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❤️‍🩹

Desde que se había cambiado el color del cabello se lo arreglaba un poco más, utilizando el secador para dejarlo más liso y suave, incluso encontrando métodos en internet para secarlo más rápido y no tardarse muchos minutos en el baño con la secadora al aire.

Ese día se había arreglado un poco más de lo normal, porque ese día tendría la cita con Jungkook y también sería el momento en el que reaccionara a su cambio de estilo. Igualmente se había colocado uno de los pares de aretes que había comprado al perforarse, siendo ligeramente largos y de color plata, los cuales se balanceaban de lado a lado suavemente con su cabeza.

Se sentía muy distinto en ese momento, no en un mal sentido, sino como una versión menos demacrada de sí mismo. No se había maquillado, pero sí se había colocado la loción de siempre y bloqueador solar, por lo que su piel se veía bastante bien.

Se había colocado un pantalón de vestir café de los que había comprado en la tienda de usados, igualmente una camiseta blanca y dejándola dentro del pantalón, colocando un cinturón café oscuro para sostener y que se marcara su cintura. Pensaba en ponerse una boina del mismo color de su cinturón para ocultar su cabello y después mostrárselo a Jungkook.

Habían decidido tener la cita el viernes para poder descansar el fin de semana, aunque el menor haría la limpieza el sábado, igualmente sería más calmado y la salida el viernes.

―Wow, pareces uno de esos muñequitos de porcelana―fueron las primeras palabras de Yoongi, haciendo que el omega diera media vuelta con sorpresa, sonriéndole.

―Bueno, gracias por el halago―rio tímido, haciendo que el alfa riera, dándole paso a su pareja, quien entraba también.

―Vaya, pareces un muñequito de porcelana―dijo exactamente lo mismo, haciendo que el alfa y el omega rubio soltaran una risa ante la coincidencia, porque Jimin no había escuchado lo que dijo su pareja y aún así coincidieron.

―Bueno, ahora que lo escuché de ambos me lo creo totalmente―rio, haciendo que Jimin viera a su pareja con sorpresa, para después soltar una risa juntos.

―Es que es así, te ves muy bien―el omega pelinegro se acercó, colocando una mano por debajo del rostro ajeno y analizando―Hasta las cicatrices de tu rostro se han curado muy bien y ya no se notan, solamente que me acerque mucho.

Ese cambio no era nuevo, pero definitivamente se notaba mucho en ese momento.

―Gracias, chicos. Intenté arreglarme más, ya saben, no se puede ir demacrado toda la vida―soltó una risa apenada.

―Siempre te has visto guapo, solamente que ahora lo has destacado más por todas partes.

Después de terminar de halagar a Taehyung, el omega se encaminó con sus cosas a la mesa del comedor para poder desayunar con los chicos, quienes le habían comentado que irían el fin de semana a la casa de los padres de Yoongi, por lo que se llevarían a los gatitos con ellos para cuidarlos.

Se colocó la boina y ocultó todo su cabello en la misma, logrando que no se viera la mayoría de él.

Poco tiempo después, escuchó su celular sonar en la sala, sabiendo que era una llamada de Jungkook indicándole que ya estaba esperándolo frente al edificio. Se despidió de sus amigos y ellos lo hicieron de Jungkook también.

― ¿Eso que veo en tus bonitas orejas son aretes? ―preguntó rápidamente el mayor cuando Taehyung se asomó por la ventana, haciendo que el menor se carcajeara, dejando sus cosas en el asiento trasero.

―Síp, me hice perforaciones―enteró al auto y cerró la puerta, colocándose del frente al contrario para que los viera, moviendo de lado a lado su cabeza para que se movieran con él― ¿Qué te parecen?

―Me parece que te ves guapísimo con ellos―comentó con sinceridad y una sonrisa boba, examinando el rostro del menor a detalle, porque ese día brillaba más que otros días y le gustaba mucho―Guapísimo y feliz, una excelente combinación.

Taehyung levantó ligeramente los hombros con una sonrisa tímida, avergonzado por los halagos y la mirada constante.

―También hay un cambio más―comenzó, haciendo que el mayor lo viera con sorpresa y expectación, por lo que el menor tomó la punta de su boina y tiró de ella con cuidado, dejando salir sus cabellos rubios y caer suavemente sobre su cabeza y frente.

Jungkook sintió como si algo hubiera estallado suavemente en su cabeza, admirando con ojos redondos al omega rubio que estaba frente a él, totalmente sorprendido ante el cambio de estilo que había tomado, pero a la vez, totalmente fascinado con la belleza ajena.

―W-Wow―tartamudeó, carraspeando cuando sintió un nudo en su garganta ante la sorpresa, haciendo que Taehyung riera bajo, viendo al mayor con la cabeza ligeramente inclinada, esperando que siguiera hablando―Te ves hermoso, totalmente maravilloso.

― ¿Sí? Realmente no tenía planeado hacer nada de esto, pero una chica en el salón me dijo que muchos colores se verían bien en mí, entonces decidí probar―se acomodó el cabello, el cual se había despeinado ligeramente ante la retirada de la boina―Y me gusta, creo que me queda bien.

Jungkook sonrió completamente embobado, asintiendo mientras acercaba su mano al rostro contrario para tomarlo suavemente por la mejilla y acercarlo a su propio rostro, para poder entregarle un pequeño beso en los labios, el cual de por sí estaba ansioso por dar desde que el menor llegó.

―Te queda perfecto, realmente sí―el mayor acarició el cabello ajeno, sintiendo que estaba tan suave como se veía―Espero que a esa chica le pase algo muy bueno pronto, porque me ha permitido el honor de ver a Kim Taehyung rubio.

Taehyung soltó una carcajada boba, juntando su nariz con la contraria mientras cerraba ligeramente sus ojos, haciendo que Jungkook lo imitara.

―Eres muy lindo, gracias por los halagos―agradeció, dejando un beso en la mejilla contraria, para después acomodarse sobre el asiento del auto.

―No necesitas agradecerme por decirte la realidad, créeme que lo haré siempre que lo vea necesario. O sea, siempre―asintió convencido, viendo cómo el menor se acomodaba la boina nuevamente sobre su cabeza, solamente que en esa ocasión dejando cabello y su flequillo afuera.

Habían acordado que irían al parque central a divertirse, en donde jugarían algunos juegos de los puestos que pudieran encontrarse y después comerían algo rico. Jungkook también había alquilado una pequeña cabaña que había en el lugar, en donde personas podían alquilarlas para comer y descansar entre los árboles.

Era un parque bastante grande, por lo que había varias cabañitas abiertas con hamacas y mesas para comer, por lo que era un plan bastante agradable.

Cuando llegaron al lugar, aún cuando no se habían bajado del auto, Taehyung comenzó a tomar muchas fotografías, porque todo era tan hermoso, que no podía evitar el capturar imágenes del lugar.

Se bajaron y Jungkook sacó su pequeña maleta cruzada, en donde también llevaría algunas cosas de Taehyung, ya que al omega se le había olvidado llevar una maleta pequeña para el disfrute en el parque.

―Vaya, todo es muy bonito―jadeó el menor, correteando para poder tomar la mano del mayor y entrelazar sus dedos, ambos caminando juntos―Nunca había venido aquí, pero había escuchado mucho del lugar.

―Yo vine una vez solamente con Soobin, pero era cuando a penas lo estaban inaugurando, así que no había muchos puestos―explicó con una sonrisa, sintiéndose muy feliz de que Taehyung decidiera tomarle la mano―Ahora se ha extendido mucho, en realidad, todo está mucho más bonito y lleno de visitantes.

Taehyung no se sentía del todo cómodo estando entre tantas personas, pero el agarre que mantenía sobre la mano ajena era algo que le brindaba mucha confianza y tranquilidad, por lo que no se sentía abrumado.

― ¿Qué te gustaría hacer primero? La cabaña que pedí es para las seis, así que tenemos tiempo antes de ir―indicó, mostrándole al menor el ticket que le habían dado para ello, siendo en ese momento las cinco.

―Vamos a jugar allá, hay muchos premios grandes―señaló el puesto que tenía grandes peluches colgando desde el techo del puesto, notándose que eran muy suaves, pero Taehyung quería experimentarlo con sus propias manos.

― ¡Chicos apuestos, prueben su puntería! ―habló fuerte el hombre del puesto, haciendo que ambos colocaran su vista sobre él, quien le ofrecía un arco de juguete a Jungkook―Clave tres flechas en el punto y lleve cualquier premio que desee.

El punto no era tan pequeño, en realidad a primera vista no se veía demasiado complicado ganar, pero cuando Taehyung vio las flechas torcidas, notó que aquel era el truco de aquel juego, porque definitivamente esos peluches no estaban como para ser ganados a la primera.

― ¿Te gusta algo de aquí? ―preguntó Jungkook, haciendo que la mirada del rubio se colocara sobre él, solamente logrando enamorar un poco más al alfa.

Los ojos cafés se pasaron por cada premio, brillando cuando se detuvieron en un peluche en particular.

―Me gusta mucho ese de Kiiroitori―señaló el peluche grande de un pollo amarillo con pico naranja, haciendo que Jungkook sonriera, porque sabía que aquel peluche sería una de las opciones―Pero si es muy complicado mejor no, hyung. No quiero que gastes mucho en el puesto.

―Lo intentaré tres veces ¿Sí? ―el menor asintió de acuerdo, haciendo que el alfa asintiera también, acercándose al puesto para poder tomar el arco y las flechas torcidas.

Jungkook las ajustó hasta que quedaran bien colocadas y estiró la liga junto a la parte trasera de la flecha, estirando el hule de la liga para poder apuntar, cerrando uno de sus ojos para poder calcular mejor el punto.

Sabía que el chupón de las flechas ya estaba desgastado, por lo que tenía que lanzar la flecha fuerte para que se pegara bien a la pared.

Ya calcular que caiga dentro del círculo, era un tema más complicado, pero tampoco imposible.

Lanzó la primera flecha y esta se pegó por un momento a la pared, pero poco tiempo después cayó al suelo.

―No te desanimes, te quedan tres flechas, las necesarias para ganar―dijo el hombre del puesto, quien claramente prefería que el alfa no ganara y pagara de nuevo, pero igualmente teniendo que animar para que las intenciones no fueran tan obvias.

―Tú puedes, Jungkookie hyung, eres muy bueno―animó a su manera Taehyung, levantando ambas manos ligeramente, siendo el único ánimo que realmente importó para el alfa.

Tomó la siguiente flecha y apuntó de la misma forma que antes, solamente que en esa ocasión tensó más la liga del arco y la flecha voló rápidamente hasta chocar con la pared, pegándose perfectamente dentro del círculo.

― ¡Muy bien! ―chilló emocionado el rubio, dando pequeños saltos sin despegar sus pies del suelo, encontrándose emocionado.

―Quedan dos flechas―dijo el dueño del juego mientras veía atento.

Jungkook logró dar perfectamente en el círculo con la segunda y tercera flecha, haciendo que el dueño del puesto suspirara con una sonrisa un poco tensa mientras tomaba el premio. En cambio, la pareja se encontraba abrazándose frente al puesto, ya que el menor había brincado con cuidado hacia él para abrazarlo por haber ganado, diciéndole muchas veces que era muy bueno con su puntería y agradeciéndole por haberlo ganado para él.

Taehyung apretujó el gran peluche cuando finalmente lo tuvo entre sus manos, carcajeándose emocionado y extendiendo su mano libre para que Jungkook la tomara y pudieran seguir caminando, el gran peluche siendo su compañero en lo que restaba de su cita.

Pasaron por varios puestos en donde pudieron ganar premios más pequeños, siendo el pollito esponjoso el más grande de todos. Tanto Taehyung como Jungkook habían ganado en algunos juegos, también habían perdido en otros e incluso el rubio se negaba a pasar nuevamente por el juego de baloncesto por la pena que sintió al no haber encestado ni una sola pelota, siendo una razón más para que Jungkook se riera tontamente de él, pero siempre diciéndole que era muy bueno en los otros puestos.

Cuando faltaban cinco minutos para las seis, ambos se dirigieron hasta la cabaña abierta que el mayor había alquilado para dos horas, sabiendo que podían pedir la comida desde ahí, solamente llamando con el teléfono de la cabaña.

La cabaña era pequeña, pero no mucho. Tenía una mesa para cuatro personas y una hamaca en donde perfectamente podían quedar dos personas. También tenía un cubículo con baño y lavamanos, además de una encimera para colocar algunas cosas y el teléfono para ordenar la comida. La cabaña no tenía paredes, por lo que solamente unas columnas sostenían en techo y unas elevaciones de piedra dividían la cabaña del suelo fuera de ella.

Cada cabaña tenía un espacio adecuado entre ellas, para no romper la privacidad de quienes se mantenían en ellas y tampoco escucharan las conversaciones ajenas.

―Todo es muy bonito aquí, hyung. Algún día debemos regresar con Yoongi y Jimin ¿No crees? ―preguntó el rubio mientras entraban a la cabaña, siendo autorizados para entrar.

―Lo es, podemos venir con ellos como a una cita doble y alquilamos otra hamaca para ellos, para relajarnos un rato―asintió de acuerdo, tocando la tela de la hamaca y sintiendo la suavidad, sabiendo que sería muy cómoda.

―Sí, es un gran plan.

Ordenaron las pocas cosas que habían llevado y Taehyung se lanzó sobre la hamaca mientras Jungkook pedía la comida, decidiendo que comerían un variado plato de carnes, arroz y kimchi semi picante, además de una bebida gaseosa bien helada.

El pollito se había colocado sobre una de las bancas que se encontraban en la mesa, esperando a la compañía para comer.

―Dijeron que traerán todo en máximo treinta minutos, por lo que podemos relajarnos mientras tanto―se acercó y rápidamente el menor le hizo espacio en la hamaca, al contrario, aunque fue algo complicado ante el inestable material―No te muevas mucho o te caerás.

―Es que es para que tengas espacio también―estiró los brazos, pronto recibiendo el cuerpo contrario a su lado.

―Puedes acostarte sobre mí, no hay problema, no necesitamos mucho espacio―se encogió de hombros Jungkook, haciendo que el menor riera, pero hiciera caso a medias, sí subiendo su pierna y brazo sobre el cuerpo ajeno, pero no todo su cuerpo.

Apoyó su cabeza en el hombro del mayor, viéndolo atentamente.

―Me estoy divirtiendo mucho, exceptuando la vergüenza en el puesto de baloncesto―bufó, haciendo que Jungkook se carcajeara, abrazándolo con fuerza por la cintura―No te rías, un niño tonto se burló de mí, cuando él ni siquiera llegaba a la altura para ver las pelotas.

―Ohhh, Taehyungie está insultando a un niño pequeño, qué cosas―fingió indignación y sorpresa, haciendo que el menor rodara los ojos y se estirara para poder morder la mandíbula ajena― ¡Ah!

―Ese niño era malo, por eso lo insulto―se quejó.

―Me mordiste―comenzó a reírse, porque había dolido un poco, pero nada del otro mundo y tampoco le molestaba―Caníbal.

― ¿Un alfa me está diciendo caníbal por morder? ¿Y ustedes qué hacen? ―dijo mientras señalaba su lazo roto, haciendo que Jungkook sintiera algo de pena, pero el menor solamente sentía gracia.

―Bueno, pero algunos buscaremos ser más cuidadosos con el tema y no causar más daños―suspiró, colocando una mano sobre el cabello del menor y acariciándolo.

―Lo sé, hyungie. No te pongas desanimado, estoy bien con bromear al respecto, en verdad―asintió con seguridad, haciendo que el alfa lo viera, intentando confirmar sus palabras―En serio.

―Bien, te creo―sonrió nuevamente, acercándose para poder besar la frente del menor, quien aceptó gustoso el gesto.

Mientras esperaban la comida comenzaron a hablar sobre temas más tranquilos, Jungkook comentándole lo que había pasado el día del celo, en donde había ido a su trabajo con el olor ajeno por todo su cuerpo y la observación que le había hecho su asistente.

El menor se sonrojó al saber que su olor había quedado tan pegado en el cuerpo de Jungkook que hasta un beta pudo sentirlo, pero a la vez se sintió contento con poder ayudar de alguna forma a personas que habían pasado por situaciones similares a las suyas.

Se besaron otro gran tramo del tiempo de espera ante los treinta minutos, Taehyung sintiendo sus labios ligeramente más hinchados y rojos, una sensación de hormigueo dominándolos, por lo que se mordió el labio inferior cuando se separaron ante la llegada del mesero.

―Buenas tardes ¿Les parece que les deje la comida en la mesa? ―preguntó el mesero, haciendo que Jungkook inclinara la cabeza para verlo y que Taehyung se paralizara, apretando sus manos sobre la camiseta del mayor.

―Por favor, te lo agradeceríamos mucho―asintió, colocando una mano sobre la espalda del menor para que pudieran levantarse. Pero al sentirlo tenso, lo vio con curiosidad―Hey ¿Todo en orden?

El menor vio al chico dejar los platos sobre la mesa, sabiendo que su voz no lo engañaba y que esa era la persona que había pensado en un inicio.

―S-Sí―tartamudeó, haciendo que Jungkook comprendiera que Taehyung no quería levantase, por lo que se quedó quieto, manteniendo una mano sobre el cabello rubio y apegándolo a él.

― ¿Necesitan algo más? Quizá más cubiertos o servilletas―ofreció el chico con una sonrisa amable, haciendo que Jungkook lo analizara, no logrando ver algo mal en él.

―Estamos bien, muchas gracias―contestó rápidamente el alfa, dando una pequeña reverencia.

Sin embargo, en ese momento Taehyung se separó de su cuerpo y dirigió su mirada al mesero, quien automáticamente correspondió la mirada.

El chico borró rápidamente la sonrisa amable que había decorado su rostro en todo momento a la hora de servir, apretando entre sus manos su bandeja y apegándola a su cuerpo, con la vista fija en Taehyung.

― ¿Taehyung? ―preguntó el chico de cabello naranja.

Jungkook veía todo con atención, pero no intervino, especialmente porque el menor había levantado la vista por su cuenta.

―Hoseok―le respondió con rostro serio, no alejándose de Jungkook para nada, pero sí dando a entender con su mirada el que su presencia, no era de su agrado.

―Veo que ahora vives bien―dijo con una mueca que Jungkook no logró interpretar, pero que Taehyung sí―Convenientemente bien.

―Sí, ahora soy feliz y Hanju está en prisión―resumió, haciendo que el otro chico se sorprendiera, notándose que no sabía de la noticia―Pensé que tú estabas en la misma situación o una similar.

El de cabellos naranjas bufó mientras desviaba la vista por unos segundos, para después regresarla a él.

―No todos somos cobardes como tú, que tienen que ir corriendo a la ley y un alfa nuevo―dijo sin consideración, haciendo que Jungkook frunciera el ceño, pero que Taehyung no se inmutara absolutamente.

―Puede que me consideres un cobarde, pero prefiero eso a estar en una relación de mierda junto a personas horribles como Hanju y como tú―escupió serio, haciendo que el pelinaranja se molestara, pero no dijera nada al respecto―Está bien que tú disfrutes el tener una pareja así de horrible y que te genere satisfacción molestar a otros, pero eso no te hace mejor persona que nadie.

Jungkook sentía mucha curiosidad por la situación, sabiendo que el chico era parte del pasado de Taehyung y al parecer, no era nada positivo.

― ¿Ya le dijiste a tu novio todo lo que hacías? ¿Te sientes orgulloso de eso también? ―preguntó mientras señalaba a Jungkook con la barbilla.

― ¿Ya le dijiste a tus padres todo lo que has hecho? ¿Te sientes orgulloso de eso también? ―atacó con las mismas preguntas, solamente que con un objetivo distinto―No te metas en mi vida de nuevo, solamente aléjate y disfruta de la mierda tú solo.

Jungkook estaba sorprendido de escuchar tantas malas palabras salir de la boca de su rubio, pero no sintiéndose mal o temeroso ante lo que escuchaba, porque confiaba en Taehyung.

El de cabellos naranjas bufó y comenzó a caminar fuera de la cabaña, para después perderse entre el camino, haciendo que Taehyung suspirara.

Vio con temor a Jungkook, temiendo que el alfa estuviera molesto por lo que había escuchado y quisiera explicaciones inmediatas, cosa que podría darle, pero en ese momento no se sentía listo para hablar de eso, especialmente en ese día tan hermoso que estaban teniendo.

―Y-Yo te explicaré a lo que se refiere, no es como podrías pensar...―comenzó, pero Jungkook negó con una sonrisa pequeña, acercándose para callarlo con un pequeño beso.

―Me vas a contar cuando te sientas listo y no por lo que acaba de pasar. Yo confío en ti ¿Sí? Y el día en el que desees hacerlo, yo escucharé con atención y sin juzgar antes―aclaró, haciendo que Taehyung cayera rendido por el mayor, abrazándolo con fuerza mientras escondía su rostro en el cuello ajeno.

―Te quiero tanto, hyung―le susurró sincero, haciendo que el mayor sonriera.

―Yo también lo hago, como no te haces una idea―le susurró de vuelta, dándole un beso en la mejilla―Ahora vamos a comer o ese pollo gigante terminará comiéndolo por nosotros.

Cuando el menor soltó una carcajada por el comentario ambos pudieron levantarse para ir a la mesa y comer, dejando de lado aquel tenso momento y concentrándose nuevamente solo en ellos dos.

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