Parte 6
La fría celda lo tenía atrapado.
Desde que ONU llegó, solo podía sentir rabia y celos por como el americano tenia de nuevo, al amor de su vida, entre sus brazos. Todo había sido perfecto antes de que Rusia o USA hubieran pisado la casa. Tenia a México debajo de él, gimiendo su nombre, mientras unían sus cuerpos una y otra vez. Mientras podía sentir el interior del pequeño al fin, después de tantos años, al fin podía reclamar al tricolor como suyo.
Hasta que pasó.
Se maldecía en sus adentros durante el acto, su cuerpo comenzaba a debilitarse más y más, a un punto donde sabría que si continuaba embistiendo al pequeño acabaría desmayado o muerto. Sabía que no podría besar más a México, no podría tenerlo más entre sus brazos mientras le susurra hermosas palabras a su oído, sabía que no podría terminar. Solo podía ver a su dulce México en éxtasis, lagrimeando mientras rasguñaba su espalda.
Necesitaba fuerzas, necesitaba estar vivo para poder estar con su dulce latino.
Y no lo pensó, no pensó las consecuencias de haber mordido al mestizo.
Porque en un momento, estaban besándose, haciendo el amor como siempre lo quisieron, y en el otro, el latino luchaba por liberarse, mientras él no podía detenerse en absorber todo del pequeño. Era como droga, no podía dejarlo, no podía soltarlo, solo quería más y más. Sus colores se volvieron vivos, su cuerpo fuerte. Pero, México se estaba poniendo pálido, lo sabía, era demasiado lo que estaba tomando del cuerpo, era jodidamente una enorme cantidad de golpe, pero, no podía detenerse. Un poco más, solo un poco, y su cuerpo quedaría regenerado al 100% para volver a ser un country.
Para poder defenderse de ONU, para poder volver ser la gran unión soviética.
La avaricia, el deseo, todo le inundo de golpe, y, sin que se diera cuenta, la habitación se llenó de luz de pronto. Donde solo recuerda a alguien tomándolo por el cuello y arrojándolo lejos. Cuando alzo la mirada lo vio, había alguien frente a él, un guerrero que solo había visto en pinturas o ilustraciones, con sus largas alas abiertas.
Después, recuerda ver a su hijo Rusia, y ver como México se desplomaba en sus brazos.
Los celos son tan dañinos, siempre lo fueron en su familia. Siempre el deseo de querer más. ¿Estaban condenados todos a acabar así? Tal vez, pensó, mientras volvía a cubrir su corazón de hielo como siempre lo hizo, tratando de que este, no volviera a tomar el control nunca más.
– México... – dijo al aire, cubriéndose el rostro mientras se encontraba a solo horas de recibir su verdadera muerte. – Oh dios, lo lamento México. – dijo de nuevo, encogiéndose de hombros, quedándose sentado en el piso, mientras esperaba que llegara ONU a matarle.
Oh al menos eso creyó.
– ¿URSS? – Esa dulce voz lo sacó de sus penas, esa dulce voz que se acercaba hasta el cristal, y podía ver al dulce latino mirándolo con esos bellos ojos con heterocromía. – URSS, ¿Cómo estas, wey?
– México, amor, voy a... bueno digo, me siento un poco...
– Lo sé – interrumpió el mexicano bajando la mirada. – URSS... ya no puedo hacer nada. En primer lugar, ni siquiera tuve que hacer algo contigo. Yo solo, pensé, que realmente te extrañaba. Y me deje llevar porque no tienes idea de cuanto me enamore de ti. Pero, debí darme cuenta de que nada es igual ahora.
– Lo sé.
– Me hiciste tan fuerte, tan valiente. Siempre soy neutral, pero, esta vez, realmente me sentía imparable en los cielos. Realmente sabía que podía ganar, confiaste en mi cuando nadie más lo habría hecho. Gracias por ello.
– ¿Cómo no confiar en ti? Parecías tan seguro, aunque tus piernas temblaban – sonrió la unión recargando su cabeza en el cristal – Lucias tan hermoso en los aires, me encantaba verte, pero, tienes razón, ya nada es igual.
– URSS, vine solo vine a despedirme. Yo... he perdido a muchos sin poder hacerlo, así que, esta vez quería, quería hacerlo URSS, quería... – el pequeño comenzó a llorar, y las barreras de hielo que el soviético había alzado, comenzaban a derretirse más rápido que antes. – Vale verga, no puedo. Siempre valiendo verga.
La unión miro las lágrimas caer del tricolor, y después soltó por primera vez una sonrisa de paz. En ese momento, viendo al mexicano llorar por su perdida, viendo a alguien que ha sido lastimado por él, aun quererlo y añorar su bienestar, le dio mas paz de lo que sus hijos, o su vida le han dado. Sonrió, para inclinarse un poco y quedar frente a frente del latino.
– Te amo. – dijo, haciendo que el pequeño volteara a mirarle. – Gracias por amarme, y por todo. Estaré bien México.
– URSS... – el tricolor mordió su labio, pegando su mano al cristal, haciendo que el más alto hiciera lo mismo – Si llegas al Mictlán, nos veremos pronto. – sonrió suavemente acariciando el cristal.
– México, antes de que me vaya, por favor... cuida a Rusia.
– ¿Eh? – dijo el latino mirando esos ojos amarillos.
– Solo cuídalo. – sonrió el mayor.
– ... URSS, realmente a veces no logro entenderte. – dijo el mexicano besando el cristal. – Gracias por todo.
Y así fue, México se había dado la vuelta retirándose. Y URSS solo podía notar esas alas, preciosas y con apenas color, pero, eran las mismas alas que vio en el aire, durante la guerra, que deslumbraban a su paso con colores tan vibrantes, que era como ver a un Dios pasar por encima de ti antes de atacar.
– Tus colores son hermosos, tan vivos, tan perfectos, siento envidia y tanto amor por ello y por ti. – dijo a la nada, quedando al fin solo de nuevo en aquella celda.
Después de ello, solo el silencio predominaba en aquella celda. Pero, pisos arriba, se podía escuchar mucho ruido, entre murmullos y gestos de negación hacia mí, todos me miraban como si hubiera invadido sus territorios, y yo no podía hacer mas que solo sentarme mientras los demás comenzaban a tomar asiento.
Han escuchado el dicho sobre que una vez en el suelo, no puedes caer más abajo. Bueno, lamento decirles que si se puede.
Podía sentir mi reputación tirándose en la basura cuando todas esas miradas me rodeaban. Para no hacer la historia larga, pues, ONU había llegado a mi casa. Cuando vio a mi padre lo sometió para llevárselo esposado junto con él. Pero, después me miró a mí, y me sujeto de mi playera. Dijo algo como "traición" y no recuerdo mucho después de ello.
Ahora estoy en Suiza, sentado justo en medio de una mesa redonda, y mi padre está en una celda.
Veo a mi derecha, y veo a Alemania quien me mira con ojos nerviosos, por supuesto, por supuesto que lo hace, tiene miedo de que me lo lleve conmigo, pero, ahora eso no importa, lo que importa es la persona que está a mi izquierda, mirándome, y que está tratando con todas sus fuerzas para que nuestras miradas se junten, pero, no puedo, no puedo ver a USA sin querer romper su rostro, no puedo verlo con odio u ONU lo vera como un ataque y de nuevo, otra cosa para agregar a la lista contra mi.
– Estamos reunidos por una situación de emergencia. La URSS esta con vida, y se encontró en los aposentos de Rusia. Se había declarado en la junta después de su muerte, que URSS no podía volver. Su forma de pensar es retrograda, solo busca su propio beneficio, y realmente nunca le intereso nadie. – dijo ONU, y todos parecían estar de acuerdo porque asintieron ante la declaración. – URSS será exterminado hoy. Eso queda claro.
– ¡No! – grité, haciendo que todos pusieran sus miradas en mí. – No puede matarlo, mi gente...
– Me encargare de que no muera – contestó la organización. – Es mi trabajo. Rusia, estas en juicio, así que mide tus palabras de ahora en adelante. Pasemos a lo primero, necesito tu declaración. ¿Qué pasó?
– Pasó... – mi lengua de nuevo se sentía pesada, ¿Qué pasa? Trato de idear algo para que suene convincente, suene real, suene lo suficientemente real para que deje de estar en juicio. Pero la mayoría de estas naciones me cambiarían por un puñado de billetes, así que, ¿Qué debo decir?
– URSS me atacó. – dijo mi precioso México entrando en la junta, para después caminar hasta mi lado y permanecer allí. Quería abrazarlo, quería decirle gracias por defenderme, por todo lo que le he hecho pasar. Pero, solo pude notar sus ojos suavemente hinchados, ¿Quién te ha lastimado? ¿Acaso fui yo? No, estuviste con mi padre, ¿Fue él?
Todos dejaron de mirarme por un momento, y su vista se fue a mi lado izquierdo. México llamaba demasiado la atención ahora, aunque no sabía por qué. Tal vez había sido la entrada que hizo, o porque se veía decidido a enfrentarse a ONU cara a cara, sea lo que fuera, lucia tan sexy que debería ser un delito.
– No se te dio la palabra México. – dijo ONU. – Hablar durante un juicio de sentencia es...
– ¿Y eso qué? Esta junta es para opinar, y veo estúpido preguntarle a alguien sobre algo que pasó mientras él no estaba. Si vas a interrogar a alguien, debería ser yo maquina tonta.
– ¡Nueva España! – gritó España levantándose de su asiento. – No le hables así a ONU.
– ¡Rusia no estaba allí! – gruño el latino. – ¡Rusia no debería ser juzgado por algo que sucedió mientras él no estaba! ¿Qué acaso están todos pendejos?
– ¡México! ¡Shut the fuck up! – dijo USA, levantándose para jalarlo, pero el mexicano se zafó del agarre poniendo su mano en mi hombro.
– ¡Es la verdad USA! Lo sabes, sabes que es estúpido juzgarlo. – pero antes de que el capitalista hablara, fue su hermano quien levanto la voz.
– Yo creo que deberíamos dejar que hable, al final, nos puede dar un mejor panorama de lo que pasó. – comentó Canadá, jalando a su hermano para que se sentara. – ¿No es lo que queremos todos? Resolver esta mierda de una vez por todas. Lamento la mala palabra de antemano, pero era la que mejor reflejaba la situación. ONU, ¿No es mejor dejar hablar al afectado?
Tragué saliva mientras veía esos ojos robóticos de la ONU puestos en mí, sabía que quería matarme, lo sabía. Pero, aun así, no puede hacerlo si todos lo están presionando. Así que lo vi por primera vez hacer un gesto más suave, era impresionante, aunque claro, sudaba frio por esta situación, pero, tenía la mano de México en mi hombro y eso me estaba dando más paz que nada.
– Habla. – contesto la máquina.
– No sé muy bien todo, verdad, jeje. – sonrió cálido México, mientras se movía por el centro. – Pero puedo decir lo que se. Cuando fui a entregar unos papeles a Rusia, él no se encontraba en su domicilio, más bien, estaba fuera. Así que la persona que abrió la puerta fue URSS. En un intercambio de palabras, pude notar algo extraño. Había muchas manchas de sangre, recientes, por toda la casa. Si alguien sabe de peleas a muerte soy yo, y tal vez Brasil.
– ¡Si! – dijo Brasil sonriente.
– Ademas que nosotros siempre a putazo limpio, como los machos que somos, esto me recuerda a una ocasión cuando...
– ¡La concha de tu hermana! ¡Segui boludo, la historia principal! – gritó Argentina golpeando la mesa.
– Si me salgo del tema avísenme, no hay necesidad de gritar. – rio, y bueno, pude escuchar la risa de Chile y el suspiro de vergüenza de Argentina. Realmente era adorable ver a México exponiendo el caso. – Como decía, sabía que había pasado algo, y sabía que tenía que ver con Rusia ya que no se encontraba en ningún lugar, así que, traté de distraer a URSS para que soltara la sopa, pero no lo hizo hasta después de algunos métodos.
– ¿Cuáles métodos? – dijo ONU y México rascó su nuca. Me vio de reojo y cuando nuestras miradas se encontraron, un suave sonrojo se formó en sus mejillas.
– Métodos sexuales. Am... ustedes entienden.
– ¿Dormiste con él? – dijo Canadá, haciendo un rostro de completa molestia. – ¿Con ese viejo? ¿Con ese idiota?
– Si weon, hicieron el mete saca, pero eso no debería importarte, tu ya andas de pololo con Ucrania. – contestó Chile mirando a Canadá quien solo apretó sus puños ocultando su enojo.
– Solo quiero decir, en mi defensa... – dijo México aclarando su garganta, pero por supuesto, que sus hermanos latinoamericanos no lo dejarían seguir.
– ¿Qué? ¿Se movía bien rico durante el "delicioso"? – dijo Chile haciendo estallar en risas a Perú y Argentina. – ¿Te metió toda la unión soviética?
– ¡Pinches pendejos, no hagan desmadre ahora! – gritó México conteniendo una risa. – No interesa eso, lo importante que quiero que tengan en mente, es que lo hacía con un fin. URSS no me dejaba libre, así que tenía que ganarme su confianza. Por lo cual recurrí a ese método.
Ya no podía escuchar nada más.
Creo que si ONU no mata a mi padre yo acabaré asesinándolo por completo. Somos muchos en Rusia, no creo que importe que un puñado muera. No creo que importe que yo mismo baje a matarlo, no creo que importe nada, lo único que quiero es golpearlo tantas veces hasta que se me caigan las manos.
¡Blyat!
Necesito tranquilizarme, pero, no puedo. No puedo hacerlo si ahora sé que México fue tomado por mi padre.
– Bueno como decía, armando cabos con las cosas que pasaron, puedo decir lo siguiente. Cuando URSS regresó del mas allá, atacó a Rusia, Rusia salió por ayuda, y en ese intermedio, yo fui atacado por URSS, como pueden notar en mi cuello, él al parecer quería absorber mis recursos y así ganar la suficiente fuerza para volver a ser un country. Afortunadamente, con mis ultimas energías pude pararlo.
– ¿Cómo lo hiciste weon? – preguntó de nuevo Chile – Si estas más chaparro que niño de 5 años, incluso muerto URSS, aun así con una patada te mataba.
– Nunca falta el pendejo que pregunta. – respondió México a lo que Perú comenzó a reír tomándose su estómago. – Bueno, me puse bien vergas y mamadisimo, transformándome en un genial y rompe madres guerrero águila. – México le quito la seriedad al asunto de nuevo cuando explicaba su cambio.
Los country tenemos diferentes versiones de nosotros. Una de ellas es en tiempos de guerra. Por ejemplo, USA, él tiene una armadura a su cuerpo, como un superhéroe, quien usando la diferente tecnología que maneja, la usa a su favor. Yo, por otro lado, tengo diferente armamento que llega a mí, al igual que mis brazos se protegen con titanio, como en la película el soldado del invierno. Japón maneja una jodida y enorme máquina, donde dentro de ella traza las estrategias y realiza un enorme combate. Y por último, pero no menos importante, México se transforma en un guerrero bendecido de los dioses. Se que se transforma en un guerrero Águila, donde sus alas tienen los colores de la serpiente emplumada, también, sé que puede transformarse en un guerrero Jaguar, pero aun no entiendo como es ese cambio.
Aunque, había una historia, una lejana, que decía, que México, en tiempos de vida o muerte, podría aparecer a Quetzalcóatl para luchar a su lado por la gloria de su imperio caído. Pero, aun no se si eso es una realidad, o solo un cuento que me contaba mi padre para comprender al latino.
– Ya siéntate boludo, que estás arruinando todo. – dijo Argentina soltando un bufido conteniendo la risa. – Ya entendimos, mamadisimo, rompe madres, sigue la historia.
– Ya voy, bueno como decía, solo así pude detener a URSS y someterlo. En ese momento llegó Rusia, y bueno, llegó justo a tiempo porque, transformarme en ello requiere mucha energía y recursos, y no soy un primermundista para mantener esa forma mucho tiempo, así que, acabé desmayándome. Después no supe mucho, solo que desperté y USA me estaba protegiendo.
Bueno, eso sonaba lógico, fue lo único que pude pensar. Pero antes de que pudiera decir algo, USA se levantó de su lugar. Molesto, apretando los puños.
– México estaba inconsciente, así que se confirma parte de su historia, pero no la mía. Cuando fui a casa de Rusia, él no me dejaba ver a México, alegando que estaba descansado después de... – se formó un leve sonrojo en sus mejillas y después me miró con repudio. – Alegando que acababa de tener relaciones con México y por eso no podía verlo.
– ¡Ja! – rio México golpeando la mesa. – ¡Se mamo!
– Puta barata le dicen... – dijo Argentina comenzando a reír con Brasil.
– ¿Padre e hijo? México, weon, relaja el culo.
– ¡No pasó nada de eso! – dijo México entre risas. – Aunque, puedo comprender a Rusia en estos momentos, puedo entender porque lo dijo.
Mis mejillas estaban llenas de sonrojo. ¿Eran tan malo acostarse conmigo? ¿México ni siquiera consideraba esa posibilidad?
– ¿Qué? – dijo el americano mirando a su vecino. – ¿Cómo puedes decir que tiene sentido? ¿Cómo puedes defenderlo?
– Bueno, si Rusia había visto a URSS, cuando me salvo de desmayarme, por supuesto que no quería que tú lo vieras, porque armarías un enorme problema por ello, así que mentir con eso, tiene sentido para mí. – sonrió el mexicano. – Seria la única forma en la que te irías, pero, conociéndote, solo querrías aferrarte como desesperado a verme.
– Estaba preocupado. – dijo USA cruzando sus brazos.
– Ya se wey, mira, yo hubiera ido por ti si no hubieras regresado, así que, te comprendo, pero, también comprendo a Rusia. – Suspiró México mirándome de reojo y después sonreír. – Para que te quedes tranquilo, entre Rusia y yo no pasa nada, somos amigos nada más.
Tuve que morderme la lengua, joder, que arrancarme la lengua hubiera sido menos doloroso que escuchar a México decir que solo somos amigos. No soy tu amigo, quiero ser algo más de ti. ¿No soy suficiente? ¿Me falta algo para que te fijes en mí?
– ¿Por qué él no lanzo la señal a ONU entonces? ¿Contéstame eso? – dijo USA y México giró los ojos.
– ... Porque tú llegaste en ese momento. – contesté mirando a USA, dejando mi corazón roto de lado. – además, no tenía idea que ONU podía acabar con mi padre sin dañar a mi gente, esta es nueva información. Muchos de aquí no tenían idea de ello tampoco. Así que en este caso culpo a ONU, nunca dijo nada de esto.
– Cierto. – respondió Alemania, apoyándome. – No sabía que ONU podía destruir a alguien así, sin dañar a los humanos. Esta es nueva información. ONU ha desarrollado habilidades, y nunca nos ha entregado ni un informe o reporte de las nuevas, así que defiendo a Rusia en este caso, se encontraba atado de manos ante la situación de URSS.
– Tsk... – el americano se sentó, por primera vez, USA no pudo argumentar contra ello. – Bueno, al parecer el comunista es "inocente".
La máquina se levantó de su lugar y después suspiró alzando las manos.
– Bien, he escuchado suficiente. Exterminaré a URSS, y Rusia queda libre de las acusaciones en su contra. Además, haré una inspección a todos, empezando con Alemania, para saber que ningún country muerto, que sea ilegal, este vivo. Esto podría ser dañino para nuestra unión como naciones. Si encontramos a alguien, solo lo exterminaremos. ¿Todos a favor?
– Si. – respondimos al unísono.
– Imagínate que Third Reich este vivo, hay que revisar bien tu casa. – dijo Chile, mirando a Alemania. – Seria peligroso, más si me ve a mí, ¡Me convierte en jabón!
– Si... ya sé amor. – contestó el de lentes, acomodándoselos, por supuesto que, Alemania se había salvado como yo del castigo. Si encontraban a Third Reich, podría Alemania decir lo mismo, que no tenía idea que estaba en su casa o regresado, y así salvarse.
Pero, eso no me calmo, por la mirada que me daba USA y ONU, sabía que ellos no estaban convencidos de lo que se había dicho. No me creían para nada, y eso me hizo dudar sobre mi futuro. Pero, era tan estúpido, que lo único que podía pensar era que México se encontraba hablando con Canadá, mientras este le acariciaba discretamente la cintura.
Joder ese maldito idiota doble cara.
– Bueno, con esto se levanta la reunión de emergencia. Todos pueden retirarse a sus hogares hasta nuevo aviso. – dijo ONU, guardando sus alas y bajando de su podio para retirarse de la junta.
Y al fin respiré el aire ligero, me levanté y vi a México empujar a Canadá para después salir, pero, el de olor a Maple, le seguía de cerca. Tengo que acabarlo, tengo que matarlo, debe dejar en paz a mi México. Salí lo más rápido que pude y lo encontré allí, con Canadá en un pasillo, mientras este lo tenía contra la pared, atrapándolo con sus brazos a cada lado.
– ¿Te acostaste con URSS? ¿En serio? – dijo Canadá – ¿Qué hay de nosotros?
– Qué te valga madre, ¿no? Mira maple, nosotros no tenemos nada más. Tú no quisiste... – México suspiró, bajando la mirada. – Yo estaba dispuesto a todo contigo, pero, tú te comprometiste y... bueno, yo me enteré cuando vi a Ucrania en tu cama. Así que deja de reclamarme algo que no te corresponde.
– ¡Fue mi gobierno quien hizo eso, no yo! – dijo molesto el del norte. – México, amor, vamos... taquito, por favor. Dame tiempo en lo que arreglo todo ese embrollo, solo te necesito a ti. Solo a ti.
– ¿Para qué? ¿Para que me abandones cuando necesito tu ayuda? No maple, ya no estoy enculado contigo, ya se me quito lo pendejo.
– México escucha. – Canadá lo tomo de los brazos y escuche otra voz acercándose a ellos.
– Déjalo Canadá, ha pasado demasiado para que aún lo estés molestando. Solo deja que vuelva a casa. – dijo USA interviniendo y apartando a Canadá de México. Esperen, ¿Estoy viendo bien? ¿Le está ayudando? – Creo que es hora de que todos nos vayamos a casa.
– No interrumpas hermano. – gruño el canadiense mirando al americano.
– ¡Basta ambos! Con una chingada, déjenme en paz. Joder, que solo el estúpido T–MEC me retiene de partirles su madre a los dos. – dijo mi México ya molesto apartándolos.
– Sabes, tienes razón, los malditos tratados de aquí hacen que no pueda yo mismo acabar con URSS. – contestó el amante del maple. – Solo ONU pone reglas sin parar así que no puedo ir a...
– ¡Canadá! – gritó USA – Cálmate un poco, ve a enfriar tu cabeza.
– ... Lo lamento, iré por algo de beber... – La frustración en Canadá era enorme, lo podía notar, y me preguntaba, si yo acabaría así, entre celos y lamentos, con los brazos inservibles, sin poder alcanzar a mi México.
– Sigue muy afectado por todo. Le es difícil. – contestó USA mirando a México.
– Que ya me superé we, eso ya quedo atrás, todo. – contestó, pasando una mano por su cabello.
– ... Eres algo difícil de superar. – comentó el capitalista. – Pero, se puede, ¿No? Yo lo hice, y eso que a mi si me lastimaste.
– Gringo, no sé qué quieres que te diga, pero si, lo lamento, lamento haberte engañado hace años con URSS. ¿Ok? Lo lamento. Era joven, estúpido, voluble, y tu no eras el mejor novio que digamos, éramos tóxicos, por todos los problemas, tu odio constante, mi repudio, no podíamos estar mas tiempo juntos, ya fuera por URSS o por nadie, habíamos terminado igual.
Y después en un intercambio de miradas, ambos comenzaron a reír. USA acariciaba el cabello de México, y México disfrutaba las caricias. ¿Qué es esto? ¿Qué pasa con ellos? La vez pasada estaban gritándose y ahora parecían buenos amigos conversando de cosas de su vida.
Entonces comprendí que USA tiene mucho terreno ganado con México, y yo para México no soy más que un niño. Joder, ¿Qué debo hacer para que me sonrías así? ¿Para qué hables así conmigo? Pensé, mientras volteaba a verlos y notaba algo inusual.
USA comenzó a vomitar sangre.
– ¡Gringo! – gritó México sosteniéndolo. – No mames, no de nuevo. ¿Qué diablos le pasa a tu gente? ¡Te dije sobre la regulación de armas!
– Shit... – dijo USA escupiendo mas sangre debilitándose. Debería aprovechar y usar esto a mi favor, pero ahora, estoy seguro que México me repudiaría por algo tan vil.
– No me hagas esto, no cuando Canadá se fue. Sabes que no puedo darte yo, yo no puedo darte... no puedo darte energía y recursos para que te recuperes porque tú, tú volverás a ser... USA, no quiero...
– Por favor... Por favor... – USA se aferraba al mexicano, abrazándolo mientras tosía más sangre – Por favor...
– Sabes lo que te pasa, te da abstinencia y... no eres tú cuando, USA, no quiero que me lastimes.
– México... solo una vez más. No puedo respirar – dijo el americano vomitando más sangre – Ayúdame... joder, muérdeme también, toma lo que yo no necesito. – dijo USA y México abrió los ojos mirándolo
– Al mismo tiempo, ¿Ok? Una, dos... tres.
Y los vi, a ambos mordiéndose y abrazándose mientras absorbían cosas el uno del otro. Los celos se apoderaban de mi, pero, al menos, lo único bueno de esto, era que fue hasta ese momento que entendí lo que realmente pasaba con USA y México.
México se puso rojo, una simple fiebre mientras absorbía, pero USA, se puso como loco, tomando más y más, como un adicto que vuelve a su droga favorita. Hubo un momento donde México acabo separándose, pero USA lo sometió sin querer soltarlo. México puso una cara de pánico mientras comenzaba a empujar a USA, su celular comenzaba a sonar como loco, el dólar estaba en aumento, había una amenaza de aranceles. USA quiere todo de México, y eso se refleja en su gobierno.
– ¡Suéltalo USA! – Grité quitándoselo de encima a México. – No vuelvas a tocarlo.
Creo que todos guardamos silencio después de ello. Pero para mi sorpresa, México me aparto, dándome un suave empujón mientras se sostenía el cuello, inclinándose para ver a USA. ¿Por qué diablos te importa? Deberías dejarlo y solo mirarme a mí, ¿Qué diablos México? No, por dios no, estoy sonando como mi padre, México y USA han estado cerca desde que eran colonias, es eso, su enorme amistad, su odio y amor, es eso, son amigos.
– Lo lamento. – contestó USA tomando la mano de México. – No puedo controlarlo. No sé qué pasa conmigo, lamento esto, y... México, el... el tiroteo...
– ¿Uh? – El celular de México sonó y después pude ver salir suaves gotas de sangre de su boca. – Oh... ¿Mi gente? Ja, ¿A que extremo nos odias?
– ¿Odiar? Yo no los...
– ¡Joder Gringo! Tu presidente no tiene mas que odio hacia mi gente.
– ¡Pues tal vez no lo tendría si dejaran de ser ilegales en mis tierras! – gritó el americano. – ¡Es tu culpa!
– ¿Mi culpa? He tratado de todo, pero realmente no puedo hacerlo sin...
– ¡Es tu maldita corrupción, México! ¡Por eso no eres más que un tercermundista! Tu mayor triunfo es ser mi jodido patio trasero.
México frunció el ceño molesto, apartando a USA de sus manos. El rostro de USA era un poema de arrepentimiento, ni siquiera yo sé de dónde salió eso. Solo vi a México sacar unas vendas de su bolsillo y comenzar a vendar su cuello.
– No somos tu patio trasero, nunca lo fuimos. – dijo el mexicano mirándolo – Te lo demostrare, y seré fuerte sin ti, no te necesito. Seré ignorante, pequeño, sin nada que ofrecer, pero tengo algo que tú deseas y nunca tendrás de regreso. Yo tengo cultura, belleza, naturaleza, tradición. Tu dejaste todo eso atrás, ¿Qué se siente estar en la cima y que tus ojos no tengan ningún color? ¿Qué tu piel roja haya desaparecido? Que tus bellas tradiciones se las llevara el viento. Eres uno más, entre todos tus hermanos.
USA frunció el ceño retirándose los anteojos, dejando ver esa cicatriz en su ojo derecho, donde aquellos ojos rojos y robóticos salían a la luz. Era la primera vez que veía eso, la primera vez que veía los ojos de USA. Después de el exterminio de su gente, el sacrifico de su cultura, de su identidad. USA apretó un botón en su pantalón y esos ojos robóticos de pronto parecían normales de nuevo. Es una trampa, para que nadie pueda ver la verdad. México lo sabía, y ahora yo lo sé.
– ¿Por qué me odias tanto USA? ¿Por qué solo me lastimas?
– No te odio, México, yo nunca en mi vida te odiaría. – dijo USA tomándolo de los hombros – Yo no lo hago, es él. Son ellos. – dijo mirándome con repudio – Me fastidias y la verdad solemos tener roces, pero, yo no te odio, yo te... – USA sacudió su cabeza – Yo, a pesar de todo, yo te... shit, como decirlo. México, tu eres el único que comprende mi situación, el único que me ve como lo que soy, no por lo que aparento, el único que ama mis errores y está allí para ayudarme, el único que está allí cuando me ven vencido, México yo te...
– Hermano es hora de irnos.
La voz de Canadá retumbando en el pasillo se hizo plena.
No había visto a Canadá con la mirada fría y dispuesto a matar a USA como lo estaba haciendo simplemente con la vista. USA frunció el ceño, y, con la ayuda de México, se colocó de nuevo sus lentes obscuros. México le dio una leve palmada en el pecho, y el americano se lanzó a abrazarlo.
México respondió el abrazo, porque ante los ojos de México, USA estaba herido, y quería confort. USA tenía problemas que, al parecer, México es el único que puede comprenderlo. USA y México tienen una unión especial, eso se notaba a kilómetros, pero, joder...
Pero ante mi mirada y la de Canadá, ese abrazo era una advertencia. La sonrisa en USA, sus ojos, todo, solo está tratando de marcar territorio. Nos esta mandando un mensaje a ambos, sobre que él era el único que podría tener a México para siempre.
– Oh... – dije, bien, así que así es como piensa jugar, pues juguemos. Lo había juzgado mal, no odia a México. Lo quiere de vuelta.
Ahora tiene sentido todo. Reaccionamos de tres distintas formas a la toma de recursos; Fiebre, excitación, o adicción. USA reacciona a México como una adicción, y por ello, México es una droga de recursos, sus cambios de humor, su agresividad hacia él, se deben a la abstinencia que le da no poder absorber nada de mi México. Así que USA es bueno con México cuando logra superar esa abstinencia, pero, apenas toma algo de él de nuevo, y comienza el ciclo una y otra vez.
Además, de Canadá y yo, creo que USA es el que más historia tiene con él, y eso ya es ventaja.
Canadá reacciona a México igual que yo, por la compatibilidad que hay, nos excitamos con él. Pero, la pregunta es, ¿México se deja tocar por él? Joder, sé que son algo, pero espero ya haya terminado eso. Entre los tres, soy el que mas tengo que perder, porque ni siquiera soy cercano a México.
– ¿Estarás bien? – dijo México viendo a USA.
– Si, estaré bien ahora. – contesto el idiota acariciándole la mejilla – Let's go brother. ¡Oh! México, puedes venir con nosotros, de todos modos, vamos a casa.
– Los alcanzo más tarde, tengo que ver a Chile antes.
– Bien, nos vemos en el avión. – Antes de retirarse, USA me dio una mirada de victoria sobre sus lentes y después fue con Canadá retirándose.
Joder, lo sabe, sabe que me tiene ventaja, sabe que México no siente absolutamente nada por mí, joder, lo sabe, ¿Ahora qué hago? ¿Qué tengo que hacer para convertirme en la primera opción de México? Aunque, como era costumbre, México no me dio tiempo de pensar, porque solo acabo de acomodar sus vendas en el cuello, y comenzó a alejarse de allí. Lo único que pensó mi cerebro fue detenerlo sujetándole el brazo.
– ¿Qué pasa Tripalosky? – dijo México mirándome, sus ojos son muy hermosos realmente, o puede ser el efecto del enamoramiento. – Tengo cosas que hacer, así que...
– Sobre lo que paso, yo... hm... – no sabía que decirle, ¿Qué decirle? – Yo, ah... México, yo...
El me miro alzando una ceja y después puso sus manos en mi pecho.
– ¿Me dejas morderte? – dijo sonriente, ladeando la cabeza – En lo que formulas en tu cabeza que quieres decirme, me vendría bien darte un mordisco y poder recuperar energías. Ahora realmente solo estoy de pie, porque me acostumbre a estar débil mucho tiempo.
¿Qué? ¿Qué había dicho? Solo pude sonreír acariciándole una mejilla. Dios, solo quiero besarlo, necesito besarlo.
– Estoy herido. No creo que sea buena idea darte algo cuando apenas estoy recuperándome.
– Yo también. – contestó – Fue tu culpa que me atacaran, debiste estar en tu casa. Me debes una. – dijo, dándome la más dulces de las sonrisas. – Además, tardaste en intervenir con USA, si estabas de chismoso, al menos metete al chisme cuando se te necesita.
– Perdona.
Nos quedamos viendo momentáneamente y después unas risas salieron de ambos. Había sido descubierto, y a México no parecía importarle, solo estaba allí, dándome suaves palmadas mientras reía, mientras sus dulces labios se estiraban, mientras esos hoyuelos en sus mejillas se marcaban, mientras era mas hermoso que ayer, que hace una hora, que hace un segundo.
No pude evitarlo, realmente traté de no hacerlo, pero, mis manos se movieron solas, y me incliné para besarlo dulcemente en los labios, pegando su cintura a mí, sosteniendo su pequeño cuerpo con él mío. Y debí haberlo evitado, debí detener mis deseos, debí detener mis pensamientos. Joder, sus dulces y perfectos labios.
Pero, no estaba dentro de mis fantasías, así que, cuando mordí levemente su labio, acabé con un puñetazo en la cara.
– ¡Maldito tres rayas! – gritó empujándome, pero, muy débil – ¡Te aprovechas de mi estado! ¡Jodido idiota! No sé qué idea tengas Tripalosky, pero no pienso aceptar que me beses, nuestra relación es pura cordialidad. ¡Si quieres alguien con quien aliviar tus hormonas de puberto, ve con alguien más!
Y si hubiera sido el de antes, lo hubiera dejado ir, y me hubiera ido a deprimir a mi casa. Si hubiera sido esa persona, pero no lo fui. No lo fui porque estaba harto de la indiferencia de México, de que me dijera niño, de que me mirara como si estuviera hablando con un infante. Estaba harto, así que lo jalé, besándolo pegándolo contra la pared, mientras acariciaba sus dulces mejillas, sin detenerme, introduciendo más mis lengua, dejándolo sin aliento.
– Quédate un día más. Permíteme un día más contigo México. Solo quiero conocerte.
– ¡No, chinga tu madre! – dijo el mexicano empujándome, pero voli a besarle y a volver a acariciar sus dulces mejillas sonrojadas.
Seguí así, hasta que los golpes de México pararon, y solo comenzó a aferrarse a mí, mientras deslizaba sus dulces manos por mi abdomen. Sentí una punzada en el estomago y profundice el beso abrazándome mas a él.
– Déjame... – jade mirándolo a sus bellos ojos – déjame demostrarte que te quiero en realidad, así que, un día, si después de ese día no sientes absolutamente nada por mí, prometo no dirigirte de nuevo la palabra si eso es lo que quieres.
– ¿Querer? – México jadeo mirándome, embobado y algo desorientado. – Estas loco, no tienes idea de que es querer.
– Te he visto antes, por favor, sé que no lo entiendes, pero quiero... acercarme a ti, México, Tus colores son hermosos, tan vivos, tan perfectos, siento envidia y tanto amor por ello y por ti.
– ...
Mpexico se quedo estatico en su lugar mirándome, para después jalar mi rostro cerca de él y mirándome directamente a los ojos. No entendia que quería, pero no me quejaba, solo lo tenia analizándome de arriba abajo.
– ... Hablas igual que ese sujeto. El tenia un ojo violeta como el tuyo, y uno rojo como el de URSS. Son familia, eso es obvio, joder, que decir lo mismo que el dijo...
– ¿Quién? – dije confundido mirándolo, ¿De que habla?
– Imperio Ruso. Ese jodido imperio. – dijo Mexico frunciendo el ceño.
No supe que mas decir, solo quedándome viendo sus ojos mientras este me veía con molestia. ¿Imperio Ruso? Es... es de mi... Sería algo asi, como un ancestro para mi, ¿No?
– Nunca lo conocí – dije mirándolo. – Padre nunca lo menciono.
– Que bueno, era un idiota sin remedio. Con palabras bonitas quería todo a sus pies, viendo a todos los demás como inferiores hasta que... ugh... – México paso una mano por su cabellera mirándome – Hasta que su pueblo se cansó de los escases.
– ¿Lo conociste?
– Algo así, fue hace años. – contestó pegando su frente a mi pecho – es una época que no me gusta recordar. Donde yo tenía grilletes, y tanta sangre seca en mi cuerpo. Donde a aquel que le vestí de joyas y riquezas, solo me escupió en la cara para hacerme su esclavo. Era un niño joder...
México suspiró y después me miro acariciando mi cabello.
– Un día Rusia, no más. Además, me gustaría recorrer Moscú, y es la mejor oportunidad si te tengo de guía. – contestó levemente sonrojado – Probaste tu punto, no eres un niño.
– No lo soy – sonreí suavemente y México me dio una suave media sonrisa.
joder, solo con esa promesa a medias estaba feliz, o debería haberlo estado, porque tenia un cuchillo en mi garganta. ONU estaba en su oficina, y había mandado a llamar a Canada y USA, los sento en las sillas y después con su mirada fría dijo mi sentencia.
– Interrogare a URSS. – dijo, y ambos countrys se quedaron impresionados.
– ONU, los sentenciados no tienen palabra – dijo Canada – Ya se dijo todo.
– No creo la versión de Rusia y Mpexico. – contesto la maquina – Siento que mienten. Asi que, para librarme de ello, si la versión de URSS es la misma que ellos me dieron, entonces procedere a matarlo, pero, si es diferente. Entonces, creo que tendre que ejecutar a dos países mas, por poner en riesgo la seguridad mundial.
– ¡¿Qué?! ¡México no tiene nada que ver! – gritó USA levantándose – Maldita maquina estas tomando deciciones por tu puta cuenta y...
USA no pudo decir nada mas, las alas filosas y metálicas de ONU se postraron en el cuello de ambos countrys.
– Me programaron para buscar siempre la paz, a veces la paz tienes que ejercerse con mano dura y sangre, si se quiere un equilibrio en el planeta. USA, si encuentras pruebas de que México no tiene nada que ver, lo considerare, pero, si no hay nada y él esta implicado. Entonces no tendre mas que acabar con su destino. Les doy Veinticuatro horas, las mismas que usare con URSS antes de que muera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top