lección veinte.
Ellos no hicieron otra cosa más que acostarse en el sillón y darse mimos. JiMin quedó abajo con TaeHyung tumbado sobre su cuerpo y la cabeza apoyada en su estómago mientras lo abrazaba y el mayor acariciaba su cabello. Fueron quince minutos de eso en puro silencio, agradable silencio, porque Park sentía cómo poco a poco la tensión en el cuerpo de Tae se drenaba y dejaba de apretarlo tan fuerte.
—¿A dónde iremos mañana? —preguntó Tae de repente, refiriéndose a la cita que JiMin le había dicho que tendrían.
—No lo sé, ¿a dónde quieres ir?
—Nunca he ido a un acuario —murmuró—. ¿Tú sí?
—Sí, a mi mamá no le gusta mucho porque en sí todo lo relacionado al océano le da miedo, así que mi papá nos llevaba a Lisa y a mí cada tres meses.
—Eso es genial —Por el tono en que dijo eso, JiMin notó que él seguía un poco triste—. Mis padres habían prometido llevarnos a BeomGyu y a mí antes de que todo pasara, pero...
—Está bien, entiendo —dijo para que no siguiera mencionando eso—. Te llevaré, quizás al acuario de Gangnam, pero debería comprar boletos y todo eso, así que no podrá ser mañana.
—No importa si no es mañana, de verdad me gustaría ir —levantó la cabeza para sonreírle un poquito—. Podemos esperar a que me den mi mesada el último de este mes y así no tendrías que pagar por todo. Mañana podríamos ver una película nada más.
—No tienes que pagar nada, sabes. Pero creo que sí es mejor esperar —tomó un mechón de su cabello y lo enrolló alrededor de su dedo—. En cuanto a la película, estoy bien siempre y cuando no sea nada de terror.
—¡Pero si las películas de terror son las mejores! ¿Cuántos años tienes que aún te dan miedo? —protestó con un puchero y su ceño fruncido.
JiMin rodó los ojos. Era la misma pregunta que Lisa le hacía siempre.
—Bien, ¿cuál quieres ver?
—Historias de terror para contar en la oscuridad —de inmediato respondió.
—Qué nombre tan largo —suspiró—. Bueno, veamos esa. Pero no te burles de mí si es que me orino encima.
TaeHyung soltó una carcajada.
—No te vas a orinar encima, hyung. No seas dramático.
—¿Ha? ¿Me estás diciendo dramático, mocoso irrespetuoso? —insinuó arqueando una ceja. Kim abrió los labios, pero JiMin no lo dejó hablar pues se abalanzó sobre su cuerpo para empezar a hacerle cosquillas, metiéndose entre sus piernas—. ¡Aprende a respetar a tu hyung, Tae!
—¡Hyung, no, p-por favor! ¡Me duele! —suplicaba entre risas desesperadas que parecían de todo menos eso. En un momento determinado TaeHyung lo apresó con sus piernas y las usó para tratar de girarlos, pero el mal cálculo del movimiento hizo que por leyes de la física terminarán cayendo en el suelo, con Park encima de su cuerpo completamente.
—A-auch —se quejó JiMin en el mismo instante que la puerta se abrió, dejando ver a NamJoon acompañado por otro tipo mucho más alto y una expresión sombría mientras los miraba a ambos en el suelo.
—Jinnie —titubeó Tae tratando de quitarse a Park de encima, pero el idiota no conseguía reaccionar y darse cuenta de lo mal que se veían en esa posición—. No es lo que parece... Sólo estábamos...
—¡Hola, JiMin! —saludó muy alegremente NamJoon, agitando su mano—. Un gusto recibirte en casa, ¿te quedarás a cenar?
—E-ehm... —echó otro vistazo a SeokJin, que parecía querer arrancarle la piel y dársela de comer al perro—. No lo creo, hyung —dijo con una sonrisa torcida.
—Tae —habló el mayor de todos, sonriendo tenebrosamente—. ¿No vas a presentarnos a este... chico? —miró directamente a los ojos de JiMin, al cual por fin le funcionaron las neuronas y pudo quitarse de encima de TaeHyung, quedando sentado en el suelo con la cabeza gacha.
—Él es JiMin hyung, es quién me había estado dando lecciones y el chico que te conté que me gusta —respondió tranquilamente. Park sintió que se le calentaba el rostro del bochorno.
—Ah —fue lo único que dijo SeokJin al respecto, pero seguía mirando a JiMin de esa manera tan "te voy a reventar el orto con un tenedor" que le puso la piel de gallina—. Quédate a cenar, JiMin.
—Yo... no quiero ser una molestia.
—Si fueras una molestia no te invitaría en primer lugar, idio-
—¡Preparemos kimchi! —canturreó NamJoon antes de que SeokJin terminara la frase. Dejó sus zapatos en la entrada y caminó hacia Park, extendiéndole la mano tras levantar a TaeHyung—. Un honor tenerte en nuestra casa, JiMin. Espero estés cómodo.
—Uhm, uhum —asintió con una sonrisa más serena, pues NamJoon inspiraba comodidad de por sí.
Pero al echar otro vistazo a SeokJin, quién parecía el guardia Hajime del anime Nanbaka... Sintió que sería la cena más extraña de su vida.
La comida pasó más rápido de lo que esperó, aunque JiMin debió prever el pequeño interrogatorio que le siguió por parte de SeokJin y BeomGyu como su asistente, aunque sólo sostenía una linterna contra el rostro de Park. El pequeño era agradable, y JiMin confirmó que sí se había comido la tarea de TaeHyung aquella vez. Al parecer, tenía un extraño gusto por comer papel que sus hermanos querían quitarle pronto.
El sábado vieron la película en casa de Tae. No dio tanto miedo, aunque quizás debiera acreditarlo a que SeokJin anduvo paseándose casualmente cerca de ellos cada cierto tiempo, e incluso los acompañó varias veces. Eso consiguió más la atención de SeokJin que el televisor.
A pesar de todo se la pasó bien, acompañó a TaeHyung a limpiar las ventanas el domingo, y antes de darse cuenta era lunes; comenzaban los periodos de exámenes de final de lapso, así que lógicamente JiMin y Tae no se verían tan seguido.
El resto del tiempo resulta hasta tedioso de narrar: clases, repasos, recesos en la biblioteca, audiolibros, reuniones en la casa de JungKook para estudiar... Eran esos periodos donde todos los estudiantes se sienten agobiados hasta el punto de dormir soñando con Hitler discutiendo sobre dónde diablos está la X contra una personificación de las bacterias patógenas que por alguna razón hablaba en inglés.
JiMin sólo conseguía charlar con TaeHyung por pequeños ratos dónde su cerebro exigía descanso, lamentando no poder ayudar al menor que de por sí, se veía incluso más cansado. Al menos las clases de Nancy funcionaban, pues Tae no alegaba estar teniendo problemas para entender los temas que correspondían.
De resto, su vida se resumió a libros, Wikipedia y tutoriales en YouTube por tres largas semanas, además de esas pequeñas actividades que correspondían a la prom. Ah, y por supuesto estaban las visitas a la psicóloga cada viernes, aunque a veces JiMin no asistía porque les correspondía a los hermanos de Tae, así poco a poco el chico avanzaba.
El último examen que presentó fue de Historia. Como todos los años ellos salieron del salón suspirando y estirando los músculos para terminar de sacudir todo el peso de los estudios.
—¡LIBERTAAAAAD! —gritó YeonJun con los puños alzados mientras corría hacia la salida.
Se rieron de eso, pues ciertamente provocaba huir de esos salones de clases y jamás volver.
—Pensar que aún nos queda un lapso para terminar —suspiró JungKook acariciando su nuca.
—¿Qué dices? Si aún nos falta la universidad —BaekHyun se burló, a lo que Jeon hizo un puchero—. Bueno, al menos ese sigue siendo el plan. A lo mejor y YeonJun nos convence de unirnos a su prostíbulo.
—Yo opino que de verdad no sería mala idea. Al menos Yug sería un cliente diario, yo tendría mis buenos ingresos.
—Con ese trasero que te cargas, creo que tus ingresos no sólo vendrían de YuGyeom.
—¡Verdad, verdad! —rió, mirando a un callado Park—. No creo que JiMin quiera unirse, TaeHyung no lo dejaría.
—¿Y por qué necesitaría el permiso de TaeHyung? —cuestionó SooBin.
—Bueno, es que...
—Si vas a decir algo como "capaz va a golpear a los clientes" —le interrumpió con una ceja arqueada—, ahórratelo si no quieres que mi libro de historia termine en tu cara.
—No iba a decir eso. Sólo iba a mencionar que no sé quién es el activo, entonces eso de que JiMin vaya a prostituirse puede traerle problemas con su daddy.
—¡TaeHyung no es mi daddy, retrasado! —exclamó molesto.
—¿Que no soy qué?
TaeHyung los miró con intriga, tras haber salido de su salón con Mark y YuGyeom. Ni siquiera se habían dado cuenta de que estaban pasando por el área de segundo año.
JiMin sintió que sus mejillas se ponían rojas, incapaz de responder a su pregunta.
—No creo que TaeHyung sea el daddy de JiMin —comentó Baek, acercándose al menor y pellizcando su mejilla con algo de fuerza mientras Tae lo miraba con el ceño fruncido—. Sólo míralo, es tan adorable. Es imposible que sea quién le dé a JiMin por las noches.
—Retiro lo dicho. Ahora mi libro de historia va a terminar en tu puto trasero —farfulló JiMin acercándose, pero BaekHyun salió corriendo antes de que pudiera siquiera sacar el libro de la mochila.
—¡JiMin nalguea a TaeHyung por las noches! —exclamó mientras se alejaba.
Park prometió matarlo más tarde.
—Hola, JiMin hyung —dijo Tae cuando el mayor posó su mirada en él.
—Hola, TaeHyung —respondió.
Tae le sonrió, posando su mirada en SooBin. Pasó saliva y agachó ligeramente la cabeza, aún después de tres semanas seguía avergonzado de lo que pasó.
—Hola, SooBin hyung —murmuró.
—¿Cómo estás, TaeHyung? —SooBin, como siempre, le sonrió un poco de forma tranquila, lejos de cualquier rencor—. Pido disculpas en nombre de BaekHyun por lo que acaba de pasar —comentó, JiMin afirmó con la cabeza.
—Es un completo idiota, no le prestes atención a eso de que eres mi sugar daddy.
TaeHyung asintió brevemente, aunque su rostro se arrugó con confusión. Alzó sus ojos hacia ambos.
—Está bien, hyung. Pero ¿qué es un sugar daddy?
La mandíbula de Park cayó abierta mientras los ojos de SooBin se abrían ligeramente. Escucharon que YuGyeom y JungKook se reían por lo bajo.
—Q-qué...
—¡Pervertido de mierda! —gritó Mark metiéndole un golpe con la mano abierta en la cabeza, haciendo que JiMin se encorvara levemente.
—¡¿Qué crees que estás haciendo?! —exigió molesto.
—¡Eso debería preguntarlo yo! ¡No he pasado años manteniendo la inocencia de mi pequeño TaeHyung para que vengan ustedes, credo de perversos, a intentar corromperlo! —Abrazó a Tae posesivamente, el cual se notaba que aún no entendía la situación.
JiMin quiso recordarle que "su TaeHyung" había perdido la inocencia hace rato, pero mejor se abstuvo.
—Mark... —murmuró TaeHyung tirando de su camisa, atrayendo la mirada del susodicho—. ¿Qué es un sugar daddy? —insistió en saber.
Tuan empalideció antes de mirar a JiMin con rabia.
—¡Aléjate de TaeHyung, sucio!
—¿No crees que eso es decisión de él? —acotó YuGyeom.
—¡No! ¡Sólo míralo! —tomó su rostro para mostrárselo a Yug, luego volvió a apretarlo contra sí por el cuello—. ¡Es tan puro que tengo que protegerlo de todo mal! ¡Aún no es tarde para alejarlo de ese asqueroso de JiMin!
—Sigo aquí, y estás asfixiando a TaeHyung de nuevo.
—¡Claro que no! —lo soltó para poner sus manos en la cadera.
Tae cayó al suelo inconsciente. JiMin le dio una mirada triunfal a Mark.
—Te lo dije.
—¡TaeHyung!
—Ah, así que eso es un sugar daddy.
JiMin asintió mientras reía, TaeHyung hizo lo mismo, ahora entendiendo a lo que se refería BaekHyun.
Estaban en la casa del mayor conversando sobre muchas cosas, incluyendo los exámenes aprobados. TaeHyung le comentó que la última prueba que tuvo ese día fue de inglés y que había salido ni tan bien ni tan mal, pero que en las otras materias todo había salido perfectamente.
—La profesora Nancy es realmente buena explicando, además obtuve ayuda del profesor ChangBin y de JackSon hyung.
—Eso es genial, me alegra que hayas salido bien.
—¿Sólo eso? ¿Ya no me darás mi recompensa? —dijo con picardía, subiéndose a su regazo.
JiMin se rió y puso ambas manos en la cintura del chico, mirándole directamente a sus lindos ojos.
—Ya no soy tu tutor.
—Pero eres mi novio —replicó, empezando a moverse en círculos sobre él.
—¿Novio? Uhm, no recuerdo haberte pedido eso —deliberó con gracia.
—Puedes hacerlo pronto, después de todo ahora me debes dos citas.
—¿Eh? ¿Por qué dos citas?
TaeHyung se rió y lo miró con obviedad.
—Hace un tiempo, le dijimos a los demás que tendríamos una cita si aprobaba todos mis exámenes, para ocultar lo de mis premios —explicó, ganándose un asentimiento de JiMin tras haber recordado a qué se refería—. Y me prometiste que iríamos al acuario, así que puedes aprovechar esas dos ocasiones para pedirme que sea tu novio.
—¿Y si yo no quiero ser tu novio? —se burló.
Kim arqueó una ceja lleno de travesura antes de inclinarse y empezar a lamer su cuello de arriba a abajo, mordiendo de vez en cuando a los costados sin dejar de mecerse encima suyo.
—¿Estás seguro? —Murmuró.
JiMin soltó un suspiro mientras se dejaba caer de espaldas a la cama, llevándose a Tae consigo. Sin responder a su pregunta empezaron a besarse de forma desenfrenada y húmeda, encendiendo sus cuerpos necesitados después de tanto tiempo sin siquiera haber compartido un mísero beso.
Antes de darse cuenta, estaban desnudos, frotando sus erecciones mientras JiMin metía sus lubricados dedos en el agujero estrecho de Tae. El menor mordía su hombro ante el dolor y el placer de ser estirado después de tanto tiempo, pero Park sabía que el frote de sus miembros lo estaba distrayendo bastante pues sus gemidos cada vez eran más y más frecuentes.
Finalmente, con TaeHyung encima suyo, JiMin ubicó su erección entre sus nalgas y empujó levemente, admirando la forma majestuosa en que el menor arqueaba la espalda con cada músculo de su cuerpo temblando mientras su pene se introducía más y más, hasta que las paredes cálidas lo aceptaron por completo.
Esperó a que TaeHyung iniciara con los movimientos cuando quisiera, lo cual no tardó tanto como esperó. Pronto el chico se dejó caer contra su pecho y, usando sus rodillas como soporte, empezó a mover el trasero de arriba a abajo para chocar contra el pene de Park, gimiendo agudamente con cada penetración.
JiMin apretó los dientes, tragándose cada gruñido que amenazaba con salir de su boca. Se sentía tan bien, incluso con todo el peso del chico encima y su falta de fluidez en la penetración, el interior de Tae era cálido y ajustado, además los gemidos del chico eran la cosa más hermosa que pudo haber oído alguna vez.
Kim se separó de él con el rostro fruncido y la boca abierta. Echó sus brazos hacia atrás para sujetarse de los muslos de JiMin y así retomar las embestidas, consiguiendo más fuerza y rapidez. El mayor sonrió al verlo así, todo agitado y deseoso de más, de su polla, misma que desaparecía y reaparecía en su agujero. El pene de Tae se agitaba con cada salto que daba, y sus bolas chocaban contra la pelvis del otro cada vez que bajaba.
—JiMin... se siente tan bien —balbuceó, soltando un grito después cuando, tras alzar la cadera repentinamente, el mayor tocó su próstata—. Otra vez, hyung. Más fuerte —sollozó.
JiMin lo tomó de la cadera y empezó a corresponder con las suyas. Ahora no estaba siendo sólo un activo sumiso, estaba literalmente golpeando en Tae con su pene, ocasionando más de un grito y gemido en el menor.
—Más duro —musitó.
JiMin aumentó la velocidad.
—M-más... —insistió TaeHyung, con el rostro bañado en lágrimas de placer.
Sonrió divertido por lo insaciable que era.
Finalmente los giró y le abrió de par en par las piernas, penetrándolo hasta que ambos se convirtieron en un lío de gemidos y sexo, la cama rechinando debajo de sus cuerpos.
Tae se corrió primero, largas tiras de semen que terminaron por manchar su pecho. Park fue después, soltando un gruñido que le desgarró la garganta. Sintió que la cabeza de su polla era encerrada por un pequeño anillo dónde descargó todo su semen, haciendo que el menor girara los ojos hacia la parte superior de su cabeza; víctima de un segundo orgasmo.
Por suerte ya había comprobado que estaba limpio para poder permitirse esto.
—¿Te gustó tu recompensa? —dijo jadeando, mirando a TaeHyung desde arriba.
—S-si te digo que no... ah, ¿me follas de nuevo?
JiMin sonrió y le dio un beso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top