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Sus pies, al igual que en la situación del omega, avanzaron varios pasos en contra de su voluntad. Algo le decía, le obligaba a acercarse a Diavolo para poderlo sacar de esa inminente tragedia. De reojo era capaz de ver la cercanía del auto, aunque el omega estuviera cerca de la acera, era seguro que el coche lo atraparía entre sus llantas antes. 

Si Vinegar tuviera sus manos libres tendría esa oportunidad para jalarlo a su persona, ese pensamiento tan fugaz sólo hacía activar más alertas en su alfa interno, ya que era más que notoria la carga entre sus brazos de aquél infante. No se dio la molestia en comprender que era su hija.  

¿Realmente estaba tan lejos, aún teniendo al hombre ante sus ojos? 

¿Es que su destino nunca fue tener esa piadosa oportunidad de conocerlo?

No deseaba ver a alguien morir ante sus ojos... No de nuevo.  

Esta es la realidad, nunca podría tener el título de héroe, algo tan ficticio nunca llegaría a las manos de alguien tan ordinario como él.
El que en algún momento pudiera ser feliz sin la necesidad de ocultarse y ser superficial sólo era un triste e inalcanzable sueño.




El cielo dejó sonar un rudo canto de relámpagos, avisando la proximidad de su lluvia, aunque esta vez fué acompañada por una fuerte ráfaga de viento que azotó directo en su cara, haciendo que el par de mechones que caían sobre su frente se agitaran hacia sus costados.

Eso le causaría una obvia incomodidad en otra situación, pero en ese momento, hizo que su mirada se iluminara, casi destellando como luz contra un cristal. 

Los largos y voluminosos mechones lacios de tan llamativo tono rozado  comenzaron a ondularse en su dirección gracias a la potencia del viento, no se había dado cuenta que el cabello del omega era tan largo y peligrosamente hermoso, hasta ese momento. 

Largos y perfectos, una pieza de Vinegar que podía tener al alcance de su mano en esos momentos. 


Y Yoshikage Kira no tuvo la necesidad de pensarlo. 

Con habilidad y la fuerza propia de su casta llevó su diestra a los cabellos, y aunque fuera algo muy descortés y en tal grado, violento, los tomó y de un brusco y potente jalón atrajo a Vinegar sobre la acera, o más bien hacia su cuerpo. Por la potencia dada en el momento terminó perdiendo el equilibrio y como aún no había soltado los pardos de Vinegar, este terminó por caer en el suelo y también encima suyo. 

— ¡Nagh! 

Diavolo intentó dar media vuelta para no impactar sus brazos con Trish sobre el suelo.
Una mezcla de ardor y dolor se presentó en su cuero cabelludo por el jalón de greñas que le dio el güerito ese y a un costado de su cadera por el impacto sobre el cuerpo ajeno y el suelo, lo sentía muy claramente, pero aquella sensación fue ignorada por completo. La prioridad de su omega interior, que en ese momento aún lo controlaba, era confirmar la seguridad de la niña, quien aún lloraba entre su pecho. 

De inmediato se reincorporó, sentándose en el suelo y dejando que Trish también pusiera sus pies en el mismo. Era capaz de escuchar cómo lloraba con suma fuerza ensuciando su cuidado traje, desahogándose de ese terror por el que había pasado antes. En el fondo también se escuchaban personas hablando sobre lo que hizo, algunas tomándolo como un héroe, otras como un loco, y una minoría como un padre irresponsable; nada de eso le importaba. 

Separó a Trish de su pecho y comenzó a revisarla con sus manos verificando que no se haya lastimado en esa caída tan brusca. La niña seguía llorando con esa potencia pero al menos ya hacía el esfuerzo para quererse calmar de poco en poco. Por suerte estaba ilesa, algo sucia por lo que el rubio hizo para ayudarlos pero no había nada que no pudiera solucionar con un baño.

Suspiró con un alivio que hace años no sentía, colocando ambas manos en los hombros de su hija, queriendo mirarla a los ojos, aunque aquella trataba de esquivar lo más posible esa mirada tan tenebrosa. 

— Ah... Tú... ¿En dónde tenías la mente?... Si no te hubiera escuchado... Si no te hubiera visto, tú... 

El italiano tenía muchas emociones juntas, esa era la primera vez que no tenía un ceño fruncido o con señales de enojo, estaba vulnerable, no entendía las emociones que su conciencia le transmitía. Tenía unas ganas enormes de regañar a la infante y decirle que todo estaba mal, que era una idiota al no fijarse por donde iba... Pero el único idiota aquí era él.

Nadie en su sano juicio dejaría a un niño andando solo sin una mano que lo detenga en su momento. Los infantes tienen mentes grandes e inquietas, ellos no eran consientes del peligro por el que podrían pasar en tales momentos. Diavolo era el idiota, quién nunca había aceptado darle su mano para poderla guiar y proteger, todo por el odio y asco hacia su propia carne. 

Calló sus palabras presionando sus labios uno contra otro, estaba frustrado, estresado por reconocer que había cometido un error aun siendo tan preciso y calculador con todo. Gracias a todos esos pensamientos y emociones su olor se había vuelto un tanto ácido.




Kira se había quedado en el suelo un buen rato, ya que cuando el pelirosa cayó sobre su cuerpo lo había golpeado con su codo justo en el abdomen, haciendo que el aire en sus pulmones lo abandonaran por completo. Tardó unos segundos en sentirse bien como para poder reincorporarse y mientras lo hacía percibió ese cambio en las feromonas del omega. Algo le decía que debía intervenir o de nuevo las cosas se darían una vuelta para mal. 

— Vinegar — Miró a su alrededor, las personas habían comenzado a caminar hacia el otro lado de la calle al tener finalmente la luz en verde, deseando disimular e ignorar el suceso de segundos atrás. 

Nombró al ajeno con una voz suave y calmada, acercándose con cuidado para darle unas pequeñas palmadas en el hombro, no tenía deseos de ser atacado por un omega alterado. 

Diavolo tuvo un respingo casi de inmediato por su tacto,  girando un poco su cuello para tener contacto con los zafiros del mayor. Aquellos ojos transmitían toda la calma y paz que necesitaba en ese momento, era reconfortante, amable. No entendía como un alfa recesivo podría provocar tal tranquilidad en su persona.

— Sr. Kira... — Susurró relajando y disminuyendo esa acidez en sus feromonas. Ese fue el momento en el que unió las piezas del rompecabezas y se dió cuenta de que la persona que había evitado que los arrollaran era su mismo jefe

Tenía muchas preguntas para el rubio, pero ninguna palabra fue capaz de salir de su boca, aunque sus ojos de rasgos occidentales hacían que el nipón ya se diera una idea de lo que el italiano intentaba pensar. 

— ¿Se encuentran bien?... ¿Tu hija se lastimó algo? — Acercó su mano a Vinegar para incitarlo y ayudarlo a levantarse. — El suelo debe de estar sucio. 

Había tomado su tiempo para unir los hilos, pero al tener aquella palma a su disposición, tan misteriosa y desgastada, fue cuando Diavolo ya estaba por completo en sí; comprendiendo mejor su situación en su alrededor, era denigrante para su orgullosa persona estar ahí tirado en el suelo. 

— A-Ah... Ya... — Ignoró la mano del alfa y se levanto sin ningún problema, seguido giró su vista a la pequeña y le indicó que se le acercara. 

Había tardado en darse cuenta cómo Yoshikage de había hacia la niña. Aquello sólo hizo que el mismo y desgraciado italiano de antes volviera a hacerse presente en su actitud. Distante y amargo.

Para ese momento Trish ya estaba tranquila, aunque las marcas de un desahogo por medio del llanto dejaron unas suaves marcas sobre sus mejillas regordetas y rositas.

El nipón podía percibir aquellos cambios de ambos pelirosas mientras creía que el Omega aceptaría su mano, aunque al final sólo se quedó quieto en su posición con la diestra que había ofrecido en el aire. Podía sentir cómo su orgullo era un pisado por la actitud del pardo, aunque no tardó mucho en reponerse y corregir su garganta para disimular. 

Poco después había vuelto a su conciencia el hecho de que había tirado sus pertenencias minutos atras, ya que para poder tomar los cabellos del más alto había dejado caer las cosas en el suelo. 

Al ponerse a mirar hacia todos lados de encontró con que cerca suyo había un maletín de un rojo tirando a morado con las iniciales del omega, era obvio a quién le pertenecía, así que por cortesía se agachó para tomarlo. A un metro podía ver sus cosas, su pulcro y cuidado maletín y la bolsa con su almuerzo, pero que para su tragedia y dolor tenía varias pisadas encima, de seguro eso pasó cuando la multitud avanzó al otro lado de la calle. 

— Supongo que para la otra será — Musitó con tristeza al acercarse a sus cosas, tomando la bolsa que dentro tenía un rico sándwich que ahora estaba destrozado. No tenía de otra más que desechar los restos, ya que por el lugar no había ningún animalito al que pudiera regalarle el alimento. 

Diavolo no entendía lo que hacía el rubio, y mucho menos sería capaz de llegar a escuchar sus murmullos, pero podía notar en sus ojos bastante tristeza, ¿Eso se debía por lo que había en la bolsa? mejor se quedaría con la duda, no le gustaba curiosear. 

Estaba dispuesto a acercarse al alfa para tratar de agradecerle por tal ayuda, pero un remordimiento en la conciencia lo hizo pensar en hacer algo importante antes que cualquier cosa.

Debía asegurarse de que Trish no se desviara del camino de nuevo. 

Colocó su mano en el voluminoso rizo de Trish, palpando unas veces para que levantara su mirada, algo que no tardó en hacer.

— Tu... Tu mano — Había movido la mano de manera en que estuviera a la distancia suficiente para que la menor pudiera tomarla. No quería hacer eso, no deseaba tocar nada de ella, pero era consciente de que si no lo hacía volverían a sufrir las consecuencias, y probablemente en esta ocasión no habría alguien que estuviera para socorrerlos. 

Sólo se quedó mirando la mano del omega, había comprendido lo que quería, pero no era algo fácil de procesar gracias a falta de atención o preocupación por parte del mayor hacia su pequeña persona. 

Tomó su tiempo, quería analizar y asegurarse de que Diavolo no tenía alguna intención de lastimarla detrás de un contacto de manos, y cuando se sintió segura estiró su mano hacia la contraria para ser sostenida y atrapada entre la palma del voluminoso pardo. 

Una mano áspera pero al mismo tiempo suave en contraste de una terriblemente pequeña, suave y frágil, más sensible que cualquier pluma. Vinegar debía controlar su fuerza para no lastimar a su hija. 



Era inconsciente, pero al menos se preocupaba en algo que tuviera que ver con ella.



Entonces ambos caminaron hasta el nipón, que se había quedado meditando sobre la situación de su pérdida de dinero en el sándwich. Aunque no tardó mucho en componer su compostura al saber que el omega y la pequeña se le acercaban. 

— ¡Ah! Vinegar... — Sonrió mirando seguido a la infante y al pardo. — No sabía que tenías familia, ¿Estás con un beta? — Estiró su mano con el maletín del italiano esperando que lo recogiera. 

Había hecho esa pregunta tan peligrosa con mucho descuido, lo sabía, pero lo hizo a propósito debido a las circunstancias, o más bien por su propia curiosidad, de todos modos entendía que con personas como Vinegar podría ser mejor hablar directo y sin rodeos.
Aún en esta Era tan  liberal y oportunista, que un omega estuviera con un hijo, pero sin la esencia de un alfa o feromonas de un tercero encima sólo podía significar dos cosas. Que el omega estaba soltero (algo que era bastante raro de ver) o que estaba enlazado con un beta. 

Sus palabras eran como agujas, no las había dicho con intenciones de incomodar a Diavolo, sólo quería sacarle algo de charla para ignorar la tragedia, aunque fue de cierto modo fué algo ciego al usar el tema incorrecto, era inconsciente de que aún no conocía a Vinegar, y qué cosas podrían cambiar su estado o no. 



El pardo guardó la compostura y controló sus pensamientos, era consiente de que tenía un jefe bastante estúpido y suelto al momento de hablar. 

— No. Soy independiente — Respondió recibiendo el maletín. Y sin dejar que el alfa dijera algo más, Diavolo inclinó su cuerpo en una postura recta hacia delante en son de respeto. — Agradezco mucho lo que hizo por nosotros, no sé que palabras usar, pero estoy en deuda con usted.

¿Diavolo siendo formal y dando gracias por algo?, ¿Eso podía ser posible? No, eso jamás sucedería, pero algo en el italiano le decía que debía hacer aquello por obligación, no se estaba rebajando a un alfa recesivo, sólo estaba siendo modesto. 

— ¡Ah, ah! L-Levanta la cabeza... No digas esas palabras — Ver al omega dirigiéndole otras palabras que no tuvieran algo que ver con el trabajo, y encima con un tono de agradecimiento bastante ácido... hacía que el rubio perdiera un poco su compostura formal. — Tampoco me quiero ver como alguien importante, sólo soy tu superior, Vinegar. Fuera del trabajo sólo soy alguien del montón, al igual que el resto — Sonrió. 

Diavolo sin dudarlo volvió a acomodar su postura, teniendo que verse obligado en bajar discretamente su mirada para tener contacto visual con Kira, detestaba que alguien tan "pequeño" en todos los sentidos fuera su jefe en el área laboral. 

— Fue bueno encontrarnos, pero me despediré ahora — Diavolo no tenía intenciones de alargar la plática, mientras más rápido llegara a su casa mejor. Lo menos que desea era tener que lidiar con un aguacero sobre sí. 

— ¿Eh? Oh, entiendo — Kira estaba tan metido en su consciencia gracias a esa actitud tan... linda que le brindaba Vinegar que se había olvidado de la realidad en la que se encontraban. — Cuidado en el camino, nos vemos mañana. 

Ambos se despidieron con una silenciosa reverencia, teniendo en mente irse cada quién por su lado a sus correspondientes hogares. 



Joder buenos días, hoy es mi cumple y m quiero ahogar en lodo 👍🏻

Ando hecho mierda por varios asuntos re pendejos ajajajs pero ni pp, a seguirle echando ganas a la vida

Btw, komo andan chulis?
Hace unas semanas me llegó una tableta gráfica que compre obviamente para mis materias de diseño, animación y esas webadas, pa q más. Pero ahí me ven usándola en la compu con el MediBang q nunca aprendí a usar akkaak

Y claramente como el buen juguete y adorador de mi Varón y Papá Diavolo me puse a dibujarlo akaksk

Nunca había tenido un contacto tan directo con una tableta, así que mis monitos están raritos pero los amo nomás pq son dibujos del viejón.

Aki dise q no puede pq esta chiquito

Y aki q tu hija también le dice papi 💦💦💦🔥💦🔥💦🔥

Me quedó todo raro de los brazos pero me vale tres kilos de riata 👍🏻

en la playera dice Dadvolo, q es el AU de Diavolo siendo papá responsable akaksk Dad+Diavolo=Dadvolo en Twitter tienen contenido bien bonis de ese AU 💞

Also nótese q mi estilo de dibujo en digital es re inestable ajajsjs

Yapo, Nomá eso, lavense las pompas pq les mando un beso en la nalga derecha, chao.

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