Jimin 💛

Desde principios de la secundaria mi mejor amigo y su hermano hemos vivido juntos los tres. Jin es tres años mayor que nosotros.

Y ahora Tae y yo comenzaremos en la misma universidad que Jin.

Antes de que Tae viniese a la habitación a despertarme pude oírlo viniendo por el pasillo.

— ¿Mimi? ¿estás despierto? — preguntó sentándose en la cama.

— Mm — me queje envolviendome mejor con la manta.

— Vamos despierta — dijo moviéndome, pero al no tener respuesta se tumbó a mi lado. — Llegaremos tarde.

— ¡Ah! Un poco más — me queje. — Ayer no dormí.

— ¿Estuviste toda la noche jugando? — preguntó bajando la manta para verme la cara.

Sin abrir los ojos asentí con la cabeza.

Jin que se encontraba en la cocina, vio que ambos menores aún no habían llegado, por lo que decidió ir a buscarlos.

Desde el pasillo pudo oírlos hablar en la habitación de Jimin.

— ¡Chicos! — Nos llamó Jin asomándose. — ¿Aún estáis aquí?

— Ya vamos — contestó Tae levantándose de la cama y ayudándome a incorporarme de esta también.

Me levanté de la cama y los tres nos dirigimos a la cocina. Mientras que Jin acababa de hacer los cafés Tae y yo hacíamos las tostadas. Mientras desayunábamos Jin nos preguntó si llevábamos nuestros opresores y si no era así que cogieramos.

Desde mi ataque hace dos años atrás, este se volvió muy protector con su hermano y conmigo.

— No te preocupes hermanito llevo y Mimi también lleva que le meti en su mochila — explico con la boca llena de comida.

— ¿Puedes no hablar con la boca llena de comida? Por favor.

— Si si — respondió este atrapando la servilleta al vuelo.

Tae se levantó y tomó sus cosas dirigiéndose a la pila a lavar.

Jin y yo hicimos lo mismo para luego dirigirnos a nuestras habitaciones a vestirnos.

Jin y yo fuimos los primeros en salir.

— Tae — lo llamó Jin. — Jimin y yo ya estamos.

— ¡Ya voy! — Chillo este desde su habitación.

Jin se giró hacia mí y me dio las llaves del coche para que me subiera al coche.

Abrí el coche y dejé mi mochila en el maletero, y me subí al coche.

Al rato ambos hermanos salieron de la casa charlando. Mientras que Jin cerraba la casa Tae guardaba ambas mochilas y se subía detrás conmigo.

Durante el camino a la universidad vi que Tae miraba mucho el móvil.

— ¿Qué miras Tata? —Pregunte quitándole su móvil.

Me puse a ver su móvil, estaba viendo las noticias de la universidad.

— ¿Por qué estás viendo las noticias de la universidad? — Pregunté riéndome mientras le devolvía el teléfono.

Jin que los estaba escuchando miró a través del retrovisor.

— Muy de mi hermano — habló Jin mirándonos a través del retrovisor.

— ¡Qué! — exclamó Tae. — ¿Tú no las lees? — preguntó Tae viéndolo.

— Pues no, lo único que dicen son tonterías.

Después de una hora de viaje, finalmente habíamos llegado. La entrada estaba abarrotada de coches haciendo cola para poder entrar.

— Creo que deberías de bajar aquí.

Tae y yo bajamos del coche, dirigiéndonos al maletero a coger nuestras mochilas.

Cuando cerramos el maletero Jin nos despidió con la mano y se marchó a aparcar fuera de la universidad.

Me colgué la mochila a la espalda y me subí a la acera.

— Bff — resoplo Tae poniéndose a mi lado.

— ¿Qué pasa? — Pregunté viéndolo.

— Estoy algo nervioso — respondió apoyándose en mí.

— Yo también lo estoy.

Y si era verdad estaba bastante nervioso.

Mientras que esperábamos a que abriesen las puertas, pude ver a Tae mirar detrás mío. iba a preguntarle que miraba cuando escuche una voz que me era familiar.

Me giré para ver si era quien pensaba, era Hobi viniendo corriendo hacia donde estábamos.

Hobi iba a la misma academia que yo de baile. Y era el único alfa que dejaba que estuviese a mi lado o me mostrase algo de afecto.

— Mochi — grito Hobi abrazándome.

Me reí porque él era el único que me llamaba así.

— ¡Hola! ¿Cómo has estado? — Pregunté abrazándolo.

— He estado bien, Mochi — dijo separándose de nuestro abrazo y mirando a Tae, quien nos observaba atento.

Tu debes de ser Tae ¿no? —preguntó dándole la mano.

Tae asintió tímidamente.

Hobi había oído muchas veces el nombre de Tae, pues Jimin solía nombrarlo en muchas ocasiones.

Hobi le sonrió.

— Jimin, me ha hablado mucho de ti — dijo dándole la mano.

Cuando se separaron Tae me miró, buscando una respuesta.

Tae y Jin me dejaban y luego me recogían de la academia, pero rara vez entraban. Ambos bailábamos en la misma academia, aunque Hobi hacía baile moderno mientras que yo danza contemporánea. Hobi alguna que otra vez ha querido verme bailar pero lo echaba de la sala.

— Hobi va a la misma academia de baile que yo, solo que él hace baile moderno — explique.

— ¡Ah vale!

— ¿Y qué te dice de mí? — Pregunto viéndolo.

Hobi se echó a reír.

— Que eres un gran amigo.

— Mejor amigo — le corrigió Tae.

Le di un codazo.

— ¡Hobi! — Gritó un chico. Era algo más bajito que Hobi, su tez era blanca, su pelo de color negro. Iba vestido completamente de negro lo que le hacia más misterioso.

Hobi se giró para ver quien lo había llamado.

— ¡Ya voy!

Hobi volvió a girarse hacia nosotros.

— Los amigos de Jimin-ah son mis amigos, así que Tae, cualquier cosa que necesites no dudes en pedírmelo, ¿si? —Y tu igual Mochi — dijo acariciándome la cabeza.

— ¡Hoseok! — Volvió a gritar el chico.

— Que pesado que es. — Me voy antes de que me tire un zapato — dijo despidiéndose de nosotros. Y soltando la mano de Tae, la cual parecía que no quisiese soltar.

Ambos se quedaron viendo como este se acercaba a Yoongi quien estaba golpeando con el pie el suelo.

Me giré hacia Tae.

— ¿Me puedes decir de dónde ha salido tremendo bombón? — preguntó mientras me agitaba por los hombros.

— ¿Te ha gustado? — preguntó mirándolo con curiosidad. — Es un alfa.

Me extraño que Tae no hubiese dicho nada, pues desde mi ataque este toleraba poco a los alfas. — Por él hago todas las excepciones del mundo —contestó mirando hacia donde se había ido.

Mientras que seguíamos hablando, abrieron las puertas. Tae y yo nos encaminamos junto a los demás estudiantes hacia las clases.

— Hay pero no hablemos de su aroma —habló de repente.

Me lleve una mano al pecho.

— ¡No me asustes así! — Me queje.

— Perdón.

— ¿Qué a qué huele? —Pregunté parando al lado de la que sería nuestra clase.

— Huele a almendra amarga — dijo sonriéndome

— ¡Qué vergüenza!

— Además me estaban sudando las manos —protestó.

— Ya me di cuenta de que no quería soltarte —dije dándole un codazo. —Si quieres le pido una cita.

—¡Qué dices! — ¡No!

— ¿Por qué no?

— Porque no creo que sea su tipo — contestó.

— ¿UY y por qué no? —Pregunté de nuevo.

Tae se quedó viendo detrás mío. Y no dijo nada.

Me giré para ver a Hobi junto al chico que lo había llamado en la entrada. Tae estaba totalmente colorado.

La verdad es que esto era inédito verlo pasar tanta vergüenza en menos de media hora. 

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