leccion uno.
Por mensajes, TaeHyung y JiMin decidieron dejar las lecciones al azar. Es decir, ellos no escogerían un día en específico para estudiar, sino que lo harían de forma variada dependiendo las actividades que tuvieran semanalmente.
Su primera lección fue un miércoles, y Park por fin se enteró de cuáles eran las materias en las que Tae necesitaba ayuda.
Matemáticas, física, historia universal, lenguas extranjeras, biología, artes y literatura.
JiMin había quedado estupefacto al revisar la boleta de notas del chico. Todas esas materias tan básicas estaban por debajo de 08. En ese momento Park se sintió un erudito con un IQ de 200.
Kim lo había fulminado con la mirada mientras JiMin buscaba qué decir, como retándole a burlarse o algo parecido. Afortunadamente, JiMin consiguió la fuerza de voluntad para solo sonreírle a TaeHyung y reafirmar que acomodarían esas notas a toda costa.
Tae le devolvió la sonrisa, asintiendo con seguridad. JiMin se sintió con muchos ánimos al mirarlo; él llevaría a un estudiante a la excelencia. Ya se veía sonriendo orgulloso cuando TaeHyung le mostrará sus notas a fin de lapso.
Dos semanas después… bueno, se dio cuenta de que no era tan sencillo.
—Entonces, los egipcios estaban firmemente anclados al politeísmo. Aquí me vas a colocar los… ¿Siquiera me estás escuchando?
TaeHyung apartó la mirada de la mosca que le pasó volando cerca y se giró hacia JiMin, sonriendo inocentemente. Tardó un momento en asentir.
—Claro, hyung.
—Uhum… —dijo poco convencido. Volvió su mirada al cuaderno—. Bueno, entonces aquí escribirás los nombres de los dioses que mencionamos la clase pasada. Ejemplo, Amón y Rá- ¡¿Puedes dejar de mirarte las manos un segundo?! —ladró hacia el chico, que de un momento a otro estaba detallándose las palmas con los ojos muy abiertos, como si recién se diera cuenta de que tenía manos.
—Es que son tan raras, hyung —murmuró absorto—. ¿Ha considerado que podemos estar en un sueño? ¿Algo así como un fanfic AU? Eso explicaría porqué mis manos se ven tan extrañas.
JiMin soltó un ruido exasperado y dejó caer la cara contra la mesa. TaeHyung no le prestó atención y siguió analizando sus dedos, haciendo que las esperanzas de Park se fueran volando por la ventana.
Dos jodidas semanas tratando de que Tae se concentrará en los repasos. Dos semanas intentando que los ejercicios le salieran de forma correcta. Dos semanas en las que Park sentía que sus explicaciones literalmente tendrían que empezar a utilizar manzanas y peras.
Era como agarrar un gato, sentarlo en un pupitre y decirle “¡Hey, sí, tú! ¡Voy a enseñarte a dividir!”.
Kim se distraía hasta con la cosa más mínima, como si todo fuera más interesante que lo que JiMin explicaba. Como si sufriera déficit de atención. Aunque TaeHyung no era hiperactivo en lo absoluto, si se ponía a pensarlo. No sabía si ese era un síntoma fijo, pero su mente ya no daba para investigarlo.
—Tienes un jodido examen de Historia en dos días. ¿Puedes decirme cómo piensas aprobar si no has estudiado absolutamente nada?
Tae tarareo alguna canción mientras se encogía de hombros.
—No sé. Tú eres mi tutor, ¿qué has estado haciendo que no me has enseñado nada?
JiMin jamás se sintió tan tentado a golpear a alguien hasta ese momento.
—Dejémoslo así por hoy —dijo, poniéndose de pie y recogiendo sus cosas—. Te espero mañana a final de clases.
TaeHyung asintió y se levantó. Tras guindarse la mochila en el hombro miró a Park con los labios fruncidos.
—Hyung.
—¿Qué quieres? —escupió JiMin cerrando su bolso y frunciendo el ceño.
—¿Tienes novia?
JiMin levantó la mirada rápidamente hacía el chico, el cual lo observaba fijamente, esperando una respuesta.
Tras salir de su impresión, Park se encogió de hombros también.
—No —contestó.
Kim dirigió la vista a un punto cualquiera en el suelo antes de alzar las cejas y preguntarle.
—¿Y novio?
JiMin sonrió torcidamente, tratando de que las venas en su sien se quedarán donde estaban y no salieran a opinar al respecto.
—¿Qué pregunta es esa?
—Una que no le cuesta nada responder —sonrió, inclinando el torso hacia delante para mirar a JiMin desde abajo, detallándolo—. ¿O me oculta algo?
—Creo que mi orientación sexual no es algo de tu interés —espetó irritado.
—Eso es lo que usted dice, hyung —canturreo Tae, riéndose—. Vamos, prometo no decírselo a nadie. ¿Un secreto entre maestro y alumno? —intentó persuadir.
JiMin lo analizó un momento antes de bufar, poniendo los ojos en blanco. Apartó a Tae y se encaminó hacia la salida, con el rostro encendido.
—A ver si pones ese interés en otra cosa, niño —refunfuñó, escuchando el “tsk” de Kim antes de salir.
Ya afuera, boto el aire de golpe. Dios, definitivamente esto de ser tutor de Kim TaeHyung había sido una mala idea.
—¡Set y partido! ¡El ganador es JiMin! —decretó el profesor de educación física, señalando el lado de la cancha correspondiente a Park, el cual sonrió e hizo la reverencia junto a BaekHyun, que había sido su oponente.
Ambos salieron de la cancha de tenis, dándole paso a los siguientes competidores. Park se sentó en la banca y dejó su raqueta a un lado, secándose el sudor con una toalla para después darle un largo sorbo a su botella de agua.
Pronto Baek estuvo a su lado, quitándole la botella y bebiendo también.
—Waa, así que me ganaste —comentó vagamente, con los ojos puestos en los chicos que empezaron a jugar—. Que raro.
—¿Es raro que te haya ganado? Casi siempre lo hago cuando jugamos tenis —se burló JiMin, recibiendo un codazo de Hyun.
—No es por eso, idiota. Conozco tu manera de jugar, y estabas increíblemente frustrado. Golpeabas la pelota como si me quisieras matar —le acusó, entrecerrando los ojos cuando JiMin se mordió ligeramente el labio, culpable—. Tu no juegas así, nunca te molestas cuando estamos en un partido de tenis. ¿Qué te pasó?
JiMin se rascó la nuca, cerrando los ojos para evitar mirar a BaekHyun.
—No es nada, hombre. Solo estoy algo… estresado.
BaekHyun duró un momento en silencio, probablemente procesando la relación entre JiMin y el estrés. Park no sufría de eso nunca. Era una persona muy relajada en cualquier sentido, por lo cual era comprensible que el chico tardara en asimilar la idea de que algo lo estaba acribillando.
—Tus notas son las mismas, todo está bien en tu casa, JungKook te llamó hoy en la mañana… —murmuraba, evaluando las opciones con inseguridad. JiMin iba a decir algo, pero Hyun se decidió a hablar en ese momento—. ¿Quieres follar? —dedujo—. ¿Ya te cansaste de jalártela? Jeon y yo te dijimos que compraras una muñeca inflable, leí por Amazon que la sensación es casi igual a la de una vagina.
—Sabio consejo para un tipo gay, ¿no? —JiMin abrió los ojos solo para ponerlos en blanco.
—Bueno, ese es un punto —se rió levemente, mirando a Park con una ligera sonrisa—. ¿Entonces si es eso? ¿Quieres meter la polla en caliente?
JiMin suspiró cansado—. No, no es frustración sexual. Yo…estoy preocupado por Tae-ah, es todo.
BaekHyun alzó las cejas.
—¿Por qué? ¿están yendo mal las clases?
—Algo así, básicamente —concedió sin muchos ánimos de contar a detalle la situación. No obstante, la expresión de Baek exigía precisamente eso—. Me estoy dando cuenta de que quizás no soy el adecuado para impartirle clases a Tae-ah. Simplemente no estoy entrenado pedagógicamente para educar a un chico con tantas materias atrasadas —dijo cruzando los brazos mientras pensaba—. No encuentro forma de que me entienda, y no quiero ser el responsable cuando repruebe los exámenes. Por eso… estoy algo molesto, supongo.
Baek asintió con la cabeza, mirando de nuevo hacia la cancha. JiMin quiso creer que el asunto quedaría allí, pero él no tenía tanta suerte.
—¿Por qué no renuncias entonces? Habla con JackSon hyung y dile que no está dando resultados y que deben buscar otro tutor.
JiMin hizo una mueca, incluso si intentó fuertemente no hacerlo. Hyun bufó al notarla.
—Sería bueno que dejarás tu jodido orgullo de lado por una vez —le recriminó.
—No es orgullo. Es que, yo le prometí a ChangKyun hyung que lo ayudaría, que daría mi mejor esfuerzo. ¿Cómo quedaría si renuncio dos semanas después, sin haber conseguido ningún avance en Tae-ah?
—Como dijiste, no tienes el nivel pedagógico para ayudar a un chico a superarse. Menos a uno con… el caso de TaeHyung —balbuceo. JiMin agradeció que BaekHyun evitará comentarios demasiado ofensivos sobre la deficiencia de Kim; el tipo podía ser muy hiriente cuando se lo proponía.
—Tae-ah no es tonto —murmuró seguro—. Su promedio comenzó a bajar desde el inicio de este año, de resto sus calificaciones estaban bien —Honestamente, JiMin sentía curiosidad por eso. ¿Por qué de repente Tae se había puesto tan distraído?—. Estoy seguro de que debe haber una forma de abordarlo adecuadamente, pero por ahora no se me ocurre ninguna.
—¡Hola! ¿De qué hablan? —JungKook, que había estado jugando en una esquina de la cancha contra la pared, llegó a ellos de lo más sonriente. Como no le respondieron, él arqueó una ceja divertido—. Ay, vamos. Yo también quiero saber las nuevas.
—No sé si sepas que no hay nada más horrible que un hombre chismoso —le dijo BaekHyun, torciendo los labios cuando Jeon le sacó la lengua.
—Eso no fue lo que me dijiste cuando te conté que ChanYeol es bi, ¿O sí?
Hyun no respondió, pero sí miró a JungKook como si quisiera romperle la raqueta en la cabeza. Debido a esto, JiMin decidió continuar con el tema.
—Le comentaba a BaekHyun que no sé cómo hacer que Tae-ah avance en las lecciones. No consigo captar su atención.
JungKook asintió comprensivo. El profesor de educación física lo llamó, por lo que se acomodó las tobilleras y, antes de volver a la cancha, le dijo a JiMin con su mejor sonrisa.
—Tae es así. Solo debes motivarlo. Busca algo que le guste y úsalo como un atractivo, así fue como conseguí que Timoteo asistiera a los cursos de baile conmigo. ¡Me esperan, no sé vayan a ir sin mi! —fue lo último que dijo antes de que saliera trotando hasta la punta de la cancha.
JiMin parpadeó un par de veces, estupefacto.
Baek se rió.
—Bueno, debo concederle eso a JungKook —dijo—. No es mala idea que busques una motivación física. Ya sabes, una manga, algo de comer… cosas así.
JiMin fue el que asintió esta vez, y luego se dedicó a meditar, deliberando en qué podría usar como premio para que TaeHyung se enfocará de una vez.
A éste punto, él estaba dispuesto a todo lo que pudiera ayudar. Su reputación como estudiante ejemplar estaba siendo señalada, no podía quedar como impotente.
Además, como que sentía algo de pena hacia TaeHyung. El chico no merecía ser abandonado así después de haberle perjurado que saldrían adelante. Park no podría vivir tranquilo sabiendo que renunció a ayudar a Tae, siendo que lo necesitaba más que nunca.
Cualquier solución era útil en este momento.
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