lección tres.
El miércoles en la mañana, JiMin estaba hablando en el pasillo con BaekHyun y JungKook sobre un festival que estaba organizando la promo, cosa que traía a Jeon energético, diciendo que debían ir buscando ropa y dinero para asistir.
—Yo no necesito pulirme demasiado —dijo Baek con una sonrisa—. JiMin y yo somos guapos con lo que sea.
—JungKook también es guapo —dijo Park.
—JungKook es bonito, no es el mismo atractivo que nosotros.
—¿Qué quieres decir con eso? —exigió Jeon indignado.
—Tú eres adorable, tus rasgos faciales inspiran ternura. En cambio, JiMin y yo somos más-
—¡Hey, papitos!
Los tres miraron hacia el final del pasillo. Dos chicos venían corriendo hacia ellos.
JiMin ladeó la cabeza cuando los reconoció; Mark y YuGyeom. Estaban en el mismo curso que TaeHyung y, según tenía entendido, eran sus amigos.
Venían empujándose mutuamente. Se veían cómicos. De hecho, JiMin tenía entendido que eran reconocidos por su hiperactividad y carisma. Nunca había tenido oportunidad de comprobarlo, pero al parecer era cierto.
Cuando le faltaba poco para llegar, YuGyeom empujó con mucha fuerza a Tuan, haciendo que se desviará hasta el baño de las chicas y terminará dentro. De inmediato se escucharon gritos y varios «PERVERTIDO».
—¡Gané! —celebró Yug deteniéndose delante de ellos.
Mark salió del baño apresuradamente, escapando de los rollos de papel higiénico que le estaban arrojando. Cuando se aproximó le pegó un golpe a YuGyeom en la nuca.
—¡Tramposo!
—¡No finjas que no te gustó! —se rió Kim, mirándolo con burla. Tuan parecía querer pegarle de nuevo cuando BaekHyun se aclaró la garganta, mirándolos con una ceja arqueada.
—¿Necesitan algo, amigos?
Ambos los miraron, como si no se acordarán de que tenían audiencia. Mark formó una “O” con la boca y se rascó la mejilla.
—Cierto, cierto. Se me había olvidado a qué veníamos —murmuró, sonriendo levemente después—. ¿Quién de ustedes es JiMin?
—Por él, yo sería el rey Arturo —suspiró Jeon. El chico miraba a YuGyeom con ensueño, a lo que el otro sonrió levemente.
—Vaya, pues gracias —dijo acercándose a JungKook.
Su amigo sonrió alegremente, hasta que su rostro se deformó en una mueca rara cuando tuvo a YuGyeom a centímetros de él. Giró los ojos hacia atrás, respirando entrecortadamente. Todos lo miraron fijo, Kim viéndose muy nervioso.
—Eh, ¿estás-
—¡Achú! —soltó JungKook, estornudando encima de Kim.
El chico parpadeó dos veces antes de mirarse las manos con espanto. Pegó un grito para luego arrojarse hacía Mark para que lo cargará.
—¡Ah, me estornudó un chino! ¡ayúdame, Yug! —chilló.
Tuan lo apartó de golpe, igual de asustado empezó a sacudirse la cara y la ropa.
—¡Estúpido, me contagias, idiota!
Kim se quejó, rodando en el piso mientras decía que se iba a morir.
—¿Dijo que le estornudó un chino? —cuestionó Hyun, mirándolo con el ceño fruncido—. ¿Eso no pasó hace años?
JungKook hizo un puchero mientras miraba a YuGyeom retorcerse como lombriz. Se apretó su nariz levemente.
—Fue su perfume, me dio alergia.
JiMin no pudo más. Se echó a reír ruidosamente, sosteniendo su estómago, atrayendo la mirada de los demás, incluidos los dos chicos que dejaron el pánico atrás para observarlo. Le costó uno o dos minutos dejar de carcajearse, secándose las lágrimas les sonrió enormemente.
—Yo soy JiMin. ¿En qué puedo ayudarlos?
YuGyeom se puso de pie y miró a Mark en silencio, como si no supiera qué responder. Tuan se relamió los labios y se dispuso a encontrar una manera de explicarse.
—Verás, hyung… nosotros tenemos entendido que eres el tutor de TaeHyung.
—Lo soy —afirmó curioso—. Oh, por cierto, hoy tenían un examen de Historia, ¿no es así? —se acordó de repente, sonriéndoles con súplica—. ¿Saben cómo le fue?
—De eso queríamos hablarle, hyung. Tae sacó-
—¡JiMin-hyung! —alguien gritando su nombre interrumpió a Yug. Irónicamente, era TaeHyung, quien venía trotando hasta ellos con una hoja de papel en su mano y una sonrisa de oreja a oreja. Misma que desapareció cuando vio ahí a sus amigos—. ¿Mark, Yug? ¿Qué hacen con JiMin-hyung?
YuGyeom y Tuan empezaron a silbar sospechosamente, mirando a todos lados menos a TaeHyung. Park escuchó que Jung y Baek se reían de lo más disimuladamente que pudieron.
—Vinieron a conocer al tutor de su amigo, Tae-ah —los excuso JiMin, obteniendo las muecas sorprendidas de ambos chicos, y de TaeHyung también—. Pero cambiando de tema, ¿cómo te fue en el examen?
La sonrisa de Tae volvió en ese instante, brillando de una forma que Park no había visto nunca. Tomó la hoja que tenía en la mano y se la mostró justo en la cara. JiMin pudo apreciar varias cosas de reojo. El nombre de TaeHyung, el título de “Prueba: Historia Universal” y, por último, un enorme 20 en rojo a una esquina de la hoja.
Park abrió los ojos asombrado mientras observaban la nota fijamente, terminando por tomar la hoja en sus propias manos para asegurarse de que no fuera una alucinación. No lo era. Tae de verdad había sacado una nota perfecta en Historia. Y todo por…
—Tae-ah, esto… —balbuceó sin saber qué decir con exactitud.
—¡Seo ChangBin me felicitó, hyung! Dijo que le mandara cumplidos a usted por ser tan buen tutor, y que esperaba siguiéramos así —relataba TaeHyung con los ojos brillándole en felicidad.
JiMin no pudo evitar sonreírle devuelta. Ya luego vería la inmoralidad en esto, justo ahora no podía hacer otra cosa más que sentirse orgulloso de Kim. Pasó una mano por su cabello y se lo acarició suavemente.
—¡Felicidades, Tae-ah! ¿ves que sí podías hacerlo?
TaeHyung se encogió de hombros, asintiendo con la cabeza tímidamente por el elogio.
—Se lo debo a usted, hyung. Si no fuera por-
—JiMin hyung debe ser algo así como un mago —acotó YuGyeom, codeando a Park con una mueca pícara—. Hace mucho que Tae no obtenía una nota alta en alguna materia, ¿haces milagro acaso?
JiMin se sonrojó, la escena de ayer en el salón volviendo a él, carcomiéndole los nervios.
Tae empujó a Yug sin usar demasiada fuerza, solo lo suficiente para apartarlo de Park. Le vio con las cejas fruncidas.
—No digas tonterías y deja de acercártele tanto a JiMin hyung, YuGyeom —gruñó a la defensiva.
YuGyeom parpadeó perplejo, hasta que Mark se inclinó y le susurró algo al oído que hizo al chico asentir varias veces con la cabeza. Park se sintió intrigado, pero a fin de cuentas le daba igual.
Girándose hacia JungKook, YuGyeom volvió a sonreír como si nada.
—Tenemos el siguiente bloque libre. ¿Quieres ir por algo de tomar a la cafetería?
Jeon se sonrojó un poquito. Solo un poquito.
—Yo… sí, claro.
—Vamos todos —sugirió Tuan—. Esto —rodeó a TaeHyung por el hombro, burlón—, es una ocasión para celebrar. Déjeme invitar, hyung. Como agradecimiento por estar sacando a mi amigo adelante —le dijo a JiMin, el cual no encontró ninguna excusa para negarse después de que BaekHyun alegara que le daba igual.
Al final todos terminaron sentados en la cafetería. TaeHyung conversando con Mark sobre alguna trivialidad, y YuGyeom coqueteándole a JungKook y este intentando devolverle el coqueteo con la misma seguridad. JiMin solo observaba de soslayo a Tae, dudoso de cómo se sentía en ese preciso momento.
Recibió un toquecito por debajo de la mesa por parte de BaekHyun, que le dedicó una mirada interrogativa. Un claro “¿todo bien, no?”. Park se limitó a asentir y tocarle cualquier tema de conversación, como si todo tuviera sentido dentro de su cabeza.
TaeHyung y él no tendrían clases hasta ese viernes, así que tendría tiempo para ordenar sus ideas antes de tener que afrontar la situación directamente con él.
La cosa estaba en sí JiMin volviese a usar el mismo método para conseguir resultados efectivos. Era sucio de su parte, debía admitir. Cuestión de ética; así no era como se educada a alguien, el sexo no era un incentivo aceptable para conseguir esfuerzo, a pesar de que había funcionado de maravillas.
Pero, por otro lado, ¿de verdad era tan malo? Nadie tenía porqué enterarse, y Tae no conseguía concentrarse con ninguna otra cosa, así que posiblemente JiMin solo debía intentar ver todo desde otro ángulo, como… que estaba enseñando a TaeHyung. Lo estaba orientando en algo tan común como la sexualidad, y de paso obtenía una motivación para sus estudios. Después de todo Park también lo había disfrutado, no era como si lo hiciera totalmente por obligación. No era como si Tae lo hubiese forzado a aceptar esa alternativa. Estaba, como quién dice, matando dos pájaros de un solo tiro.
Solo estaba ayudando a Kim de la manera más sencillamente ortodoxa que pudieron encontrar, pero al Diablo. Nadie le dio instrucciones de cómo ser tutor, así que si JiMin se estaba equivocando no era totalmente su culpa.
Bueno, sí lo era, pero qué más daba. No es como sí esto pudiera volverse en su contra en algún momento, ¿verdad? Tae no parecía tener intenciones de revelar su secreto a nadie, así que sí, estaba bien. Totalmente bien.
Sí.
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