30 (parte dos).



Harry pone el freno de mano, saca las llaves del conducto y las guarda en el bolsillo de su pantalón. Suspira y echa la cabeza hacia atrás, apoyándola la cabecera del asiento con los ojos cerrados.

El foco que está justo a un lado del gimnasio de nuestro instituto, frente a nosotros, hace que las sombras de Harry se hagan más pronunciadas. Las partes más angulares de su rostro se vuelven mas marcadas y de algún modo hace que parezca alguien mas.

Todo cambia desde otro punto de referencia distinto.

-Está bien, hagámoslo. -suelta de la nada haciendo que de un pequeño salto en mi lugar que el no nota porque está bajando del auto.

Veo cómo rodea el auto pasándose una mano por su cabellera. Tiene una mueca extraña en la cara que me oculta su cabello otra vez. Abro la puerta justo cuando el la abre desde afuera. Sonríe mientras menea la cabeza y tira de ella para que pueda salir. Pone los ojos en blanco.

-Lo siento. -me disculpo ante el. Harry se encoge de hombros, restándole importancia a el asiento y pone su mano en la parte baja de mi espalda para hacerme avanzar.

Su tacto tibio traspasa la capa de tela hasta mi piel fría. Me han dado escalofrío en cuanto tocó mi piel. El parece notarlo y la aparta de inmediato, alejándose un poco de mi. Caminamos hasta la puerta doble de la entrada al gimnasio y el la empuja para que entremos.

Todo el lugar está decorado de tal manera, que parece que estuviésemos en un set de película. El piso flotante brilla por la excesiva cantidad de luces que hay en el techo, de esas de Navidad, mezcladas con más de las normales.

-Wow, es... -comienza a decir.

-Perfecto. -completo yo. Ya está la mayoría del instituto en el recinto y cuando ven que la puerta se abre, algunos voltean hacia nosotros. Mis mejillas suelen teñirse de rojo en situaciones así. Harry ríe tiernamente al notarlo. -¿Qué?

-Si me permite... -dice haciendo caso omiso ante mi comentario. Camina hacia mi e inclina su brazo hacia el mío. Me mira de reojo con la cabeza levemente inclinada y sonrío al ver que parece en caballero de esos de hace mil años.

Ojalá la vida fuera quizás incluso del mismo modo, quizás más fácil, que la de antes.

Engancho mi brazo con el de Harry y entramos juntos al recinto. Allí dentro suena música de baile, creo que se llama Change de Mapel. Los demás estudiantes comienzan a darse cuenta de nuestra entrada, y nos saludan con unas sonrisas. Algunos, incluso, apuntan a Harry. Unas chicas, por ejemplo, están sentadas en las mesas redondas a un lado de las gradas del gimnasio, y no dejan de susurrarse cosas al oído mientra no apartan la mirada de Harry.

Mis mejillas vuelven a teñirse de rojo, pero esta vez no es por vergüenza. Me acerco aún mas a Harry y el gira su rostro para verme. Me pongo de puntillas y le susurro al oído:

-Creo que haz atrapado a alguien con esta fachada, Harold.

El sonríe de medio lado y me da un pequeño empujón hacia un lado, pero sin soltarme, de modo que caigo en su pecho de forma inmediata. El me mira a los ojos aún sonriente.

-No me importa, sé que es momentáneo.

Sus ojos brillan y no dejan de estar quietos al igual que la otra vez. Pensando todo lo que ha pasado, se me hace imposible seguir mirándolo a los ojos. Debo apartar la mirada de inmediato y para hacerlo más "normal", apoyo mi rostro en su pecho.

"Dios, si supiera lo que está en mi cabeza ahora..."

Harry me da un apretón entre sus brazos y me indica con un toque en mi hombro que sigamos avanzando hasta encontrar alguna mesa. Ya hay gente bailando aunque solo lleven unos minutos luego de haberse iniciado el baile. Harry se detiene frente a una mesa cubierta con un mantel de color piel y saca una silla y la estira para que me siente. Le sonrío y tomo asiento. Siempre ha sido tan considerado.

El se sienta en la que está a un lado de la mía, y la voltea para quedar frente a mi. Abre sus piernas y apoya sus codos en las rodillas para luego esconder su cara entre sus manos.

-Esto es totalmente aburrido, te dije que no quería venir por algo, Erin. -murmura entre sus manos. -Dios, nunca haces lo que te digo.

Pongo los ojos en blanco y el me pega suavemente en la rodilla con la punta de su zapato porque sabía que haría eso. Suelto una risa y volteo. Ya hay bastante gente y el profesor Hernández, está de DJ. Me sonríe y me hace señas con la mano para que nos acerquemos a la pista de baile. Yo niego con la cabeza rotundamente pero entonces siento que Harry se ha levantado.

-Vaya, Erin. ¿Qué no haz escuchado que jamás hay que decirle no a un profesor? -pregunta sonriente. Enarco una ceja.

-Eres el peor. Lo sabes, ¿verdad?

-Ven a bailar conmigo. -pregunta sin más, está serio pero puedo notar un toque de picardía en su mirada. Me ofrece su mano, que lleva los anillos típicos y el anillo de nuestra amistad en el anular. De alguna forma, este es nuestro compromiso. Estar en cada cosa que podamos juntos, en las buenas y en las malas.

-Si me pisas te juro que te clavo el tacón en el ojo. -respondo levantándome. Aliso la falda de mi vestido, que en realidad, me resulta innecesario. Lo estiro hacia abajo ya que es demasiado apretado y se me ha subido un poco. Tomo la mano de Harry quien aún ríe por lo que le dije. Aunque creo que no se lo ha tomado en serio. Si me pisa, lo hago.

Su mano enlazada con la mía, me resulta totalmente extraña. Es decir, no es que nunca nos hayamos dado la mano, pero jamás había durado tanto tiempo. Y menos en uno en que todo el mundo nos está observando. Cruzamos el gimnasio y llegamos hasta el centro de este, donde logramos estar rodeados de parejas. El profesor de matemáticas nos ve y sonríe ampliamente, Harry le saluda alzando una mano que luego lleva hasta mi cintura.

La música cambia rotundamente y creo que podría morir ahora mismo porque esta solía ser una canción que escuchaba hace mil, por lo tanto sé qué significa al revés y derecho.

Harry sonríe más que nunca y creo que incluso, sus mejillas se han tornado un poco rosadas. Tengo ganas de molestarlo por eso, pero hay algo dentro de mi que me lo impide. Es como cuando su padre tuvo el accidente y tuve que ir a buscar a Harry a su casa. Sentía el pecho totalmente apretado, como si algo estuviera encima de mi y empujara hacia abajo con todas las fuerzas del mundo. Ahora es algo parecido, solo que en ese entonces solía molestarme.

Ahora creo disfrutarlo.

All We Are de OneRepublic comienza a llegar la parte que más me gustaba hace unos años. Harry junta sus manos, e imagino que entrelaza sus dedos tras mi espalda y yo me veo obligada a subir mis manos hasta su cuello y apoyar mi cabeza en su pecho. La que realmente debería estar en su hombro, o algo así, pero este maldito es tan alto.

-Te advierto que soy pésima bailando. -le susurro. Harry sonríe por lo que puedo ver al alzar mi cabeza solo un poco y menea la cabeza. Luego la baja y nuestros rostros quedan demasiado cerca por lo que decido bajar el mío.

"Lord knows i failed you time and again, but you and me are alright." Suena por todo el gimnasio. Todos bailan entre nosotros, y creo que somos los únicos que no nos estamos moviendo. O puede que sea todo al contrario. No puedo sacar de mi mente sus ojos esmeralda brillando por la excesiva luz que me pierdo casi la mayor parte del baile mientras escucho el rápido palpitar de su corazón.

(...)

Lo único que recuerdo fue, que durante un minuto, me disculpé con Harry y le pedí que me acompañara al baño para ahorrarme el cruzar el gimnasio siendo el florero de atención de todo el mundo.

-¿Qué? -exclamó el alzando las manos por encima de su cabeza. -¿Por qué siempre ustedes deben ir acompañadas al baño?

-Por Dios, Harry. No te estoy pidiendo que hagas pipi conmigo, solo que me acompañes hasta allá. -respondí rápidamente y tiré de su mano para que avanzara conmigo, lo cual resultó completamente difícil porque se echó a reír tan fuerte que lo que yo precisamente quería evitar, resultó inevitable.

Entré al baño y Harry se quedó fuera, apoyando su cabeza contra la pared para soportar mejor las fuertes carcajadas que salían de su cuerpo. Ahora estoy sentada en el retrete sin saber qué pensar.

¿Qué me pasa?

Todo es tan diferente ahora, no sé por qué pero se me hace muy difícil soportar todo esto. Respiro hondo y salgo de la cabina del baño. Me mojo las manos para poder refrescarlas y miro mi reflejo frente a mi.

-Todo está bien. -me digo en voz alta. -Respira. -y dicho esto, abro la puerta y salgo al exterior, pero enseguida quiero volver porque lo veo apoyado contra la puerta del baño de hombres, jugando con sus anillos, como siempre.

Pero el me ve y sonríe al verme.

-Ven, vamos afuera un rato. Recién una profesora con la quién jamás hablé en mi jodida vida, se me acercó y comenzó a contarme pavadas. -extiende su mano hacia mi. -Necesito liberarme del trauma.

Esbozo una sonrisa tímida y tomo casi con miedo su mano, el la estrecha fuerte y camina hasta una salida de emergencia del gimnasio. Debemos cruzar un pequeño pasillo que está a oscuras lo cual parece un infierno para mi. Se ve incluso más alto en la oscuridad y mis tacones no dejan de resonar en el infinito pasillo. Por fin encontramos la salida y empujo fuertemente la puerta. Casi suelto todo el aire de mis pulmones al salir al aire libre.

-Vaya, y eso que yo creí que estaba ahogado. -comenta Harry riendo de mi. Sonrío y meneo la cabeza para recuperar mi compostura. El cielo estrellado brilla sobre nosotros y entonces doy un paso hacia delante para poder caminar un poco, las piernas me están matando para colmo. Pero el me toma por la muñeca. -Espera. -añade.

Mi cuerpo se tensa rápidamente mientras me volteo para encontrármelo a menos de 10 centímetros de mi.

-¿Qué harías si te digo algo? -pregunta seriamente. Yo termino de voltearme mientras el afloja la presión que ejercía sobre mi muñeca. Esta cae a un lado y el no la suelta al 100%.

-Probablemente te contestaría. -respondo, tratándo de que mi comentario suene normal. Harry ladea la cabeza con una postura de enfado, aunque una sonrisa lo defrauda. Al igual que a mi. -No lo sé, depende.

-¿De qué? -pregunta rápidamente.

Me estoy asustando. Harry relame sus labios y engancha en inferior entre sus dientes, ansioso por saber mi respuesta.

-De lo que sea eso. -respondo yo incapaz de dejar de mirar su boca. Entonces el, lentamente pone su dedo índice bajo mi barbilla y apoyándose con el pulgar, alza la barbilla para que pueda mirarlo a los ojos.

Pero creo que moriré.

-Y... -añade él, suspirando más de lo normal. -Si te digo que...

-¿Qué? -le apresuro yo. Quiero apartarme de su cuerpo lo más pronto posible, pero creo que eso arruinará mucho más que este momento.

Harry sonríe un poco y sus dientes se deslizan suavemente por su labio. Baja la mirada para luego seguir con la que parece totalmente incomoda y graciosamente perfecta en mis ojos. Deja de sonreír y se acerca un poco más a mi.

Estoy impaciente.

-¿Y si te digo que lo único que he querido desde hace meses... -explica y entonces pienso que la distancia entre nosotros se venció hace mucho. -Es...besarte?

¡Y lo que en mi pasa, en prácticamente lo mismo, Harold! ¡Qué coincidencia!

¿No?

Algo en mi parece gritar de emoción, alegría y felicidad, pero por otra parte, algo me dice que no lo haga. Que me relaje, que me aleje. Pero cuando alzo mis ojos hacia los suyos, parecen que son mi refugio favorito y que lo único que quiero, es descubrir lo que hay más allá de ese hogar. Quiero que sea mío.

-Probablemente haría esto. -digo y pongo mis manos tras su cuello y me acerco a su rostro dispuesta a hacer lo que tengo en mente. Pero entonces me congelo, sin saber qué hacer, me quedo ahí sin más, Nuestros ojos vagan por toda la cercanía que nos rodea y creo que he hecho algo mal cuando el pone sus manos en mi cintura, pero cuando creo que va a apartarme hace todo lo contario.

Empuja hacia el y con esa simple, y fácil acción, hace que nuestros labios se unan en más que un simple y único beso.

Hace que nos una para siempre.

........

Finally, girls.

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