12.
"Lo han llevado al hospital de la ciudad. Necesito que me lleves. Mi madre se ha ido hace 2 días. ¿Puedes hacerlo? Te pagaré todo pero ahora no puedo porque no tengo dinero y llegaré en dos años si me voy caminando"
"Erin, por favor, contéstame"
Mi boca esta abierta de par en par y veo la hora del mensaje. Lo ha mandado a las 8 de la mañana y son las 10. ¿Se habrá ido?
Bajo corriendo las escaleras y paso de largo la puerta hacia la cochera. Descuelgo las llaves del auto de un colgante al lado derecho de la puerta de calle y corro hasta la puerta por la que había pasado. En el borde están las mediciones de estatura de todos nosotros. Se que solo llevamos unos meses en la ciudad, pero Peter insistió en qué mamá tomara las medidas de la casa anterior para poder grabarlas cuando llegásemos aquí.
Deseo concedido, Peter.
Abro la puerta y la dejo abierta. Apreto el botón del mando de la camioneta de mi madre y me lanzo dentro. Abro el portón mientras espero respiro hondo.
-Tranquila, Erin. Puedes hacerlo. El estará esperándote y todo estará bien. Su padre estará vivo y coleando.
¿Vivo?
-¿Qué eres, estúpida? Obvio que está vivo, por dios.
Cuando el portón finalmente se abre apretó rápidamente el acelerador y salgo a la calle. Con toda la suerte que tengo espero que le haya achantado al portón para que se cierre. Saco mi celular y le mando un mensaje a mi André diciendo que tuve que salir usando su auto por una emergencia. Lo apago por si acaso me regaña.
-Okay, solo un semáforo y una vuelta a la izquierda. -digo en voz alta tamborileando los dedos contra el volante. El objeto marca la luz verde y me lanzo contra los malditos autos que parece que dan un paseo turístico por la ciudad.
El tipo de la cabina de seguridad me sonríe y al parecer ve mi cara de urgencia y abre el portón de inmediato. Aun me cuesta manejar esta cosa, ya que no tengo mucha experiencia.
Cuando doblo la esquina hacia la casa de Harry, veo un pequeño bulto en las escaleras del porche. Cunado logró acercarme mas, distingo que es Harry quien está sentado ahí mismo. Tiene puesta una cazadora negra y unos jeans. Escode su cabeza entre sus manos y en cuanto escucha el ruido del motor, la levanta de inmediato. Me ve y se echa a correr rápidamente. Abre la puerta y entra. Apretó de inmediato el acelerador.
-Lo siento, me he quedado dormida como un bebé y no he oído nada...
-Está bien, Erin. -dice Harry interrumpiéndome. Apoya la cabeza en donde está el bloqueo de la puerta y se hunde en su asiento.
-Es que no sé cómo pude estar tan sorda. -digo y se me sale una risa. El tipo me abre la puerta y salgo hacia la calle. El hospital está a unos 15 minutos, y como es temprano y es fin de semana, el tráfico no estará como siempre. -Digo, de verdad. ¿Es que estoy sorda, o mi celular simplemente no sonó? Lo siento mucho, Harry, no volveré a hacerlo porque...
-¡Erin, ya! -grita el mirándome. Tiene la cara un poco roja y sus ojos están vidriosos. Se restriega las manos por la cara y suelta un suspiro enorme. -De verdad, déjalo ya. -vuelve a su lugar anterior y cierra los ojos contra la ventana. -Está bien.
Asiento levemente y vuelvo la mirada al frente. Mi pecho sube y baja rápidamente debido a todo el alboroto que ha pasado. Llevo solo unos 40 minutos despierta. Y eso me lleva a darme cuenta de que estoy en pijama.
Unos pantalones cortos y una remera rosada con una flor amarilla en medio. Se me sale una carcajada de inmediato cuando llego a un semáforo en rojo.
-¿Qué te pasa? -pregunta Harry. Se endereza en su lugar y ahora vuelve a ser más alto que yo. Me mira de reojo con una ceja enarcada.
-Creo que mi atuendo es el mejor del mundo, ¿no crees? -digo apuntando mi cuerpo. Harry se vuele hacia mi y se le sale una sonrisa en cuanto ve mi pijama. Menea la cabeza y vuelve a la posición inicial.
-No pudiste haber elegido mejor. -respondo con sarcasmo.
-Ya veras que será el icono de la moda esta semana, hombre.
Estoy entrando al parking del hospital. Estaciono frente a urgencias y en cuanto apago el motor, Harry baja apresurado y corre hasta la entrada. Yo lo sigo tras el a paso lento. Pero veo que el se detiene justo cuando tiene que entrar. Llego a su lado y miro hacia arriba. Su pecho sube y baja y sus puños están cerrados fuertemente a ambos lados de su cuerpo.
-¿Qué? -le pregunto. El cierra los ojos y disuelve los puños en sus manos. Se lleva una mano al pelo y me mira.
-Si le pasa algo, yo... -comienza a decir pero se corta en medio de la frase. Le sonrió y le tomo la mano derecha. El mira nuestras manos enlazadas y luego a mis ojos.
-Está bien, créeme. -le digo. El mantiene la mirada en mis ojos cafés oscuros unos segundos para luego asentir lentamente.
Empiezo a caminar pero su mano me detiene al no seguirme el paso. Enarco una ceja en señal de preguntas al voltearme hacia el. El suelta mi mano y comienza sacarse el abrigo. Deja al aire una camiseta blanca. Sonrió al recordar que es la que usó el día en que nos conocimos.
-Toma, asi la gente creerá que al menos eres humana. -dice entregándome su cazadora. Yo la tomo y me la pongo mientras rodeo los ojos. Me llega a la mitad de los muslos y las mangas... al menos, se pueden decir que mis brazos llenan 2/4 de ella.
Entonces el empuja la puerta con su mano mientras suspira. Me deja pasar a mi primero y juntos pasamos por la sala de espera. Hay una pareja sentada en los primeros asientos abrazados tapados con una manta azul. Tras de ellos, hay una chica llorando y su cara está manchada de rímel. Aparto la vista de ellos y sigo a Harry quien va hasta la recepción.
-Hola... -comienza a decir a una señora de unos 50 años. Tiene el cabello negro amarrado en una cola alta. Aunque tiene el cabello corto. -Me dijeron que habían ingresado a Jaime Styles aquí hace unas horas...
-Si, fue la ultima persona ingresada hasta ahora. ¿Eres familiar? -pregunta la señora.
-Su hijo. -responde Harry con voz ronca.
Ella asiente y empieza a buscar algo en una caja de cartón. Levanta un papel amarillo y se pone los lentes que cuelgan en su pecho.
-¿Ella es tu hermana? -pregunta mirándome.
-No, qué va. -responde y me mira. Tiene un brazo apoyado en el mostrador y está volteado hacia mi. -es... Mi amiga.
-Entonces tendrás que esperar fuera de la habitación. O si quieres entrar, será solo unos minutos, querida. -ambos asentimos y yo bajo la vista. -está en la habitación 10 del piso tres, hijo.
-Muchas gracias -responde Harry y toma mi mano para correr hacia las escaleras. Sube de dos en dos y yo tengo que ingeniármelas para no caer.
-¡Recueda que soy de tamaño normal! -le grito al llegar al piso 3. El rodea el escritorio de recepción de este piso y comienza a buscar la habitación.
7, 8, 9... 10. Harry se queda delante de la puerta y yo me trato de soltar la mano. Pero la suya está tan sujeta a la mía que sus dedos están blancos. Cierra los ojos y respira hondo. Suelta mi mano y entra en la habitación con la puerta entre abierta.
-Está bien... -le susurro y espero que me haya oído. Me pego contra la pared y me deslizo. Cierro los ojos y los Sofi contra mis rodillas ya apretadas contra mi pecho.
-Erin. -murmura alguien. Levantó a vista y veo a Harry inclinado sobre mi. Está de rodillas y se ha mojado un poco el pelo. -Puedes entrar.
-Creo que haré una mala impresión, Harold... -comienzo a decir y el me ayuda a levantarme. Termino frente a el y me echo a su pecho. Hago como que lloro. -creerá que soy una persona horrible.
Harry se echa a reír y me aparta suavemente. Me revuelve el pelo y me lo deja a ambos lados de mi cuello.
-Créeme que comparado con el, estás perfecta.
-En ese caso, vamos dentro, amigo mío -digo y comienzo a caminar. Harry llega a mi lado y entrelazo su brazo en el mío.
Comenzamos a entrar a la pequeña habitación. Se ve la mitad de una cama con un edredón blanco delgado. En el fondo se ve un sillón azul y una ventana pequeña con vista a la ciudad. Pasamos el baño y ahora pierdo ver la cama en su totalidad. Un hombre de unos 50 años descansa ahí. Tiene un vendaje en la frente y heridas que le cruzan cejas y el labio inferior. Tiene un brazo enyesado y cuando me ve sonríe. Harry me deja a un lado y me dirijo a el lado de su padre.
-Papá, ella es Erin, Erin, el es mi padre. -dice y baja la vista al suelo.
-Así que tu eres la famosa Erin... Creo que este no es mejor estado en que puedo conocerte, pero te aseguro que luzco mucho mejor sin todas estas cosas. -dice y me echo a reír. Harry se apoya contra la pared y su padre aprieta el botón que inclina su cama. -Encantado de conocerte. -y me ofrece su mano.
-Igualmente, señor Styles. -respondo estrechando su mano. Luego indicó mi cuerpo y sonrió con timidez. -Ambos estamos igual. He tenido que salir corriendo cuando Harry me llamó.
El padre de Harry se echa a reír cuando ve mi pijama y se lleva una mano al estomago al sentir dolor. Harry frunce el ceño y se relaja cuando nota que no es nada grave.
-¿Cómo se encuentra? -le pregunto. Harry se encamina a mi lado e inclina los brazos sobre las barandillas de la cama.
-Un auto ha chocado el suyo por accidente y mi padre ha salido peor. Se volcó en la carretera y lo que salió fue eso. -dice indicándolo.
-Oye, aun sigo siendo tu padre, ¿eh? -se defiende el. Suelto una risa y le sonrió.
-Menos mal que no pasó a mayores... -susurro. Ambos asientes con la cabeza y yo hago lo mismo. -En fin, ya es tarde en lo temprano que es -mirando el reloj de la pared opuesta veo que son las 11:30. -Será mejor que me vaya antes de que venga una enfermera súper seria y me mande a casa.
-Tu igual deberías irte, hijo... Ya te haz dado cuenta de que estoy en perfectas condiciones dentro de lo que se puede. Vete a descansar. -dice el hombre devolviendo la cama a la posición inicial. Harry suspira a mi lado y se saca un celular de el bolsillo.
-Te lo dejaron aquí y lo he prendido. Llámame si necesitas algo, ¿está bien? -le dice y le da un abrazo.
Ojalá yo hubiera tenido una relación así con mi padre. Nos dejó cuando Peter nació y mi madre aun no lo ha aceptado. Trata de pasar el mayor tiempo que puede en la oficina para no llegar a la casa y darse cuenta de que aún no ha vuelto. Aparto la mirada.
-Qué sea un lindo hospedaje, señor. Un gusto en conocerlo.
-Te haré avisar si es tan cómodo para que vengas de vacaciones, Erin. -dice y vuelvo a reír. Harry también lo hace y salimos de la habitación.
Caminamos tranquilamente al auto y cuando entramos en el, Harry suelta el suspiro del año.
-Tranquilo, hombre. Recuerda dejar un poco de aire ahí, se supone que debes dejar aunque sea un poco.
-Es solo que creí que estaría peor... -dice meneando la cabeza. -pero está mucho mejor.
Asiento con la cabeza y me dirijo a salir de la calle. El me dice que es mejor que lo deje en su casa cuando le ofrezco ir a la mía. Dice que debe recuperarse y llamar a su madre para contarle los detalles. Asiento y me despido con el con un abraso gigante.
-Eres la mejor, Erin. Muchas gracias, de verdad. -dice aun en mis brazos. Lo estrecho contra mi y nos despedimos.
Sigo el camino hasta mi casa y viendo voy por la calle que lleva a la mía, recuerdo que he dejado el teléfono apagado. Lo prendo de inmediato y volteo a la derecha para mi casa. Pero veo algo que no me gusta.
Mi madre está delante el portón de la cochera con los brazos cruzados y una mirada asesina.
Estoy en problemas.
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