IX [Memorias]
⚠️ADVERTENCIA⚠️
⚠️ El siguiente texto tiene contenido +18, si eres menor de edad o eres sensible a este tipo de lecturas por favor, tómenlo con discreción o abstenerse de leerlo. Por su atención gracias. ⚠️
En resumen aki hay vatos kuliando, perros morbosos. ya sé q se van a pasar por la cola la advertencia así k disfruten la lectura tanto como yo. unbesoenelanO
[Cinco años atrás]
El aroma tan fuerte de té verde y miel llenaba las fosas del rubio platino. Era la primera vez en décadas que podía degustarse con un aroma tan estremecedor como ese, el aroma de un omega de buena calidad, en celo.
El delirante hombre estaba literalmente encima de aquél alfa, abrazándolo con fuerza y hundiendo su nariz en su cuello, olfateando entre suplicantes quejidos sus feromonas olor a café puro y canela. Era la primera vez que tenía ese contacto tan peculiar con una persona de esa considerable estatura, no sabía que habían omegas de tal gama así de altos y pronunciados con sus cuerpos, usualmente eran los más "lindos y delicados" que se podían ver, nada que ver con éste.
Podía sentir cómo las piernas del pelirosa temblaban, aunque, en realidad, todo su cuerpo lo hacía. Aún con ese estado de debilidad seguía teniendo una fuerza basta como para hacerle competencia al forcejeo del alfa.
Funny sabía que aquello no estaba bien, su embriagante aroma, sus bruscas acciones y su cálido y suplicante cuerpo encima del suyo, estaba tan terriblemente mal porque su entrepierna ya había comenzado a reaccionar ante el pecado de la infidelidad.
Entre empujón y empujón no consiguió hacer que el omega lo soltara, aunque para ser sinceros ya estaba disfrutando mucho aquél agarre tan fuerte y dominante en el que Vinegar lo tenía atrapado, le fascinaba que lo trataran brusco.
Seguirse resistiendo a sus instintos era molesto y doloroso, todo sería mejor si se dejaba controlar aunque sea por unos minutos por ese alfa que le pedía a gritos salir a "jugar". A nadie le hacía daño, incluso era algo que ayudaría al ajeno que parecía necesitarlo con urgencia.
Aprovechando al pardo encima suyo, caminó hacia una pared cercana, bastante elegante y cara a la vista, con un tacto suave por ese papel tapiz aterciopelado; con un movimiento algo brusco pero precavido impactó la espalda de Diavolo contra aquella, escuchando por resultado un quejido muy similar a un gemido ahogado, le fue difícil identificar qué tipo de ruido había esbozado en ese momento. Las piernas del mencionado se separaron para mantener el equilibrio luego del golpe, pero aquello sólo lo hizo estremecerse con más intensidad e incluso, darle una "oportunidad de ataque" al alfa frente suyo, que realmente no desaprovechó nada que aquella persona le regalara.
Con las piernas separadas del omega no perdió tiempo y antes de que aquél las acomodara interpuso su pierna en medio de ellas, teniendo justo sobre su rodilla la completa entrepierna de Vinegar con toda su sensación.
— A-Aaah~ — Gimió el omega muy cerca del oído del rubio, liberando un poco ese fuerte agarre en el que momentos antes le había tenido atrapado.
Diavolo bajó su mirada hacia la pierna que estaba interpuesta entre las suyas, una pierna gruesa y tonificada aún con esos pantalones ocultando la carne de su vista, le provocaba un exceso de saliva dentro de su boca. En ese momento tan aturdido y confuso disfrutaba mucho sentir la extremidad de la raza que tanto asco le daba en su intimidad, lo hacía sudar.
Sus caderas comenzaron a moverse de enfrente hacia atrás consecutivamente, estando encantado con la presión que generaba el muslo contra sus sensibles genitales. Quería sentir eso y más. Con sus mejillas sonrojadas por esa probada de placer que obtenía soltó su diestra del cuello pálido que sostenía, y seguro de lo que hacía la postró de lleno en la semi-erección de Funny Valentine, el cuál reaccionó con sorpresa ante ese toque inexperto pero conciso. Lo único que atinó a hacer después fue fijar su mirada cianita sobre los gaspeíta del italiano.
— ¿Se siente bien frotarse sobre mi pierna?
— H-Hmm...~ — Contestó con una voz ronroneante en compás de su cadera y apretones en la entrepierna del americano. No hacían falta palabras, sus acciones y gestos hablaban por sí mismos. — Mi pecho está muy, muy caliente. No debí... venir al trabajo así, Ah~... ¿Q-Qué mierda pasa en mi cuerpo? – Murmuró. — Lamento ser tan irresponsable... Pero no me puedo controlar... Hace que mi pecho duela... Al igual que aquí — Finalizó presionando más sus genitales y nalgas sobre la pierna contraria. Su voz sonaba con un dolor y angustia sin igual, aunque su tono necesitado hacía que sus palabras se escucharan con un erotismo delicioso ante el oído del alfa.
— Tomaré esto como tu primer celo — Respondió, guardando después unos cortos segundos de silencio. — Entonces...
Valentine puso su diestra en la entrepierna de Diavolo al igual que en la suya, forzando al omega en detener sus caderas para que pudiera encargarse de todos los estímulos con su mano.
Permíteme ayudarte a calmar tu malestar.
Quitó su rodilla de la entrepierna de Vinegar, quien respondió ante esto con un quejido en reproche. Segundos después juntó su cuerpo contra el otro, aprovechando malamente el estado del omega para irle despojando de su saco gris con rayas negras, continuando con su corbata para finalmente desfajarle y desabotonar su camisa de un tono vino, pero en este caso sin llegar a quitársela.
Ahora era visible el torso trabajado y marcado de Vinegar, de no ser por sus feromonas podría pasar perfectamente por un beta o incluso alfa, era un cuerpo bizarro al saber que le pertenecía a un omega, pero más que eso, hermoso y perfecto.
— Hace frío...
Murmuró el pardo mirando y sin poner queja cómo el mayor le quitaba su ropa hasta dejarle por lo menos el pecho descubierto, ahí fue cuando sintió la baja temperatura de la habitación debido a la programación en el aire acondicionado. Su cuerpo no tardó en reaccionar ante el frío, Diavolo era una persona bastante acostumbrada y cómoda con el calor. Sus pezones en cuestión de segundos se alzaron y endurecieron como si alguien los estuviera masajeando, eran muy sensibles.
Valentine vió ese "cambio" en el cuerpo del pelirosa, cambio que era demasiado tentador ante la pecaminosa vista que ya se comía en la consciencia. De lleno encorvó su espalda y acercó sus labios hasta un pezón, abrió su boca y sacó la lengua para disponerse a lamer y chupar para provocar cosquillas en esa zona erógena del omega.
— ¿Qué? ¡Aaah...~! — Gimió una vez más en contra de su voluntad, la lengua caliente y húmeda moviéndose con experiencia sobre su pezón le provocaba varios escalofríos por todo su cuerpo, acompañado de una palpitación en su miembro y una lubricación natural en su entrada, la cual también había comenzado a sentirse extraña. Se estaba mojando con tan solo una chupada en sus tetas.
— Oh, Vinegar. De no ser por ti... Jamás habría recordado lo bien que se sentía tocar... Probar el cuerpo de un omega — Susurró, rozando sus labios contra el frágil botón. — Cuando estás casado con otro alfa las cosas se vuelven... difíciles y te olvidas de muchas otras.
El deseo del alfa ya había inundado las fosas del italiano, por medio de sus feromonas podía saber que Valentine lo deseaba, que anhelaba consumir y usar su carne por mero instinto y placer, Diavolo no estaba molesto por aquello. También deseaba que un alfa lo usara.
Mientras el americano seguía concentrando sus labios en los pezones del más alto, su palma que seguía tocando la entrepierna, la subió lo suficiente como para poder llegar al cinturón y ya ahí se dispuso a quitárselo. Lo demás ya era de esperarse.
Bajó la bragueta de la prenda y con un brusco movimiento deslizó el pantalón hasta por debajo de sus glúteos, en el acto los bóxers del mismo se bajaron hasta la mitad de su trasero, haciendo que un delgado gemido saliera de nuevo de los labios fucsia del ajeno.
Ahora su cuerpo estaba completamente expuesto ante su desconocido jefe. Si los rizados cabellos del americano no se interpusieran en su vista de seguro podría ver una fuerte erección en conjunto de varios fluidos desconocidos para él cayendo de entre sus piernas.
— Abrázame otra vez.
Ordenó Valentine, levantando su rostro para seguido recargarlo sobre el hombro de Vinegar.
Diavolo no dudó y volvió a enredar sus brazos en el cuello de su jefe, en ese momento juntó las piernas del pardo y con un aguante bastante bueno las levantó y lo sujetó agarrando parte de su trasero. Ahí Funny se daría cuenta de la humedad en la zona, teniéndose que aguantar un gruñido de deseo para no parecer tan vulgar.
Con el omega en brazos dió unos pasos fuertes hasta un caro escritorio de caoba. Depositando al mencionado sobre la costosa madera recubierta de papeles, ninguno de los dos se tomaría la molestia de quitar las cosas que estorbaran encima. El ojiesmeralda soltó el cuello del alfa y recargó sus codos sobre la superficie debajo suya. Manteniendo sus piernas juntas debido al frío que generaba su desnudez y los pantalones a medio bajar.
Valentine frunció el ceño por la imagen que ese omega en servicio le brindaba sobre la costosa madera, incluso, al ver sus piernas tan juntas, podía observar una delineada y estética curva a causa de unas caderas ligeramente pronunciadas, una de las características de aquella raza.
En la posición del omega el platino se acercó una vez más, pero esta vez levantando ambas piernas hasta conseguir recargarlas sobre uno de sus hombros, algo que no fue complicado debido al tamaño tan diferente de ambos. Juntó su cadera entre el glúteo y muslo izquierdo, frotando y presionando su erección un par de veces entre aquella pieza tan grande y gruesa.
— Mr. Valentine... — Jadeó. — Por favor...~
— Deja las formalidades...
Entre sus culposos movimientos deslizó su mano hasta la ropa interior del pardo y en un suave tirón la bajó a la misma altura de los pantalones, de ese modo ahora bajaría ambas prendas del mencionado hasta dejárselas por debajo de las rodillas. Diavolo estaba oficialmente desnudo.
Frotó y presionó sus muslos tras serle bajadas sus prendas, sintiendo el frío debajo de su espalda, haciendo que la delgada vellosidad de su cuerpo erizara.
— ¿Sabes? Ya estoy sintiendo calor... — El rubio aún tenía sus ropas bien acomodadas, estaba tan centrado en el omega que ni siquiera se había preocupado sobre sí mismo.
Con la misma mano que desvistió a Diavolo comenzó a deshacer su corbata de un tono flamenco y continuo a eso, desabrochar los primeros botones de su camisa para poder liberar su cuello de la presión hecha por la misma ropa.
Y de nuevo, esa mano en libertad la llevó al trasero del ajeno, acariciando entre sus nalgas ese lujurioso fluido que generaba desde su entrada con tal de lubricar.
— Ya nos estábamos tardando para esto — Deslizó un par de dedos en dirección a la entrada del omega quién en el momento estremeció por ese tacto inesperado en su cuerpo. — Hace años que no tomo a un omega. Dios, ya quiero meterla.
Entonces con un suave movimiento de arriba hacia abajo, Valentine comenzó a tocar la entrada, recubriendo sus dedos con el lubricante natural de aquél debajo suyo. Y entonces, cuando creyó que ya era momento, introdujo como primer dedo el anular, siendo apretado por esas cálidas e inexploradas paredes en el momento. Por parte de Diavolo parecería que no hubo reacción aparente, además de un claro espasmo. Sentía muy bien la sensación dentro suyo, sin embargo, a causa de su nula estimulación en ese lugar no sabía cómo reaccionar.
El americano no se esperaba esa reacción por parte del omega, pero aún así eso no fue impedimento para proseguir con su misión. Lentamente y con cuidado, comenzó a mover su dedo en un vaivén al mismo tiempo que hacía movimientos "de gancho" con el fin de encontrar el punto del mencionado pelirosa.
— Mmmh... — Siseó entre dientes el omega, frunciendo en ceño en el momento. Aquellas caricias dentro de su recto le provocaban un cosquilleo que no entendía cómo describir en su totalidad, sólo que parecía serle adictivo.
— No me digas que... ¿Nunca te tocaste por aquí? — Cuestionó una vez más, teniendo como respuesta un siguiente quejido y un "no" con la cabeza.
Ese adulto, alfa casado, y que no conocía. La persona en la que siempre había soñado ser le estaba robando su castidad.
Funny no volvió a hablar, ya sabía que debía hacer. Los movimientos rítmicos y gentiles de su dedo comenzaron a subir la velocidad, pero no dando el vaivén, sino golpeando aquel suave bulto parte de su próstata.
— ¡N-Nnnn! — Ahí fue cuando Vinegar reaccionó de otra manera. Aquél cosquilleo que anteriormente sentía ahora era mucho más fuerte y preciso, le provocaba una fuerte cantidad de escalofríos entre la zona de la ingle y el interior de sus genitales. Era una sensación mucho más intensa a comparación de sus "momentos" en los que se masturbaba únicamente estimulando su pene.
Pasados unos segundos introdujo un segundo dedo, el índice. Con estos dos se dispuso a dedearlo con esa misma pero también precisa potencia.
— Estás apretando mis dedos, no me molesta... pero mejor relaja un poco tu cuerpo, o habrán problemas con lo que vendrá después.
Diavolo entendió las palabras a pesar de su estado, en segundos relajó sus piernas y caderas, dejando que el peso de las mismas cayera por completo en el hombro del mayor.
Funny sintió todo ese peso en el hombro, ciertamente era algo que podría aguantar, pero no era algo muy cómodo en el momento. De alguna manera consiguió quitar completamente los pantalones del pardo, realmente no era consciente de cómo lo había conseguido, pero ahí estaba, con Diavolo ahora sólo con sus zapatos y camisa encima. Finalmente sólo sujetó una pierna, al mismo tiempo que le daba una cortas palmadas.
— Pon la otra en mi hombro contrario — Ordenó, y ese omega que se hacía ver como alguien orgulloso y arrogante volvió a obedecer sin quejas. ¿De verdad ese era el imponente y poderoso Diavolo Vinegar? Lamentablemente sí.
Movió su otra pierna en el hombro libre del alfa, de ese modo ahora sus piernas estarían un poco abiertas para el disfrute de Valentine.
El rubio procedió a expandir sus dedos dentro de la cavidad ajena, separándolos en movimientos de tijeras con tal de dilatar la entrada de pelirosa, algo que de poco a poco iba consiguiendo.
En cambio, varios suspiros fueron soltados de los labios de Vinegar, pues, aunque la sensación con los dedos ya no era la misma, seguía siendo bastante buena, hubo un punto en el que incluso movió sus caderas un par de veces en búsqueda de más.
— Hnnng...~ Mierda... E-Esto no es suficiente... Por favor~ — Levantó su diestra del escritorio y la acercó por encima a los dedos que se movían con astucia dentro de su entrada, acariciando los nudillos de la mano con deseo y un confuso cariño. — No aguanto más... si... si lo vas a hacer... solo... solo mételo ya... — Entonces detuvo el movimiento de la mano y comenzaría a mover sus caderas con habilidad, de enfrente hacia atrás.
Valentine supo que ya no debía por qué esperar más. Sacó sus dedos del sitio en compañía de un silencioso pero perceptible gemido, tras hacerlo se daría cuenta que aquella entrada lo estaría deseándolo más que nunca, estaba más mojada que antes.
Soltó la pierna que sostenía y con una ansiedad que antes había ocultado llevó ambas manos a sus pantalones, deshaciendo su cinturón y seguido bajar la bragueta del pantalón, hasta ese momento había comenzado a sentir una fuerte presión y malestar en su pene, deseaba atenderlo con urgencia. Introdujo su mano en sus pantalones y calzoncillos, sintiendo el calor de su miembro y el deseo de este, sin más lo sacó de las prendas, dejando a la visión del omega lo que era la monstruosa erección de un alfa maduro y de buen venir.
— Mr. Valentine...
Funny juntó su cadera entre las piernas del omega, rosando su glande contra los testículos del ajeno, su miembro no era tan grande como el del italiano, pero sí más grueso y definido.
— Sólo Valentine...
Susurró, teniendo un contacto visual profundo entre ambos, viendo sus almas impuras a partir del brillo de sus ojos.
Sólo llámame Valentine.
Bajó su erección hasta la entrada del pardo, rozando y presionando lenta y suavemente su glande contra el ano, sintiendo cómo el omega retorcía sus caderas con el anhelo de perder su castidad, Valentine le daría lo que quería. Bajó su otra mano hasta el muslo ajeno, sosteniendo con fuerza la extremidad, moviéndola hasta dejarlo una posición más abierta.
Va-Valentine...
Quédate quieto, Vinegar.
Dejó de jugar con la entrada y siendo firme hizo presión con su punta lo suficiente hasta conseguir introducir la misma, de haber tenido algo más de lubricante todo hubiese sido más fácil.
— ¡Aaah!... ¡M-Mmmgh! ~ — Soltó un corto grito que de inmediato fue silenciado con sus mismos labios, los cuales mordió para que no se escuchara más. Aún con su celo a flote no quería que alguien más lo viera de esa manera.
Y había algo más...
No podía mentir, le estaba doliendo el culo.
Estaba recibiendo una fuerte punzada en su recto gracias a la considerable intromisión y la falta de lubricante, pues era obvio que con un alfa de la clase más alta, como Valentine, su lubricación natural no iba a ser suficiente.
Algunas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, Funny se dió cuenta de eso, sabía que para poder continuar debía esperar un poco más.
— Relájate, no me moveré hasta cuando tú estés listo — Musitó soltando la base de su miembro para poder acariciar el vientre bajo de Vinegar con la intención de calmarlo.
Diavolo asintió, cerrando sus ojos con fuerza y respirando hondo con tal de calmarse.
Pensó varias veces que hacer a continuación, la mano con la que anteriormente tocó a Valentine la comenzó a usar para sí mismo, se había comenzado a masturbar.
Movía su mano de arriba hacia abajo sobre su coronilla y glande, poniendo su dedo pulgar sobre el orificio uretral para moverlo en forma de círculos, al poco tiempo comenzaría a suspirar por esa satisfacción.
Valentine esta en primera fila ante la vista, pero tampoco quería quedarse atrás, sin hacer nada más que acariciarle el vientre.
Dejó de tocarle tal lugar y acomodó su mano entre sus testículos, masajeando y apretando un poco a cada uno de ellos para poderle brindar una mejor atención a Vinegar.
— Ngh... Valentine... — Habló cuando sintió la mano entre sus bolas. — Hazlo ya, por favor... El dolor en mi pecho... Me va a matar... — Abrió sus ojos, mirando con desesperación al alfa que tomaba su cuerpo.
Queriendo alentar al rubio movió sus caderas nuevamente, respirando con irregularidad a causa de los movimientos que generaba alrededor de la intromisión, al menos ya no dolía como en la intromisión.
Valentine ya no podía aguantar más y por lo que tenía entendido, Vinegar le estaba dando permiso para usarlo justo como quería al principio de esto.
Lentamente continuó introduciendo el falo en el recto del otro, mientras lo hacía no pudo evitar soltar varios jadeos, lo estrecho... lo apretado de Vinegar lo estaba torturando.
— Ahn ~ — Gimió en conjunto a la intromisión que hacía a su espalda encorvarse en contra de su voluntad.
Al tener una buena parte del miembro ya dentro comenzó a mover su cadera, ofreciendo un vaivén completamente distinto a lo que hacía con sus dedos.
Ahora Valentine era quien soltaba suspiros de placer, había esperado mucho tiempo para obtener lo que tanto había estado deseando.
— Aah... ¿Estás bien?
Diavolo quiso responder a la pregunta, pero en lugar de un "sí" salieron múltiples jadeos de sus labios, eso era basto y suficiente para saber que Valentine hacía bien el trabajo.
Con cada corta estocada que daba, Vinegar podía sentir cómo su próstata era atacada en el acto, siendo golpeada y presionada todo el tiempo por el pene del ajeno, que aunque se moviera lento y con cuidado, no paraba de torturar con placer su suave y cálido ser. No quería ni imaginar lo que podría sentir si golpeara su útero también.
— Aghn~ — Sus cejas se encorvaron y removió sus piernas varias veces entre los hombros del alfa, llegando al punto de dejarle bastante arrugada la camisa en aquellas partes que sostenían su tiritante piel.
Valentine ya se estaba dando cuenta de lo que estaba pasando con su ropa. Sería un problema si gracias a eso alguien se diera cuenta de lo que hizo, aunque ya sería muy obvio por el mismo olor a omega con el que terminaría impregnado después de esto.
Para evitarse un mayor desastre en su ropa movió ambas manos hasta sujetar sus pantorrillas, acto seguido las inclinó hacia enfrente, recargándolas sobre el mismo cuerpo recostado de Vinegar. Dejándolo a una posición similar a la de parto natural.
— A-Ah... Espero no te moleste tenerte así.
Ahora comenzaría a darle unas estocadas más fuertes y profundas, si quería llegar al orgasmo debía de ser menos gentil con la entrada del omega, que ciertamente parecía devorar por completo toda su intimidad, la sensación caliente y húmeda, más la euforia de no usar protección le daban ese "toque especial" que hacía punzar su erección desde la base hasta la punta.
La voz de Diavolo tampoco se hizo esperar, con cada choque de pieles jadeaba con fuerza, debía aguantar y contener su voz para evitar gemir o gritar.
— ¡Mmmmgh!~ D-Dios... Dios mío... Aah~... Valen... Valentine...~ — Gemía el nombre del ajeno en casi susurros, entrecerrando sus húmedos ojos que siempre mantuvo fijos sobre los del americano.
Dirigió sus manos hacia sus muslos para sostenerlos. Deseaba poder aferrarse a algo, sentir el cuerpo del rubio pegado al suyo y compartir su calor, sus tan distintos aromas. Pues aún cuando su cuerpo realmente se estaba sintiendo bien, mantenía una sensación vacía, con un frío dentro de su pecho, se sentía sólo. Si en ese momento hubiese estado más cuerdo seguramente se daría cuenta de que sólo lo estaban usando para algo que nunca se le hubiese pasado por la cabeza.
— Ah... Vinegar... tu olor es distinto a todo lo que he conocido. Me encanta... Me encantas — Sus manos comenzaron a presionar con más fuerza la piel del más alto. Era casi seguro que si seguía así le dejaría una marca de sus huellas.
Un sonido acuoso no se hizo esperar por ese constante choque de pieles, la pelvis del americano ahora estaba con un suave brillo a causa de los roces contra la lubricada intimidad del otro, en esos momentos deseaba gruñir y gemir cómo si estuvieran en la comodidad de un motel.
El pelirosa habría comenzado a mover su espina, su mismo cuerpo se movía en compas de los golpes ajenos y sin darse cuenta el escritorio que estaban usando había comenzado a crear un rechinante sonido por el mismo roce de las maderas y soportes.
— Aaaanh... Aah...~
Aún en esa posición que le hacía un poco complicada la movilidad, el pardo se las arregló para mover un poco sus caderas de abajo hacia arriba, deseaba que de esa manera el miembro del rubio pudiera tocar su punto justo como deseaba.
— ¿Qué pasa?, ¿Ya se siente lo suficientemente bien como para no seguir tocando tu pene? — Las caderas del omega le creaban una sensación caliente y difícil de manejar, quería frenar esos movimientos pero sabía que por los niveles de fuerza eso no sería fácil de conseguir.
Abrupto y brusco detuvo la velocidad de las estocadas sin avisar, igualmente la atontada mente de Diavolo no sería capaz de razonar aquél hecho, pero antes de que se escuchara alguna queja de su parte, Funny dio una estocada que hizo un sonido limpio entre los cuerpos de ambos, seguido de otra y otra. Sus penetraciones ahora eran lentas, pero eso fué recompensado con la fuerza y profundidad, o mejor dicho, con el poco cariño con el que las estaba dando.
Las embestidas hacían que esos esmeraldas se abrieran a más no poder, terminando por soltar una incontable cantidad de lágrimas que por suerte no eran de dolor. Tuvo que forzarse a morder su labio inferior con lo que podía, tan fuerte que en algún momento un hilo carmesí entremezclado con la saliva estaba asomándose, quería morirse por no tener la oportunidad de gritar y gemir a todo pulmón.
— ¡Mmmgh! ¡Gnnh~! Nnnh~
— Ah...~ Ni siquiera necesitas responderme con palabras...
— ¡Valentine!...~ M-Me encanta~... Haz que me venga~... Q-Quiero venirme pronto... Aaahn~ O... O siento que moriré... Con todo esto me estás matando...~ — Habló entre fuertes jadeos debido a su respiración tan irregular, agitada. Finalmente el pardo había dicho una frase más larga que sólo gemidos o palabras en murmuro.
Funny no tenía otra opción más que atender las suplicas de aquel omega. Dejó que la gravedad se encargara de las rodillas que en el momento soltó, poniendo ahora sus palmas sobre los muslos ajenos para poder sostenerlo al mismo tiempo que conseguía apoyarse un poco. Diavolo, quien tenía las sensaciones en su cadera a flor de piel sintió como esas manos americanas los sujetaban con intenciones de jamás soltarlo, ya estaba comenzando a obtener ese contacto que su omega interior deseaba desde el comienzo de todo. También soltó sus piernas y con una flexibilidad inesperada para ese cuerpo tan voluminoso, abrazó las caderas del ajeno con las piernas, queriendo juntar lo más que le fuera posible la pelvis ajena contra su trasero.
Como si de un niño asustado se tratase, Vinegar alzó sus brazos hacia el cuerpo frente suyo, mirando con más necesidad que deseo en esa ocasión, quería tocarlo, ya necesitaba que alguien le compartiera ese calor del cual siempre fué un desconocido.
El jefe americano entendió lo que Diavolo quería hacer y era de esperarse, se había pasado por el arco del triunfo que a quien se estaba cogiendo, por más que no lo pareciera e intentara que nunca lo compararan con ello, seguía siendo un omega. Uno de excelente clase.
Era bastante peligroso para el alfa acercar su rostro cerca del cuello del omega, no quería perder ese poco control que tenía y que lo terminara mordiendo para marcarlo. Pero si era sólo por Vinegar él aceptaría el riesgo.
Encorvó su espalda para tener su pecho cerca del otro, ahí Diavolo no dudó en abrazar y presionar con sus uñas la marcada espalda de ese americano. Lo abrazaba con tal euforia, estaba seguro de que no lo pensaría soltar.
Su cuerpo era cálido, cómodo, aún estado sobre una superficie que no era nada apropiada para algo así, en ese momento, se sentía en las mismas nubes.
— Aahn...~ Nnnh~
Prosiguió con sus suaves gemidos, ahora gracias a la cercanía del alfa encima suyo sentía una calma que lo hacía mantener bajo control la adrenalina que antes lo quería enloquecer.
— Ngh... ¿Querías esto así?
— Sí... M-Mgh~... l-lo quiero así...~
El rubio siguió moviendo sus caderas sin molestarse en descansar, lo excitaba cada vez más aquél lascivo sonido húmedo que alcanzaba a escuchar de su miembro moviéndose dentro y fuera de la entrada del ajeno.
Podía ver cómo el cuello bronceado del italiano era recorrido por varias gotas de sudor, aquél cuerpo estaba agitado por estar en esa experiencia por primera vez, confundido y desesperado, pero también disfrutando.
Las estocadas tras el paso de unos minutos dejaron de tener algo de suavidad, gracias a su dominación como alfa había comenzado a moverse bastante brusco y agresivo, aunque por el lado del pelirosa no se le escuchaba ninguna queja. Sentir cómo sus órganos aparentaban ser triturados por el grueso pene de su jefe, estirando y contrayendo su recto con cada golpe en su próstata, entrando y saliendo sin dejarlo descansar, todo eso lo hacía tener una fuerte sensación y ganas de orinarse encima.
— Ah, ah, Aah... Haa~... A-agh~... ¡Nnnmg~!
En la punta del falo italiano podía deslumbrarse unas finas gotas de presemen a nada de escurrir por el largo del falo. Sus caderas comenzaban a temblar en conjunto de sus músculos, que no paraban de contraerse. En algún punto su cuerpo comenzaba a reaccionar distinto ante cada golpe contra sus nalgas, temblando con suma fuerza y teniendo múltiples espasmos en su vientre, ya no iba a aguantar por mucho.
La erección de Valentine podía sentir las entrañas del pardo contraerse y apretarlo con rudeza a causa de su misma brusquedad, eso complicaba un poco meter y sacar su pene de esa manera, por no le hacía imposible continuar. A cada estocada que regalaba más fuerte se escuchaba el choque húmedo de las pieles, sin olvidar los repetitivos jadeos y gemidos tan cercanos a sus oídos, sonidos que lo hacían soltar múltiples suspiros para hacerle esa competencia.
— Vinegar... Vi-Vinegar...~ Estás tan apretado... Tan apretado que me devoras... Aah~
Al poco tiempo comenzaría a gruñir y contener sus labios con euforia. Soltando entre dientes jadeos roncos sobre los labios de Diavolo, revolviendo sus rubios rizos entre los pardos y rozados cabellos del mencionado.
— ¡Nnngagh~!... Valentineee~... No puedo más... C-Creo que lo haré ya~
Su rostro era un desastre, repleto de lágrimas recorriendo por sus ojos y mejillas, acompañado de mucosidad y saliva por sus hinchados labios, los cuales habían derramado por el alrededor ese precioso color fucsia que los caracterizaba.
Sintió como un rayo recorriendo por todo su cuerpo una extrema necesidad de tocar su miembro, su cuerpo se escamaba sin piedad por aquellas sensaciones dirigidas a la intimidad. Dejó de abrazar con su diestra al rubio y llevó su mano de lleno al glande, acariciando la coronilla con sus dedos índice y anular mientras que usaba por completo su pulgar sobre la uretra y su alrededor.
— Hyagh...~ — Gimió con una voz más aguda de lo normal, moviendo suavemente su cadera al ritmo de los movimientos sobre su pene, perdía la cordura con tanta estimulación por ambos lados. — Ooow... Mmmnh~... Nnh~... — Valentine no quería perder su mirada, pero era difícil fijarse en sólo una cosa sobre el omega. Su rostro destruido por el placer, el sudor que recorría su cuello y pecho, sus endurecidos y estéticos pezones, la figura de sus pronunciadas caderas conectando con las suyas perfectamente; o apreciar su mano acariciando su miembro sin vergüenza alguna, pareciendo cómo si le dedicara su masturbación al tener ese profundo y fuerte contacto visual sobre él. Era cómo si estuviera cogiendo con un súcubo en su total merced, pero de ser así, entonces estaría completamente satisfecho de ese placer que le obsequiaba el mismo Diablo.
El frote de su mano contra el pene lo hacía voltear sus ojos seguido, no podía ser capaz de dejar de tocarse mientras el miembro ajeno siguiera usando su cuerpo de esa manera.
— ¡Mmmh!... Oh Dios...~ ¡Valen...tine~!
El americano sintió como la lubricación en el omega había aumentado, era una señal que estaba esperando con ansias, no tardará en venirse, y ciertamente él tampoco sería capaz de aguantar mucho tiempo.
— Vinegar... Ah, Vinegar... ~
Seguía moviendo su cadera sin permitirse descansar, no lo necesitaba. Su premio era basto y suficiente como para darle toda esa energía que conseguiría con detenerse, las fuertes repetitivas contracciones al rededor de su falo eran parte de ese premio que bien, por más que lo disfrutara, sabía que no se merecía.
Diavolo sentía cómo una fuerte corriente era dirigida a la zona de la ingle y su entrepierna, siendo consumido por un cosquilleo completamente distinto a lo anterior, más fuerte, más placentero. Sus caderas se alzaron, separando su sudorosa piel de la fina y madera forrada de resina, enganchando su piernas con fuerza sobre el mayor.
Sus músculos se tensaron con toda su fuerza, haciendo que se sintieran varios escalofríos desde la ingle hasta la punta de su miembro. En lugar de parar, tuvo la necesidad de seguir moviéndose aún más.
— ¡Gnnh~!... ¡ Valentine!
El frenesí con su mano era rápido y constante, no deseaba detenerse para lubricarse con saliva, ya no hacía falta de eso. En esa posición con las caderas alzadas comenzó a temblar y erizarse como nueva experiencia.
La compañía del miembro ajeno aún en movimiento dentro suyo era su colmo para la situación, estaba a nada de recibir su clímax, pero no como uno que en cualquier tarde o noche sería capaz de regalarse.
Sintió cómo esas ganas tan similares a orinar ya eran imposibles de contener, y en conjunto de eso el deseo de recibir ya su orgasmo estaba presente, así que todo se juntó.
— ¡Aaaghnn...~!
Una fuerte presión se desbordó desde la punta de su miembro, una gran e intensa corriente de líquido comenzó a salir de su ser, una basta cantidad y mezcla de sus fluidos corporales comenzaron a derramarse mojando la parte baja de su cuerpo, y en una buena parte, la playera desacomodada y los pantalones del ajeno.
Tener esa húmeda sensación sobre la tela y su piel a causa de un majestuoso squirt fue lo suficiente y de sobra para que Valentine consiguiera un orgasmo. Gruñó ahora con todas sus fuerzas, encajó sus uñas en la piel del omega y presionó su mandíbula con fuerza para evitar irse encima a marcar su cuello, encajando su miembro entre las cerradas entrañas del italiano, llenando ese suave y cálido interior con una considerable cantidad de semen, el cual fue opacado por un nudo que los mantendría en unión por un buen rato.
Una canción de AC/DC comenzó a sonar en su radio programada, haciendo que el hombre fuera despertado abruptamente de su sueño, aún cuando había dormido unas buenas horas, se sentía cansado.
Se dio una media vuelta para poderse quedar boca arriba, pero en el momento escuchó un suave quejido a su derecha, al girar su cabeza se topó con los lacios y largos azabache de su esposa, que dormía profundamente en ese costado suyo. Ambos dormían separados, pero la habitación de la alfa estaba un poco más lejos a comparación de esta, así que cuando salía a fiestas o simplemente al salir con otros omegas terminaba llegando a su casa bastante tomada, y por resultado, metiéndose a la habitación de Valentine para dormir de una vez por todas.
El rubio no dijo nada para despertarla, era muy respetuoso con el sueño ajeno, pero sí la observó con un entrecejo fruncido y fastidiado, era muy vago de su parte entrar así sin más a su cama sólo porque le quedaba más cerca.
No tenía ganas de hacer más corajes, sólo se giró a la orilla de la cama y se sentó sobre esta, queriendo comenzar su día con sus estiramientos matutinos, pero hubo algo que lo hizo detenerse.
Ahí, entre sus piernas, había una erección.
Con el ruido de la música había olvidado su sueño, pero con esa linda prueba de su entrepierna todo volvió a su cabeza.
— Mierda...
Otra vez.
asi kedo el diabolo todo miado y cumeado akakskkd le aplicaron la del wey d BJ Alex
les dije q en este capitulo no se iba a saber q le pasó al joto rosa y su wawa, pero a cambio les ofrezco esta humilde culeada gay hecha x su servidor. de verdad q hace años no escribía algo así, me oxidé un chingo ajajsjsja
espero que con este capitulo se les abra la mente o se les llene d dudas, igual todo tendrá sus hilos unidos en su momento, pq si, todo aunq no lo parezca si lo intento planear bien ajsjakd
pues eso ya es todo, cámara se me cuidan, haber cuando subo el otro cap q tengo en borradores, suerte en el trabajo o colegio, les mando salud y un beso en una nalga bai
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top