Una pequeña libertad.
Ya era un nuevo día en neo domino, para entonces era veintidós de diciembre, día en que la mayoría de alumnos empacaban sus pertenecías para tomar unas pequeñas vacaciones fuera de la isla. David quien era un joven que no había experimentado tanta libertad por parte de su familia, se encontraba empacando para volver a Rusia, aunque en realidad no deseaba volver a su hogar ya que por primera vez se sentía disfrutando de la vida.
-Daría todo lo que fuera a cambio de no volver a Magadan -pensó mientras empacaba sus pertenencias con nostalgia.
Pasaron algunos minutos, para entonces David termino de empacar recordando la gran felicidad que sintió durante su estancia en la academia, ya que había formado un gran lazo de amistad con sus grandes amigos y su compañero. David en verdad se negaba a regresar a su hogar, pero no podía evitarlo por más que su corazón los deseara; tomo sus maletas e inmediatamente se dirigió a la habitación de su compañero para despedirse de una buena vez.
-Hola compañero, he venido a despedirme de ti ya que hoy mismo volveré a Magadan dijo con tristeza en su voz mientras tocaba la puerta de Yugi con discreción, ya que está se encontraba abierta.
-¡¿Qué!? No puedes irte, que tal si tu familia impide que vuelvas a la academia respondió mientras ayudaba a David a meter las maletas a su habitación, para después de ello proceder a cerrar la puerta de la misma.
-Lo se Yugi, pero no puedo impedir este viaje por más que lo desee, tú mismo leíste que mis padres quieren que vuelva a mi hogar -respondió mientras se sentaba en la cama con la mirada cabizbaja.
-¡No puedes irte! -grito el joven de cabello tricolor mientras miraba su reflejo lleno de molestia en el espejo de su tocador.
-Yugi, en verdad no quiero volver a Magadan ya que hay una posibilidad de que no vuelva, pero no tengo opción -respondió con nostalgia.
-David, si en verdad tienes que partir no te detendré, pero por favor se nuestro invitado un parde días antes de abandonar domino.
-¿Tú y tu familia me están invitando a pasar unos días en su casa? -dijo bastante sorprendido ya que no tenía idea de que la familia de Yugi conociera de su existencia.
-Sí, le mande una carta a mi madre hace unos días contándole sobre ti y de los buenos amigos que ahora somos, le comente que deseaba invitarte a compartir noche buena con nosotros y ella estuvo más que de acuerdo, así que de ti depende si aceptas nuestra invitación o no.
-Por supuesto que acepto, jamás había pasado navidad con alguien que no fuera mi familia, pero ¿cómo le diré a mis padres que no podré llegar a casa para esa fecha?
-Simplemente diles que estarás en mi casa porque yo te invite.
-¡¡Estás loco Yugi!! Si les digo eso son capaces de tomar el primer vuelo a domino solo para venir por mí, asegurándose con ello que jamás vuelva a pisar Japón.
-Pero estarás a salvo, no ayudaría explicarles que estarás en buenas manos.
-Yugi, yo sé que con tu familia estaré en buenas manos, pero mis padres no quieren que ande merodeando en Japón, de hecho ellos me permitieron venir a estudiar a la academia con la condición de que me alejara lo más que pudiera de neo domino.
-Entonces eso significa que prefieres volver a tu hogar, cierto -respondió con tristeza en su voz mientras miraba la seria mirada de David.
-Te equivocas Yugi, es la primera vez que me siento con la libertad de tomar el rumbo de mi propio destino, así que acepto tu invitación.
-¿Estás seguro David? no quiero que por mi culpa tus padres te prohíban volver a la academia.
-No te preocupes Yugi, si llegara a suceder jamás podría arrepentirme de haberme quedado contigo, además le diré a mis padres una pequeña mentira para poder quedarme contigo tres días.
-De acuerdo compañero -respondió con alegría en su semblante.
-Pero solo hazme un pequeño favor Yugi.
-Claro David, de que se trata.
-Podrías prestarme el teléfono de tu casa para avisar a mis padres sobre mi estancia en domino.
-Claro, te lo prestare tan pronto estemos en mí casa -dijo con una gran sonrisa.
-¡Gracias Yugi!
Después de aquella conversación David y Yugi abandonaron la habitación para despedirse de sus amigos de la academia, para después de ello tomar el primer crucero que los llevaría de vuelta a neo city domino.
-Madre, abuelito ya hemos llegado -anuncio el pequeño Yugi desde la entrada de su hogar.
La señora Muto al escuchar la voz de Yugi acudió a recibirlos con los brazos abiertos, sin en cambio al llegar al corredor se llevó una gran sorpresa al notar el sorprendente parecido que David tenía con Yami.
-Buenas tardes señora Muto, es un placer conocerla -saludo educadamente mientras tomaba la mano de la madre de Yugi para besarla.
-¡Es imposible que te parezcas tanto a uno de mis hijos! -dijo bastante sorprendida mientras tomaba con cariño el rostro del joven Romanov.
-Lo sé, Yugi me dijo lo mismo pero permítame presentarme, mi nombre es David Romanov Nikoláievich.
-Es un placer joven Romanov.
Sora aún continuaba observando cada rasgo de David, hasta que sus pensamientos y fija mirada fueron interrumpidos por su padre.
-Vaya creo que al fin ha llegado mi nieto con nuestro invitado -dijo mientras se dirigía al corredor de la casa sin imaginar que se llevaría la misma sorpresa que su hija.
-Por los dioses, pero si eres idéntico a mi nieto que en paz descanse. -dijo el señor Muto mientras saludaba al joven ruso.
-En realidad no creo tener un gran parecido con Yami Muto, sin embargo muchos piensan lo contrario, pero permítame presentarme mi nombre es...
-David Romanov Nikoláievich, Yugi nos contó sobre ti en la última carta que nos escribió.
-Eso es verdad David, nuestro Yugi nos contó mucho sobre ti -respondió Sora con amabilidad mientras que David simplemente sonreía.
-Pero que descorteses hemos actuado, adelante estás en tu humilde casa David -dijo Solomón mientras cargaba una de las maletas de ruso.
-Muchas gracias.
David, Yugi y su familia caminaron hacia el interior de la casa hasta llegar a una pequeña sala, para después de ello Sora y Solomón se dirigieran a la cocina para preparar un refrigerio.
-Disculpa Yugi, podrías prestarme tu teléfono para llamarle a mis padres -dijo un poco apenado.
-Claro que si David.
-¡Gracias! -dijo con un poco de nerviosismo ya que temía a lo que fueran a decir sus padres, sin embargo tomo todo el valor que en el yacía para marcar el número telefónico de su hogar.
-Casa de la familia Romanov -contesto un hombre educado, quien era el mayordomo de la casa.
-Hola Gilbert podrías comunicarme con mis padres.
-Por supuesto joven Romanov, enseguida se los comunico.
-Spasiba Gilbert.
Después de aquellas palabras la llamada fue transferida a los padres del joven, quienes activaron el altavoz para que ambos pudieran escucharan las palabras David.
-Mi pequeño David ¿cómo estás? -dijo Kaisa con alegría al escuchar a su hijo.
-Muy bien, pero el motivo de mi llamada es solo para avisarles que tengo que quedarme algunos días más en neo domino.
-¡¿Qué?! -exclamaron ambos padres.
-Lo que escucharon, los boletos para viajar a Rusia se agotaron por las vacaciones de invierno, y lo único que pude hacer fue reservar el boleto de avión para el veinticinco de diciembre.
-Pero es demasiado tiempo hijo mío -dijo Anthony un poco alterado.
-Lo sé, pero solo pudieron hacerme la reservación del boleto para ese día.
-¿Pero en donde te quedaras? -pregunto la madre del joven con nerviosismo.
-No te preocupes madre, me quedare en un hotel de la ciudad.
-Está bien hijo mío, estaremos esperándote con los brazos abiertos, pero debes recordar la promesa que nos hiciste antes de marcharte, de acuerdo -respondió el padre con algo de seriedad.
-Estoy muy consciente de ello padre.
-Cuídate mucho mi niño, te amamos con todo nuestro corazón -dijo la madre con ternura.
-Yo también los amo y por favor cuídense mucho.
-Do svidaniya hijo mío -respondió el padre del joven con nostalgia.
Después de aquellas palabras David retiro la bocina de teléfono de su oído para finalizar la llamada.
-¿Qué fue lo que te dijeron tus padres David? -pregunto Yugi un poco preocupado.
-Me creyeron Yugi, así que estaré en domino contigo tres días -respondió con alegría.
-¡Excelente!
Después de aquella conversación Sora y Solomón abandonaron la cocina con una charola repleta de bocadillos, los cuales colocaron en una pequeña mesita de centro, para después de ello entablar una conversación con David.
-Bueno David, cuéntanos de ti para conocerte un poco más -dijo Sora con gran amabilidad mientras embozaba una tierna sonrisa.
-Bueno, es que en realidad no tengo mucho que contar.
-Claro que sí, no seas tímido.
-No es eso, lo que sucede es que yo perdí la memoria aproximadamente hace siete años, no recuerdo quien era, que me gustaba, ni quiénes eran mis amigos, lo único que recuerdo es que jamás olvide mis talentos como el duelo de monstruos.
-Entonces tú ya practicabas duelo de monstruos desde antes de que perdieras la memoria, cierto.
-Supongo que sí, pero a mis padres no les gusta que juegue duelo de monstruos, pero siempre que les pregunto la razón evaden el tema.
-¿Y qué hacías en Magadan antes de entrar a estudiar a la academia de duelos?
-Participaba en torneos, mis padres no querían que jugara duelo de monstruos, pero no pudieron negarme la satisfacción que sentía al competir contra los demás duelistas. Actualmente yo soy el campeón mundial del duelo de monstruos, y tengo entendido que me convertí en el campeón mundial un año después de que el campeón mundial Yami Muto muriera.
-Tienes razón David, mi nieto falleció un año antes de tu triunfo como campeón mundial. Yo soy seguidor del duelo de monstruos desde sus inicios y me entere de que tu habías sido capaz de ganar el título de campeón mundial durante seis años consecutivos y en verdad es de admirarse -dijo Solomón al afirmar que conocía sobre sus logros en el mundo de los duelistas.
-Sí, hasta la fecha he sabido defender mi título, pero a mis padres no les da mucha alegría de que sea el campeón mundial, de hecho ellos quieren que me aparte de ese mundo para siempre, pero yo no puedo abandonarlo, simplemente no puedo dejar atrás los pocos recuerdos que tengo sobre mí.
-Me recuerdas tanto a mi Yami, él era igual a ti, pero dime ¿qué han dicho tus padres sobre tu pasado? -pregunto Sora mientras tomaba un vaso de agua de frutas de la mesa.
-Dicen que siempre he sido muy listo, educado y muy alegre, también que siempre me gustó el duelo de monstruos pero que a causa de ese juego ellos me perdieron. Esas palabras jamás las he comprendido y me niegan la explicación con cosas absurdas.
-Eso es demasiado raro, pero llegara el día en que te lo dirán -dijo Solomón mientras lo miraba con curiosidad.
-Eso espero señor Solomón.
-Y dime ¿qué más hacías en Rusia? -pregunto Sora con gentileza y curiosidad ya que deseaba saber todo de aquel joven.
-Bueno además de participar en torneos también practicaba varios deportes ya que mis padres me obligaban, no es por presumir pero mis padres dicen que sobre mis hombros recae el apellido Romanov y que por ello debo aprender de todo.
-Es bueno saber de todo, pero también es malo que los padres no tomen en cuenta los sentimientos de sus hijos -dijo aquella mujer mientras tomaba la mano de David con dulzura.
-Lo sé, pero son mis padres y debo obedecerles.
-Mis dos tesoros a muy corta edad adquirieron un gusto por los idiomas, por lo que dominaban varios dialectos; cuando Yami tenía diez años de edad sabía hablar y leer perfectamente el ruso, el japonés, el inglés y el español, mis pequeños eran tan inteligentes, sin embargo yo no los forcé a estudiarlos ya que es su vida.
-Wooow, no sabía que Yugi supiera tantos idiomas -dijo mientras miraba a su compañero, quien estaba un poco avergonzado.
-Sí, con respecto a eso yo tarde mucho más tiempo en dominar el ruso, por eso jamás te hablaba en tu idioma, lo lamento -dijo el pequeño Yugi mientras desviada la mirada.
-Cuando tenía diez años, que fue la edad en la que perdí la memoria, también ya dominaba los mismos idiomas que su hijo mayor, que para ser sincero también es una de las pocas cosas que recuerdo de mi pasado.
-Pequeño, cada vez que hablas me recuerdas más y más a mi Yami, pero por desgracia el falleció hace siete años -dijo Sora con alegría pero a la vez tristeza en su semblante y sus palabras.
-Lo sé y en verdad lamento tanto su pérdida, pero como le decía a Yugi durante nuestra estancia en la academia, el destino quiso enseñarnos una lección.
-Una lección, ¿a qué te refieres? -pregunto Solomón mientras tomaba un bocadillo de uno de los tazones.
-A que yo perdí la memoria exactamente el mismo día en que su hijo mayor murió -dijo tranquilamente para después de ello tomar un poco de agua.
Sora y Solomón al escuchar las palabras de David quedaron impactados, ya que no podía ser cierto que David y Yami tuvieran muchas similitudes y que además ese mismo día el destino allá decidido cambiar el rumbo de dos destinos muy distintos.
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do svidaniya - Hasta pronto
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Ending: Million Miles Away - The Offspring.
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