24. We share the scars on our arms, give me your hand.
. . .
Jamás pensó ser tan igual a alguien en su vida entera.
Incluso con la diferencia de clases sociales, de experiencia, incluso estando viviendo una vida completamente diferente y siendo personalidades distintas, por primera vez se sentía tan igual a alguien.
¿Cuántas veces estuvo negando aceptar la ayuda de su mejor amiga? Se sentía exactamente como aquel muchacho de la bufanda ahora mismo, que siempre negaba recibir ayuda de cualquiera, y tenían que hacerlo renegar para que diera luz verde a ese acto caritativo.
Comenzaba a preguntarse si realmente tenía derecho a reclamarle a Edgar sobre negarse ante sus regalos si él también hacia lo mismo.
Se dejó llevar y su cabeza azotó contra el escritorio.
Sentía que no debía molestar a nadie con sus problemas, con sus dudas, con sus cuestiones existenciales.
Sentía que él debía tener todas las respuestas...
¿Pero qué pasaba cuando no podía responder? ¿Ni siquiera a sus propios y confusos sentimientos?
Apartó las hojas llenas de letras y números y tomó una libreta vacía que planeaba usar como su nueva agenda en el futuro apenas la actual ya no tuviera fechas para eventos y trabajos que cumplir.
¿Así de prevista estaba su vida? Tenía su vida tan formada y preparada que se le hacía aburrido, estaba hostigado de tener que seguir lo que le decía un papel por un año entero.
La peor parte, es que la nueva agenda para el veintidós ya tenía ciertas hojas usadas con fechas importantes marcadas en ellas... Entre esas, su fecha de mudanza...
Tomó una hoja libre y comenzó a rayar sobre esta, molesto.
No quería mudarse, no quería irse, no ahora que encontró a alguien que verdaderamente le hace sentir vivo. Cada mínima ocasión en la que alguna rebeldía del menor hacía presencia no tenía más que perseguirlo y salirse de su aburrido itinerario.
Era tan rebelde, tan libre, incluso con tantos problemas, era tan fuerte para soportarlo todo por su cuenta por años, por una maldita década.
Y aún así seguía riendo, saltando, ignorando las reglas y formando las suyas propias...
Fue entonces que cayó en cuenta aquella ocasión en la que escuchó una canción de esa curiosa banda con él...
Na... Na... Na...
¿La banda era My Chemical Romance, no? Se acercó lentamente hasta su laptop y se dispuso a buscar a la banda así mismo como la canción.
No dijo nada, solo bajó el volúmen por mero instinto y puso el vídeo musical de aquella canción...
Lo vió en silencio... Se dedicó a oír la letra atento... Tan rebelde, tan fuera de control, tan peligrosa. Describiendo perfectamente una banda de criminales que huían de un control mundial...
Una banda criminal.
Se detuvo a pensar un momento como sería si tan solo pudiera romper las reglas de esa forma, ser libre y dejarse llevar por el momento.
De nuevo, recayó en Edgar y su mente no evitó en absoluto recordarle todas esas expresiones que hacía, cada una de ellas.
Cuando estaba enojado con él por ser tan estricto, cuando se rió de los chicos que no lo dejaban entrar a las duchas, cuando sonreía con tan solo sentirse libre en el mirador, a su lado... Cuando lloraba, cuando se asustaba, cuando se sorprendía por lograr algo nuevo.
Cuando... Se sonrojaba...
Podría no tener la mejor vida, sabía que mucho para él era una mierda, que la vida lo trataba como basura, y sabía que necesariamente Edgar debía mejorar esa vida pero... Aún así tenía algo que él no.
Esa rebeldía que tanto lo atraía.
Si tan solo pudiera... Le ofrecería huir de la ciudad una semana entera en un viaje sin ningún rumbo fijo.
Pero al final seguía estando atrapado entre la misma mansión, entre las mismas cuatro paredes blancas.
Suspiró y se dejó caer de nuevo sobre el escritorio, dejando la música sonar.
Kiss me, you animal.
Tomó su lapicero y comenzó a rayar la libreta que tomo hace unos momentos... Cualquier cosa era plasmada en esta misma. Dibujos, escritos, simples rayones sin sentidos.
Al final... No podía dejar de pensar en Edgar.
Era como un especie de salvación para él, el único que lo hacía sentir con vida, el único que podía sacarlo de su aburrido itinerario sin siquiera pensarlo.
De nuevo su mente haciendo jugadas con el.
Se sentía extraño... Se sentía diferente.
Definitivamente Edgar había cambiado algo en él.
Se levantó, dejando que YouTube pusiera las canciones que quisiera, aparentemente aún seguían siendo de la misma banda.
Se acercó al armario y lo abrió mientras veía su ropa... Toda casi del mismo estilo, aburrida y formal. Quitó todo ese montón de prendas y buscó hasta la orilla su pijama.
La sacó, la dejó sobre la cama y comenzó a desnudarse no sin antes poner seguro a la puerta.
La canción volvió a cambiar una vez se encontraba poniéndose el pantalón, y esa la reconoció casi de inmediato. Era aquella canción que Edgar había cantado en el teatro de la escuela frente a Brock y los demás. Aquella que decía... "¿Los derrotarás? Tus demonios, y todos los incrédulos, ¿los planes que han hecho?"
Poco a poco comenzaba a apreciar a la banda por los significados de sus canciones, a decir verdad, le eran atrayentes...
Cómo, una manera de superar tu pasado y continuar adelante, a pesar de haberlo perdido todo.
Inevitablemente la canción le recordó a su madre, que descanse en paz. Hace apenas dos años estaba viva, sonriente y colorida como siempre, diciéndole que todo estaría bien y que saldría adelante.
Pero incluso si está muerta y se haya ido, su memoria continuará, él continuará.
Vaya que Edgar tenía un buen gusto.
Estando aún sin camisa... Miró sus brazos en completo silencio. Un silencio petrificante.
"No explicaré, ni diré lo siento. No tengo vergüenza, voy a mostrar mis cicatrices."
Ojalá fuese tan fácil, ni siquiera para Edgar era fácil hacerlo, menos sabiendo que algunas de esas eran recientes... Pero...
Aún así volvía a recaer en lo mismo de lo que estuvo pensando en un principio...
Tenía más en común con Edgar de lo que creía. Quería llegar y decirle todo, pero muy seguramente lo preocuparía y lo haría sentir angustiado...
"¿Cómo...?"
Decidió no tomar su camisa de manga corta aún, y prefirió tomar de un cajón bajo una camisa negra de cuello y manga larga, para ponérsela debajo de la camisa de su pijama.
Aún tenía vergüenza... Pero algún día... Algún día lo haría.
Algún día lo diría todo, por Edgar.
Se sentó, escuchando en volumen bajo aquellas canciones violentas. Definitivamente no eran lo suyo, pero sus letras realmente le llegaban a corazón.
Suspiró y busco su celular en la mesa de noche.
Fue entonces que después de largo rato, se digno a pedir ayuda...
El sonido de la llamada entrante de oyó, antes de que respondiera una voz femenina en la otra línea...
-... ¿Piper? Perdón... Pero necesito tu ayuda... Creo que... Creo que me enamoré.
. . .
-¿Señor Byron? El desayuno ya está listo.
El chico gruñó removiendose entre las sábanas.
-Dice el señor Gabriel que necesita hablar con usted sobre sus trabajos, y sobre los McCall.
Frunció el seño en molestia antes de levantarse lentamente hasta quedar sentado en su cama. Talló sus ojos sin dejar de gruñir y quejarse de meramente existir.
Miró al escritorio asegurándose de haber apagado la laptop antes de caer dormido...
Con suerte había puesto todo en orden mientras hablaba con Piper.
"¿¡Con un hombre!? Osea... Eres... ¿Eres gay?"
La reacción de su amiga no fue sorpresa. Sabía y comprendía el por qué de esta misma, y no la culpaba, creció siendo criada con una mentalidad conservadora que incluía a dios en todo.
No le molestaba, respetaba que Piper se lo tomara tan raro...
"... Lo siento, Byron, de verdad... Es solo que... No estoy acostumbrada a esto... Pero sabes que te apoyo en todo, y respeto por completo lo que decidas hacer con tu vida. ¿Sabes? Soy feliz de saber que al menos encuentras tranquilidad a su lado."
Aún así apreciaba el apoyo de su amiga, que a pesar de tener una mente cerrada, siguió dispuesta a ayudarle a entender sus sentimientos...
Porque sí, Byron aún seguía confundido ante lo que sentía por el muchacho, sabía que lo quería y lo estimaba, pero aún le confundía el término "amor" cuando se trataba de él.
Quería averiguar antes de dar un paso apresurado, y arruinarle más la vida al pobre chico que juró proteger.
Entonces removió las sábanas cuando oyó como el mayordomo comenzaba a abrir la puerta de la habitación tras preguntar varias veces por el chico.
Se sentó, se puso sus pantuflas adormilado, y vió dificultosamente al mayordomo entrando a la habitación.
-¿No su padre le había dicho que debía dormir temprano?
Byron se talló los ojos de nuevo y suspiró muy pesadamente.
-Dormí temprano, pero ¿quién se levanta a las siete de la mañana un sábado sin trabajo ni escuela?
El hombre ya mayor negó con la cabeza y comenzó a revisar entre la ropa del chico que tenía en su armario.
-Usted tiene que ser un hombre trabajador que dedique su alma a su labor todos los días de la semana, señor Byron, y su padre se lo dijo.
Si lo dices así es todavía más diabólico y terrorífico pensar en su futuro de lo que ya era.
Entonces el hombre tomó unas prendas y las llevó en dirección al baño que había en la habitación del muchacho, para poco después salir y comenzar a ordenar su escritorio. Gracias a dios no había dejado nada de sus rayones o la música puesta ahí.
Se levantó y miró a su alrededor.
-El señor Gabriel me pidió que le dijera que primero bajara a desayunar y luego tomara el baño, tiene que salir hoy y no tiene tiempo.
Meh, no es la primera vez que haya bajado al comedor en pijama.
Ignoró por completo al mayordomo que no tardó mucho más en terminar su trabajo sobre el escritorio y dedicarse a tender la cama del joven de cabello blanco, y así salió de la habitación mientras tallaba sus ojos cansado.
No había dormido bien en días, y menos ahora que solo podía pensar en Edgar... Pasaba largas madrugadas pensando en qué podía hacer para ayudarlo en cada uno de sus problemas y en como hacerlo sentir querido... No sería nada grave pasar madrugadas así, si tan solo no trabajará todo el día y gastará energías a más no poder.
La luz entraba por las grandes ventanas y alumbraban a más no poder la blanca casa. Le abrumaba demasiada luz, demasiado blanco, quería salir de ahí y disfrutar de los colores, no solo del típico blanco de la mansión.
Bajo las escaleras viendo los cuadros que habían colgados en las paredes, intentando encontrar algo en lo que entretenerse mientras estaba ahí adentro atrapado.
Y no tardó mucho más en llegar a la planta baja, para cuando se dirigió aún a paso vago al comedor, viendo a su única familia sentada ahí.
Ella... Le dedicó una sonrisa burlona.
-Buenos días hermanito, ¿ya pensaste en quitarte la almohada de la cara?
-Belle, silencio.
Ella cubrió su boca para evitar reír, y siguió comiendo en silencio.
Se acercó a la silla y se sentó en ella mientras veía su plato repleto de un desayuno más que completo. Tal vez así podría recuperar todas las energías perdidas.
Acomodó los cubiertos y tomó los adecuados, antes de comenzar a comer, sin mirar nada más que a su plato de comida.
-¿Acaso no te enseñé a ser madrugador?
Byron asintió, llevando un pedazo de carne cubierto de una salsa de manzana a su boca.
-Eres igual de flojo que tu madre, debería darte vergüenza.
Entonces el hombre se levantó de su lugar limpiando su boca y caminando sin decir nada más hacia el salón principal... ¿De eso quería hablar? ¿De que era demasiado flojo por levantarse quince minutos después de las siete?
Gruñó y siguió comiendo molesto.
-Me sorprende que no le hayas gritado por eso.
-No es de tu incumbencia.
Tomó el vaso y le dió un sorbo al jugo de naranja que tenía servido.
-Tienes razón, no me importa realmente lo que le haya pasado a esa señora...
Y apenas dijo eso, Byron inevitablemente azotó el vaso contra la mesa en completa molestia...
-¡También era tu madre, idiota!
Pero como siempre, y tal como esperaba, ella se mofó de su enojo antes de alejar el plato ya vacío...
Era... Una hija de puta, de verdad que lo era, seguía exactamente los pasos de su padre, igual de cínicos y estrictos, solo que ella era más... Ugh, más jodidamente burlona y sarcástica, más molesta.
La odiaba.
-No era mi madre, y lo sabes.
Byron aún así clavó con enojo el tenedor sobre la carne y la arrancó con violencia.
-Te cuidó como una verdadera madre casi toda tu infancia, tal como tú "verdadera madre" no hizo, ¿y así le agradeces?
Ella rodó los ojos y lo miró... Burlándose de toda su existencia.
-No es mi culpa que su muerte te haya dejado tan resentido.
En serio, Byron estaba a nada de ahorcar a su "hermana" en ese mismo lugar.
-No te burles de su muerte...
Y su sonrisa se extendió.
-Ella se buscó la muerte.
Byron estuvo a punto de levantarse y lanzarle la maldita silla en completa rabia cuando su padre regreso con ciertos papeles entre manos así mismo como su maletín de trabajo.
Se retuvo de levantarse de su lugar, y siguió comiendo con la rabia consumiendolo completamente por dentro...
Su padre les dió una vista a ambos antes de dejar el maletín sobre la mesa y revisar los papeles que llevaba en su otra mano.
-¿Mejorando en historia?
El chico asintió, mientras comía molesto.
-Bien, tal como debe de ser.
No esperaba en absoluto un "felicidades, lo hiciste bien", ni siquiera se molestó en pensar que lo diría. Conocía a su padre... Nunca lo felicitaría por sus logros.
Entonces siguió repasando papeles, poco a poco intentando absorber cada gramo de información posible.
-La línea de ropa ya está hecha, y tus notas no han bajado. También financiaste los instrumentos para una banda a cambio de más atención en el evento, y el presupuesto sigue bajo a lo que el director te dió. ¿Así que ya dejaste de ser un inútil?
No dijo nada, solo siguió comiendo mientras Belle jugaba con una servilleta abandonada sobre la mesa, completamente aburrida.
-Pero aún así... Faltaste a tu extra de música...
Oh.
Mierda.
Byron sabía que eso nunca lo ocuparía en el futuro y menos con el trabajo que su padre ponía sobre él que era básicamente solo negociar y ser jefe de una empresa entera... Sabía que esas clases extra solo las pagaba para poderle más la existencia...
Para "reforzar la responsabilidad en su hijo".
Y aún así era capaz de reclamarle aquello.
Cada vez se sentía más agobiado de su vida.
-Lo siento padre. No volverá a pasar.
-... Cuando llegue después del trabajo, quiero que me entregues tu brazo. Espero que esto no se repita de nuevo.
Y finalmente después de una eterna madrugada, terminó con esos papeles de una vez por todas. Esto era cada maldito fin de semana, que repasaba cada cosa que había hecho para tener más control sobre él.
Terminó por fin su plato de comida y lo alejó de él sin decir nada, mientras que una sirvienta se acercaba a recoger aquel plato y el de su hermana en un carrito plateado.
-Regresando con los negocios, ¿tienes todo listo para mañana?
Asintió, entrelazando los dedos de sus propias manos, viendo fijamente a su padre a los ojos.
-¿Y el discurso también?
Volvió a asentir, seguro de si mismo.
-¿Has descubierto más sobre la hija de los McCall?
-El negocio ya está siendo saboteado si es lo que desea saber. Según tengo entendido por palabras de Edgar, no tenían esperanzas en ese negocio y lo hicieron por... "Experimentación", pero a su vez están preparando nuevos de los que desconozco de que se tratan.
Dijo el más joven remarcando las comillas con un obvio tono de obviedad en sus palabras. Su padre rodó los ojos y entregó los papeles al mayordomo que se encontraba pasando, mandandolo a guardarlos en su archivero como de costumbre.
-Experinentación, si claro...
Tomó su maletín mientras Byron lo miraba esperando más preguntas...
-¿Y qué tal la acusación de violación?
Oh, sí, definitivamente está sería su parte favorita.
-Hasta el momento, todas las pruebas que he estado reuniendo han demostrado la inocencia total de Edgar ante este y cualquier otro crimen, así mismo se han estado desvelando distintos crímenes cometidos por la hija menor de los McCall...
Su padre sonrió... Por lo menos ambos estaban de acuerdo a algo.
-Asegúrate de que esa zorra y su familia no tenga nada de que defenderse, has que ese vago tenga inocencia total.
Byron asintió, al fin sintiéndose agusto con la misión que su padre le había encomendado.
Entonces oyó el suspiró pesado y molesto de su hermana.
Ella se levantó sin decir nada, y Byron decidió hacer lo mismo una vez vió como su padre decidía marcharse tras un largo interrogatorio.
Puso la silla en su lugar, y subió a su habitación dispuesto a tomar el baño y vestirse para... Seguir trabajando.
No tardó nada en llegar ahí, y en seguida decidió desvestirse no sin antes cerrar la puerta detrás de él.
Tomó fuera su camisa de la pijama, y de ahí silenciosamente y con mucho cuidado, comenzó a quitarse la camisa de manga larga que se había puesto en la noche...
Con... Mucho cuidado...
Pero el toque desesperado en su puerta lo hizo dar un brinco, así mismo como un quejido de dolor mientras retiraba las mangas de sus brazos.
-¿Quién?
Dijo mientras lanzaba lejos la camisa negra.
-Tu hermana mayor favorita, quiero hablar contigo.
Rodó los ojos en molestia ahogando un quejido de casi rabia.
-Pasa, pero que sea rápido.
La puerta se abrió rápidamente y sin vergüenza, ahí apareció Belle son una expresión molesta en su rostro. En seguida cerró la puerta detrás de ella no sin antes asegurarse de que no hubiera nadie cerca.
-Ok. Vale, entiendo si me odias por lo que dije, pero quería proponerte un trato.
Habló velozmente mientras Byron se acercaba a su mesa de noche y revisaba su celular sin mirar a la chica al rostro.
Le mandaría un mensaje a Edgar, deseándole suerte en su primera reunión con su nueva banda.
-Habla.
Ella inhaló muy profundamente
-Bien. Eres un hijo de puta y te odio, siempre te llevas todo el trabajo duro de mi padre y no te voy a mentir, te tengo envidia, de verdad quiero hacer todo lo que haces tú, pero ese tonto dice que como soy mujer no puedo ni debo... Por eso quería pedirte ayuda... Si podías contactarme con el profesor especial que tienes para aprender todo de las empresas y sus negocios y esas mamadas.
Por primera vez después de mucho rato sin querer dirigirle la mirada a su hermana, levantó la vista del celular, y la vió directamente a los ojos confundido...
-Curioso, yo no quiero hacer nada de esto. Puedes llevarte todo el trabajo si quieres, no me interesa. Solo que, si papá te descubre puedes terminar en problemas.
Ella se rió mientras comenzaba a jugar con la puerta del armario.
-Sabes que él no me cuestiona nada, porque "soy una dama", me deja hacer casi lo que quiera a comparación tuya. Si me ayudas, te daré lo que quieras, lo que sea, de verdad.
Por primera vez se sentía interesado en hacer trato con su querida hermana mayor...
-¿Lo que sea?
Ella asintió extendiendo su mano.
Entonces dejó el celular sobre la mesa de noche y se levantó, solo para mirar la mano de la otra albina dudoso...
-Quiero... Quiero que me cubras. Me gustaría salir más seguido por mi cuenta y sin ser vigilado, dile a mi padre que fuí a hacer trabajos de la escuela o algo así, cualquier excusa con lógica vale.
Ella asintió aceptando muy rápidamente el trato, y entonces ambos estrecharon sus manos, firmando un pequeño contrato de hermanos entre ellos.
-Pero te juro que si rompes tu parte, haré tu vida imposible y no te dejaré cumplir tu sueño de hacer el trabajo que mi padre quiere que yo haga.
-Lo mismo para tí, y mi padre se enterará de cada mísero lugar al que hayas ido, ¿entendido?
Después de un rato se soltaron... Y no dijeron nada más.
Inevitablemente la mayor le dedicó una mueca a su hermano menor una vez su vista se pasó por sus brazos descubiertos.
-Cuídate eso, no mames.
Y así dicho eso, salió de la habitación cerrando la puerta tras ella.
Suspiró una vez estuvo a solas... Tal vez podía aprovechar su nuevo beneficio el día siguiente... Más que nada por qué Edgar estaría ocupado ese día en su reunión y no tenía nadie más con quién salir.
Y justo en ese preciso instante, su teléfono sonó y vibró sobre la mesa...
Lo tomó, era una llamada de Edgar.
Sonrió para si mismo, recordando la única y verdadera razon por la que seguía queriendo ir a la escuela.
Contestó, aún sonriente.
-¿Qué tal, pequeño?
. . .
"It is not your time to know about this secret of mine, but I think you are already figuring it out..."
. . .
Actualizó ahora xq más tarde voy a salir y no sé si pueda postear el cap en todo el día sjdhfh
Buenos días a los madrugadores, y los que despertaron más tarde, ola wenos días q tal durmieron nenes? Ya desayunaron?
Eso sería todo, lamento los inconvenientes, hasta mañana <3
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