130. Persecución

Alexandra

Hay una gran diferencia entre decir que harás las cosas y en las harás de verdad. Como por ejemplo, ir a la C.E.E.R, estando con personas buscadas, que encima te den alto riesgo.

—¡¿Alguien me puede explicar a quién se le ocurrió está estúpida idea?! —grito desde el asiento trasero del coche, mientras Nick acelera el auto, ya que nos persiguen —¡¿Y por qué estoy aquí?! —exclamo alarmada.

—Lexie —Me mira Yerik desde el lado del copiloto —. Te recuerdo que a ti también te persiguen —Sonríe —. No iba a dejarte ahí, aunque claro, después quiero explicaciones del por qué.

Me callo cuando desea una justificación, pero es que no quiero simplemente recordar mi pasado.

—Querida cuñada, no se preocupe, tengo todo controlado —Nick da un giro con el volante y la persona que nos sigue con el otro vehículo nos pierde de vista —¿Ves? Te lo dije —Se ríe.

—Creo que te equivocaste —opina su hermano señalando a los tres autos que vienen de frente.

—Oh oh —Rié otra vez y gira el volante intentando esquivarlos —¡¡Ajusten sus cinturones, esto va estar bueno!! —grita y acelera.

¡¡Voy a morir!!

—¿Se puede ajustar más esto? —pregunto asustada y tirando de mi cinturón.

—Creo que no, Lexie —responde sonriente Yerik.

Frunzo el ceño.

—¿Te burlas de mí?

—No —Se ríe.

—Creo que sí se está burlando de ti —dice Nick y sube el coche a la vereda —¡¡Aquí vamos!! —Agarra una rampa y estamos volando.

—¡¡Voy a morir!! —grito ahora de verdad, ya no hace falta decirlo en mi mente.

—Hey, yo no me burle —sigue Yerik mientras yo me concentro en mirar la altura y el vehículo pisar fuerte el piso —¡Lo juro!

—Se me va a salir el corazón —acoto respirando agitada.

—Creo que tu chica se está por morir y tú te estás burlando —Niega con la cabeza Nick —. Muy mal, realmente mal —Estaciona —¡¡Llegamos!! —Alza la mano feliz.

Bajo rápido del coche y me doy cuenta que sigo viva, debo dejar de ser tan pesimista. Aunque con estas cosas extremas ¡¿Cómo no estarlo?!

—Ya te acostumbrarás y estarás curada de espanto, ya lo verás —Me guiña el ojo Yerik y yo lo miro de mala manera —¡Hey! —Se me acerca y me agarra la mano —Yo te protejo.

—¡Oh ya empezó el romance! —dice Nick feliz y bromea —¡¿Dónde está mi cámara?!

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