Parte V. Los demonios están aquí
"Hell is empty and all the demons are here."
William Shakespeare
Tanto tiempo. Demasiado tiempo aquí sola. Atrapada. Desecha y enterrada entre los cimientos. Entre las piedras y la tierra que nació de mis entrañas.
tanto tiempo viendo a los niños llegar y marcharse. Mis niños. Mis hijos. Los vi irse sin despedirse, sin siquiera conocerme. Pero yo recuerdo a cada uno, los amé y cuidé. A todos. Velé sus sueños y los acompañé en su desolación.
Nuestros hijos. Él me prometió que tendríamos niños, tantos como quisiera. Me prometió que junto a él podría ser madre. Me dio cientos de niños y niñas hermosos, fuertes y ambiciosos. Perfectos. Pero no puedo tocarlos. No puedo besar sus frentes y acariciar sus mejillas. No puedo susurrarles mi amor y enseñarles todo lo sé. Todo lo que aprendí de ellos. Apenas tengo voz.
Pero él me oyó. Mi pequeño niño con cabello de cuervo y ojos de tormenta. Mi heraldo. Él me escucha. Él me sueña. Él debía ser el último. Solo necesitaba sacrificar un niño más. No quería hacerlo porque los amaba, pero era necesario. Hacía falta uno más.
Pero no me dejaron. Interrumpieron mi actuar, desobedecieron a su madre. No me dejaron. No me conocen. No me quieren despierta. No me quieren junto a mis hijos. Me quieren encerrada. Prisionera. Deshecha. Él quiere mantenerme oculta y a salvo. Él, mi Lucero, el que me ama y me protege. Del Cielo que me odia, del Infierno que me teme. De nuestros niños desobedientes. De los que me destruyeron y me alejaron de él. Los odio. Los odio. Los odio. Los odio. Los odio a todos.
Quiero vengarme por lo que me han hecho. Quiero cambiar las reglas del juego. Quiero poner nuevos jugadores sobre el tablero.
Es el momento de mis hijos. Es su hora de tomar el control. De apoderarse del trono que les pertenece. La era de los titanes ha terminado, es el momento de que los verdaderos dioses reinen sobre la tierra prometida.
La era de los hombres mundanos llega a su final y le dará lugar a la era de los magos, de los hacedores del caos y manipuladores de lo desconocido. Mis niños pasarán el último juicio y serán vencedores.
Pero para eso necesito a mi niño de ojos negros y sangre de sombra. A mi pequeña Bestia. Necesito su voz de trueno, su mano que doblegrará a todas las criaturas del Infierno. Necesito a mi pequeño príncipe.
Lo necesito. Lo necesito. Lo necesito. Lo necesito. Lo necesito.
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