con algo grabado. Tomé uno de los brazaletes y miré con atención. El grabado era diminuto, pero aún así se podía leer. En un lado estaba escrito mi nombre y en el otro el de MinJae. Ambos en hangul.
―¿Por qué lo hiciste? ―Apenas había pasado un día desde que me saqué la pulsera que JungKook me había dado y no sentía correcto usar otra tan pronto.
―Así llevas algo mío siempre. ―Se le notaba muy feliz, ilusionado―. El tuyo es el negro, como el yin yang.
―Yo no puedo aceptar esto. ―Dejé la pulsera que había tomado de nuevo en la caja.
―Si puedes, porque eres mi novia. ―Tomó la caja y sacó la pulsera con el dije negro―. Dame tu mano, anda.
―De verdad, no puedo.
Ignorando lo que dije se estiró y tomó mi mano izquierda. Calzó el brazalete que quedó a la perfección en mis delgados brazos. Después hizo que yo le ponga la suya.
―Esto indica que somos pareja. ―Agitó su brazo haciendo que el accesorio se moviera. No había dejado de sonreír en ningún momento.
En ese momento la señora Min llegó con la comida recién hecha. Agradecí que preparara café y no alguna otra bebida. Comimos sin mucha conversación de por medio. Después MinJae me acompañó hasta mi salón. Antes de dejarme entrar me besó. Detestaba besarlo, no era que besara mal, era que yo no sentía nada por él. Eran besos vacíos, besos que no quería dar.
Al llegar a mi lugar me lancé en la silla y me acurruqué sobre mi banca. En realidad él no era tan malo, me estaba dejando ver eso, pero algo dentro de mi no se sentía igual que cuando veía a Jeon, por ejemplo. Mi corazón no se agitaba al verle como el de él si lo hacía. Yo solo lo aguantaba por complacer a mamá y aunque lo intentara, no resultaba fácil en absoluto. Forzarte a amar a alguien es algo que no le deseaba a nadie.
🍭
3/4
MinJae feliz y emocionado por la pulsera y HaeBi en crisis. Me parece tierno que parejas tengan cosas así, pero en este caso lo desapruebo. 👀
Me pregunto si van a haber personas que quieran que HaeBi se quede con MinJae. Incluso a mi me agrada el chico, pero le tocó un papel en la historia donde no se queda con la protagonista.
#TeamJungBiSiempre. Lo dije, lo publiqué ja, ja, ja, ja.
Mención especial para mi linda Kim_army_btsxdxd. Nunca olvides que te amo mucho. UwU 💕
- 비🌧
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