Acto Único Efecto Mariposa.

Acostado...









Una habitación lujosa...











Un lugar donde varios ladrones quisieran entrar para robar lo que tenga mejor valor.








Una cama demasiado grande y cómoda.









Y... Siendo abrazado por una demonio de la realeza que es el doble de tamaño que yo, o bueno... Bastante alta.

Empiezo a toser y escupo una pluma blanca de mi boca...

Efectivamente... Me acosté con ella... Y me tiene como su nuevo tesoro...

Ya que ella está dormida, supongo que puedo contar una explicación en cómo llegué a este lugar, ya que no soy un noble o algo por el estilo.

Bueno, déjenme contarles mi historia.











[Años antes]

Tengo pocos recuerdos vagos de mi infancia.

Pero cuando nací, fuí criado por unos padres cariñosos y amables.

Originarios del círculo de la ira, siendo nosotros una familia de granjeros.

Aunque nosotros eramos algo importantes para algunos negocios.

Siempre mis padres pasaban desapercibidos al momento de vender las cosechas de verduras o frutas para algunos restaurantes lujosos del infierno.

Por lo poco que recuerdo, mi padre me dijo que mi abuelo pudo robar las semillas y algunos cultivos del mundo humano, nunca me dijo como lo obtuvo. O tal vez si, pero quizás se me olvidó al paso del tiempo.

Prácticamente vivíamos en un lugar muy escondido para que no nos robaran o para tener que pelear.

Todo era paz y tranquilidad, no entendía para nada de la cruel realidad y de la cadena del infierno.

Justamente lo entendí a una edad muy temprana.

Recuerdo cuando había cumplido los 4 años.

Mis padres me habían llevado al gran parque Loo Loo World, en el circulo del orgullo.

Fueron la última vez que pase con mi familia junta...

Hasta que ocurrió lo sucedido...

Cuando íbamos de regreso para regresar a nuestro hogar, fuimos rodeados por bastantes imps.

Mi padre tenía un arma de fuego consigo por este tipo de situaciones, mi madre tenía un cuchillo.

Lastimosamente como los superaban en ventaja mi padre apenas logro matar a dos y mi madre tres.

Uno de ellos me había agarrado y amenazado a mis padres de matarme si no cedían.

Ahí fuí cuando perdí la inocencia y ví la cruel realidad.

Mi madre decidió sacrificarse y fue llevada por esos sujetos.

Dejándonos a mi y a mi padre solos.

Lloré bastante mientras era abrazado por mi padre, ahí fue la última vez que fuimos una familia completa.

Fue cuando volvimos a casa y mi padre me contó todo.

Los hellhounds muchos lo consideran como lo más bajo de clase por parte del infierno, cosa que no es del todo cierta.

Los imps enanos somos lo más bajo. Ya que siempre somos propensos en ser capturados por traficantes de imps.

Me contó que solo hay dos destinos, ser vendidos a los nobles como sirvientes o esclavos, o ser vendidos por los caníbales...

Siendo un niño era algo traumático que procesar, pero no era tonto, sabía lo que hablaba mi padre...

Tuve una caída de depresión a tan temprana edad, mi padre estuvo todo momento para cuidarme, incluso sabía que el pasaba por lo mismo.

Fueron días difíciles... Pero de alguna forma pudimos salir adelante.

Entonces, él decidió enseñarme todo lo relacionado al cultivo para seguir con el legado familiar.

Me enseñó bastante, en como se siembra, el cuidado, en cuando echarle agua, y en cuando se tiene que cosechar cuando estén listos los sembradíos.

Incluso me enseñó a cocinar, en caso que si lo llegasen a capturar.

Aún siendo un niño pude ayudar a mi padre, para que él no hiciera todo solo.

Lastimosamente, el destino era cruel con lo poco que quedaba de mi familia.

Justo cuando tenía la edad de 8 años.

Mi padre había salido a comprar más herramientas para el hogar, debido que algunas ya estaba oxidadas.

Esa fue la última vez que ví de mi padre, ya que nunca regresó.

Esperé y esperé, pero nunca ví señales en que él volviera.

Sabía que antemano lo que había sucedido... Él también fue capturado...

Sabía que el era demasiado bueno como para abandonarme, así que... Me quedé totalmente solo...

Sin duda perder a mis padres fué una etapa demasiado dolorosa, solo quedaba en seguir con el legado familiar.















[...]
















Los rayos del nuevo día había llegado, tallé mis ojos y decidí levantarme para hacer las rutinas.

Ya era la temporada para cosechar y recolectar todas las frutas y verduras para llevárselos a los restaurantes.

Lo bueno es que mi padre me había dejado notas en cuáles se venden mejor.

Hace 1 mes había sido mi cumpleaños y ya cumplí los 20.

Mis cumpleaños se volvieron amargos debido a que fue ese día en que mi madre fue raptada por esos traficantes.

Debido al estar la mayor parte del tiempo aislado de la sociedad no soy tan bueno en hacer conversaciones.

Para hacer los negocios no hay problema, pero cuando se trata de hablar temas triviales o esas cosas, simplemente estoy en cero.

Y ya ni digo con las chicas, eso me pone más nervioso...

También, es que nunca he tenido celular, siempre me lo recomendaban, pero a mi jamás me llamó la atención.

Prefiero estar a la antigua, con un teléfono antiguo, era de mi abuelo, aunque por lo general nunca recibo llamadas y tampoco las hago, pero se me hace más cómodo.

Así que, me levanté de mi cama y decidí hacer mis quehaceres.

Bañarme, hacerme mi desayuno y ponerme el traje de granjero para poder revisar el sembradío.

El traje era de mi padre, así que decidí usarlo para no tener que ir a comprar otro nuevo.

Salí de mi choza y me puse los guantes para poder sacar las zanahorias y papas.

El día transcurrió con total normalidad, solo era yo y el silencio del lugar, aunque a veces oía el pequeño viento.

Era algo que ya me acostumbré y sin darme cuenta ya había recogido la mayoría de verduras.

Era hora de cortar algunos tomates.

Fuí hacia la bodega y saque unas tijeras para poder cortar las ramitas de los tomates.

Agarré la herramienta y fuí hacia las plantas de tomates para poder cortarlas.

Solo que al caminar noté algo inusual.

Me agaché y toque la sustancia que había en el suelo.

Esto era sangre...

Me pregunté si se había colado algún animal en el lugar, por lo general a veces ocurre, pero no llegan heridos.

Tenía un cuchillo de caza en mi bolsillo por si me atacaba.

Seguí el rastro de sangre para ver donde me llevaba.

Fue entonces que me dí cuenta que giraba en donde estaban los sembradíos de uva.

Además escuchaba a alguien respirar con dificultad.

Me armé de valor y decidí mostrarme al animal.

Cuando ví finalmente no era un animal salvaje.

Era alguien.

Una demonio pájaro blanca, con un vestido algo rasgado y en el área de su abdomen estaba sangrando.

Me acerqué a ella para saber si seguía viva, poco a poco me acerqué a su pecho para saber si sus latidos aún sonaban.

Pero justo cuando estaba cerca ella tosió un poco y abrió un poco los ojos.

Nuestras miradas cruzaron y entonces ella volvió a caer a la inconsciencia.

Ahora que sabía que aún estaba viva, estaba indeciso si dejarla ahí o no, pero rápidamente decidí ayudarla.

Fue ahí que sin querer, mi destino fué cambiado.

Me quité los guantes y con todas mis fuerzas la logré cargar.

Debido a nuestras diferencias de altura era algo dificultoso, y arrastrarla no era una opción, sus heridas podían empeorar.

Una vez que la llevé dentro de mi choza tuve que juntar mi cama con la de mis padres, para que asi pudiera caber.

Puse una manta extra para no ensuciar los colchones con la sangre.

Ya de ahí la acomodé y la puse en las camas.

Con mucho cuidado y con un sonrojo notorio en su rostro decidí removerle su vestido.

Cuando se lo removí finalmente ví la herida.

Alguien la había apuñalado, rápidamente fuí por el botiquín y me lavé las manos para hacer el tratamiento.

Decidí limpiar la herida para que no se infectara, tuve demasiado cuidado, me guiaba en las expresiones que ella hacía.

Pase los siguientes minutos dándole el tratamiento mientras lo hacía con bastante cuidado.

Sabía tratar heridas menores, así que no era tan difícil.

Después de varios minutos de nervios logré ponerle las vendas en la herida.

Dí un suspiro y me recosté en el suelo.

Aún trataba de asimilar lo que ocurrió, salvé a una extraña cerca de la muerte y ahora solo quedaba esperar para que despertara.

Me volví a levantar para ver su expresión, su rostro solo mostraba tranquilidad, debo admitir que se ve muy hermosa... Pero tampoco quiero ser un aprovechado.

Miré su vestido algo sucio y rasgado, pensé que a lo mejor esta chica lo compró con sus ahorros.

Claro, no sabía cómo lucían los de la realeza, así que en mi cabeza no se me pasó ese momento.

Decidí comprarle ropa de su talla cuando se despierte, le hice las medidas al vestido para comprarle ropa.

Cómo aún todavía no finalizaba el día decidí ir a la tienda, llevé mis armas para defenderme y cerré la casa con llave.

Corrí rápidamente a la tienda de ropa.














[...]
















No ha dado indicios de despertar.

La he estado cuidando y cambiando las vendas cada dos días para que la herida cierre.

No sé si la apuñalaron varias veces en el mismo lugar, pero era raro que no despertara.

He estado durmiendo en el suelo de la habitación donde está ella por si llegara a quejarse del dolor o despertar.

Era raro tener a alguien en esta casa, en todo los años que vivía ahí nunca tuve visitas, ni de algún familiar.

Aunque tampoco descuidaba de las cosechas, trabajaba, pero revisaba cada dos horas por si despertaba.

Así estuve por dos semanas, hasta que llegó ese día.

Le había cambiado las vendas y las viejas las iba a tirar en la basura.

Salí del hogar para tirarlo y me lavé las manos para hacer el desayuno.

Había comerciado con otros granjeros para poder comprar huevos, y eso era lo que iba a desayunar.

Saqué el cartón de huevos y estaba listo para romper uno, al querer agarrar uno fuí tomado del brazo y levantado hacía la pared.

Por un momento creí que se había colado un ladrón, pero mis sorpresas fueron mayores cuando me dí cuenta que era la chica la que había salvado.

Tenía su mano en mi cuello, haciéndome perder aire.

─ Con que fuiste tú... ─ su voz sonaba bastante fría.

Intenté luchar, pero su fuerza era bastante mayor.

─ Desper...taste... ─ dije a puras penas.

Ella me soltó y empecé a toser debido a que casi me mata.

Ella se agachó a mi altura, para agarrar mi mentón y mirarle a los ojos.

─ No puedo creer que un simple plebeyo me haya secuestrado y uno muy tonto... ¿¡Que me hiciste mientras andaba inconsciente!? ─ para ser alguien hermosa si que tiene un fuerte pulmón...

Rápidamente empecé a contarle desde principio a fin, desde en qué estado la encontré y como cuidé de ella.

Ella escuchó mis palabras y parecía que ella estuvo recordando la última vez que estuvo despierta.

Fue entonces que ella frunció el seño.

─ ¡¡Esos malditos de IMP casi me matan!!

No sabía a quienes se refería, decidí guardar silencio.

Volteó a verme una vez más ─ ¿Tienes un teléfono?

Asentí con algo de nervios y señalé en dónde estaba.

Ella lo vió y fué hacía ahí, veo que si usó una de las ropas que le compré.

Dí un suspiro y decidí levantarme para preparar el desayuno, supongo que ahora tenía que hacer ración doble.

Mientras cocinaba ella empezó a hablarle a alguien, al principio no le prestaba atención, aunque si que se me hizo raro que me mirara varias veces, pero luego hubo una palabra que me había congelado.

─ ¡Mira hermano idiota! ¡No quiero esperar tres días para volver al palacio!

Fué ahí que solté la espátula al sartén y me salpicón un poco de aceite.

─ "¿Palacio?" ─ dije en mis adentros.

Fue entonces que comprendí que ese vestido no era uno normal, era de un noble. Había salvado a alguien de la realeza.

─ ¡Está bien! ¡¡Pero temprano!! ─ colgó bruscamente rompiendo la mesa en el proceso.

Rápidamente decidí terminar de cocinar para fingir que no escuché esa conversación.

Puse el desayuno en dos platos y puse el otro plato en el otro extremo de la mesa junto con un tenedor y cuchillo.

Ella se acercó para ver y vio el plato, fácilmente ví que frunció el seño.

─ Odio tener que comer esto. ─ las sillas eran algo pequeñas como para su tamaño así que tuvo que sentarse en el suelo.

Si ella es una noble puedo notar su frustración, ellos tienen todo y estar en lo más bajo puede ser un golpe de su orgullo.

No iba a reírme, así que decidí enfocarme a desayunar y luego a trabajar.

Nadie habló, ella estaba comiendo la comida como si fuera el último plato de su vida, efectos del haber estado dormida, supongo...

Una vez terminado mi desayuno dejé el plato en el fregadero para lavarlo después de trabajar.

─ Este... - intenté iniciar una conversación ─ Voy a trabajar... Señorita... ¿Puedo saber su nombre?

Me miró con esa mirada afilada y me dió un escalofrío por todo mi cuerpo.

─ Un plebeyo como tu se presenta primero. ─ enmarcó bastante en la palabra plebeyo.

Para no hacerla enojar decidí decirle ─ Que tonto de mi parte, soy TN.

Una vez dicho mi nombre ella volteó a otro lado para seguir comiendo - Stella, aunque soy su alteza para ti, no lo vayas a olvidar idiota. ─ asentí un poco.

Supuse que así trata a los de clase baja, no decidí darle vueltas al asunto y salí para trabajar.

Después de estar alguna horas cuidando el sembradío y cortar algunas frutas listas, me percaté que Stella había salido para ver el lugar donde se encontraba.

No le tomé importancia y decidí seguir con el trabajo.

Así pase la mayor parte del tiempo hasta que llegó la tarde, iba a entrar en mi casa, solo que fuí detenido otra vez.

Stella.

─ Parece que encontré a un nuevo sirviente.

Oh oh... Rápidamente recordé la cadena del infierno, los enanos somos los más vulnerables.

─ Señorita Stella, la salvé... Porque no mejor llegamos a un acuerdo para ~ ah ~... ─ ella había mordido mi cuello.

Lo hizo en un punto donde saqué un pequeño gemido.

Sentí cuando ella se separó de mi y toqué en el área donde me mordió.

─ Ustedes imps enanos son lo más bajo que hay, deberías sentirte honrado plebeyo. Ya que pude matarte en el momento que te estaba asfixiando.

Había cometido un error, sin darme cuenta había salvado alguien de la realeza y quería hacerme su sirviente...

─ Pe-pe-pero, no puedo abandonar todo esto... ─ mencioné señalando los cultivos.

─ No te preocupes por eso, haré unas llamadas para que hagan un cultivo secreto con tus plantas, no puedo dejar pasar una oportunidad de hacer dinero.

Tenía conocimientos de ello, debía haberlo sabido.

─ Y antes que digas algo más, me tomaré la molestia en que mis hombres guarden tus herramientas. ─ Iba a preguntarle sobre como se iba a llevar mis plantas, pero ella había entrado a mi casa...

Podría huir de aquí y evitar convertirme en un esclavo, pero... Si huía ¿A donde iría?

Si me iba de aquí no tendría forma de sustentarme. Con el poco dinero que tengo no podría vivir en la ciudad, las rentas son muy caras y querrían capturarme nada mas verme.

Y matarla no era una opción, los de la realeza saben usar magia, además si en dado caso que la llegase a matar, tendría que abandonar todo de mi hogar, incluído los cultivos, ya que Stella había dado la ubicación para que la recogieran.

─ Creo que no hay más opción... ─ dí un suspiro y cerré los ojos mientras me sentaba.

Supongo que diré adiós a mi libertad...















[...]













Sentía bastante ansiedad al pasar los días, sabiendo que diré adiós a mi hogar donde viví y que fué alguna vez donde vivió una familia completa me llena de bastante tristeza y melancolía.

Stella siempre me recordaba mi posición pero de una forma pasiva-agresiva.

Ahora que ella estaba consciente ya no era necesario dormir en la misma habitación, así que dormía en el sofá.

Empezaba a empacar algunas cosas, al menos los que eran de valor para mí.

Las fotos de mis padres, alguna que otra ropa y el collar de mi madre...

Empaqué eso y lo tenía justo en la entrada de la puerta de la casa cuando llegara ese día.

Cuando llegó el momento me sorprendió al ver una limusina lujosa.

De ahí salieron unos cuantos guardias y Stella salió de mi hogar.

─ Ya saben que hacer... ¡¡Muevanse imbéciles!! ─ rápidamente los guardias empezaron a movilizarse.

Tenía mi maleta en mano y la mirada algo agachada.

Caminé al lado de Stella y un guardia abrió la puerta.

Ella me permito entrar primero, así que eso hice.

Nunca en mi vida creí estar sentado dentro de este tipo de vehículo.

Aún así, sentía miedo de lo que me deparaba.

Stella se sentó a mi lado y decidí sentarme un poquito más alejado para que ella tuviera espacio.

Miré por la ventana, esta sería la última vez que vería mi hogar.

El vehículo comenzó avanzar y solo dí un suspiro.

Una mano tocó mi hombro y miré que se trataba de Stella, ella me miró con una mirada de superioridad.

Tragué saliva algo nervioso, sabiendo que terminé como todos los demás imps de mi tamaño...

El camino fué de lo más tranquilo, veía como avanzamos, lugares que ni siquiera conocía.

Pero lo que me sorprendió fue el hecho de que salimos del círculo.

Ahora habíamos entrado al circulo del orgullo, el propio circulo me trae malos muy recuerdos.

La limusina siguió avanzando y de repente nos detuvimos, miré por la ventana y abrí los ojos al ver la mansión donde íbamos.

Las puertas se abrieron permitiendo el vehículo pasar.

Se estacionó en la entrada de las puertas de la mansión, iba a esperar a que ella bajara primero, pero luego ella me terminó agarrando y fuí llevado como si fuera una mascota.

Ella bajó del vehículo y entramos a la mansión, su agarré era algo fuerte, su mirada solo expresaba molestia.

Ella caminó hasta llegar una puerta, me terminó bajando al suelo.

─ Escucha plebeyo, mis mayordomos vendrán y te tomarán tu talla, mañana a primera hora vendrás a mi habitación. ─ dió media vuelta para retirarse pero dijo algo antes ─ Ahora me perteneces.

Sentí otra vez ese mismo escalofrío.

Ví como se iba mientras yo me quedaba parado como si nada.

Logré reaccionar y decidí entrar a la puerta.

Era una habitación, todo luce tan... Diferente.

La cama es algo grande para mí tamaño, muy espaciosa y todo luce tan limpio.

Caminé hasta la cama y de un salto logré aterrizar.

─ ¿Ahora viviré así?... ─ un comentario que solté al aire.

Estuve recapitulando todo lo sucedido, Stella en un principio intentó matarme, solo que su actitud cambió cuando comenté que la salvé.

Aunque de alguna forma le gusta sentirse superior cuando interactúa conmigo.

Me toqué el cuello y todavía siento un poco el mordisco que me dió el otro día.

La puerta fue abierta y fuí recibido por dos sastres.

─ Saludos, venimos aquí por órdenes de nuestra señoría. ─ dijo uno de ellos.

─ No tomará mucho tiempo. ─ comentó el otro.

Me bajé de la cama y dejé que tomaran mis medidas.

Pude observar como un mayordomo entró para dejar mi equipaje, lo había olvidado cuando Stella me había agarrado.

Después de unos minutos ya tenían mis medidas y se retiraron.

Entonces volví a quedar solo, me habían dicho que lo tendrían listo por la noche.

La ansiedad que he tenido me ha tenido algo cansado, decidí darme una ducha antes de irme a dormir.















[...]














El sonido de una alarma sonó en la habitación y abrí los ojos a los segundos después de oírlo.

No fué un sueño en el que viví, seguía en la última vez donde me dormí.

Me senté en la orilla de la cama y ví que había una nota en la mesa.

Apagué la alarma y leí la nota.

Al leerlo decia que tenía que ir a la habitación de Stella cuando la alarma del cuarto sonara.

Me bajé de la cama y fui al ropero para haber si habían puesto el traje que me habían hecho.

Al abrirlo me sorprendí que eran 10 trajes.

─ ¿No era preferible que fueran dos? ─ dije mientras agarraba uno.

Decidí tomarme un baño rápido para estar lo más presentable posible.

Una vez terminado el baño empecé a cambiarme y después de vestirme me miré al espejo.

Nunca creí verme vestido con traje de sirviente, siempre me acostumbraba con el traje de granjero.

Me miré un poco más antes de salir de la habitación.

Empecé a caminar por los largos pasillos de la mansión y llegué al comedor.

Ahí la ví desayunando tranquilamente.

Me acerqué hasta que ella notó mi presencia.

─ Tardaste bastante plebeyo. ─ se levantó haciéndome sentir un poco intimidado.

─ Lo lamento su alteza. ─ me disculpé para no meterme en problemas.

─ Tch, ahorra tus disculpas idiota, sígueme. ─ empezó a caminar y rápidamente la seguí.

Estar en la par con ella es algo difícil, cada paso que hacía, eran como dos míos.

Luego pediré ayuda a los otros sirvientes de este lugar para que me den un recorrido.

Después de tanto caminar entramos a un cuarto, viendo alrededor supe que se trataba del cuarto de Stella.

Ella se sentó en su cama mientras abría el cajón y buscaba algo. Yo me quedé quieto esperando alguna orden suya.

─ Te haré una pregunta pedazo de cucaracha. ─ habló de repente mientras seguía buscando ─ ¿Estás dispuesto a ser leal a mi?

No es algo difícil de responder.

─ Si... Seré leal ante usted su alteza. ─ me incliné ante ella.

Si quiero seguir vivo, solo debo seguir sus órdenes.

Luego ví como sacó un arma demasiado diferente al que yo haya visto alguna vez.

─ Al ver tu rostro veo que no conoces este tipo de armas. ─ ella me lanzo el arma y yo a duras penas logré atraparla.

─ ¿Por qué luce tan distinta? ─ al tenerlo en mis manos logré ver cada detalle.

Parecía una pistola normal, pero el atractivo era ese peculiar brillo blanco que tenía como si fuera decoración.

Ella se levantó y caminó alrededor mío ─ Eso es una arma angelical.

─ ¿Arma angelical? ─ pregunté algo confundido.

─ Para que tú diminuto cerebro procese, es un arma especial que podría matar a un demonio tan fuerte como mi... Esposo...

Habré jurado que cuando dijo "esposo" lo dijo con bastante enojo, entonces no es feliz en su matrimonio.

─ ¿Que quieres que haga con el? ¿Matar a su marido? ─ lo dije en tono de broma.

─ Buena propuesta... Pero ya tengo a alguien que se hará cargo con ese trabajo. ─ finalmente de detuvo enfrente mío.

─ ¿Entonces? ─ volví a preguntar para saber su petición.






─ Mátate.





...

¿Que?

─ Uhm... ¿Creo que oí mal su majestad?... ─ intenté saber si no hablaba enserio.

─ Escuchaste bien plebeyo, hazme el favor de suicidarte. ─ su tono de hablar no lo decía de broma.

Miré a su rostro y no mostraba ninguna piedad hacia mí, solo esa misma mirada de superioridad.

Ya entendí... Todo esto fué un plan para quedarse con mis cosechas, ella se queda con mis plantas, obtiene el dinero y me lleva a su mansión donde no soy un adversario.

Aunque tengo un arma angelical... Si le disparo, podría huir de aquí y hacer una nueva vida.

Aunque... ¿Que vida?

Si aún logro escapar de este lugar, las cámaras de seguridad revelarán mi identidad y posiblemente los familiares de ella querrán ir por mi cabeza, solo puedo pensar en los cazarrecompensas...

Además... No tengo nada que perder... No sé que habrán pasado con mis padres... Stella ahora tendrá en posesión mis cultivos y nadie me extrañará con mi muerte.

Dí un suspiro pesado y como pude moví el arma apuntando a mi cabeza, además de quitarle el seguro.

Miré por última vez a Stella para ver qué su sonrisa se volvió más de superioridad.

─ Fue un gusto conocerla su alteza...

Agaché mi cabeza y cerré los ojos, poco a poco iba apretando el gatillo...





























CLICK.

Abrí los ojos de sorpresa, miré el arma y estaba seguro que había apretado el gatillo, sin embargo... No disparó nada.

─ Con eso me demostraste mi lealtad. ─ miré a Stella y solo sentí que ella tenía bastante satisfacción de mi decisión ─ Mañana comenzarás a trabajar como mi asistente personal. ─ me quitó el arma y ví como se iba.

Estaba aún en shock por lo que acababa de suceder ¿Esto simplemente era una prueba?...

─ Su alteza. ─ la llamé y ella se detuvo ─ ¿El arma no tenía balas? ─ tenía que saberlo.

Ella dió una pequeña risa burlona.

─ Exactamente. ─ con el arma apuntó hacia arriba y disparó, pero se escuchó otro click. ─ Está totalmente vacía.

Efectivamente... Era una prueba, osea... Si la hubiera apuntando entonces... ¿Que hubiera pasado?

─ Bueno basta de charla. ─ su voz me sacó de mis pensamientos - ¡LARGO DE AQUÍ! - reaccioné y salí corriendo.

─ Patitas pa que te quiero. ─ corrí tan rápido que entré a mi habitación y cerré la puerta.

Me recosté sobre la puerta hasta que termine sentándome en el suelo.

Mi corazón latía bastante rápido, tenía bastante miedo, ya estaba asimilando el final de mi vida... Pero solo era una prueba.

Aún me temblaba las manos, así que decidí quedarme sentado un poco hasta que pueda levantarme.

Toda esta experiencia me dejó agotado mentalmente...

















[...]














Ser su sirviente personal fué de lo más extraño que he trabajado.

Cuando comencé a trabajar ella me dió el aviso que ya no seré yo el que cuide mis sembradíos, serían otros empleados que harían el trabajo sucio por mí, ya que ella ganaría dinero.

Por mi parte simplemente me dijo que no me preocupara por el dinero, ella se encargaría de mí.

Desde mi punto de vista ella me trata como si fuera su mascota y otras veces como su sirviente.

Cuando ella fué a esas reuniones de aristócratas, ella se aseguraba que yo estuviera en su bolso como si fuera una mascota.

En la mansión ella siempre ordenaba que estuviera a su lado, a dónde fuera.

Me hacía trabajos como servirle su té, traerle su comida o también sugerirle que vestimenta ponerse a la hora de salir.

Me hace confundir porque los trabajos que me da, no son nada en comparación con los otros trabajadores.

No puedo opinar nada de su marido o hija, ya que siempre me ha ordenado en no hablar cuando ellos están presentes, por algo prefiere tenerme siempre a su lado.

No sé ni cuánto tiempo pasó, posiblemente como dos meses, dónde la rutina era la misma. Me levantaba, me bañaba, vestía, cumplía las órdenes de Stella y al final del día me iba a mi habitación.

Pero... Todo dió un giro de 180 grados en este fatídico día.

Había terminado mi turno de servirle a Stella, ya era como las 10 de la noche.

─ Bien señorita Stella, me retiraré ya. ─ dije mientras iba en dirección a mi habitación.

─ ¿Quien te dijo que te tenías que retirar? ─ su voz me hizo detener rápidamente.

Era extraño, siempre le decía lo mismo cada día y nunca había problemas.

─ No es por molestarla su alteza... Es que...

─ Todavía tengo una orden. ─ habló con firmeza mientras tenía esa mirada de superioridad.

Sin más opción contesté ─ ¿Cuál es su orden?... ─ pregunté.

Ella no dijo nada, en cambio me recogió como cuando me iba a meter en su bolso, solo que está vez, su mirada y su actitud era dominante...

─ Hoy vendrás conmigo esta noche.

¿Espera que?

¿Que es lo que quiere hacer conmigo? ¿Quiere volver a matarme o será alguna otra prueba?...

Sea lo que sea, las expresiones de Stella son difíciles de descifrar, ya que siempre suele estar enojada con todos pero conmigo siempre ha tenido una mirada dominante.

Al hacerme tantas preguntas por mi cabeza no me dí cuenta que habíamos pasado por la puerta donde duerme.

Desde las peleas constantes con su marido ella duerme en cama separada, había escuchado que están en proceso de divorcio...

Me siento mal por su hija, ya que el estrés y ansiedad son demasiado notorias cuando ellos pelean...

Demasiado opuestos como lo eran mis padres.

Ella me bajó al suelo ─ ¿Que quiere que haga aquí su al-al-alteza? ─ pregunté un poco nervioso.

Stella empezó a caminar alrededor de mi, siento un deja vu.

─ Seré sincera contigo pequeña cucaracha, pude haberte matado dos veces. ─ su voz tono de voz era terrorífica.

─ ¿Ah sí?... ─ ahora sentía miedo, pero intenté no reflejarlo en mi rostro.

─ Pude haberte matado en el momento en que desperté, pero cuando me contaste tu pequeña historia decidí no hacerlo.

No respondí, solo asentí un poco con mi cabeza.

─ Incluso si me contabas tu historia iba hacerlo, ya que no confío en ningún demonio de clase baja como tú, pero recordé que el ¡IMP! que me disparó, es el mismo que se acostó en la misma cama donde yo dormia con ¡¡Ese cara DE V*RGA!! ─ alzó bastante su voz.

Ok... Se nota que odia a ambos...

─ Así que por eso te dejé con vida. ─ su volumen de voz volvió a la normalidad.

─ ¿Ok?... Entonces... ¿Por qué decidió en volverme su sirviente si odia tanto a los de plebeyos? ─ una pregunta bastante arriesgada.

─ Eso es sencillo, los cultivos que tienes se venden a un buen precio para restaurantes de lujo, no me hace falta dinero, pero es mejor que lo tenga alguien importante como yo. ─ dió una risa con orgullo.

Ok... Creí que no pensaba estratégicamente, aún así...

─ Pero... Eso no explica del porque me volvió su sirviente, pudo haberme matado para quedarse con mis cosechas. ─ respuesta bastante arriesgada.

─ Ahí es donde te explicaré en como pude haberte matado por segunda vez. ─ dejó de caminar para estar enfrente mío ─ No quería matarte, pero quería asegurarme que fueras leal hacía mi, por eso te hice esa prueba. ─ se agachó a mi altura para susurrarme al oído ─ ¿Sabes que te hubiera pasado si me hubieras apuntado a mi?

Agaché algo la mirada por los nervios de que está mujer esté tan cerca.

─ No lo sé... ─ fué lo primero en lo que se me ocurrió decir.

Sentí sus dedos en mi mentón, ella quería que la mirara.

─ Tu destino era arrancarte tus piernas y ser arrojado en el barrio de los caníbales.

Sus palabras me llenaron de miedo y mi cuerpo empezó a temblar, está completamente loca.

─ Pero no lo hiciste, tu lealtad es lo que realmente me interesa de ti. ─ ella dejó de tocarme.

Pero luego estaba sucediendo de lo que no creía que ella fuera capaz.

Se estaba quitando su vestido enfrente mío.

─ ¿Su-su-su alteza? ─ un sonrojo en mi rostro era notorio, mientras mi cuerpo estaba congelado de la sorpresa.

─ ¿Creíste que eso era lo único del por qué te llamé?

─ Pe-pe-pero su esposo, yo solo soy un simple plebeyo para usted y siempre me lo ha remarcado.

Se quitó su vestido dejando ver que estaba usando una lencería que dejaba ver su tonificado cuerpo.

─ Mi repudio a los plebeyos jamás cambiará. ─ sin darme tiempo ella me agarró y me tumbó en la cama.

No me dió tiempo de reaccionar cuando su cuerpo cayó encima mío impidiendo escapar, mi cabeza estaba en... Su escote...

─ Al-al-alteza, no podríamos mejor hablarlo civilizadamente con una taza de ca~a~ ─ un gemido involuntario salió de mi boca cuando ella volvió a morderme el cuello.

─ Cállate marica, y espero que seas mejor que ese cara de v*rga. ~ Está noche solo seremos tú y yo. ~ ─ otro escalofrío recorrió en todo mi cuerpo.

Espero que sea gentil con mi primera vez........
















[...]
















De vuelta al principio...

Satisfacer a una demonio pájaro de la realeza fué difícil al principio, pero de alguna forma supe manejarlo.

Puedo decir que ella lo disfrutó mucho porque tiene una sonrisa mientras me abraza.

Realmente me metí en todo un problema, sigo tratando de pensar en que punto fué que ella tuvo un interés en mí.

Llegué a la conclusión que tenía su tensión sexual reprimida y solo quería usarme para quitárselo.

Ahora que lo pienso...

M**rda, espero que ella no quede embarazada... No me dejó pensar en las consecuencias cuando estábamos en el acto.

Si se entera su hija que su madre que es alguien estricta y odia a los plebeyos se acostó conmigo... Esto tiene que quedar en secreto.

No pude pensar más cuando su abrazo se intensificó más haciendo que esté más cerca de su cuerpo.

Su suave plumaje es algo que debo admirar, lo cuida bastante bien y es muy suave.

El sueño empieza a ganarme, estoy agotado, tanto física como mentalmente.

Espero hablar con ella cuando despierte.


Debido a que me acostumbré en levantarme temprano para trabajar, fuí el primero en despertar.

El agarre de Stella es más débil, así que con mucho cuidado me fuí levantando.

Por fortuna mi ropa fué lanzada en un lugar donde no se iba a ensuciar, así que me ahorro el trabajo.

Tengo plumas pegadas a mi cuerpo y estoy algo sucio por lo de anoche, realmente no es buena idea salir desnudo por los pasillos para irme a bañar en mi habitación.

Caminé de puntillas hasta el baño personal de Stella para irme a bañarme ahí, no cerré con seguro pensando que ella se despertaría más tarde.

Cómo la llave de la regadera está demasiado alta para mi altura decidí saltar a la bañera y darme un baño.

Abrí el grifo y esperé que la bañera se llenara, lo bueno es que soy bien nadador, así que no tendré problemas por la profundidad.

Una vez que se llenó decidí echar decidí agarrar una de las botellas que estaban a un lado de la bañera para echarle ahí, me iba asegurar de limpiar la bañera para que Stella no supiera que usé sus cosas.

Quería darme un baño de burbujas para despejar mi mente.

─ Si mis cálculos son correctos Stella se despertará en una hora. ─ pensé hablando conmigo mismo.

Una vez que ya estaba listo decidí entrar a la bañera.

La temperatura estaba perfecta, así que cerré los ojos y floté en el agua.

Solo era yo y mi momento de relajación.

La última vez que tuve un momento así fué desde que fuí al parque de Loo Loo World con mis padres.

Cómo los echo de menos... Quisiera saber si ellos están bien.

Estaba tan metido en mis pensamientos cuando no me di cuenta lo que pasaba a mi alrededor.

Sentí unas manos tocando mi rostro y abrí los ojos.

Mi cara se puso roja cuando me dí cuenta de una cosa, Stella se había metido tambien en el baño...

─ Vaya, vaya, usando mis cosas sin mi permiso plebeyo. ─ me habló con ese mismo tono de superioridad.

─ Lo-lo-lo-lo siento su alteza. ─ me disculpé tartamudeando.

Cómo respuesta volvió a tener una sonrisa dominante ─ Bueno mi pequeño sirviente, es momento de que me ayudes a limpiar. Me gustó tanto lo de anoche que me gustaría repetirlo está noche. ─ me acercó a su cuerpo mientras sus manos recorrían en mi abdomen.

─ Alteza... Estuvo mal lo de anoche... Un plebeyo como yo no puede estar con alguien con un status mayor como usted. ─ intenté hacer una excusa para evitar este tipo de situación.

─ ¿Ese imbécil pensó lo mismo cuando se acostó con esa p*ta de esquina? ¡¡NO!! ─ ahora me está dando miedo... - Si el piensa que puede jugar el mismo juego está muy equivocado, te tengo a tí ~ y ahora me perteneces. ~

Ok creo que le gustó bastante...

─ Ahora, como no quiero lastimarte se un buen sirviente y báñate conmigo.

Terminé dando un suspiro y decidí ceder a sus caprichos.

Al final nos terminamos ayudando al uno al otro en limpiarnos, solo que Stella si que le gusta tocar bastante mi cuerpo.

Al menos evité que ella quisiera hacer "eso" en pleno baño, ¿Saben lo difícil que fué en controlar las hormonas?

Stella salió del baño con su bata mientras que yo fuí cargado como si fuera una mascota.

Ella fue a su tocador para mirarse al espejo, ella me soltó para que pudiera cepillar sus plumas.

─ Que satisfactorio fue ese baño, ~ deberías sentirte honrado plebeyo. ~

Un sonrojo notorio fué visible en mi rostro mientras trataba en no pensar en eso.

─ Es hora de vestirse su alteza, no sé preocupe, yo limpiare el desastre que hicimos. ─ traté de cambiar el tema.

Fuí a su armario para poder agarrar un vestido.

Esto era algo de todos los días, sacaba un vestido, ella solo se quedaba quieta para que yo hiciera su trabajo e ideaba formas para no tener problemas de ponérselo debido a mi tamaño.

Vestido listo, su corona lista, sus mangas listas y su perfume listo.

Ella por lo general nunca me agradece, ya que es uno de mis trabajos diarios que hago por ella.

Estaba poniéndome mi uniforme hasta que...

─ Nada mal enanito, nada mal. ─ !?

Espera ¿Eso fue un agradecimiento?

─ Quiero que limpies y que no haya evidencia de que algo pasó aquí. ─ empezó a caminar para irse.

─ Su alteza... ─ mi voz la detuvo ─ ¿Que soy yo para usted? ¿Un plebeyo, un simple sirviente, una mascota o... un amante?

No sé de donde saqué tanta valentía para hacerle pregunta, pero quería saber.

─ ¿Tú? No eres más que un plebeyo de clase baja. ─ ya esperaba una respuesta así... ─ Aunque, serás dependiendo mi estado de ánimo.

Espera ¿Habla en serio?

─ En esta habitación serás mi amante, en las reuniones eres una mascota y en la mansión eres un sirviente. ─ iba abrir la boca para hablar pero... ─ Y antes de que digas que no quieres aceptar ser mi amante ─ giró para verme ─ Ese marica de segunda no le importó para nada nuestra reputación, asi que jugaré el mismo juego, obedeceme o de lo contrario no sentiré lástima cuando tengas una bala en tu cráneo.

Me recogió solo para besarme, mi primer beso...

Su lengua exploró mi boca mientras estaba siendo demasiado sumiso en su beso.

Dejó de besarme dejando un rastro de saliva en nuestras bocas.

Al dejarme al suelo se fué sin decirme nada más.

Mis piernas no soportaron estar parados por la tensión que sentí y caí sentado.

─ ¿Esto es buena o mala suerte?... ─ ser amante de una mujer lunática que ha hablado conmigo abiertamente de como matar a su marido...

Agradezco no es así de sádica conmigo... Espera...

Vuelvo a toser y saco otra pluma blanca de mi boca, no sé cuantas plumas terminé tragandome.

─ Pobre del idiota que se acostó con el principe... ─ me da escalofríos con solo pensarlo.

Debido a que aún me duele mi cuerpo por lo de anoche, apenas logré ponerme en pie.

Pero estando parado decidí llevar a cabo la limpieza.

─ Esto será una tarea larga...






















[2 semanas después]

Siento un deja vu, volver a empacar mis cosas para irme de este lugar.

Más bien, irnos...

Si, Stella finalmente obtuvo el divorcio de Stolas, así que prácticamente Stella decidió vivir temporalmente con su hermano.

Creí que volvería a vivir en la calle, pero Stella decidió llevarme con ella.

Terminé de empacar sus cosas primero, así que solo faltaba yo.

Limpié y dejé como me hospede en esta habitación cuando llegué.

Agarré mis maletas y me fuí caminando a la salida.

Recorriendo los pasillos que caminé para servir a Stella, y también las veces que ella decidió tener relaciones conmigo...

Fueron tres veces a la semana y aún no me acostumbro en complacer ese sexy cuerpo.

Stella siempre queriendo ser la dominante y yo sucumbiendo ante su lujuria...

Aún me duele la parte baja... Ya que ayer lo hicimos y ella no tuvo piedad de mi.

Me aseguré de que mi traje ocultara los chupetones que me dejó en el cuello.

Mientras caminaba escuché que ambos estaban volviendo a pelear.

No soy hijo de ellos, pero realmente si que me da bastante estrés oírlos discutir.

Salí de la mansión, por fortuna ya había sacado las maletas de Stella, así que no tenía que escuchar su discusión.

Bueno, eso fué hasta que.

─ ¡¡Espero que te mueras, MARICA DE CLOSET!! ─ gritó Stella mientras caminaba hacia la salida, había levantado ambos dedos de en medio a su ex marido.

Puse la cara más tranquila posible, pero por dentro estaba gritando de miedo.

─ Señorita, sus maletas y el vehículo está lis─

─ ¡No estoy de buenas! ─ rápidamente guardé silencio ─ Volveré a llamar a ese idiota de Striker para que está vez si lo mate.

Mi error no fué asentir con la cabeza, ya que se molestó conmigo.

─ ¿Me estás escuchando? ─ no dije nada por el miedo ─ ¿¿¡¡ESTAS ESCUCHANDOME!!?? ─ me gritó muy fuerte.

─ ¡No me gusta meterme en asuntos personales y además no quiere que diga nada! ─ dije con miedo, y el miedo se intensificó cuando ví que iba a golpearme ─ ¡Por favor, se gentil conmigo! ─ cerré los ojos.

─ Señorita es hora de i─ escuché un puñetazo.

Al abrir los ojos me dí cuenta que Stella había golpeado al chofer en vez de a mi, el pobre le había quedado una marca en su rostro ¿Seguirá vivo?

La expresión de su rostro cambió cuando volvió a mirarme pero con una sonrisa fingida.

─ Sirviente, soy realmente compasiva contigo. ─ habló con una voz amable pero luego cambio a su expresión de siempre ─ Así que sería una lástima perder a alguien valioso como tú, si abres tu bocota así. ─ habló con su tono habitual.

─ Pero señorita, desde mi punto de vista no creo que matar a su ex marido sea buena idea.

─ ¡Ya basta! Este no es asunto tuyo, solo me sirves y punto. ─ me cargó para ingresar a la limusina.

Entró al vehículo y cerró la puerta, ella aprovechó de que el conductor estuviera inconsciente para empezar a comerme a besos.

Nunca entenderé los cambios de actitud de esta mujer, parecía que quiere matarme pero siempre me anda tratando así.

No quisiera saber que será de mí cuando lleguemos al castillo de su hermano.

Mientras la siga sirviendo y obedezca sus órdenes seguiré vivo, si eso significa en aguantar más de sus noches de pasión.

– Sirviente. – dejó de besarme para luego susurrarme al oído – Hoy no podremos hacerlo, así que espero que estés listo mañana, porque no seré gentil contigo ~ por ser un chico malo. ~

Lucifer, dame fuerzas...

Ella volvió a besarme mientras sostenía mi cuerpo con sus manos en mi espalda.

Creo que... Disfrutaré esto.

Cierro los ojos y disfruto del beso dominante, quizás sea un p*rra, pero definitivamente comienzo a disfrutar mi rol.

Ser todo para ella.



Fin.

Hola chicos ¿Cómo están? ¿Ha pasado un tiempo, no?

Miren, no tenía pensado en escribir una historia relacionada con una de los personaje más tóxicos de todo Helluva Boss.

Pero de repente me surgió la idea y cuando comencé a escribir no pude parar.

Curioso porque la idea la tenía hace un mes, pero lo terminé en 1 semana.

Cómo sea, definitivamente tengo que volver a escribir la historia de Hollow Knight que tengo ahí, así que me tomaré un descanso y volveré a las andadas.

Así que, ¿Que les pareció? ¿Bien o mal?

Intenté en qué su actitud fuera lo mas fiel posible, así que espero les haya gustado mi resultado.

Soy Lynx con fotito de Amber y nos vemos en otra historia.

Hasta luego.

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