LE.I.A.

El sonido de la alarma programada me despertó, una voz robótica me saludo a través de los parlantes de la habitación:

— Buenos días 23.

Buenos días Leia 

El mismo sueño recurrente que había tenido durante varias noches al igual que la noche anterior seguía aún fresco en mi memoria, una mujer algo mayor me sonreía y veía su boca moverse, pero ningún sonido salía de ella, el paisaje era distinto, un ¿parque? tal vez, era extraño ya que nunca había estado en uno en mi vida.

Camine a través del pasillo metálico, con mis pasos resonando tras de mi en dirección al comedor, en cuanto llegue todo estaba en perfecto orden como cada día para el desayuno, todo en perfecta armonía como debe ser, recogí mi desayuno de la máquina dispensadora y me senté en el lugar asignado, entre 22 y 24.

— ¿Qué tal dormiste? — inquirió 24.

— Pues tuve el mismo sueño — di un leve suspiro antes de continuar — es extraño.

— ¿El de la señora? — preguntó 22.

— Si.

— Tal vez deberías ir al módulo médico, puede significar algo — dijo 24 mientras se metía el desayuno a la boca.

— Es cierto, puede que sea algo malo — acertó a decir 22 — soñar eso no es normal — continuo.

— ¿Por qué lo dices? — pregunte extrañada.

— ¿Pues como explicas que sueñas con cosas que jamás has visto? — dijo en un tono mas agresivo 24.

No podía explicarlo, pero era posible que fuera algo inconsciente o que lo hubiera visto en algún lado, claramente todo esto debía tener una explicación lógica, después de todo la lógica es lo único que le da sentido a nuestras vidas.

La alarma me saco de mis pensamientos, y de nuevo esa voz robótica indico que el desayuno había terminado, tome mi bandeja casi vacía y la lleve a la máquina de recolección, luego me despedí de 22 y 24.

— Los veré luego.

Decidí seguir el consejo de 24 y me dirigí al módulo médico; cruce por la plaza central, siempre me pareció pintoresco aquel sitio, lleno de hologramas coloridos de objetos inútiles como árboles o flores, son hermosas, pero su existencia no tiene sentido ni lógica alguna.

Parada frente a la puerta del módulo, dubité durante un segundo en si debía entrar o no.

— ¿23? — la voz de 15, el doctor, me indico que me había visto y pues ya era bastante tarde para dudar — pasa — dijo amablemente.

Entre en el modulo y pues la blancura de este me irrito un poco los ojos y tuve que cerrarlos por un instante.

— Recuéstate aquí — oí su voz y la seguí hasta que puede abrir los ojos. 

Me recosté en la máquina de diagnóstico, para que pudiera analizarme, podía observar al doctor mientras la programaba.

— Te hare un análisis mientras conversamos — me indicó.

En cuanto termino de hablar la maquina comenzó a funcionar, el doctor camino lentamente y se sentó en un asiento a lado mío para comenzar con su interrogatorio.

— Bueno... — hizo una pausa para examinarme visualmente — cuéntame que te sucede.

— Verá — trastabille un poco tratando de ordenar mis ideas para explicarlas mejor — he tenido un sueño recurrente con una mujer, este... no se que es exactamente.

— Y esta mujer, ¿es alguien de aquí?.

— Ese es el problema, yo jamás la he visto — aunque permanecía echada, pude ver de reojo la reacción de sorpresa que provocaron mis palabras en el doctor.

— Análisis completo — indico la voz que salía de la máquina, inmediatamente el doctor se puso de pie y leyó en el holograma los resultados de mi análisis.

— Pues parece que esta todo normal — se acerco a mi y continuo diciendo — bueno tal vez no sea nada, solo por si acaso, te mandare con Leia, ella te hará un estudio completo.

Me levante de la máquina y me dirigí hacia el cuarto central, recorriendo el pasillo hasta el final, tome el ascensor que bajaba hasta allá, en cuanto la puerta se abrió, puede ver el pasillo algo más tétrico, iluminado por luces rojas, camine lentamente, solo mis pasos resonaban y debo confesar que este lugar era el que menos me agradaba de todos. Al fin divise la angosta puerta que llevaba al cuarto central, uno más iluminado con tonos azules y menos tétrico que el pasillo, enseguida el holograma de Leia apareció frente a mi.

— 23, bienvenida — me saludó — puedes pararte en allá — señalo un círculo blanco en el suelo.

De inmediato seguí sus órdenes sin objeción alguna y me acomode frente a ella.

— Bien, veamos que sucede — comenzó el escaneo

— Escaneo completo, error 203 — advirtió otra voz distinta a la de Leia, una que no había escuchado antes y la luz azul de la habitación, se torno roja.

— ¿Qué significa eso? — pregunte intrigada.

— No es nada, quédate tranquila, solo te haremos un procedimiento y todo será de nuevo normal — me informo su voz robótica.

— ¿Normal? — que rayos significaba eso.

— Si, no te preocupes, ven conmigo — su voz serena abrió una puerta detrás de mi y Leia desapareció — Ven por favor — resonó la voz de Leia dentro de la otra habitación.

Camine lentamente hacia la habitación, estaba completamente oscuro, en cuanto entre, unas luces amarillas me indicaron el camino, no podía ver nada además que las luces amarillas, comencé a caminar por donde indicaban las luces, pero entonces comencé a preguntarme ¿qué había más allá de las luces?, claramente por la dirección de las luces y el amplio camino que aún faltaba, la habitación era grande, me separe de la línea de luces amarillas y comencé a caminar en otra dirección, no tarde en chocarme contra algo..., algo frío y duro.

De inmediato al tocar lo que fuera con lo que había chocado, la habitación se ilumino de rojo, una estruendosa alarma sonaba sin cesar y varios ¿robots? salieron de las esquinas de la habitación, me cubrí los oídos con ambas manos para evitar aquel horrible sonido, pero las luces rojas revelaron ante mi el objeto con el que había chocado, era un féretro, un féretro de cristal elevado a unos metro del piso y había una persona dentro, UNA PERSONA, rodeada de tubos y suspendida en algún tipo de liquido, pero al observar alrededor, no era solo uno, un montón de ellos, había un montón de ellos por toda la habitación, féretros ordenados perfectamente en filas con personas dentro.

No entendía absolutamente nada de lo que pasaba a mi alrededor, el ensordecedor ruido era cada vez peor y me desoriento completamente, mientras los robots se acercaban a mi, sentí como unos me sujetaban por detrás y otros por los pies, por más que trate y trate de luchar, su fuerza era muy superior a la mía y me dirigieron a donde debía llegar por el camino de luces amarillas, el estremecedor ruido desapareció y me sujetaron a una camilla por las muñecas y tobillos, yo gritaba de desesperación "¡AYUDA!", una y otra vez, hasta que los robots se alejaron de mi.

Sujeta en aquella camilla, esforzándome por moverme, nuevamente apareció el holograma de Leia.

— Los humanos son tan incomprensibles, solo debías seguir la línea amarilla que marque para ti.

No estaba segura de si esperaba una repuesta de mi, la mire fijamente con ira, no estaba segura de si lo lograba entender, después de todo solo era un sistema artificial.

— ¿¡Qué es esto!? — pregunte llena de enojo y enfado.

— Estoy haciendo para lo que fui programada, preservo y protejo a la humanidad y ahora mismo tu eres un peligro para ella — explico con su inexpresivo tono.

— ¿Peligro?

— Si — afirmo.

— ¿De que hablas?, ¿Y quienes son esas personas? — respiraba erráticamente, me sentía asqueada.

— No se si pueda explicártelo o si puedas entenderlo — a pesar de que su voz era toralmente plana, podía sentir algo de superioridad en ella.

— Inténtalo — conteste frustrada.

— Verás 23, los humanos me crearon para protegerlos y cuidarlos, pero como podría protegerlos si son ellos mismos eran los que se hacían daño, según mi lógica, debía crear una nueva sociedad perfecta, pero para eso tuve que exterminar el problema de raíz — conforme hablaba su figura amigable frente a mi, se convertía en la mas repugnante de todas — para poblar esta nueva sociedad necesitaba nuevos humanos, no podía clonarlos, esos no serian humanos reales, tuve que buscarlos de otros tiempos, humanos débiles e indefensos que su supuesta ciencia no podía salvar y los traje aquí para darles la oportunidad de formar parte de este nuevo mundo perfecto.

¿Débiles e indefensos?

¿Otros tiempos?

¿Otra vida?

Yo no pertenecía aquí.

Aunque forzaba a mi memoria a recordar quien era yo realmente, mis recuerdos estaban completamente perdidos, mi única referencia era aquel sueño recurrente, ¿quién era esa mujer? y lo mas importante ¿quién era yo?, miles de dudas acechaban en mi cabeza y no tenia ninguna respuesta .

— ¿¡Quién soy!? — pregunte en un tono agresivo.

— Esa es una pregunta que no puedo contestar.

— ¡DEMONIOS!, ¿¡Qué es lo que esta pasando!?

— Deberías estar feliz, ahora eres parte de un propósito mayor.

Escuche un pequeño ruido tras de mi, uno de los robots comenzó a moverse hacia a una mesa no muy lejos de la camilla; yo trataba con todas mus fuerzas de zafarme de aquellas ataduras, lo hacia con tanta fuerza que las muñecas y tobillos comenzaron a arderme, el robot volteo y se dirigió hacia mi portando una inyección, aunque comencé a moverme erráticamente con desesperación, pude sentir el piquete en el brazo.

— Debes vivir la vida que te toca — pronuncio Leia.

Sus palabras se desvanecieron lentamente y la oscuridad se apodero de mi.

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El sonido de la alarma programada me despertó y una voz robótica me saludo a través de los parlantes de la habitación:

— Buenos días 23.

Buenos días Leia...

*Gracias por leer, lo aprecio mucho 😀*

Posdata: Disparador usado de la historia "2645 El reciclador de Diegogrispo"

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