lección dos.
Al día siguiente, Bang Chan salió de su salón en dirección al aula que Felix y él usaban para estudiar, molesto ya que no había conseguido ninguna especie de recompensa que ofrecerle al chico a cambio de su atención completa.
Le había preguntado a Jisung a ver qué se le ocurría, pero el chico sólo había dicho: «Um, Felix-ah es virgen de "ahí"» y Bang Chan no quiso seguir escuchando más. Como si le interesara qué Felix ya se haya metido algo en el culo. ¡Ser gay no significaba que a él le interesarían esas cosas siempre, por Jesús!
En fin, lo mejor sería preguntarle a Felix directamente.
Entró al salón justo cuando el pasillo terminaba de vaciarse. Probablemente estarían ellos con los obreros solamente. El directivo solía irse temprano los martes.
Le sorprendió encontrar a Felix ya ahí, sentado sobre una de las mesas con una paleta en la boca. Él miró a Bang Chan apenas abrió la puerta, saludándolo con una mano. Bang Chan cerró la puerta y dejó sus cosas en el suelo, corriendo la silla para sentarse tras devolverle el saludo a Felix. El chico se paró y corrió otra mesa para juntarlas, y luego se sentó en una silla, bastante pegado de Bang Chan.
― Escuché que hyung jugó tenis hoy ―dijo Felix, observando a Bang Chan sacar su libreta y libro de historia.
― Así fue.
― De seguro te ves muy guapo haciendo deporte, me gustaría ir a verte alguna vez.
Bang Chan miró a Felix directamente, tratando de preguntar en silencio "¿Qué rayos?".
Felix sólo se encogió de hombros, como siempre.
― ¿Qué? ―le cuestionó a Bang Chan, el cual se tomó un momento para responder.
― ...Nada. ¿Repasaste lo que trabajamos ayer?
― Ehm, no. ¡Pero antes de que me regañes, tengo una muy buena razón!
― Tú tienes una razón ―redundó Bang Chan, apoyando su mejilla en la palma de su mano para escuchar la nueva y magnífica excusa de Felix.
― ¡Sí! Verás, dejé la hoja de prácticas sobre el televisor mientras me iba a bañar, no me fijé que había una silla justo al algo que alcanzaba el mueble. Entonces, cuando volví-
― Déjame adivinar ―dijo Bang Chan, volteando los ojos―. Se la comió tu perro o algo así.
Felix se rió, dándole una palmada en el hombro.
― ¡Qué cosas dices, hyung! Yo no tengo perro ―dijo risueño―. Se la comió mi hermano, Yeosang. ¿Recuerdas que te hablé de él?
Bang Chan soltó un suspiro. No puede ser.
― Como sea, empecemos entonces ―indicó ubicándose en la página correspondiente. Leyó lo que decía―. Dijimos que la momificación era un ritual que originalmente sólo era permitido para faraones y figuras que-
― ¡Uhm, chicle de fresa! ―exclamó Felix con alegría, tras haber llegado al centro de la paleta.
Bang Chan cerró el libro de golpe, sobresaltando a Felix.
«Cuenta hasta cinco, Bang Chan» se recordó, con las cejas temblando «Vamos, recuerda que no puedes tener arrugas en tu bello rostro. Dale, hasta cinco».
― Hyung, ¿está bien? Luce como si estuviera estreñido ―señaló Felix nervioso.
«Que sea hasta veinte».
― Felix ―resopló, mirando al chico con molestia―. Quiero hablar contigo sobre las lecciones.
Felix asintió, mirándolo con atención. Bang Chan casi se sintió gracioso por eso: si tan solo fuera así de fácil atraer su concentración todo el tiempo.
― Escucha ―comenzó, dudando―. Sé que quizás no soy el mejor tutor de todos, y qué a lo mejor estoy omitiendo alguna clave crucial en esto de la educación, pero creo que es bastante obvio que necesito tu cooperación si queremos que esto funcione.
Felix parpadeó, aparentemente sin entender lo que quería decir. Bang Chan gimió de la frustración. Era como si hablarán idiomas diferentes.
Pensó un momento, recordando lo que Jisung le había dicho ayer.
«Busca una motivación».
«Un premio» le había dicho San, lo cual había sido lo último que Bang Chan consideró; para él una motivación al principio equivalía a "o cooperas o te parto tu pinche madre", pero probablemente la idea de San era mejor opción.
Pero si no funcionaba al menos Bang Chan ya tenía un plan B.
― Tengo una propuesta ―le espetó a Felix.
― ¿Una propuesta? ¿De qué trata? ―indagó Felix con curiosidad.
Bang Chan se relamió los labios antes de decir.
― Cada vez que completes una lección con éxito, te daré una recompensa ―ofreció.
Felix, para su desconcierto, se sonrojó ligeramente. Bang Chan por alguna razón se sintió avergonzado, aunque él no hubiera dicho nada malo. Quizás era por haber terminado recurriendo al soborno.
― ¿Qué clase de recompensa? ―consultó Felix después de un breve silencio.
― La que tú quieras ―concedió.
De todas formas, ¿Qué era lo peor que podía pedir Felix? ¿Un videojuego? ¿Una salida a algún lado? ¿Qué Bang Chan le bailara la Macarena? A este punto nada de eso parecía lo suficientemente malo como sería quedar mal con el director -y con su propia conciencia.
Miró a Felix, esperando que le dijera sus exigencias.
El chico tardó un momento en por fin, con una sonrisa rara, sugerir.
― ¿Qué tal una mamada?
Bang Chan abrió mucho los ojos, impactado.
― Eh- ¡¿Eh?!
Felix desvió la mirada hacia la mesa, aparentemente pensando.
― Yo... No tengo mucha experiencia sexual ―fue lo que se dignó a darle como explicación.
Bang Chan estaba boquiabierto, intentando inútilmente decir algo. Cualquier cosa, por Dios.
― Cualquier cosa.
― ¿Qué? ―dijo Felix con el ceño fruncido, mientras Bang Chan se golpeaba con el puño en la frente con reproche.
«¿Cualquier cosa? ¿Es en serio?».
― Yo, lo siento ―dijo, mirando a Felix con inseguridad―. Felix, eso que me estás pidiendo es...
― Por favor, hyung ―le interrumpió, juntando las manos en súplica―. Prometo que no se lo diré a nadie. Yo odio ser el único de mis amigos que no ha hecho gran cosa.
― Puedes inventar alguna anécdota ―replicó, igual de sonrojado que Felix, el cual negó con la cabeza.
― No, no es por ellos que quiero hacerlo. Quiero experimentar, hyung. Y me gustaría que usted me ayudara, es... ―carraspeó, como si fuese a decir algo que no debía―. Es de confianza, sé que no se burlará de mí y que será amable ―Bang Chan probablemente estaba loco por sentirse elogiado. La confianza injustificada de Felix era agradable, aunque no debería ser así―. Además, prometo poner de mi parte, de verdad.
Bang Chan no supo qué responder. Él sólo miró a Felix como si lo viera por primera vez.
Felix apretó los puños, con los labios temblando.
― ¿No quiere hacerlo? ¿De verdad le parece tan malo? ―musitó con voz pequeña―. No sabía que le parecía alguien desagradable, ¿o es porque soy un idiota? De seguro alguien que perdió siete materias no debe parecerle atractivo ―dijo, con una sonrisa triste cruzando sus labios.
Bang Chan corrió la mesa de golpe, poniéndose de pie. Felix lo miró asustado, creyendo que se iría.
― ¡Hyung, no, olvídelo...!
Bang Chan rodó también la mesa de Felix y cayó de rodillas entre sus piernas. El chico jadeó sorprendido, mirando con el rostro rojo cómo Bang Chan bajaba su cremallera y desabrochaba el botón de su pantalón.
― ¿Lo-lo va a hacer?
Bang Chan tomó el borde de su ropa interior y alzó la mirada hasta sus ojos, asistiendo con la cabeza eventualmente.
― Sí, pero se quedará entre nosotros y, debes prometerme que de ahora en adelante vas a sacar buenas notas ―bajó el bóxer un poco, la base del pene del chico asomándose poco a poco―. Si lo haces, si eres buen chico, te haré sentir muy bien, ¿de acuerdo?
Felix no tardó en asentir repetidamente, sin despegar la mirada del rostro de Bang Chan y sus manos terminando de bajar su prenda, liberando su polla blanda.
Bang Chan detalló el miembro un momento antes de tomarlo en su mano. Felix no era demasiado grueso, pero sí poseía un largo considerable. Además, su polla era rosada y bonita, a diferencia de muchas que Bang Chan había tenido en la boca antes.
― Hyung ―dijo el chico en un suspiro, temblando nervioso―. Y-yo, me da algo de pena.
Bang Chan se rió, su aliento golpeando en la cabeza de Felix, dónde después dió un leve soplido. Felix se estremeció.
― Tú pediste esto, ¿y ahora te da pena? ―cuestionó divertido, comenzando a mover su mano de arriba a abajo en un ritmo lento, sintiendo como la polla se iba endureciendo en su mano.
― E-Es que, es raro ver un rostro tan lindo cerca de mi polla.
Bang Chan sonrió y, conectando sus ojos de nuevo, dió al glande una lamida superficial, arrancándole un quejido a Bang Chan que llevó su mano a su boca para evitar ser ruidoso. Después de todo seguían en el instituto.
¿Qué rayos estaban haciendo?
― Sostente de mi hombro si sientes que es demasiado ―indicó antes de tomar el pene en su boca, llegando hasta un poco más de la mitad, tratando de liberar lo más que podía de saliva.
― ¡Mhm, ngh! ―escuchó que a Felix se le escapaba.
Bang Chan se tomó un momento para tratar de acostumbrar su garganta a la cabeza de la polla en ella, después de todo había sido un tiempo desde la última vez que se la chupó a Jisung.
Jugó con la punta cuando ascendió, jadeando, moviendo la lengua en círculos y chupando de vez en cuando, deleitándose con los temblores de Felix y el sabor de su polla. Sintió un jalón en su cabello algo duro; Felix se había aferrado a él, pidiendo algo que Bang Chan no necesitó que le dijera en voz alta.
Abrió lo más que pudo la boca, se tragó la polla de nuevo y cerró los labios alrededor, subiendo y bajando consecutivamente mientras su mano chocaba con su boca cuando la subía para seguir masturbando al chico, ya que no podía terminar de metérsela toda por más que intentó. La saliva se le escurría por la comisura, y comenzaba a sentir pre-semen saliendo del pene. Cerró los ojos mientras aumentaba el ritmo, bajando lo más que pudo y moviendo la cabeza para que el miembro de Felix fuera presionado más fuertemente por su garganta.
― ¡P-Para! ―exclamó el chico de repente―. ¡Hy-hyung, detente, ya!
Bang Chan se sacó el pene de golpe, mirando preocupado a Felix al creer que lo había lastimado de alguna manera. Sin embargo, el chico sólo jadeaba ruidosamente, con la cabeza echada hacia atrás y las mejillas coloradas.
Bang Chan debió admitir que era muy sexy.
― ¿Qué pasa? ¿no te gusta? ―inquirió masturbándolo rápidamente.
Felix soltó un leve gemido antes de negar con la cabeza.
― No... Ah, no es eso ―dijo con dificultad―. Es... Es demasiado.
Bang Chan sonrió por lo que Felix expresó. De alguna forma era bastante placentero causar esas reacciones en alguien, se sentía como si tuviera toda la experiencia del mundo.
― ¿Quieres que pare? ―ofreció lamiendo desde los testículos hasta la cabeza.
― ¡Yo...! Yo no sé ―dijo abrumado.
Bang Chan soltó una risilla y asintió. Felix estaba por correrse y lógicamente estaba asustado por las olas de placer que lo estaban consumiendo, así que tenía que bajarle un poco a la presión.
― Bien, solo te masturbaré, ¿bueno? Aguanta, Lixie-ah ―susurró apretando con un poco de fuerza, agilizando la muñeca junto a su saliva para bombear más rápido, consiguiendo en respuesta un movimiento inconsciente de caderas y, gemidos bajos y ahogados.
Mientras conseguía llevar a Felix al borde, Bang Chan se deleitó con la vista del chico tratando de asimilar el placer viajando por su cuerpo. La polla bajo su mano se volvía un poco más gruesa conforme la seguía masturbando, pasando a morder uno de los muslos del chico sólo por qué le llamaron la atención. Apenas dió un ligero chupón percibió que Felix se estremecía, corriéndose de golpe y soltando un grito agudo.
Lamió ligeramente la piel del chico antes de separarse y mirar el semen en el piso. Le hubiera gustado recibirlo en su boca, pero tal vez eso hubiera sido demasiado.
― ¿Estás bien? ―le preguntó a Felix amablemente.
El chico tomó un par de respiraciones antes de asentir. Bang Chan sonrió y arrancó una hoja de su cuaderno para limpiarlo y limpiar el piso, guardando después la polla del chico en su bóxer y subiéndole el pantalón. Se levantó, sacudió sus rodillas y se acomodó en la silla, esperando a que Felix terminara de calmarse.
― ¿Bien? ―dijo cuando Felix lo miró, por fin cerrando la boca.
El chico murmuró un "sí" que Bang Chan apenas escuchó. Bang Chan le sonrió y abrió el libro de nuevo, comenzando con la lección como si nada hubiera pasado.
Sorprendentemente, Felix le prestó atención, manteniéndose callado y con la mirada en el cuaderno. Respondiendo de forma insegura, pero correcta cuando Bang Chan le preguntaba algo.
Para cuándo terminaron, Bang Chan estaba sin palabras. No creyó que funcionaría de inmediato, pero bueno. Dicen que el sexo hace maravillas en los hombres.
― Suerte con tu examen mañana ―le dijo a Felix cuando iba saliendo del salón.
Felix le sonrió en respuesta y sacudió su mano para despedirlo. Bang Chan lo miró un segundo antes de salir, caminando despacio hasta fuera del instituto.
Ya en su casa, haciendo sus propios deberes, la mente de Bang Chan deliberó hacia lo que había hecho esa tarde.
Pasó saliva y miró sus manos con complejidad y un poco de vergüenza. Definitivamente había sido una locura, una muy peligrosa de hecho...Pero... Por otro lado...
«Sólo queda esperar a ver el examen de Felix mañana» se decidió, considerando que fuera cual fuera la nota Bang Chan debía aceptarlo, porque si Felix salía mal podría renunciar a ese extraño trato que de seguro era lo más raro que había hecho en su vida. Posiblemente era lo que debería anhelar.
Aunque a quién engañaba; lo había disfrutado. Por las razones incorrectas, pero disfrutado, al fin y al cabo.
Quién diría que Jisung había tenido razón al final. Vaya locura.
¡gracias por leer!
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