Lucas, 2.

.  .  .

Lucas despertó mas tarde, desorientado, mareado y amordazado con una cuerda. Sentía un peso en su hombro, al voltear, alcanzó a ver el cabello rubio de su hermana, uno de sus guantes y a Albert llorando. Parecía estar al interior de un camión de carga, junto con mucho más niños.

-¿Ya casi llegamos?-preguntó una voz gruesa y lejana.

-Cállate ¿te has dado cuenta lo que traemos ahí detrás imbécil?-respondió otra voz, mas gruesa y atemorizante, que parecía provenir del mismo lugar que la otra, mas sin embargo, se escuchaba mas fuerte.

-¿Niños?-preguntó la primera voz, un poco atemorizada, esto inquietó a Lucas.

-¡Ja!¿¡NIÑOS DICES?!-Gritó estrepitosamente la segunda voz, completamente fuera de sí-¡Son unos CERDOS!¡Gordos, enfermos, flacos!¡Nos pidieron de calidad!

-Pero Jonas, son los únicos niños de ese pueblo de maricones que pudimos encontrar.-Dijo la primera voz, cada vez diciéndolo mas bajo.

-Hazme el favor de cerrar la bocota que te cargas de una PUTA vez.-Respondió Jonas, un poco más calmado. 

Todo el camión se movió de pronto, como sí los conductores hubieran tomado una curva peligrosa. Lucas esperó un reclamo por parte de la primera voz, o de Jonas, pero solo obtuvo un pequeño susurro indistinguible.

Parecían llevar viajado días, al chico le dolía la espalda, los pies, la cara. Al parecer, los llevaron muy lejos. El camión se movió, los niños saltaron. 

Tras un tiempo de silencio, en el que solo se oían ramas crujir, gemidos de los niños y a Albert casi ahogándose en su llanto, el camión paró y comenzó a ir de reversa. La puerta del vagón de carga del camión se abrió, deslumbrando a los niños quienes, a juzgar por sus reacciones, tenían rato sin ver una sola luz. Los niños se taparon la cara con las manos, gritaron, gimieron y voces mas cercanas solo decían: "Cállense, cállense, insectos de mierda, no valen la mitad de lo que proclaman"

Hicieron que todos los niños bajaran del camión a una pasillo con pisos de tierra y techo, les obligaron a desnudarse y los pasaron por una puerta. 

Nada pudo haber prevenido a Lucas de lo que vería a continuación. Desnudo, asustado, llevaba del brazo a su pequeña hermana, cuando...



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