80. Abrazos y risas

David tiene razón, la única sin un antecedente penal aquí es Crista. Si la Reina comenzará unos trámites de adopción para Taty, la pequeña no tendría que ir a un horrible orfanatorio y además, se podría averiguar sobre la familia de una forma mucho menos complicada.

Pero...

—¡Mi vida, mi Reina, mi jefa! —Uno mis manos como rogando —¡Por favor, considérelo!

La rubia gira su vista a mí, luego de mirar intensamente a su marido, después baja a observar a la niña que está a mi lado agarrándose de mi ropa. Vuelve a verme y otra vez gira hasta su esposo.

—¿Estás hablando en serio? —Nuevamente se sonroja cuando su vista se encuentra con los ojos verdes de su marido.

David sonríe.

—¿Por qué no? Eres totalmente capaz. No hay nadie mejor que tú en este mundo para esta importante misión —opina y luego me mira —. Además, no puedes negar que quieres ayudar a tu amigo.

—¡Cállate! —Abraza más Evan —No me convencerás con tus halagos —Mira a su bebé —estoy ocupada.

—Y ahí está el hermoso orgullo que amo y que intenta evitar el tema —Él se ríe.

—Yo... yo no intento evitar ningún tema.

—Jefa, jefa ayúdeme —Hago puchero —. Descuéntemelo de mi salario si es necesario.

—Te voy a despedir empleado de pacotilla —Bufa.

David hace una carcajada.

—Esa no te la crees ni tú.

Ella se queda callada, dando a entender que su marido es el único que puede adivinar correctamente sus pensamientos. Luego regresa a observarme y bufa.

—Vale, de acuerdo —Señala a todos —¡Pero esto se queda aquí! Exijo discreción —Gira a su marido que está sonriente —¿Qué?

—Es que Greek goddess, es muy linda.

Su cara se convierte completamente en roja.

—¡Ay jefa, gracias! —Me pone muy feliz —¡Te abrazaría, pero sé que David me mataría! —Me río —Eso rimo ¡Ay qué más da! —La abrazo.

—¡Aléjate de mi mujer! —grita el marido demostrando sus altos celos.

De repente, no sé por qué, pero todos terminamos riendo por culpa de la escena que se montó. Taty tironea de mi ropa.

Sonríe.

—Esto está divertido.

—Aww —la levanto y la abrazo —¡Que linda!

—Demasiadas emociones para tu pequeño cerebro —opina Crista y se sobresalta cuando su marido la abraza —¡Me estás molestando y a Evan también! —se queja.

—Mío —David levanta al bebé abrazándolo.

—¿Por qué seguimos aquí? —pregunta Jean —¿Por qué no nos estamos abrazando?

Adrik ríe.

—Porque es muy divertido ver la película —Señala a todos y más risas se escuchan en el lugar.

Un momento muy lindo la verdad, un problema resuelto y sin embargo, es hora de encargarse del otro asunto y pronto.

Aleshka.

Levanto mi celular y marco su número rápidamente.

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