[09]


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[N/A: A mí no me gustan los vínculos tóxicos, soy fiel creyente de que amar es libertad y esas mamadas. Pero, tengo amigos, amigos que han estado en ese tipo de relaciones, que han tenido dependencia emocional, discusiones y mentiras, y de alguna manera quiero expresar mi frustración porque nadie merece eso, nadie merece sufrir. So.... Tengo ésto escrito desde antes de que saliera el capítulo de Pomefiore y por fin terminé de editarlo, he decidido poner en pausa esta historia ya que no ha recibido el apoyo que esperaba; así que la aventura de Peito, Cater y sus hermanas llegó a su fin por el momento, s0rry]











No sabía cuánto tiempo llevaba parada frente a la puerta, solo observando la madera de ésta con la incertidumbre creciendo dentro de ella.

Se ocultaba en una gabardina color gris, sombrero, pañoleta, gafas de sol y guantes de cuero negros. No quería ser reconocida.

—Disculpe —fue tal el susto que sintió que se le saldría el corazón. Dio un respingo y se giró hacia la persona que la llamaba, cubriendo su rostro con el abanico que sacó por acto reflejo, en este se ocultaba su pluma mágica, en caso de que necesitara defenderse—. No es que quiera importunarla, pero lleva 20 minutos impidiéndome el paso y de verdad necesito comenzar a trabajar.

—Oh, sí, lo siento mucho, estoy algo nerviosa —murmuró aún oculta detrás de toda esa ropa y su fiel abanico. Se hizo a un lado dejando pasar al desconocido, quien la miraba con una ceja alzada ante todo el misterio que desprendía la dama.

El peli naranja le dedicó una sonrisa en agradecimiento y se disponía a entrar en el local cuando nuevamente habló: —. Por cierto, la limusina aparcada a un par de calles, ¿es suya? No hay muchas aquí en la Isla de los Sabios.

Y ahí se sintió una idiota, la habían descubierto, o tal vez no.

—Como sea, ¿quiere pasar? Invita la casa.

Ella asintió haciendo un mohín de labios, que claro, él no pudo observar porque seguía ocultándose.

Lo siguió dentro del lugar, notando que era más bonito viéndolo en persona que por fotos.

—Llamaré a la encargada, usted tome asiento.

El chico atravesó unas puertas que supuso daban paso a la cocina, por la ventanilla de estas pudo ver como subía las escaleras y desaparecía por ellas.

Se sentó lo más lejos posible de la ventana.

Y una vez sola se quitó los guantes y desabrochó la gabardina, le estaba dando calor. Reposó el abanico en sus piernas y se permitió relajarse por unos cortos segundos, preguntándose una vez más qué estaba haciendo en ese lugar y por qué había venido.

"Tienen una entrevista la semana que viene y mañana por la mañana es la primera lectura del guion, procuren acostarse temprano y nada de alcohol, Rose, hablo en serio".

—Estás en problemas cielo —escuchó que se burlaba de ella.

Se desplazó por la pequeña cabina del tren que compartían y se sentó a su lado en la cama, mejor dicho, se lanzó en esta; el contrario rebotó golpeando su cabeza con el techo de la litera, maldijo en voz baja.

—Esas palabrotas, Vil-heika, ¿con esa boca planeas besarme?

—No cuando tienes 3 Dakitis encima.

—Ay, serás hijo de—

Se disponía a golpear su hombro cuando otro de sus asistentes abrió la puerta de la cabina y ellos le prestaron toda su atención.

—Vine a vaciar el minibar, lo siento Rose, órdenes son órdenes.

—Me tratan como si fuera una alcohólica... ni siquiera bebí tanto

—Apareciste en la portada de 5 revistas —le recordó su "pareja" el reciente escándalo del que fue protagonista.

—Okey, sí, me pasé de tragos, pero solo fue una vez, no es como si no pudiera vivir sin una gota de alcohol.

—Es mejor prevenir que lamentar —respondió el manager acercándose al minibar y sacando de ahí todas las botellas de bebidas espirituosas—. Nos vemos, chicos, no se maten en mi ausencia, buenas noches.

—Ni si mitin in mi iisincii, binis nichis —rezongó ella—. ¿En qué momento tú y yo dejamos de soportar la presencia del otro? Que ya todo el mundo piensa que por compartir el mismo aire nos vamos a matar.

—Tal vez es solo la costumbre, siempre estamos discutiendo.

—Vil, por favor, no es para tanto.

—Ah, ¿sí? ¿Cuándo fue la última vez que nos dimos un beso, Rose? —ella iba a responder que fue hace tan solo unas horas, pero él le interrumpió—. Uno de verdad, sin cámaras, sin managers, sin público.

Y así como abrió la boca la volvió a cerrar.

—. Espero que eso responda tu pregunta, ahora, si no es mucha molestia quiero empezar mi rutina de belleza nocturna y dormir, y hablando contigo solo pierdo el tiempo.

Eso dolió.

Ella se enfurruñó, negándose a abandonar la cama de su pareja y solo se acomodó más en ésta; invocó su antifaz y sus cremas de cuidado diario y con magia se las aplicó, luego se ajustó el antifaz y se acostó a un lado del rubio.

Vil solo rodó los ojos y se dedicó a ignorar su presencia como venía haciéndolo desde que comenzó el viaje.

Rose se puso a pensar en ellos, Vil tenía razón, hace cuanto no se daban un beso, un abrazo, no intercambiaban palabras con otro fin que no fuera llevarle la contraria al otro o hacerlo enfadar, ni siquiera dormían en la misma cama. Siendo que al inicio de su relación no podían quitarse las manos de encima y cuando estaban separados era como una tortura. Ahora cada uno agradecía cuando tenía proyectos en solitario, porque significaba que sus horarios no iban a coincidir ni por asomo.

¿Qué les había ocurrido?

Rose sintió su corazón encogerse, estaba acongojada. Ella quería mucho a Vil, estaba segura de eso, en algún resquicio de su corazón aún quedaba algo de amor por él.

—V-vil... —tenía la voz rota, indicio de que pronto comenzaría a llorar.

El nombrado bufó ya cansado y la miró, ella se había quitado el antifaz, cuando la vio así, encogida, triste, vulnerable, algo dentro de él dio un vuelco, algo que él pensó que ya no existía.

Se conocieron durante una campaña de Felicitie Cosmetics, ambos dedicados al modelaje y la actuación, ella no era influencer, era muy reservada como para compartir su vida –todavía más- con el ojo público; comenzaron su relación meses después, manteniéndolo en secreto hasta que un paparazzi los fotografió saliendo de un restaurant luego de que él fue a buscarla al set de filmación de una de sus películas. Esa noticia los benefició a ambos, eran de las celebridades más cotizadas del momento y eso disparó sus números, de ahí en más casi todos los proyectos que les ofrecían eran en dúo, ser la imagen de famosas marcas, películas, programas, realitys, entrevistas, pasarelas, premios, viajes, autos, lujos, restaurantes... su relación pasó a ser meramente mediática, no podían salir a ningún lado sin ser asediados por la prensa.

Y a ellos no les molestaba, adoraban tener la atención.

Y sin quererlo, se centraron tanto en los beneficios mutuos que obtenían solo al darse un beso en público o agarrarse de las manos, que se les olvidó lo más importante, su relación.

Ahora estaban juntos casi que por costumbre, por rutina, por no querer estar solos.

Y ahí se encontraban ellos...

—Ey, ¿Qué sucede Rose-hime?

—Tú y yo... ¿de verdad estamos juntos solo por conveniencia? —preguntó ella con las lágrimas empañando sus ojitos.

Y ahí estaba otra de las razones por las que no terminaban...

Rose, dependía emocionalmente de Vil.

Tal vez al principio no se notaba, pero era ella la que después de una discusión lo buscaba y pedía perdón si el error lo cometía ella, era ella la que en más de una ocasión se puso a llorar frente a Vil para que él la acurrucara en sus brazos, era ella la que ignoraba sus problemas y pedía empezar de cero cada que Vil la ignoraba o se molestaba con ella; y Vil tenía algo de culpa, nunca decía que no a sus caprichos, nunca expresaba cuan incómodo se sentía a veces, incluso a veces la ponía celosa a propósito, dejando que sus inseguridades la atacaran.

Sí, no era una relación perfecta, carecía de cosas positivas y la palabra "sano" casi ni existía, pero había algo que los ataba, que los mantenía juntos, y ninguno sabía qué era.

—Y-yo... creo que, ¿tal vez? —fue sincero, a pesar de todo.

Rose derramó un par de gotas saladas y él abrió sus brazos invitándola a sentarse en su regazo, ella se refugió en él sin pensarlo dos veces. Repartió varios besos por el cuello masculino y apretó la bata que cubría su pecho como si tuviera miedo de que él desapareciera en algún momento.

—Lo siento... —de nuevo Rose disculpándose.

—Ro—

No pudo terminar de hablarle, ella lo había besado, y él, confundiéndolos más todavía, no se negó.

—Lo siento, de verdad lo siento, desearía que las cosas fueran mejores, lo siento...

Y por eso estaba ahí, necesitaba aclarar su ideas, y su corazón, necesitaba un respiro.

Una fan le había dado muy buenas referencias de aquel lugar, y aprovecharía su tiempo libre antes de la lectura del guion para buscar la ayuda que necesitaba.

Se sintió mal por Vil, pensaba que era algo que debían hacer los dos, pero luego recordó que el rubio ni siquiera le preguntó cómo se sentía aquella mañana cuando salió del camarote y eso la enfureció.

—Vaya, huelo tu frustración a kilómetros, ésto se pondrá bueno —escuchó que le susurraron al oído, otro infarto, estaba seguro de que estaba sufriendo el segundo en menos de diez minutos.

Giró la cabeza en todas las direcciones que su cuello le permitió y se sintió aún más asustada cuando no vio a nadie a su alrededor. Luego, tratándose de magia después de todo, una figura femenina con un jumpsuit rosado de animal-print. Portaba un antifaz con orejas de tigre, también rosado y una pequeña caja con varias botellas de colores.

—Bienvenida a Le Café Celestin, Rose Lenach, yo soy Le Celestine, ¿en qué puedo servirte?

—Y-yo... ¿cómo sabe quién soy?

—Cariño, ni aunque estuvieras disfrazada de payaso no podría no reconocerte —se carcajeó la contraría, luego de una pausa siguió hablando—. Además uno de mis asistentes me dijo que viniste en limusina, no es habitual ver limusinas por estos lares, además tú y tu novio, también coestrella, van a filmar una película en el Night Raven. Es noticia nacional.

Rose se sintió como una estúpida en ese momento, debió venir a pie, pero eso también podría levantar sospechas ya que sería la única mujer vestida como si huyera del gobierno.

Rose ignoró el revoltijo que se le hizo en el estómago y miro los ojos esmeraldas de la desconocida.

—Me dijeron que era buena resolviendo temas del corazón, me preguntaba si podría ayudarme con el mío.

—Te escucho.

—Pues... —y prosiguió a contarle todo, cada detalle, cada minúscula cosa, se sintió cómoda puesto que el sitio estaba desierto, por lo que no tuvo que preocuparse de ser reconocida o de algún paparazzi. Tanto se sumergió en la historia que pasaron 2 horas hasta que finalizó el relato. Ahora estaba corta de tiempo.

—Wow, su historia es mejor que todas las películas que han hecho juntos —respondió la anfitriona—. Pero, modo serio, ¿a qué has venido? Guardas esperanza o...

—Quiero terminar mi relación, pero siento tanto apego que, sé que voy a ser yo la más dañada.

Le Celestine asintió, tronando los dedos y desapareciendo los frasquitos que tenía en la caja. Al parecer no los necesitaría.

—Muy bien, modo serio... ¡Cater!

— ¿Mande? —el joven que la hizo pasar atravesó las puertas por las que antes había desaparecido y se sentó junto a la encargada.

—Necesito que tú y Beaux me consigan Cooksonia y Silfio, por favor, es para una tarea.

—Como ordenes K-chan.

Cuando el chico volvió a irse la anfitriona nuevamente habló.

—Mi misión es engrandecer el amor en todas sus presentaciones, yo no separo parejas.

Dijo con un semblante que la hacía ver intimidante. Rose bajó la mirada, sintiéndose avergonzada.

—PERO. Eso no quiere decir que no pueda ayudarte, haré una poción que te ayude a limpiar tu alma, a que aclares tus sentimientos, con un corazón limpio y sin dudas, podrás decidir si seguir adelante o dejarlo todo hasta ahí —explicó.

Bueno. Algo era algo.

— ¿Dónde estabas? A Heika casi le da una crisis nerviosa cuando no te encontró en tu camerino.

—Ay, solo salí a dar una vuelta, que no exagere —se quejó ella quitándose la pañoleta y los lentes, seguido de su gabardina y su sombrero, dejando su pluma mágica por ahí.

Se sentó en frente del espejo con aro de luz y abrió su estuche de maquillaje, decidiendo hacerse un rápido Cut Crease con pequeños diamantes reemplazando el delineado, rompería su propio récord si tardaba menos de 5 minutos maquillándose.

Su estilista le soltó el cabello el cual tenía recogido en un moño, y con movimientos hábiles y precisos le hizo varios bucles y le puso unos reflejos sintéticos.

—La princesa decidió aparecer... —Rose se mordió los labios observándolo a través del espejo, aquel esmoquin le quedaba matadoramente bien. Vil se acercaba a ella con pasos lentos, era como ver a un gran felino acechando a su presa—. Rose-hime, ¿qué hacías fuera del trabajo sin tu novio?

El rubio se inclinó hacia ella, que estaba a punto de aplicarse el labial pero por los movimientos del contrario no pudo lograr su cometido, porque él la hizo girar en su silla hasta quedar frente a frente. El mayor estaba demasiado cerca, podía sentir como sus respiraciones se mezclaban, Rose miró aquellos labios del opuesto, sintiendo la tentación de besarlos, si tan solo....... Vil, sabiendo qué clase de pensamientos que cruzaban la mente de su novia decidió seguir torturándola, juntando sus narices, casi, casi, rozando sus belfos, Rose inclinó la cabeza hacia adelante intentando por fin que sus bocas se juntaran, pero, contrario a todo lo que esperaba, Vil se separó abruptamente de ella haciéndola tambalearse sobre la silla al perder el equilibrio en cuanto su burbuja se rompió.

Rose parpadeó un par de veces hasta caer en cuenta de que se vio como una adolescente hormonal seducida por su profesor de la escuela, que inocente fue.

Gruñó con molestia y recogió el labial de suelo, no sabiendo en qué momento lo había dejado caer.

El chico sonrió con malicia y se sentó cerca de la puerta.

—Ese color no te queda.

—Sabes, Vil-heika, por mi puedes irte a la mismísima mi—

— ¡10 segundos! —maldición, pensó ella.

Se aplicó el labial a velocidad relámpago y salió corriendo, pero Vil no la esperó y cerró la puerta al seguir al del staff. Rose le hubiera dado un hermoso y pasional beso francés a la puerta de no ser porque atravesó las manos a tiempo.

Dejando salir otro par de maldiciones abrió la puerta y corrió detrás del espécimen metro ochenta de su novio.

Fingiendo chocar con su espalda y haciéndole un muy intencional y doloroso pellizco debajo de la escápula, el más alto tuvo que tragar duro y ahogar un quejido de dolor ante aquella punzada.

Iba a reprocharle pero apenas se giró hacia ella la cámara los enfocó, pasó un brazo por su cintura y la pegó más a él, sonriendo brevemente hacia el público. Debían ser profesionales, nadie ajeno a los managers sabía cuan mal podían llegar a llevarse y el desastre que dejaban a su paso tras sus discusiones, la última vez rompieron un candelabro.

— ¡Bienvenidos sean de nuevos a otro Ril-vose! El día de hoy nuestra pareja favorita va hacer la primera lectura del guión de su siguiente película, ustedes obviamente no verán ésto hasta después del estreno, pero como siempre pasa con todas las estrellas, los episodios de sus vídeo-diarios se transmiten meses después de ser grabados —explicó el mánager—. ¿Quién quiere comenzar?

—Oh, ¡Yo, yo! No hacía una lectura del guion desde que filmé Secreto en la Montaña junto a Chalise —pidió Rose en su faceta de niña pequeña y consentida, cortesía de Vil, quién le dió un besito en la mejilla.

—Muy bien, aquí vamos a filmar, The Call, es una película de suspenso / terror que recae mucho en la actuación de sus dos figuras principales, en este caso somos mi Rose-hime y yo —explicó Vil.

—Yo interpretaré a Diana, una joven de 27 años que se muda al campo para cuidar a su madre enferma y tras llegar se da cuenta de que en su casa, abro comillas, CASTILLO, cierro comillas, ocurren misteriosos eventos, además, comienza a recibir llamadas de un extraño pidiéndole ayuda pero cada vez que le pregunta por su nombre éste le corta.

—Y ahí es donde entro yo, Daniel, quién vive en el mismo castillo que Diana pero ellos aún no lo saben, y juntos irán descubriendo lo que el destino les depara. Y hasta ahí porque si alguien que no ha visto la película ve éste vídeo se va a llenar de spoilers, ¿Comenzamos con la lectura?

—Por favor —Rose se limpió la garganta y comenzó con la primera línea, siguiendo así con las demás y esperando a Vil cuando éste contestaba, el mánager ayudaba narrando las acciones o los espacios.

—Y.... ¡Corte! Terminamos, pueden descansar, mañana comenzamos a grabar desde temprano, Vil-sama, es un gusto verte de nuevo —saludó el director de la película, quién en otra ocasión ya había trabajado con el rubio.

Rose se acercó al mánager, quien sostenía unas pantuflas de unicornio para ella, se quitó los tacones y se puso el nuevo calzado, siendo envuelta después por una bata se satén con decoraciones de pedrería y plumas, esta tenía su nombre timbrado en la espalda. Toda una diva.

—Al hotel, comen, repasan y luego a dormir, ¿entendido? —ambos asintieron y se encaminaron al carruaje que los llevaría a su dormitorio.

—Se me hace extraño que ese director que mencionabas en tus historias no haya venido a saludar —comentó ella mirando en dirección a la que Vil le indicó que era la oficina del director.

—No lo invoques —Rose rió un poco por la actitud de Vil, al parecer no deseaba encontrarse con el director o alguno de los empleados del colegio.

Heika —lo llamó, sintiéndose nerviosa de repente—. H-hoy... hoy di un paseo y visité una de las tiendas del pueblo, me vendieron unas bolsitas de té y, me preguntaba si durante la cena te molestaría acompañarme, para variar.

— ¿Para variar? —Vil la ayudó a subir al coche, subiendo detrás de ella.

—Uhm, sí, ya que normalmente estamos en habitaciones separadas. Sé que durante las grabaciones te van a aislar para darle más credibilidad a tu personaje, y que tendrás que bajar de peso para varias de las escenas, así que, ¿por qué no? —Rose se mordió los labios nerviosa, Vil notó ese gesto, recordando que lo hacía cuando estaba nerviosa o algo le daba pena. Y odiaba que lo hiciera, se maltrataba los labios sin darse cuenta, y era una celebridad, no podía darse el lujo de lucir mal, menos siendo su pareja.

Vil le sujetó las mejillas y la hizo que relajara los labios apretándole con sus dedos el borde de sus comisuras, ella soltó un quejido porque siempre que su pareja hacía eso luego le reprochaba que su rostro casi tan perfecto como el de él no debía verse mal, no podía permitirse aquello, además, le había dolido, para qué mentir, cuando Vil la molestaba no era especialmente delicado, aunque tampoco agresivo o brusco, no demasiado.

—Muy bien, tomaremos el té después de cenar y luego a dormir, debemos estar despiertos a las 4 a.m. —ella asintió con una sonrisita y se acercó para dejar un beso en la mejilla del contrario, manchándola de labial—. ¿Qué te dije sobre los labiales con transferencia? Debes escoger mejor tus productos de belleza, te hubieras al menos aplicado fijador para sellarlo todo.

La reprendió entre quejidos mientras sacaba un pañuelo de su saco y su fiel espejo para proceder a limpiar su mejilla.

Ups —esa era una de las razones por las que amaba aquel labial.

—Espero que eso no sea sarcasmo, Hime.

—Oh, por favor, ¿Cuánto falta? Si sigues así me voy a lanzar del carruaje.

[...]

"-Hierve el agua y prepara una bandeja con bocadillos. No puedes verte sospechosa, ¿entendido? Cuando ya tengas la tetera coloca las bolsitas en cada taza y si te pregunta algo responde vagamente; una vez que ambos beban el té ya no quedaran dudas en sus corazones.

Soy actriz, no creo que sea muy difícil disimular.

-Si es el Vil Shoenheit experto en alquimia que recuerdo no te quedaran ganas de seguir viviendo si te descubre, aunque claro, la magia de Le Celestine es poderosa, no creo que se dé cuenta.".

Dejó que un suspiro escapara de sus labios y caminó hacia la pequeña mesita del living en donde Vil se encontraba repasando el guion, cosa que ella debería hacer también antes de irse a dormir.

— ¡Todo listo! —Anunció dejando la bandeja sobre la mesa y tomando una de las tazas para entregársela al de ojos amatista y sonreírle con amabilidad—. ¿Qué se siente ser de nuevo el villano Vil-heika?

—Antes tenía un conflicto por ello, pero ahora que sé que la mayoría de las película depende del desempeño del antagonista aprendí a vivir con ello, ahora no me molesta ser héroe o villano, sé que muchos directores aprecian mi arte, no importa el papel, grande o pequeño, siempre voy a resaltar, además, sé que hay personas como tú que se decantan por los malvados, ¿no es así? —le preguntó con una sonrisa ladina. Okey, podemos tachar discurso moja bragas de la lista; pensó ella luego de asentir ante la pregunta de él—. ¿Bolsas de té rosadas?

Ella se encogió de hombros—. La dueña del establecimiento adora el color rosa brillante.

Rompió el sobrecito de su té y dejó caer las yerbas en su taza, notando de inmediato el ligero olor a cereza que éstas desprendían; por un momento se atrevió a pensar que la habían estafado y en vez de una infusión para "limpiar su alma" le vendieron té de frutos rojos común y corriente. O que de verdad aquella mujer tenía un grandioso dominio de su magia.

Agregó el agua caliente y añadió dos cubos de azúcar, para luego batirlo con la cucharilla—. Hm... ¿te diste cuenta de que el director cambió la granja de fresas de la historia original por un huerto de manzanas? Dice que quiere homenajear a la Hermosa Reina, yo casi me hago pis de la risa cuando me di cuenta de ese detalle.

Ella le dio por fin un sorbo a la bebida, con los nervios colmando su ser entero.

El contrario observaba su té en silencio, pero luego la miró a ella y asintió, dando un sorbo también.

—Al principio me pareció ridículamente hilarante, pero luego de ver que en varias de las escenas vas a correr por el pasillo en donde están las estatuas de los Siete Grandes, me pareció adecuado y muy respetuoso, incluso yo voy a pasar por ahí cuando me escape de las garras de mi madre para salvar a—

— ¡Vil-heika, spoilers! —lo riñó ella dándole un golpecito en la pierna y comenzando a reír al imaginarse a un indefenso y cadavérico Vil "huyendo" por los pasillos. Pero de un momento a otro, su risa se detuvo, sintió un retortijón en el estómago y miró al contrario, quien también detuvo su relato para observarla directamente a los ojos.

Juraría que vio un brillo escarlata recorrer los irises amatista de Vil.

— ¿H-heika? T-t-tú... ¿sentiste eso?

—Tus ojos cambiaron de color, hime —murmuró el nombrado, asintiendo a su pregunta anterior.

[...]

—Ey, te me haces conocida —la deidad sintió todos los vellos de su cuerpo erizarse, no, era imposible que recordara algo; fue hace años, además, él nunca vió su rostro, y Eros se encargó de borrarle la memoria, ¿no es cierto?

—Patrañas, es efecto de la poción —se excusó ella chasqueando los dedos y haciéndolos sentar de piernas cruzadas sobre el suelo—. Rose, me llamaste presa del pánico y yo por un momento llegué a pensar que mis perfectas manos hicieron algo mal y les ocurrió algo a ti y a la diva aquí presente. Pero me parece que todo está en orden.

—No, Celestine, nada está en orden se supone que podría ver a Vil de una forma más clara, ahora lo veo y no me provoca nada en el corazón, pero no dejo de sentir calor en el cuerpo; es como si quisiera lanzármele encima, es... primitivo.

La mujer con el antifaz se quejó en voz alta, alguien se había estado metiendo con su especiero, y ya sospechaba quien había sido.

—Hhm... ¿calor, dices? ¿Deseo, tal vez? —Rose asintió. Empujando otra vez a Vil lejos de su cuerpo, el mencionado parecía ebrio más bien, la más cuerda de los dos en ese momento era ella—. Es fácil, Rose, cede ante los impulsos y acuéstate con él.

— ¿¡Qué?! Hace meses que no le pongo un dedo encima, ¿y usted me sugiere que tengamos sexo bajo los efectos de una poción defectuosa? ¿Y si algo sale mal y termina siendo un amarre?

—No es un amarre—

—O peor, resulta volviéndose adictivo, como una droga.

—No conozco a nadie que se queje del sexo, Rose —en realidad sí, pero detalles, detalles.

—Y-y-y—

—Y nada —la de cabello rosado la sujetó de las mejillas y la obligó a cruzar miradas—. Tú hazme caso, para el día de mañana el efecto de la poción habrá terminado y ustedes no recordaran nada de lo que pasó esta noche.

La deidad dejó un beso sobre su frente y se separó lo suficiente para desaparecer con un movimiento de sus dedos.

Rose gritó cuando sintió las manos de Vil rodear su cintura—. Heika, ¿estás seguro de esto?

Ella quiso golpearse la frente por preguntar algo tan estúpido, Vil no estaba consiente, era obvio.

—Hay que hacer lo que la mujer del cabello bonito dijo —ella sintió el calor acumularse en sus mejillas, ¿por qué era tan vergonzoso de repente? ¿Y por qué no podía llegar al estado de inconsciencia de Vil? Así sería más fácil todo—. Al demonio todo.

Decidió hacerle caso al dolor en sus músculos y cederle el control a uno de sus instintos más primitivos, el deseo carnal.

[No va a haber lemon, lime, fondue, smut, mete y saca, sin respeto, frutifantástico, ya no estoy pa' esos trotes. Además últimamente me da cringe como escribo]

Y como si estuviera sedienta bebió de los labios del contrario, que tras pasados unos segundos emitieron un chasquido que encendió todo en ella, si se podía más.

Le importaba muy poco si llegaban a la cama o terminaban entrelazados en el piso, lo necesitaba, y lo necesitaba ahora.

Rápido. Duro. Sin juego previo.

Sus cuerpos ya habían tenido suficiente estimulación, nada de preliminares.

Y Dioses, Rose sintió que se partía en dos cuando su cuerpo alcanzo la cúspide, su nirvana, que segundos después fue alcanzada también por Vil.

Con el alma volviendo a su cuerpo se dedicó a observar al hermoso espécimen que yacía dormido a su lado, se preguntó cómo es que dentro de unas horas sedería su lugar a alguien más, ¿sería capaz de dejarlo ir?

No lo sabía, pero con ese último pensamiento se levantó del suelo para irse a dormir, con un dolor instalándose en su entumecida espalda baja, hacerlo en el piso no fue buena idea al parecer, no quería ver las rodillas de Vil al día siguiente...

Su alarma sonó a las 4 en punto, se dio una ducha rápida, peinó su cabello, se aplicó una mascarilla y salió vestida de la habitación con rumbo a la cocina, dispuesta a prepararse un café bien cargado. Observó al rubio dormido sobre el frío piso con las piernas apoyadas sobre el sofá y una cobija que no supo de dónde sacó el contrario.

Frunció el ceño, no recordaba haber hablado con él la noche anterior, solo recuerda haber estudiado sus líneas y grabarse frente al espejo mientras practicaba una de las escenas.

Se encogió de hombros y se acercó al joven a unos metros de ella para sacudirlo ligeramente—. Heika, ¿te dormiste tarde? ¿Quieres que te prepare un té energizante?

—Ahora mismo lo que quiero es un buen masaje y meterme en la tina con sales de baño por horas —respondió entre quejidos mientras se retorcía y tronaba su espalda; en ningún momento cruzaron miradas.

—Un té será, tú ve a darte una ducha, ya vuelvo —ordenó.

Pasados 10 minutos escuchó la puerta ser golpeada, debía ser su asistente. Por lo que segundos después escuchó como introducían el código y como se adentraban al pequeño piso que compartiría con Vil los próximos 5 meses.

El dueño de sus pensamientos apareció segundos después vestido con ropa deportiva y una compresa caliente en su espalda, eso le recordaba... —. Aquí está tu té, heika, andando.

4:30 a.m. y todavía no se miraban a los ojos, era desesperante.

Sobre todo para el espíritu que se quedó a espiarlos la noche anterior después de que Le Celestine se marchó, y ese no es nadie más y nadie menos que Hedoné.

Estaba a nada de sujetarlos de sus cabezas y hacerlos mantener contacto visual aunque sea por 2 míseros segundos.

Él no quería verlos separados, él amaba el Ril-vose, no permitiría que su pareja favorita de él terminara su relación, no señor, ni aunque Peito le arrancara la cabeza.

Confiaba en que la poción hubiera salido defectuosa o el estimulante que agregó sirviera de algo. Pedía a todos los dioses y a la misma Afrodita que lo ayudara, incluso robó las saetas de su padre en caso de necesitarlas, pero de que esos dos se casaban y tenían 20 hijos, se casaban y tenían 20 hijos. No por nada era conocido por intervenir en las relaciones humanas, ese era su don, su maldición.

Llegando al set de filmación todo el equipo se sorprendió de que la pareja conversara gratamente como si se tratara del clima. No había, discusiones, no había pleitos, y así fue durante los meses de grabación, pareciera que eran los amigos más cercanos, separando perfectamente lo personal de lo profesional.

Incluso sus mánagers estaban estupefactos.

Pero en ningún momento hablaron de ellos, de si seguían siendo una pareja, o si su relación se había terminado finalmente.

Hasta que durante una de las promociones previas al lanzamiento de la película, ocurrió lo inevitable. Fueron invitados a una entrevista de radio y el conductor tuvo la maravillosa idea de preguntarles si tenían planes de matrimonio. A lo que Vil, con una resplandeciente sonrisa roba suspiros le respondió:

—. Mi hermosa rosa y yo solo somos amigos.

Y se sintió bien, se sintió contenta, satisfecha. Ella y Vil se amaban, mucho, pero se amaban desde la libertad.

Rose no recordó nunca haber pagado por los servicios de Le Celestine, y tampoco era un mal de muerte, fue lo mejor para los dos. Y cuando la película fue un éxito rotundo en taquilla porque los fans sabían que era la despedida del Ril-vose, y cuando se vieron después de meses por la temporada de premios, y cuando ambos recibieron una codiciada estatuilla por su mérito como actores, y cuando se besaron en el after party y fueron captados por los paparazzi.

Se sentía bien, se sentía feliz.

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