54. The riddle is coming for you.
. . .
Jueves 28 de Octubre, había tensión por toda la escuela cuando la noticia de la desaparición de Charlotte se confirmó como grave cuando los McCall se fueron de la ciudad.
Todo el imperio de mafia que tenían bajo sus alas cayó, y los compradores de droga que vagaban por las calles, los barrios más bajos e incluso los mismos pasillos de la escuela fueron afectados por la tensión de igual forma... Volviéndolos locos... Habían detenido a bastantes de ellos pero de todas maneras no era suficiente, pues la tensión seguía ahí presente. No podían hacer nada para detenerlo, para detener las consecuencias que traía el darle la espalda a Charlotte McCall...
Cuando un imperio de maldad cae, tristemente y aunque a muchos no les guste no es para bien.
Y la escuela no estaría mejor si la reina del imperio no estaba presente, pues ese jueves por la mañana se veía cubierto por terror.
Miles de murmullos se oían por los pasillos, ninguno de ellos tenía control y el miedo en sus miradas era fácilmente visible.
Gotas negras caían de la pared lentamente, mientras todos los alumnos presentes rodeaban confundidos aquella... Pintura. El barandal del segundo piso en aquel espacio amplio también estaba lleno de gente, gente que veía y olía lo que fuera aquella cosa regada en todas partes.
Alguien había entrado a vandalizar en la noche, y Edgar estaba seguro que cuando ellos dos salieron de la escuela eso aún no estaba ahí.
Entonces, todos voltearon a verlos.
Se sintió intimidado por las miradas, pero el chico que iba frente a él no. Él caminaba firmemente mientras el resonar de los tacones de sus caros zapatos de marca causaban que el enorme mar de alumnos se abriera paso al intimidante y aún respetable jefe del consejo estudiantil.
Y era todavía más incómodo ir ahí, en medio de la recepción, dónde todos los alumnos estaban presentes mirando... Mientras ellos dos se tomaban de la mano.
El momento tenso se calmó cuando vieron la reconocible cabellera albina con rayos negros llegar... Quien se dió la oportunidad de ver aquella enorme pintura...
Una araña dibujada a lo grande con una marca de un beso pintada encima, usando la pared del segundo piso, con un poco de ayuda del barandal que permitía a los alumnos del segundo piso mirar abajo.
Frunció el seño, y volteó a ver a todos los demás alumnos con una expresión firme, una expresión que no mostrara miedo, para darles tranquilidad.
Todos los murmullos se calmaron en lo que el gran jefe del consejo admiraba la curiosa obra que ensuciaba las paredes de su escuela...
Y así, mientras más veía la araña, de más detalles se daba cuenta...
Varias líneas salían de ella, como si de una telaraña se tratase. Habían algunas de estas que se iban más lejos llegando incluso a los pasillos que habían cerca... Sentía que debía ir detrás de esos rastros para saber a dónde llevaban, pero prefería hacer eso cuando los pasillos estuviesen vacíos.
Soltó un suspiro y volteando a ver a su adorado Edgar, le dijo...
-Ve a tu salón, y no te separes de Bea.
Bea estaba haciendo un servicio social como parte de su exámen, y casi todos los días se dedicaba a ayudar a Edgar para aprobar el año, si en alguien podía confiar era en ella... Si se mantenían juntos tal vez nada pasaría.
-¡Atención, alumnos! No se alarmen, sé que esta... Obra, frente a nuestros ojos es escalofriante, pero no hay por qué asustarse. Resolveremos esto y arreglaremos el desastre, de momento por favor vayan a sus salones, mantengan la calma y no intervengan en la investigación. Gracias.
Su voz habló fuerte y claro, con suficiente firmeza para hacer a los alumnos obedecer, mientras mantenía cierta calma que podía hacerlos sentir seguros. En silencio y sin hacer ni un solo reclamo más, varios alumnos comenzaron a marcharse, mientras algunos otros se acercaban al jefe a pedir una explicación, por más sencilla que fuera, necesitaban un poco más de información para sentirse seguros.
Edgar no tuvo de otra más que alejarse de Byron y dejarle hacer su trabajo tranquilo. Sabía que su lado de investigador se desenvolvía mejor cuando estaba solo por lo que no quería ser un estorbo... Además de que tenía varias clases perdidas que debía recuperar con Bea.
Buscó a la recién mencionada con la mirada, y no muy lejos de ahí la encontró hablando con Brock mientras este la abrazaba ayudándole a buscar reconforte. Corrió hacia ellos, dejando atrás a Byron quien seguía respondiendo preguntas de alumnos más pequeños quienes se encontraban un tanto desconcertados.
Entonces la chica lo vio, y con una mirada asustada abandonó los brazos del líder del club de arcade para abrazar al recién llegado. Revisando su rostro y asegurándose de que no hubiera daño en él, casi incluso se colgó sobre él del miedo que estaba sintiendo... Brock se acercó por detrás de ella, angustiado de no saber qué sucedía.
-¿Has estado durmiendo en casa de Byron, cierto?
Preguntó el mayor, mientras Edgar lidiaba con cargar a Bea quien seguía casi llorando entre sus brazos.
-S-sí... Ha estado empezando una mudanza así que decidí acompañarlo... ¿Por qué?
El otro se cruzó de brazos pensante, desviando la mirada a la enorme araña que residía en las antes claras paredes de la recepción...
-Pensamos en que esto se trate de Charlotte o sus secuaces. Sospechamos que va detrás de tí por... Bueno, es obvio.
Sugirió en voz baja.
Edgar volteó a ver la pintura negra que aún caía de las paredes.
-Está desaparecida... Es obvio que está escapando de la policía mientras está detrás de mí, ¿cómo es que nadie la vio entrar?
Brock se encogió de hombros y soltó un resoplido.
-No lo sé, siento que le pagaron a la policía para que disminuyeran sus equipos de búsqueda... Por eso sugiero que tú y Byron regresen a casa en auto a partir de ahora... No queremos que reciban otro balazo ustedes dos.
Edgar rió, ingenuo.
-A este punto creo que somos un imán de balas.
. . .
No tenían ningún plan.
Todos los presentes en el salón de reunión del consejo estudiantil estaba lleno. Casi todos los profesores estaban presentes sentados en los asientos que suponían ser de los alumnos del consejo, sin embargo estos residían atrás, de pie, mientras en un tablero buscaban las opciones más viables para arreglar todo ese desastre.
Mientras casi todos los del consejo se organizaban para mantener en orden el evento de halloween con sus planes de arreglar la escuela antes del domingo, los profesores hablaban con las tres cabezas más importantes de aquel grupo de alumnos...
Byron Wayne, Piper De La Prim, y Barley Butler.
Tras hablarlo un largo tiempo llegaron a la conclusión de que dejarían a Byron tomar el mando aquella tarde y dar las órdenes sobre qué hacer ahora.
Mientras el jefe pensaba en cuál sería su siguiente movimiento, con todas las miradas de sus compañeros y profesores encima suyo, los alumnos de pie siguieron con lo suyo hasta llegar a la organización perfecta.
Rhys Larsson, un chico de barba y cabello castaño largo que usaba un gorro militar, levantó la mano en busca de un poco de atención, y su compañera con una sonrisa terminó de escribir una nota la cual pegaría en el tablero para mostrar sus avances... Una vez todos estaban mirando, el chico aclaró su garganta y se preparó para hablar...
Pero fué interrumpido.
-Eh... Disculpa, ¿quién es la chica?
Exclamó uno de los profesores presentes, viendo a la chica al lado del otro.
-Es la más reciente miembro del consejo estudiantil, Eve Watters. Fue recomendada por Rhys para el puesto.
Contestó Byron un tanto molesto por la interrupción.
Pero el profesor siguió preguntando...
-¿Eres nueva...? ¿No tú eres la chica de intercambio que entró aquí porque se embarazó a temprana edad?
Eve frunció el seño molesta, mientras Rhys sujetaba el puente de su nariz con dos de sus dedos, mascullando insultos en silencio... Todos los alumnos presentes desviaron la mirada como preguntándose "¿por qué hacer preguntas tan estúpidas ahoda?", y el director simplemente le lanzó una mirada molesta al profesor que recién habría hablado.
Byron respiró profundo, y dejando su laptop de lado volteó a ver a tal profesor.
-Es increíble que alguien con su nivel laboral haga esa clase de preguntas. A nosotros como consejo estudiantil no nos importa si la chica tiene un hijo o no, eso no la define como persona y accidentes como estos suceden... Fue recomendada por el señor Larsson por una razón y es sencillamente el nivel de responsabilidad que la señorita Eve ha demostrado tener, tanto como madre y como líder... Así que, si nos permite y detiene sus preguntas inapropiadas, déjelos continuar.
Todo el salón cayó en silencio.
Mientras los del consejo se miraban entre ellos con sonrisas burlonas, y los profesores mantenían su imagen formal, prestando atención a los dos chicos que estaban presentes.
-... Lo lamento, pueden continuar.
El profesor en cuestión se veía molesto al igual que atacado, pero ya nadie siguió con el tema.
Rhys comenzó a hablar explicando la situación actual: Alguien había entrado a vandalizar durante la noche del miércoles 27 de octubre, dejando lo que parecía ser una araña en su telaraña en el segundo piso, pintada sobre una pared que tenía en ella pósters del próximo evento de Halloween. Las cámaras fueron vandalizadas de igual forma, se desconoce la razón con certeza pero se cree que los lentes de las cámaras de seguridad fueron pintadas con negro con las mismas latas de pintura con las que la araña fue hecha. Se tiene registro de Byron y Edgar abandonando la instalación al rededor de las seis de la tarde, pero a partir de entonces las cámaras fueron vandalizadas por lo que no hay prueba de quiénes pudieron haber sido.
Ahí entonces Eve habló, pidiendo una pequeña cooperación para comprar botes de pintura para arreglar el desastre antes del domingo. Un grupo de alumnos que no tenga problemas con perder clases podría ayudar a pintar... El profesor Bo sugirió pedir ayuda a sus alumnos más de confianza y usar su horario de clases de educación física para eso, y todos aceptaron la propuesta.
Rhys volvió a tomar la palabra y junto a Eve se dedicó a demostrar lo que tenían planeado; organizar equipos para cada labor. Un equipo de alumnos del consejo haría recorridos acompañados de los vigilantes de pasillos en busca de cualquier otra vandalización, otro equipo se dedicaría a reparar los daños a las cámaras de seguridad y a revisar los cerrojos de las puertas de la escuela en busca de algún daño, y el tercer equipo investigaría más sobre el caso a profundidad, para saber si se trataba de vándalos o la desaparición de Charlotte...
Byron entonces miró el tablero. Cada prueba, foto e idea disponible estaba puesta y conectada entre ellos por mediante hijos y alfileres. Habían notas con el nombre de todos en ellos...
Entonces levantó la mano, y cuando todos voltearon a ver al jefe, él habló...
Para hacer una buena investigación sobre el caso (fuese sobre Charlotte o no) necesitaban los pasillos y salones vacíos, por lo que sugirió crear un cuarto grupo con los profesores presentes, quienes llevarían a todos los alumnos, desde los más jóvenes hasta los más grandes al teatro para hablar, para tranquilizarlos y darles respuestas. Todos concordaron y tras dejar una parte de dinero para la pintura, se aproximaron a marcharse. El profesor Bo fue quien tomó el dinero y se lo llevó para comprar la pintura necesaria.
El jefe se levantó y miró a su equipo listo para recibir órdenes...
Los grupos serían los siguientes; Phillip se encargarían de acompañar a los vigilantes de pasillos y notificará en caso de alguna anomalía, Tara, Rhys y Eve arreglarían cámaras y buscarían alguna puerta disfuncional, desde la entrada de la escuela hasta las salidas para incendios, y finalmente... Byron, Piper y Barley se encargarían de investigar, ya que por si no era obvio, Byron es quien posiblemente tenga más relación con el caso de todos.
Tras acatar sus órdenes, todos salieron corriendo en distintas direcciones según su equipo... Phillip guió su camino a la dirección para solicitar la presencia de los vigilantes de pasillos, Tara y compañía fueron a la sala de cámaras para ver cuáles eran las que estaban dañadas, y Byron y sus amigos más cercanos se dispusieron a ir en busca de la araña maldita.
En el camino ninguno dijo nada... Solo siguieron al jefe hasta su destino, sus pasos firmes resonaban en todo el pasillo marcando su llegada ante la "escena del crímen"... Finalmente, cuando estuvieron ahí de frente a la obra maestra en las paredes de su escuela, un terrible olor a tinner hizo acto de presencia, al igual que un dolor de cabeza.
Byron suspiró pesadamente, antes de recargarse sobre el barandal... Pero de esta acción solo se llevaría un susto, al sentir como el metal se doblaba y casi lo hacía caer del segundo piso.
Se echó para atrás, viendo fijamente el barandal medio doblado al borde de perder los tornillos que lo mantenían contra el suelo... Gruñó.
-Se supone que arreglarían esto desde hace un mes...
Byron dijo cubriendo su boca y nariz al sentir como el olor de la pintura enlatada comenzaba a causarle migrañas. Su amiga se cruzó de brazos y miró fijamente aquel barandal, mientras el tercero analizaba la pintura detrás de ellos.
-Así son en la escuela. Dicen que van a arreglar algo y nunca sucede, si tú no estás presente nadie hace nada.
Piper habló con un tono bastante ofendido...
El mayor entonces le regresó la mirada intentando comprender el porqué de su ofensa. Ella solo estaba de pie, viendo molesta lo que era aquel viejo barandal.
Entonces, metiendo las manos a sus bolsillos, se aproximó hasta el borde del piso y miró hacia abajo...
Entonces Piper continuó.
-... ¿No lo has notado?
Ella preguntó mientras Byron se ponía de cuclillas para ver hacia abajo... La pintura había caído desde las paredes hasta el suelo durante bastante rato... El ataque había sido por la madrugada.
-La escuela solo arregla las cosas que se notan más. Cómo la sangre en el comedor, la campana, incluso se fijan más en arreglar las plantas afuera que otras cosas menos visuales...
-Las plantas están a cargo del club de jardinería, Piper.
Barley respondió aún analizando la pintura de la araña, y la rubia como respuesta solo rodó los ojos.
-Sea como sea, hay puertas medio rotas, el barandal está flojo, las puertas de los casilleros no están funcionando bien y hay ventanas rotas por casi toda la escuela... ¡La biblioteca ya ha reportado varias veces que los muebles y libros se caen todos los días! ¿Cómo pretenden que no entren a vandalizar la escuela?
Mientras ella hacía su monólogo de pie, caminando de un extremo a otro, los otros dos veían fijamente los rastros de pintura que habían desde el primer piso hasta el segundo. La pobre Piper seguía hablando de cosas que estaban mal, y parecía que los otros dos apenas y la escuchaban.
Pasaron solo un par de segundos hasta que las palabras de Piper captaron la atención del otro chico que los acompañaba...
-Espera... Si la escuela está así de mal... ¿Entonces a dónde fue el dinero del señor Byron?
La rubia se detuvo, y golpeando su tacón contra el suelo, asintió, como obviando sus palabras.
-¡Exacto! ¿A dónde fue todo el dinero que recaudó Byron? ¿Solamente a las mesas del comedor?
El albino se levantó.
Se veía un tanto molesto.
-... ¿Estás bromeando?
La rubia negó.
Y los tres se quedaron en silencio, viéndose el uno al otro... Sintiéndose mareados por el terrible olor a pintura.
-... ¿Quién se lo pudo haber llevado?
Preguntó Barley sintiendo curiosidad debido a la desaparición del dinero del mayor de los tres. La chica solo se alzó de hombros, y el mayor solamente permaneció viendo el suelo fijamente.
Si él no sabía dónde estaba su dinero, entonces nadie más lo sabría.
Byron no podía comprender por qué.
-Sea quien haya sido, es un genio... Se dispuso a dejar reparar las cosas más notorias físicamente y tomó el dinero de la reparación de otras cosas que no se notan a primera vista que están mal... Han estado haciéndolo desde hace dos meses.
-Hace dos meses acusaron a Edgar de violación...
El jefe respondió ante las palabras de la chica... Y todos cayeron en silencio.
La idea de que haya sido Charlotte quien haya aprovechado la debilidad de los administradores para tomar el dinero de Byron y llevárselo hacía sentido en su cabeza cuando recordaba que desde que habían terminado, lo único que había intentado hacer esa araña era hacerlo quedar mal.
Entonces entró en su cabeza la posibilidad de que dejaba cosas menos visuales sin reparar, cosas que solo los alumnos podrían notar si miraban con detención.
Eso explicaría por qué de repente llegaban alumnos molestos a su oficina exclamando que aún no reparaban algo que había prometido reparar...
-¿Insinuas que fue Charlotte?
Barley preguntó... Piper miraba pensante la pintura en la pared.
-Tiene sentido, teniendo en cuenta que ella es quien quiere arruinar a Byron.
Charlotte aprovechó su situación con Edgar para hacer aquello... Una vez notó que el director le dejaría estar pendiente a Edgar y solo a Edgar, aprovecharía para hacer cosas en las sombras.
Aunque no lo quisieran aceptar, Charlotte era una genio, no podían hacer nada para negarlo.
Y estaba apunto de simplemente sentarse en el suelo, agotado, cuando Barley comenzó a caminar en dirección a los pasillos...
-¿Han notado que las líneas que salen de la telaraña van hacía algunas puertas de los casilleros?
Mencionó, y los otros dos del equipo se asomaron a ver...
Una línea llevaba muy al fondo de aquel pasillo en el que Barley se había adentrado... El equipo restante entonces se adentró lentamente con él.
-Hay que investigar...
. . .
"Apúrate y encuéntrala", decían.
"No te tardes", decían.
Entre más buscaba por todo el maldito salón no encontraba nada. A pesar de intentar encontrarlo con toda su fuerza de voluntad no había nada.
Habían pasado varios días desde que la acusación de Charlotte se detuvo, era cierto, pero aún había gente que seguía odiándolo...
Al menos ya no era por violador, pensó.
Levantó el último pupitre que había a su disposición y ahí supo que no había más razón para seguir buscando. Su mochila estaba definitivamente perdida, alguien se la había escondido y no sabía dónde... Estaba a punto de ir a buscar en los baños cuando decidió acercarse a la ventana a ver si no le habían tirado la mochila por este... Pero nada.
Además, estaban en el primer piso, ¿quién sería tan inteligente para lanzar una mochila desde el primer piso?
Soltó un gruñido y se dispuso a salir del salón con una rabia muy intensa en su pecho.
Sacó su celular y apresurándose a escribir, le mandó un mensaje a Colette para hacerle saber que no estaría en el teatro pronto pues su mochila estaba extraviada desde hace unos cinco minutos.
Vamos por dios, solo fue al baño un segundo, ni siquiera se fue suficiente tiempo para que pensaran en la broma.
Así fue como se dió cuenta que ya tenían la broma planeada, y aunque quisiera simplemente dejarla, esa mochila tenía libretas con dibujos muy raros que le daría vergüenza que vieran... Además, sería un dolor en su bolsillo pues no tenía dinero para comprarse otra.
Y no, no estaba considerando en absoluto el dinero de Byron, pues esa mochila se la había comprado el solito.
Soltó un gruñido más y simplemente camino hacía afuera rogando por qué su mochila estuviera cerca... Se acercó a los botes de basura y no encontró nada. Se asomó en los baños y no encontró nada. Se resignó, y caminó hasta su casillero... Y ahí, sintió un jugo en la garganta.
Su casillero tenía varios agujeros... Parecían hechos por balas.
Tragó saliva y se acercó lentamente... El cerrojo estaba más roto de lo habitual, pues cerca de esa zona también tenía otro agujero más.
Tenía miedo incluso de tocarlo. Acercó su dedo con temor y apenas tocó el frío metal de la puerta del casillero, esta cayó al suelo causando un fuerte estruendo.
Bien, ahora su casillero se quedó sin puerta.
Soltó un largo gruñido y dió un pisotón contra el suelo, lleno de rabia. Estuvo apunto de gritar hasta que notó que cuando la puerta del casillero cayó, también un montón de papeles, y con eso, su mochila.
Habían llenado su mochila de basura, y su casillero de notas.
Se acercó un tanto atemorizado por el... "Agradable", regalo que había recibido aquella tarde. No sabía si quería llorar o soltar un grito de rabia, o si debía temer por su propia seguridad.
La adrenalina fluía por sus venas, al igual que el miedo. No había nadie más que él en el pasillo y solamente estaba él con su soledad. Tomó un par de notas que habían caído al suelo... Las leyó con cuidado y sintió como su corazón se aceleraba de solo ver.
"Para Edgar", decía una nota con una letra bastante mal hecha...
Le dió la vuelta y con terror, leyó la otra parte del papel...
"Vas a morir."
Su corazón se fue a su garganta y estaba a punto de salir corriendo de ahí, asustado de pensar en que en cualquier lado estaría quien fuera que le dejó aquél regalo en su casillero.
Quiso dejar de ver, pero su cuerpo no se lo permitía. Leyó la otra nota que tenía en su mano con horror y simplemente sintió sus piernas temblar.
"Te estoy viendo. Todo el tiempo."
Tomó otra, y luego otra, y luego otra...
"Oigo los pájaros cantar en tu lecho de muerte."
"Ven y únete conmigo al infierno."
"Adivíname, adivinador... Ocho letras y una repetida... ¿Quién soy yo?"
-¿Edgar?
Dió un saltó sobre su lugar sintiendo su alma salirse de su cuerpo. Se dió la vuelta y se chocó contra el metal de los casilleros debido al susto, y estuvo a punto de correr cuando notó que no era nadie más y nadie menos que el líder del consejo estudiantil.
Ah, y otros dos lo acompañaban.
Se levantó y miró el desastre que era su espacio en el casillero, para luego mirar a Byron como si sintiera vergüenza de que viera aquello. El grupo de amigos entonces se acercó, con un paso tan firme y sincronizado que hasta Edgar sintió que aquello era obra de la matrix. Iba a dedicarse a levantar todo el desastre de notas y basura que era su casillero pero no tuvo tiempo porque para cuando pensó aquello, Byron ya estaba leyendo las notas en el suelo.
Su expresión... Que ya de por sí reflejaba molestia, se volvió en una de rabia apenas leyó las amenazas de muerte que venían en los papeles.
Se levantó con algunos de ellos entre manos, y miró fijamente a Edgar, quien seguía contra los casilleros, asustado.
-¿Qué pasó? ¿Qué haces aquí afuera? Deberías estar en el teatro...
El chico del flequillo soltó una risa nerviosa y solo comenzó a jugar con sus manos...
-Es que... Me escondieron la mochila, y me quedé a buscarla pero pues... No la encontraba.
Susurró nervioso, viendo todo el desastre.
-Aunque bueno... Ya sabemos dónde está.
Piper se acercó y con horror vió la mochila llena de basura, junto a la puerta del casillero la cual tenía los agujeros aún presentes.
Entonces, el tercer miembro del grupo, Barley, se alejó solo un poco para ver a la blanca pared con detención...
-... ¿Acaso hicieron esto con balas?
Susurró la rubia, y Byron automáticamente prestó toda su atención a lo que ella estaba viendo. Por su expresión y nula respuesta, Edgar pudo saber que tenía razón; los agujeros en su puerta se debían a balazos.
Iba a llorar ahí y ahora. Era una advertencia.
-¿Qué hacen ustedes aquí?
Preguntó el menor de todos, viendo confundido a los tres miembros del consejo. La respuesta la habría esperado de Byron, pero en su lugar Barley respondió viendo aún a la pared.
-Seguimos las líneas de la telaraña. Una de ellas llevaba aquí.
-A tu casillero.
Acompletó Piper limpiando el desorden en el suelo.
El albino se levantó, y lentamente se acercó al chico de la bufanda, aún con esa expresión molesta. Sin decir absolutamente nada, lo estrechó entre sus brazos, escondiendo el rostro ajeno en su pecho.
De ahí... Solo hubo silencio en aquel pasillo.
Mientras que la chica le hacía el favor de ordenar su lugar y el otro joven se encargaba de tomar notas...
Silencio...
-Tienes que irte al teatro.
Exclamó el jefe, acariciando con gentileza la cabeza del menor. Este solo frunció el ceño como sintiéndose atacado.
-... ¿No me puedo quedar a ayudarte?
Byron negó enseguida.
-Esto es trabajo del consejo... Necesito que vayas al teatro y te juntes con los demás. No te separes de ellos.
Repitió...
Pero a pesar de haberle dicho que se fuera, no quería soltarlo de aquél abrazo. Solo permaneció así, como negándose a dejarlo ir.
-Si quieres yo lo acompaño.
Susurró Piper, quien veía todo desde el suelo, tirando la basura que había en la mochila de Edgar directamente en un bote que había cerca.
Byron no volteó a verla puesto a que seguía de espaldas, abrazando al otro. Solo Edgar pudo mirarla en completo silencio, un tanto asfixiado por el abrazo.
-Sería muy amable de tu parte...
Respondió el mayor, y así Piper tiró la última basura de la mochila del muchacho para finalizar sacudiendo la mugre que le había quedado. Así, la rubia puso la mochila sobre su hombro y comenzó a caminar, viendo cómo Byron se negaba a soltar al otro.
-Vamos, Eddie~.
Y después de un rato, Edgar se apartó del mayor. Apenas se vieron a los ojos, Byron pudo notar esa mirada preocupada que el otro siempre ponía cuando se preocupaba de él.
Y sin decir nada, Edgar se marchó al lado de la rubia... Mientras Byron los veía alejarse, sin expresión alguna en su rostro.
Se quedó de pie, solo viendo cómo los dos se perdían a lo largo del pasillo.
Ocho letras y una repetida...
-Creo que es más que obvio que esto es una amenaza.
. . .
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