Capítulo 17: Verdad

★- Capítulo 17: Verdad -★

Akira se había decidido.

No podía seguir en esa situación. Su hermana no parecía querer entrar en razones, y seguramente todo eso empeoraría irremediablemente con el paso del tiempo. No podía simplemente dejarlo pasar.

En el tiempo en el que había conocido a Tsuna, comprendía la razón por la cual aquel azabache de ojos fríos había acabado enamorándose de él. Era una persona maravillosa, se sentía tan bien estar a su lado...

Tenía intenciones de herirle, de hacerle sufrir de alguna manera, pero no se vio capaz de hacer nada. Todos los planes que hubiera podido tener se desmoronaron ante el brillo de sus ojos castaños, tan felices, tan alegres...

No podía hacerle daño, de hecho no podía desear más que su felicidad. Incluso hasta el punto de querer verle con aquel chico, solo por mirar su sonrisa de felicidad cuando se encontraba con él.

Él no podía ser como su hermana. No podía ser tan frío, tan calculador, tan insensible. Quizá todo fuera más sencillo si pudiera llegar a ser así.

Pero no podía, y detestaba ver esa mirada de tristeza en Tsuna, preocupado por su hermano mayor y sus sentimientos. Kyoya parecía ser el único que lograba sacar una sonrisa sincera al castaño, y por ello le odiaba y despreciaba con todas sus fuerzas.

Él quería ser quien sacara esas sonrisas a su amigo, pero el azabache había llegado antes.

-Tsuna...

El castaño le miró con cierto despiste en el cambio de clase.

-¿Si?

-¿Podemos... hablar? En el recreo...

Tsuna parpadeó sorprendido y miró fijamente sus ojos azules.

-Lo siento pero Kyo...

Calló al ver su mirada de resolución.

-Es importante. Tiene... que ver con tu hermano y su problema.

-¿Conoces a Gio-nii? ¿Y cómo sabes...?

-Te responderé en el recreo.

Tsuna frunció el ceño y asintió, pensativo.

Así pasaron las clases sucesivas hasta que el recreo llegó y el momento de la verdad con él. Esperaron a que todos los alumnos salieran del aula de clases y se sentaron uno frente al otro. Akira tenía la mirada vacía y triste, Tsuna estaba confuso e intrigado.

-¿Y bien?

El de cabello negro respiró profundamente y habló.

-Tu hermano está siendo solo víctima de las circunstancias... -sacó su móvil y le enseñó la imagen de su hermana.

-Esa es... la chica con la que Alaude-san...

-Es mi hermana -cortó Akira.

Tsuna se sorprendió ante ello y la miró fijamente, comparándola con su amigo. Tenía ciertos rasgos parecidos...

-No lo sabía... ¿Entonces ella te contó...?

-No. Yo sabía desde el principio sus intenciones... -suspiró.

-¡¿Qué?!

-Alaude no está enamorado de ella. Akari lo intentó, pero no consiguió desenamorarlo de tu hermano...

-¿Ella está...?

-No, no está enamorada de él. Tan solo quería... hacer sufrir a tu hermano.

Tsuna ahogó un grito de sorpresa, abriendo mucho los ojos.

-¿Por... qué querría hacer eso?

-Por ti.

-¿Por... mí?

-Sí. Porque no soporta la idea de que tú seas feliz... y me hizo implicarme para que te hiciera daño de cualquier manera, la más cruel que se me ocurriera.

-Entonces tú...

-Me acerqué a ti con la intención de herirte... pero no pude hacerlo. No... me siento capaz de hacer lo que Akari hizo.

-¿Entonces Alaude-san no...?

-Le drogó o algo así para tomar esas fotos y se llevó el móvil con ella para que él no lo supiera...

-Gio-nii creyó que... que todo era mentira... que Alaude-san no le quería... ¿¡Por qué le habéis hecho eso?! -se levantó indignado y furioso, con lágrimas de rabia en los ojos.

-Akari solo quería vengarse de ti... y yo quise ayudarla.

-¿¡Pero yo qué he hecho?!

Akira solo suspiró. Había procurado que no se enterara y lo había logrado, pero no duraría más la mentira. Pasó las imágenes de su teléfono móvil hasta encontrar una que le encantaba especialmente a Akari. Una de las pocas que se pudieron tomar en familia...

-Esta... es mi familia.

Tsuna frunció el ceño y tomó el teléfono con sospecha, mirando la imagen con detenimiento. A la izquierda se veía una mujer alegre de ojos azules como los de Akira y cabello rubio corto por los hombros con dos niños, un chico que era Akira y una chica, que era su hermana. A la derecha...

Cayó a la silla que tenía detrás por la sorpresa y el shock. Soltó el móvil sobre la mesa y miró a Akira con los ojos muy abiertos.

-Tú eres...

Akira asintió.

-Mis padres se separaron hace mucho tiempo, más o menos desde que yo cumplí cinco años. Pero Akari siempre prefirió a mi padre, le quería más que a nada. Ella tenía siete cuando se fue de casa. Casi siempre estaba fuera, trabajando, y Akari siempre le esperaba en la puerta cuando decía que volvería...

-Es normal... -Tsuna agachó la cabeza, con la vista nublada.

No recordaba a sus padres, murieron... en extrañas circunstancias. Giotto siempre le decía que ellos le adoraban y que jamás hubieran querido que quedaran desamparados. El rubio fue lo más cercano a él como padre, madre, hermano y amigo, pero no era suficiente para rellenar el vacío. No se acordaba de sus padres... no sabía lo que era eso.

-Cuando todo lo... lo que te sucedió salió a la luz, Akari no quiso creerlo. Siempre culpó a mamá de que se hubieran separado, y decía que todo era mentira. Todos tenían la culpa menos nuestro padre... y decidió que algún día se vengaría de todo lo sucedido.

Tsuna no pudo creer lo que escuchaba. ¿Cómo pretendía tapar el sol con un dedo? Ella no tenía idea de todo lo que había sufrido esos años, ni idea. No tenía derecho...

-Cuando apareció en el hospital, Akari fue la primera en ir a verlo. Y se enfadó aún más y decidió que te destrozaría por completo. Por nuestro padre...

-Siento decir esto pero... tu padre no es una buena persona.

-Lo sé. Lo supe desde que te conocí... Tú no te habrías inventado eso, menos con siete años... pero Akari no se lo cree, y decidió romper lo que quedaba de tu familia...

-Gio-nii...

-Sí, ella se encargaría de él y yo de hacerte sufrir a ti, pero... no puedo hacer eso. Yo...

Tsuna vio que desviaba la mirada a un lado, apenado.

-Yo me enamoré de ti, aunque se suponía que debía separarte de todo lo que querías y hacerte ser el más infeliz de todos... pero no pude.

-Akira, yo...

-No espero que me perdones. No pienso obligarte a hacerlo, pero no me apetece seguir mintiendo. Además... sé que estás enamorado de ese chico y no puedo hacer nada ahí.

-Kyoya...

-Solo quiero que lo sepas porque... bueno, mi hermana no es tan mala como parece... solo que necesita ayuda para superar todo esto. No fue nada bueno para ella enterarse de que nuestro padre es... bueno, ya sabes.

El castaño agachó la mirada a sus manos. No sabía qué decir. Ni siquiera recordaba cómo hablar.

Escenas de su infancia aparecieron en su mente, recuerdos que siempre quiso borrar pero seguían patentes en su memoria. Recuerdos que intentaba sustituir con los buenos, con los que Kyoya le proporcionaba cada día, a cada momento... ¿Por qué parecía su pasado perseguirle?

Se levantó con el cabello tapándole la mirada, y sin decir nada más, salió del aula.

Salut, lectores...

MEEEEEEEEEE MUEEEEEEEEEEEERO. TOY CANSADA Y AAARGH. TENGO LO JUSTO PA MI LAIF. INTETARE ACTUALIZAR SEGUIDOOOOOOOO.

SIENTO LA TARDANZAAAAAAAAAAA

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Au revoir, ¡nos leeremos pronto!


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