2.
Cuando llegué a mi casa, me cambié rápidamente a el maldito uniforme azul con blanco. Saqué mi bici y me dirigí hasta la pizzería.
-Hola, John -saludé al hombre que estaba tras el mostrador. Cuando llegué aquí, en verano, tenía el pelo de color rubio, ahora lo tiene café.
-Calle... -empezó a decir mientras miraba un papel -A la mierda. ¿Quién puede pronunciar esto?
Me acerqué a el y leo el papel. Tenía razón. Le propiné una palmada en la espalda y lo miré:
-No eres el único -puse mi mirada mas teatral y luego salí corriendo a la cocina. Coincidí el número de pedido con la caja, la tomé y salí y otra vez. -Adiós, John.
Amarré la caja a la plataforma postiza que había ideado para poner las cajas y me monte en la bici. Me puse los audífonos y comencé a andar.
Lo mejor de vivir en una ciudad tranquila, es que puedes escuchar música sin temer por tu vida.
Doblé a la derecha al ver la calle y busqué la casilla del portero.
-Hola -saludé al hombre sin cabellos y el me sonrió y abrió el portón -Gracias.
Avancé por el asfalto buscando la casa 28. Todas eran igual y grandes. Todas con un ante jardín que no me hacia dudar que tendrían uno trasero con una piscina enorme y probablemente un parque de diversiones si es posible.
Paré en frente de la 28 y me bajé. El camino de entrada estaba formado por piedras de río, tan redondas que me hicieron dudar de su realidad.
Toqué.
-Pedido de peperoni americana -dije desenredando la pizza y levanté la vista.
El chico de mi clase de pelo ondulado y un poco largo estaba frente a mi.
-¿Harry?
-Hola, Erin -murmuró. Se pasó la mano por el cabello y la dejó ahí. Noté que había cambiado su remera por un suéter de color gris.
-¿Te gusta esta pizza? -le pregunté alzando la caja a la altura de mis ojos. El se encogió de hombros y sonrió -Porque todo el mundo la ordena y yo la encuentro asquerosa. Dejame decirte que creí que serias mas original.
-La ha ordenado mi madre -dijo mirando hacia el suelo. Llevaba unos botines color café claro.
-Oh, entonces, en ese caso, aun me puedes sorprender -le respondí dandole un toque en el hombro.
-¿Cuánto es? -preguntó llevándose la mano a el bolsillo trasero.
-Ah... Déjame ver -saqué el papel de el interior de mi chaqueta y leí -creo que aquí dice 10 dólares, pero hoy es jueves.
El alzó una ceja en señal de no entender a que me refería.
-Los jueves son de descuento y, como me caes bien, te haré uno de un 50% -sonreí. -felicidades, deberás pagar solo 5 dólares.
-Gracias -dijo soltando una risa. Sus hoyuelos volvieron a aparecer. Extendió un billete de 10. -Guarda el cambio.
-¿Qué? Oh, no. -le extendí la caja. El la tomó y la apoyó contra su cadera apoyándose en el marco de su puerta. -espera -abrí mi chaqueta y hurgué buscando un billete. -Se que tengo uno por aquí.
-Erin, está bien, guarda el cambio.
-No -hurgué en otro bolsillo y lo encontré. Se lo extendí -toma.
El meneó con la cabeza y me miró. Yo lo miré y arquee una ceja.
-Si no lo tomas, tendré que proceder a un procedimiento del cual no estarás en posibilidades de actuar y va en contra, obviamente, de tu voluntad.
-Erin, yo... -estaba diciendo y lo interrumpí cuando cuando arrugué el billete en mi mano y lo guarde en el interior de su bolsillo delante. Comencé a retroceder.
-Gracias por comprar en John's pizza. La próxima vez quizás también haya descuentos -me acerqué un poco e hice un hueco con mis manos al acercármelas a la boca. -Dicen que los jueves -susurré. Corrí hasta mi bici y comencé a avanzar.
Cuando iba por la mitad de la calle me voltee. Harry seguía en el umbral de su puerta mirando hacia mi.o saludé con la mano. Sonrió y entro en la casa
Y yo comencé a andar a la mía.
-No me gustan estas cosas -dijo mi hermano pequeño. A Peter jamás me habían gustado los tomates y ahora estaba jugando a pasar uno a otro de un lado del plato. -No quiero comer.
-Bueno, lamentablemente, aun estoy viva y mientras siga siendo tu madre, tendrás que comerlos -espetó mi madre.
-Yo me los como por ti -dijo mi Camille enfrente de el. Alargó el brazo y tomó las 4 rodajas de la fruta.
Meneé la cabeza y seguí comiendo. Ayudé a levantar la mesa y subí a mi habitación. Prendí mi computadora y abrí Facebook.
Tenía una solicitud de amistad
Jake Malik quiere ser tu amigo: aceptar o ignorar.
De verdad, solo llevaba un día en el instituto y ya lo odiaba. Lo dejé estar porque si ponía rechazar el se daría cuenta y no soy tan mala para eso. En lugar de pasarme la noche con la conciencia abierta, busqué en la red social.
Harry Styles.
Resultados: 1 de 1.
Pinché el perfil. Este se abrió y dejó ver un perfil simple. Dirigí mi mirada hasta la foto de perfil y vi que tenía una. La pinché y la observé.
Era una que en la que salía con la misma remera de hoy. Sonreía mirando a la cámara.
-Linda sonrisa, Harry -murmuré.
Volví a su perfil y posee la flecha del mouse sobre el "Agregar a amigos"
Medité un tiempo y finalmente, pinché.
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