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Seokjin vuelve a tomar otro sorbo de esa taza de té que se le habia enfriado al no poder dejar de hablar y señalar injustamente a su marido, así que del otro lado tenemos a Hoseok, que no ha hecho nada más que asentir y sacar pañuelo tras pañuelo para que el llorón de Jimin se limpiará la nariz más roja que reno de feria.
Ah y Jungkook, que fue invitado de último minuto porque dijo que ahora también es parte del grupo.
— Y-y... Yo se que esta trabajando pero... llevo tanto tiempo sintiéndome así.
— ¿Así como? ¿Míserable?
Hoseok jala la oreja de Jungkook ante el comentario, pero tiene razón.
— ¡Olvidado! ¡Como un juguete que dejo de querer!
— Y bueno, ni tanto, todavía se siguen queriendo ¿no? — Jungkook trata de consolarlo remediando su comentario anterior.
Jimin suspira.
— Si, eso creo... tampoco es como si tuviera la iniciativa de darme un beso, ¡o llamarme de otra forma que no sea con mi nombre! — Un sollozo se escapa de su garganta. — Jimin, Jimin, Jimin... maldita sea me voy a cambiar el nombre. — Jungkook hace pequeños 'pat' 'pat' en su cabeza paga consolarlo. — Pero si así te llamas, ¿qué nunca te llama por tu nombre? —
Cuando Jimin voltea a verlo, Jungkook siente como si le hubiera dado una patada en la cara. — Solo cuando está enojado conmigo.
Y pum, se siente agüitado.
— Oh vaya. — Hoseok extiende su mano de nuevo para que Jimin saque un nuevo y limpio pañuelo de papel.
— Lleva semanas estando así y esta es la primera vez que deja de venir... deje de preguntarle si iba a venir a comer porque siempre son los negocios... no sé que es lo que me pasa.
Seokjin deja la taza sobre la mesita.
— Jimin sé que andas triste pero ¡Dios! haces muy buenas infusiones de té. — Jimin limpia las lágrimas de sus ojos ante el comentario que trataba de hacerlo sonreír.
Y Hoseok finalmente se anima a decir algo. — Minnie, no tienes por qué preocuparte por Taehyung, es imposible que te deje de querer. ¿Por qué estaría enojado contigo? No has hecho más que apoyarlo.
— ¡Sí, además! El ascenso era lo que quería, ahora lo tiene y lo está aprovechando. — Jungkook toma la palabra, haciendo que los demás asintieran. — Ah sí, el siempre está hablando de eso y de como iba a mejorar su vida.
— Pues parece que pensaba en el estado económico porque yo desde que esto empezó me he ido quedando atrás.
— ¿Atrás?
— Atrás...
— Pues no tienes que sentirte así por culpa de Taehyung, ¡Si el no te busca es porque tiene trabajo pero tu no tienes por qué preocuparte por eso! — Seokjin se cruza de brazos, dejando su taza de té vacía a un lado.
— Y no es justo que estés sufriendo solo mientras el esta allá en el edificio tomando fotos.
Hoseok hizo una mueca. — ¿Y será tan difícil tomar fotos para que se quede hasta tarde en su oficina?
Jungkook y el se miran. — Pues quien sabe pero estamos de acuerdo en que Jimin Hyung no merece sentirse así. Hay que decirle algo a Taehyung y alegar sobre el ascenso, ¡seguro lo estan explotando!
— No...
Jimin suspiro, limpiando su nariz con un pañuelo de papel. No podía culpar a sus amigos por no entender por qué lo defendía tanto y al mismo tiempo estaba sufriendo por ello.
Es que ellos no podrían comprender cuantas noches en vela se quedo a su lado mientras seguía adjuntando documentos, apilando papeleo y haciendo ensayos o presentaciones que le dieran un privilegio de destacar entre los demás mientras los números en su reloj corrían y corrían hasta que de repente su alarma sonaba, y el seguía añadiendo detalles en sus proyectos.
Conseguir ese ascenso había sido el segundo mayor logro en su vida.
Obviando la azaña de haber conquistado a Jimin y haberse casado con el, era el segundo mayor logro luego de eso.
Así que, ¿por qué debería reprochar que se estuviera esforzando? que tuviera que sacrificar su tiempo por ponerse a la altura y demostrar que el si merecía el ascenso.
Se sentía tan egoísta.
Aunque Jimin lo espera hasta el amanecer sabiendo que llegará al final.
Con cada pretexto, Jimin siempre lo va a entender
Porque últimamente solo vive para el.
Jungkook iba a volver a opinar molesto pero luego un ruido lo interrumpe en el segundo, un toque en el timbre de su hogar.
Y los presentes notan el cambio de emociones que logro causar en su pequeño amigo llorón.
— ¿Esperas a alguien? — Hoseok lo anima cuando el responde con un 'no'
Así que verlo caminar hasta la entrada y observar por el cerrojo es un sentimiento de esperanza fugaz que viene y va.
Un repartidor.
— ¿Park Jimin? — menciona el hombre que en su mano tiene una lista de a quien debe entregar paquetes, y si es algo que Taehyung ha dejado para el trabajo tendría que recibirlo.
Como siempre, así que asintió.
Y el hombre se hace a un lado para que un joven pase a entregarle lo que vendría siendo un ramo de flores en sus manos.
— Su esposo me comento que solo debía entregárselas así que solo necesito que firme aqui. — "Su esposo" dijo el, y eso fue todo lo que necesito para seguir llorando mientras tomaba el bolígrafo entre sus manos.
¡Era su esposo el que le mando flores!
Jimin despidió y le dio las gracias, quizá más de lo debido.
Pero no podía dejar de pensarlo, Taehyung le habia mandado flores.
— Bueno ahí lo tienes, ¿viene con una tarjeta pidiéndote perdón o algo? — Seokjin habla, sacando un poco a Jimin de su burbuja buscando eso que esperaba.
Pero no, no había nada.
— Parece que no.
— Oh Minnie, no sigas llorando. — Hoseok lo consuela, tomando su hombro y extendiendo otro pañuelo, el último del paquete. — Me mandó flores.
Seokjin frunce un poco las cejas.
— Si, porque te dejo aquí solo y se sintió culpable. ¡Es lo mínimo que te mereces!
Jimin mordió su labio ante la respuesta y saber que tenía razón era lo peor, ¿pero eso que?
Le habia mandado flores y...
— No. Jimin. — Jin dijo, señalandolo cuando lo ve y ve en su rostro esta estúpida sonrisa que se alarga cuando detenidamente observa el ramo de flores en sus brazos.
Y si tan solo el lo pensaba un poco...
— JIMIN — Jin vuelve a repetir cuando esa sonrisita se desvanece también.
Y luego un largo suspiro con el ceño fruncido hace que sus amigos lo vean atentamente.
— Es lo mínimo que puede hacer ese hombre por mi.
Jin se cruza de brazos y asiente con la cabeza, con una expresión llena de razón.
Pero luego el sólo llega a sonreír por las flores cuando se da la vuelta para ponerlas en un florero.
Y siente como si vientre se llena de mariposas que tiene que cubrir su sonrisa con una expresión indignada y ofendida. — Lo mínimo. —
Sabía que necesitaban conversar.
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