Alexandra

Como si fuera una pintura, mi paciente observa hacia la ventana, hermoso y quieto como una real obra de arte.

¿Qué mierda estoy pensando? Primero, es un loco y segundo, no puedo estar interesada en alguien así, más si es mi paciente. Además, de que mis esperanzas en los hombres ya se acabaron hace tiempo, nunca tendría posibilidad.

Miro el tatuaje de su cuello y también el que tiene en su muñeca, pensé que ambos eran lunas, pero después de hablar con Brandon la duda crece en mí.

—¿Qué es Proyecto C?

Él sonríe y me mira, pero me sobresalto cuando me contesta.

—Lo estás viendo.

—Esa gente viene por ti —le aclaro poniéndome firme —¿Qué vas a hacer?

—¿Por qué te estás involucrando señorita Lexie?

—No lo hago, tú fuiste quién me metió en este lío.

Se ríe.

—Tienes razón, te necesito.

—¿Confías en mí? —Me aseguro.

—Quizás, algo.

—¿Qué harás?

—Nada, no puedo hacer nada hasta que me recuperé —Vuelve a observar a la ventana. Luego de quedarse pensativo un segundo regresa a mirarme —¿Y tú Lexie? ¿Qué harás? ¿Vas a contarme porque eres tan pesimista? —Ríe.

—Supongo que si vas a ser sincero conmigo, yo debo ser sincera contigo también, pero no será hoy.

Me giro y me retiro pensativa de la habitación del hospital. Me pone de los nervios recordar el pasado y la verdad, me entristece mucho.