8.- Hermana.
Antes de irme hacia la casa de la Duquesa Elizabeth tenía que dejar todo listo, al igual esperar que el cuerpo de mi amo se recuperara por completo, pero aun así, me sentía inquieto por dejarlo en ese lugar, aunque él poco a poco está cambiando, sé que hay cosas que aún le cuestan hacer, como comer bien y dejar de odiarse a sí mismo, hay veces donde puedo verlo aun en ese jardín mirando al cielo, me han comentado que de esa manera su madre vivió, en espera de que su alfa volviera y termino muriendo, lo que menos deseo es que el muera en la espera de la felicidad, no sé si yo sea su alfa, pero mi lobo interior aúlla en un dolor insufrible solo con pensar que el omega que ama está en un rincón en aquella tristeza.
—Amo el té de la tarde esa servido —interrumpí sus pensamientos, odiaba verlo ahí solo.
—gracias, ahora voy —me respondió haciendo una pequeña mueca, no era del todo una sonrisa.
—mañana me iré a primera hora, he dejado todo a cargo de Axel, para mi es mas confiable que Alec espero que aquello no le incomode —finalicé
—esta bien, si así crees que es correcto, yo no tengo problema —se levanto para ir a la mesa en la otra parte de jardín para tomar té, que estaba acompañado de pequeños bocados dulces.
El aroma a flores muertas comenzó a rodearme de una manera extraña en ese momento, no entendía el porqué, ya hacia varios días que su celo había terminado, pero entonces lo mire, evitaba sentir miedo, pues sus manos temblaban.
Camine hacia él, no puedo detenerme, mi alfa me estaba casi obligándome con todas sus fuerzas, quería consolar a su omega, tome su brazo delicadamente, haciéndolo pararse, jale su pequeño y delgado cuerpo hacia mi pecho, abrazándolo.
—prometo no tardar, prometo que todo estará bien —él tenia miedo, quizá de que lo dejara solo, la verdad no sabia que podía pensar, pero su forma de actuar me lo indicaba, mi alfa soltó su aroma para que su omega se tranquilizara.
—no se a lo que te refieres —discutió sin soltarme, sentía como el respiraba sobre mi pecho, oliéndome, intentando buscar refugio.
—esta bien, lo siento amo —respondí sin soltarme, esperé el tiempo que necesitara para que se tranquilizara.
(...)
Ya en aquel cuarto, donde él estaba ya dispuesto a descansar, me tomo de la mano mirándome con las mejillas sonrojadas, intentaba con todas mis fuerzas no balancearme ante él y hacerlo mío.
—quisiera soltar todo mi aroma en este cuarto para que nadie se atreviera a entrar —bromeé
—¿me quieres matar? —sonrió sin soltarme de la mano
—no claro que no, quiero que sepan que usted es mío, aunque no lo sea, estoy un poco loco, ¿no? —me acerque un poco.
—sí, lo estas —aquel muro que él había formado, apareciera que poco a poco se abría para dejarme entrar
—bueno, me iré, mañana saldré a primera hora y es importante esto, puede ser nuestro primer paso hacia su libertad —me solté de su mano y la deje suavemente sobre la cama donde el yacía
—yo... este... puedes... —nerviosamente
—¿quiere que me quede hoy? —sonreí
—... si —sabia lo mucho que le costaba doblegarse, era muy orgulloso a pesar de todo lo que le han hecho, a pesar de las humillaciones y el dolor, y eso lo hacía fascinante.
Acomode mi cuerpo a un costado, tome entre mis brazos su cuerpo y sentir como el soltaba un gran suspiro, sonreí, bese suavemente su frente para después cerrar los ojos.
—Descansé amo —dije.
A la mañana siguiente y antes que saliera el sol, me subí el carruaje que ya me estaba esperando, sabia que el aun seguía dormido, y he de confesar que marque con mi aroma todo el cuarto, no quería que alguien entrara a ese lugar, me sentía tan nervioso solo de pensar en dejarlo solo, pero era necesario.
(...)
Habían pasado 3 días, los días mas malditamente largos, pues solo pensaba en Loki y mi alfa interno aullaba por su omega, la duquesa me recibió y hablamos, le explique parte del problema y ella se comprometió en hacer lo más que podía para conseguir la invitación, así que confié en ella, no me quede ni un día en aquella casa, pues era un día de viaje y ya pasar 4 días sin Loki seria la agonía eterna, desde que lo volví a tenerle cerca, mi alfa ya no quería apartarse de él, en ningún momento.
Al llegar, mi alfa interno comenzó agitarse al punto que hacia que mi corazón no dejara de latir, busque por todas partes a Loki, pero no lo encontré, en ese momento me tope con Axel, quien me indico que estaba en el Jardín, eran 10 de la noche, a esa hora el debía estar durmiendo, pero sabia que no podía, así que me apresure, y lo tome del brazo, apegándolo a mi pecho, para que él sintiera mi olor, mi alfa interno gruño, con dolor y placer, por fin estaba cerca de su omega, coloque mi nariz sobre su cabeza para aspirar su delicado olor, él abrazo mi cuerpo, oliendo mi pecho en busca de consolar a su omega.
—Lamento haberme tardado, pero creo que pronto tendremos respuesta —pronuncie mientras acariciaba su cabeza suavemente sin apartarme de él.
—eres un idiota... —dijo con enojo
—¿Por qué? —pregunté
—¿Cómo te atreves a dejar a tu amo tanto tiempo? —molesto
—era necesario, lo lamento, pero ya estoy aquí, no se enoje amo, no me volveré alejar de usted nunca más —sonreí, aunque el no me miraba, lo amaba tanto, que podía morir en ese preciso momento feliz por tenerlo en mis brazos.
(...)
Una semana había pasado desde mi visita, todo estaba en calma y eso me hacia sentirme intranquilo, incluso a la actitud de Alec, me hacían sentir de una manera extraña, era como la tranquilidad antes de la tormenta.
El sonido del carruaje frenar frente a la mansión, hizo que me girara, todos los sirvientes corrieron a la entrada, y yo me quede paralizado, pues estaba preparando la merienda de mi amo, mientras este estudiaba piano.
—Thor, apresúrate y arréglate... —dijo Axel en tono nervioso.
—¿Qué pasa? —pregunté confundido.
—Ella llego, llego la joven ama... Hela —finalizó.
Aun recordaba aquella niña de ojos fríos, que sonreía al ver a su hermano sufrir, no es que la odiara, pero me hacia sentir un hueco en el estómago, volverla a ver, pues mi alfa se comenzaba a erizar en defensa a lo que pareciera algo peligroso.
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