C A P Í T U L O 1

El camino en el metro, aumentó su mal humor y estado de fatiga, casi no había nadie en metro en esa hora, pues no habían dado ni las cinco de la mañana cuando abordo, puesto que al levantarse se dió una ducha, se vistió y se robó un pan de melón como desayuno de la alacena, no hizo nada más.

Al bajarse del metro, ignorando todo a su alrededor avanzó, centrándose en aquel sueño, en lo real que se sentía, como si hubiera regresado en el tiempo en aquel lugar, los olores eran los mismos, la sensación de las telas que se atrevían llamarse ropa, el frío abrumador, era más con lo que podía lidiar.

Solo quería olvidarse de todo eso.

El sol comenzó a salir para su agrado, al entrar en la UA, vio como solo el personal de limpieza y uno que otro estudiante rondaban en la institución.

Sus pies siguieron avanzando, hasta que llegó frente a la enorme puerta de la clase 1-A.

Sin más la abrió y entro, no había nadie, era el primero en el salón, incluso antes que Iida, se sentó y de su mochila saco el pan de melón y se lo metió todo en la boca masticando lentamente, jugando juegos en su celular tratando de distraerse un poco.

Poco después llegó Tokoyami e Iida que le miraron sorprendidos, no los culpaba, por lo general llegaba tarde a clases.

Ninguno de los tres dijo nada más que buenos días, bueno, Iida le mostró el pulgar en señal de que estaba orgulloso de su puntualidad, él le sonrió cansado.

De a poco el salón se fue llenando.

—Buenos días Kaminari— saludó el pelirrojo con una gran sonrisa

—Buenos días— correspondió con un movimiento de mano

La puerta del salón de clases se abrió abruptamente, haciendo que un interruptor en la cabeza de Kaminari se activará y ya no viera el salón de clases, sus recuerdos una vez más lo estaban golpeando y esta vez con toda la seguridad del mundo podía afirmar que estaba despierto.

Denki volteó a todos lados, sin levantarse de lo único que le conectaba con la realidad, comenzó a respirar pesado, sintiendo en su frente las gotas de sudor frío viendo una vez más el escenario.

Paredes blancas con la pintura desgarrándose por el paso del tiempo, el suelo polvoriento que al pisar hace un chirrido casi animal y las voces que provenían de la habitación contigua.

Lentamente camino hacia la habitación, con duda giro la perilla viendo a las grandes figuras de personas, las cuales tenían caras borrosas aunque con ese detalle Denki supo a la perfección que le sonreían, no con sinceridad ni de burla. Eran sonrisas cínicas.

Los trajes de colores oscuros y legumbres que vestían solo le hicieron un nudo en la garganta, entre los trajes de villanos se distinguían dos, el de un hombre y una mujer.

—Tiene que ser una alucinación— dijo Kaminari Denki entrando en pánico, no sabía que pasaba— ¿¡Qué es esto?! ¿¡Por qué están aquí?!

La casa comenzó a desvanecerse dejando solo el salón de clases y el pizarrón se topó con su vista. El nudo en la garganta apretó y tosió con fuerza, inhalando fuertemente.

Todos se voltearon a él, Aizawa-sensei ya había entrado apunto de comenzar la clase, que fue interrumpida por su violenta tos.

—Kaminari, ¿Estás enfermo?

Denki negó con la cabeza ante la pregunta de su sensei, asegurando que estaba bien con una sonrisa. Aizawa lo miró entre cerrando sus ojos.

Algo andaba mal con su estudiante.

La clase esta vez comenzó sin interrupciones, sin embargo el héroe rubio no fue capaz de prestar atención, teniendo miles de dudas en su cabeza que lo consumían.

En la mente de Denki, no había más que dudas y sus dudas tenían más dudas. Pensaba que se estaba volviendo loco, todo lo que le estaba pasando apoyaba esa idea.

Las alucinaciones.

Las pesadillas habían vuelto.

Los recuerdos tan vividos que se filtraban en su realidad.

La campana sonó sus compañeros se fueron a la cafetería, pero él no, se quedó en el salón bajo la mirada profunda de su maestro. Se levantó de su asiento y se fue sin más.

Tomo camino a la azotea, normalmente nadie estaba allí. Al llegar se quedó mirando los alrededores, podía ver hasta el gimnasio.

—A veces las respuestas no llegan si no haces las preguntas —murmuró sacando su teléfono marcando al número del oficial.

El oficial Nakamura del Departamento de crímenes menores.

Un pitido.

Dos pitidos.

—Buenos días, aquí el oficial Nakamura, ¿En qué puedo servirle?

—Eh... Buenos días, señor, soy el chico de ayer por la noche, el que electrocutó al ladrón.

—¡Ah sí! ¿Kaminari Denki?

—¡Sí, soy yo!

—No me diga que se metió en problemas otra vez, joven

—No, no me metí en nada, solo quería hacerle una pregunta relacionada con el tipo que me atacó.

—Dispara, joven Kaminari

Guardo silencio por unos segundos, tragando saliva para no tropezar con sus palabras.

—¿Cuál era el Quirk de aquel sujeto?

—Espera un segundo...

El rubio escuchó el bullicio y un par de gritos por la línea.

— ... Se llama "Bad Memories" consiste en obligar a revivir los traumas pasados del afectado, el efecto depende de qué tipo de trauma sufrió.

Kaminari abrió los ojos como platos— ¿Traumas?

—Si el daño pasado fue psicológico se llenará de alucinaciones auditivas y visuales, si fue físico las heridas se harán presentes en la víctima. El efecto dura dos días, por lo que nos dijo Kagame Kenji si fue profundo, tardará en hacer efecto. Lo utilizaba para dejar indefensas a las personas y robarles todo lo que tenían.

Parpadeo tratando de absorber la información, dió un gran suspiro de alivio, no venía de su cabeza, era el efecto del Quirk de aquel bastardo. Sintió las profundas ganas de llorar de la alegría.

Inhaló tratando de que no se notará su voz quebrada

—Gracias, Oficial Nakamura.

—Denada chico, pero ¿Porqué ahora preguntas eso?

—¡P-P-Por nada! Simple curiosidad — colgó repentinamente, quedando en silencio por unos segundos que fue roto por el característico sonido de que se había acabado el descanso.

[•••]

Llegó el entrenamiento físico de la tarde donde demostrarían sus habilidades individualmente, en los vestuarios con los chicos se sobresaltó al sentir una mano en su hombro que contesto torciendolo con fuerza.

—P-Perdón Kaminari, no quería asustarte, pero no tenías que reaccionar así —señaló Sero con un gesto de dolor, al notarlo el rubio lo soltó rápidamente.

—Lo siento mucho amigo, solo estoy algo distraído— si que buena excusa Denki, gracias Denki, se felicito mentalmente.

—Está bien— el pelinegro mastico sus palabras sin creerselo— Te quería preguntar por qué tienes moretones en tus piernas.

Kaminari sin disimulo se vio sus piernas, los demás también las vieron al llamarles la atención el comentario de Sero. Era cierto, se notaban moretones de un color púrpura y rojo a lo largo de sus extremidades inferiores, frunció el ceño, los efectos del Quirk de Kaname.

—Amigo ¿Qué te paso? — cuestionó Kirishima acercándose le con su traje de héroe puesto.

—No lo sé —respondió haciéndose el despreocupado poniéndose los pantalones de su traje, saliendo de ahí rápidamente.

En los últimos cinco años siempre trato de olvidar todo, suprimiendo todo en su interior que con tanto esfuerzo para seguir adelante, y llega ese sujeto, le jode la cabeza mandando lo a ver y vivir toda su infancia de nuevo.

Mostrando lo estancado que estaba. No solo su vida, si no también su futuro como héroe.

—¿Qué debería hacer?— preguntó al entrar al campo de entrenamiento.

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