lección nueve.
El fin de semana fue muy tranquilo a percepción de JiMin. Luego de que Tae se fuera el viernes tras haberle cocinado sushi, él se quedó limpiando hasta que llegó su hermana y terminaron de comer lo que quedó de salmón.
El sábado, JiMin se ocupó de terminar sus trabajos para esa semana, y el domingo, salió con SooBin y BaekHyun, ya que JungKook y YeonJun estaban ocupados.
Fueron a comer helado y conversaron de muchas cosas, especialmente de que Choi estaba teniendo problemas en biología e informática. Nada más dijo eso y BaekHyun comenzó a reírse con cuidado de no tirar su barquilla.
—Pues JiMin podría ayudarte con eso. Tienes a un tutor profesional delante de ti —Había dicho señalando al mayor, que le dedicó la mirada más sarcástica que pudo.
—No, no. El profesor Do dijo que buscarían un tutor para mí —les interrumpió, sonriendo levemente—. Por ahora todos están ocupados, pero dijo que tenían a alguien en mente.
—Me gustaría poder ayudarte a pesar de eso, Binnie —le dijo JiMin.
SooBin le hizo un gesto vago con la mano.
—Está bien, Ji. Entiendo que tienes tus ocupaciones.
—Ocupaciones con nombre, apellido y una sonrisa geométrica —se burló BaekHyun, recibiendo una porción de helado que Park le tiró en la cara.
La salida estuvo bien. Volvió a su casa temprano, le entregó a Lisa el helado de fresa que le compró y subió a su cuarto a ver una película mientras terminaba de darle sueño. Al día siguiente realizó su rutina de todos los días y salió de su casa más temprano de lo usual tras despedirse de Lisa.
El camino al instituto se le hizo corto, y cuando llegó, recién empezaban a llegar los alumnos. Muchos lo saludaron, e inclusive varias chicas se acercaron a preguntarle cuándo volverían a hacer una actividad como la del viernes. JiMin se rió y bromeando, dijo que intentaría hacer un stand de los besos para la próxima, consiguiendo que las chicas se rieran con él y dejaran sus números telefónicos.
Usualmente, JiMin no tenía problemas con dejar los números agendados en su celular. A pesar de que las niñas no le iban, nunca estaba de más tener a alguien con quién salir y conversar. Sin embargo, apenas ellas se fueron, no dudó en borrar los contactos, guardando el celular en su bolsillo sin el más mínimo remordimiento.
Quizás sólo había amanecido de mal humor.
En cuánto JungKook y BaekHyun llegaron, los tres se dirigieron al salón, con el primero hablando sobre su cita en la casa de YuGyeom. Al faltar cinco minutos para que diera inicio la clase se les unieron SooBin y YeonJun, por lo que pudieron agregar más cosas a su conversación sobre el fin de semana.
—Oh, por cierto, Ji —dijo YeonJun en determinado momento—. Nos encontramos con Tae-ah en el pasillo. Dijo que te esperaría en el salón después de clases para su lección.
JiMin asintió con la cabeza, frunciendo el ceño después.
—¿No dijo nada más?
YeonJun negó con la cabeza.
—No. A decir verdad, él no es muy conversador con nosotros. Y siempre mira a SooBin de una forma muy rara...
—Lo he notado. Parece como si quisiera traspasarle el pecho con los ojos —confirmó Baek.
—"Y TaeHyung fulminó a SooBin con la mirada..."
—¿Y ese tono de narrador de quinta qué, JungKook?
—¡No seas idiota! Estaba recitando una frase muy común en Wattpad —explicó golpeando a Baek en el hombro—. Además, es lo primero que pienso cuando veo cómo TaeHyung mira a SooBin —agregó, mirando a JiMin con curiosidad—. Es raro. TaeHyung no es alguien que ponga mala cara porque sí.
—Quizás Binnie le hizo algo sin darse cuenta —dijo, nada más por no dejar de responder.
SooBin hizo un puchero, cruzándose de brazos al mismo tiempo.
—No soy consciente de haberle hecho nada. Ni siquiera hemos cruzado más de tres palabras.
Antes de que JiMin pudiera seguir con la conversación, el profesor de física entró al salón, indicándoles tras el buenos días que sacaran su libro para continuar con la clase de la semana pasada. Así que sus amigos se fueron a sus asientos, dejando a Park con unas cuántas dudas que nada tenían que ver con la gravedad ni las leyes de Newton.
Por primera vez desde que empezaron las clases, JiMin llegó primero al aula. Su última materia terminó antes de lo normal, por lo que, sin nada mejor que hacer, decidió ir y esperar a su menor en el salón. Literalmente era la única vez que llegaba primero que TaeHyung.
Se puso a pensar en muchas cosas, pero no conseguía profundizar en ningún pensamiento.
El fin de semana había sido corto, y bastante normal, a decir verdad. JiMin se sentía descansado, más tranquilo porque hasta ahora no tenía ningún trabajo pendiente.
Sin embargo, desde la noche del viernes hasta la noche del domingo estuvo deseando que fuera lunes, volver al instituto. Y joder, eso era extraño por muchísimas razones. ¿Por qué motivo querría estudiar, en vez de quedarse durmiendo hasta tarde en su casa? Era una locura, pero el anhelo estuvo ahí, JiMin deseó que llegara el lunes como si unas semanas antes no se la pasara contando los minutos para que fuera fin de semana.
Sería deshonesto de su parte y consigo mismo tratar de creer que no tenía una idea de porqué quería eso; sólo había un factor que podía considerarse para explicar esta situación, uno que BaekHyun amaba dar a destacar todo el día/todos los días.
La puerta del salón se abrió. JiMin ladeó la cabeza para mirar a la razón, el motivo, el causante de los líos en su cabeza.
Tae parpadeó hacia él, sonriendo confundido un momento después. Cerró la puerta y se sentó en el puesto que le correspondía.
—JiMin hyung —susurró—. Llegó temprano. ¿No tuvo una clase?
El mayor lo analizó, tratando de dar sentido a todo lo que se relacionara a este niño; un estudiante que pusieron a su cargo, al que le había chupado la polla gracias a la desesperación de no encontrar un enfoque para ayudarlo en las clases, un tierno Tae que hasta ahora le había demostrado el concepto de dualidad.
No lo entendía. No entendía por qué estaba siquiera considerando que...
—¿Hyung? —Chasqueó los dedos delante de su rostro, tratando de devolverlo al mundo real—. Hyung, ¿estás bien? Te me quedaste viendo por un minuto entero —dijo divertido, pero con su tierna sonrisa demostrando algo de vergüenza.
JiMin quería... él quería... ¡No, joder!
—Estoy algo ido hoy, Tae-ah. Discúlpame —dijo, sonriendo de regreso. TaeHyung asintió con la cabeza, sus ojos ampliados. ¡Se veía tan lindo!—. Dime, ¿qué viste en clases?
—Tuve unos repasos y ya. Los entendí todos así que no creo que debamos enfocarnos en eso, hyung. Pero... —se mordió el labio inferior, rascándose la nuca al mismo tiempo. Park arqueó una ceja, intrigado.
—¿Pero...?
—Es que... tuve literatura. Vimos muchas obras literarias que se han convertido en obras de teatro o películas. Sherlock Holmes, por ejemplo. También debemos leer Hamlet para la próxima clase.
—¿Lo leerás? Digo, actualmente basta con buscar un resumen en internet, o un vídeo en YouTube.
TaeHyung le dio otra mirada divertida.
—Eh, ¿estoy hablando con JiMin? ¿El estudiante perfecto y buena influencia? —el mayor rodó los ojos, sintiendo el codo de Tae darle toques en su costilla—. ¿En serio me estás sugiriendo que no me lea el libro?
—No estoy sugiriendo nada. Sólo comento que es más práctico que leer una historia que quizás no te interese y no le entiendas nada, ese no es el objetivo de la profesora. En cualquier caso, el vídeo sería más entretenido, y puedes ver varios para dar un mejor aporte a la clase.
—Hm —asintió, sacando su libreta y abriéndola en el apartado de artes—. Supongo que eso haré. Como tal no es la evaluación, sino una oportunidad para aumentar la nota.
—¿Y cuál es la prueba?
—Lee aquí —indicó Tae, señalando con su dedo un texto en su cuaderno subrayado con resaltador amarillo.
"Practicar expresiones que se pueden emplear durante una escena" leyó JiMin. "Principalmente: tristeza, enojo, felicidad y amor. En base a esto se realizarán dramatizaciones sobre dos obras de William Shakespeare a final del periodo".
—Qué curioso método de evaluar —comentó.
—La profesora Nancy es genial, sus clases siempre son muy... didácticas —sonrió, sonrojándose un poco.
JiMin tragó saliva, su sonrisa torciéndose ligeramente. Golpeó a TaeHyung en la sien, ganándose un quejido de él.
—Já, pequeño pervertido. Ella es tu profesora, ten más respeto —se burló, aunque no estaba seguro de sonar tan gracioso como quería.
Kim abrió mucho los ojos, negando con la cabeza y las manos a la par.
—¡No, no! No es lo que piensa —aseguró—. Es decir... ella me agrada mucho, y es muy hermosa. Pero... —su ceño se frunció de golpe—. No sé, hay rumores de que ella y el director salen en secreto.
JiMin se atoró con su saliva, abriendo también sus ojos al máximo.
—¿Que qué?
—Es algo que se dice en los pasillos. Nada serio... —musitó, encogiéndose de hombros—. De igual forma no es importante. Yo jamás saldría con una profesora. Ella sólo me parece genial, ¿de acuerdo? —señaló acusatoriamente a Park, a lo que asintió un par de veces, tratando de analizar el tal rumor que por dónde lo viera era la cosa más extraña del mundo.
No podía imaginarse a ChangKyun saliendo con la profesora Nancy. Es decir... Im era...
O sea, no.
—De acuerdo, Tae-ah —tomó la libreta, poniéndose de pie posteriormente—. Empecemos a practicar entonces.
TaeHyung se puso de pie también, mirando al mayor con curiosidad.
—¿Alguna vez has actuado, JiMin hyung? Podría pedirle ayuda a Mark, él tiene un poco de experiencia gracias a sus padres.
—No es necesario tener gran experiencia para saber si estás haciéndolo decentemente. Además, soy un espectacular actor —alardeó batiendo su cabello imaginario por encima de su hombro. Tae se rió por ello—. Intentémoslo. Yo te daré mi opinión y luego puedes discutirlo con Tuan si gustas.
—Bueno...
JiMin sonrió y pensó plantearle situaciones a Tae para que reaccionara. Primero, para que demostrara tristeza, actuó como si fuera una vecina diciéndole que su perro se había muerto. La cosa estuvo en que... Kim no era lo suficientemente serio, y terminó riéndose apenas el mayor terminaba de decirle, con sus dramáticas lágrimas falsas, que un camión había espaturrado a su perro.
—...JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA...
—¡Tae-ah! Esto es enserio. Vamos otra vez —indicó, esperando hasta que el chico respiró profundo y dejó de reír, asintiendo. JiMin tomó aire y, con voz trágica, dijo—. ¡Vecino! ¡Oh, lamento decirle esto... pero... pero...! —soltó un gran sollozo, viendo a Tae inflar las mejillas y temblar—. ¡Ahí, en la esquina, un gran camión acaba de pasarle por encima a su mascota, que iba cruzando como si nada! ¡Lo ha dejado como tortilla!
—Pff... —TaeHyung estalló por sexta vez, retorciéndose y pegándole a la mesa repetidamente. Park bufó con fastidio, sin encontrarle lo chistoso.
—Eres un fiasco para esto, Tae-ah.
—Lo sien-to, JAJA.
—Supongo que nunca has perdido una mascota, ¿verdad? —dedujo. Tae negó con la cabeza, secándose una lágrima de la esquina de sus ojos.
—¿Tú sí, hyung?
JiMin apretó los labios.
—Sí. Varias de hecho —farfulló—. Por eso me siento tan ofendido de que te rías.
—Lo siento... te prometo que esta vez...
—No, mejor intentemos otra cosa —le interrumpió. TaeHyung se le quedó mirando expectante, mientras JiMin trataba de idear alguna cosa.
¿Qué situación podría ocasionar cuatro emociones al mismo tiempo?
—Lo tengo —murmuró sonriendo, completamente orgulloso de sí mismo. Miró a Kim y le tomó la mano, haciendo que el chico diera un respingo.
Probablemente no era la mejor idea, pero JiMin a veces no podía con su impulso de idiotez.
—Finjamos que te estás declarando, Tae-ah —espetó.
—Decla- ¿QUÉ?
JiMin se rió y le acarició la mejilla suavemente, aún si el grito de Tae había sido algo ensordecedor.
—Ya verás que funcionará. Mira, tú finge que estás muy enamorado de mí y que estás declarándote, yo reaccionaré a ello para que puedas fingir las otras cosas. Pan comido, ¿bien?
—P-pero, hyung... —Por alguna razón en el místico universo, Tae se sonrojó mientras le dedicaba la mirada más tierna que JiMin pudo apreciar en su corta vida.
QUERÍA ABRAZARLO, METERLO DEBAJO DE SU CAMISA Y LLEVÁRSELO MUY MUY LEJOS PARA QUE NADIE MÁS LO VIERA.
Pero no lo haría, porque él era un chico normal... O algo así.
—Vamos, Tae-ah. Demuéstrale a JiMin hyung que puedes con esto —alzó su pulgar, alentándolo.
TaeHyung se mordió el labio inferior y, tras pensárselo dos segundos, asintió y tomó una gran respiración.
—Ji hyung... y-yo tengo algo que decirle —murmuró.
—Claro, Tae —sonrió encantadoramente—. Soy todo oídos.
—Estehm... yo quería decirle que...
—Te ves muy lindo hoy, pequeño —le interrumpió.
El menor se sonrojó más, balbuceando muchas cosas mientras sus ojos brillaban de forma ilusionada. Vaya, esa era una buena actuación.
—Gr-gracias, hyung. Usted siempre se ve bien.
—¡Qué lindo que pienses eso! Bueno, prosigue.
—Mmm —se quejó, desviando la mirada hacia el suelo—. Yo quería decir que usted... u-usted a mí, desde hace mucho tiempo... —agachó la cabeza de golpe, su cabello impidiendo que JiMin lo mirara directamente a los ojos—. Me gusta mucho, JiMin hyung. Estoy enamorado de usted.
JiMin no supo qué fue más extraño: La forma tan profesional en la que TaeHyung estaba diciendo eso, o la desconcertante sensación cálida que se agolpó en su pecho. Como si... como si él quisiera que él dijera esas cosas enserio.
Bueno, entonces eso sólo podía significar una cosa. Y JiMin no era tan inmaduro y estúpido para intentar ignorarla o fingir que no lo notó.
Pero no era el momento para dedicarse a pensar cómo o cuándo había sucedido, después de todo él estaba tratando de ayudar al chico, después se pondría a suspirar múltiples veces. Ahora, no podía.
—¿Lo dices en serio, TaeHyung? —susurró, ingeniándoselas para sonar asombrado. Kim sacudió la cabeza en afirmación—. Pues vaya... jamás pude imaginarlo.
—¿No? Yo creí que era bastante obvio —se rió apenado. JiMin de verdad estaba impresionado por la forma tan espontánea en la que estaba actuando.
—No lo fuiste...
Duraron un momento en silencio, lo creyó conveniente para darle un poco más de suspenso a la cosa, pensando en qué debía responder.
TaeHyung fue más rápido, sonando entristecido cuando le dijo—. No tiene que corresponderme, entiendo si está saliendo con alguien más, o si le gusta otra persona. Sólo quería que lo supiera... —levantó la cabeza lo suficiente para hacer contacto visual.
—Pues, si te soy sincero, TaeHyung... estuve teniendo algunas citas hace no mucho.
El menor hizo una mueca más decaída.
—Ah, ¿sí? ¿Con quién?
Francamente, de verdad-verdad, JiMin no pensó mucho en un nombre. Acreditó a su cerebro por no poder imaginar en lo más remoto una escena dónde BaekHyun o JungKook estuvieran interesados en él, por lo que dijo el primer nombre que se atropelló en su lengua.
—Con Binnie.
Los ojos de Tae casi saltaron fuera de su rostro, a la par que su ceño se fruncía hasta casi juntar su cejas. Lucía genuinamente enojado, en shock... JiMin no tenía dudas de que saldría bien en la evaluación si siempre actuaba así.
—¿Con... SooBin hyung? —murmuró.
—Sólo fueron citas sin importancia. No somos nada serio —ladeó los labios mientras le tomaba las mejillas y se las subía para quedar frente a frente—. Puedo salir con quién quiera, y en estos momentos sólo quiero salir contigo. Seré exclusivo, lo prometo.
Y tan rápido como las otras emociones que había atravesado el rostro del menor, pronto la ira fue remplazada por una sonrisa feliz y entusiasmada. Con esto TaeHyung había completado su tarea, así que podían...
—¡JiMin hyung! —exclamó, saltando hacia él, enrollando sus brazos alrededor de su cuello, juntando sus labios en un beso dulce y para nada esperado.
JiMin abrió mucho los ojos, sin saber qué hacer.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top