ONE SHOT - Las Rosas Tienen Espinas Azules


LAS ROSAS TIENEN ESPINAS AZULES

.

.

.

Conozcamos más de UK con este ONE SHOT 7u7

.

.

.

.


Creo que es tiempo de que escuchen una historia que se repite cada vez que hay una tormenta como esta, una que se murmura, una que se vive. Recuerden, que cuando la rosa gotea sangre, es tiempo de esconderse.


Había una historia que solían murmurar entre las frías y húmedas calles de Londres después de una tormenta. Una que contaba un juego, una que contaba una historia.


Podías escuchar a la gente reunirse en viejas tabernas, prostíbulos, o una simple casa, sea cual sea el lugar, después de la tormenta se tenían que refugiar.



La historia contaba sobre un rey, que al perder a su reina, salió a la calle en busca de su alma, pero, al no encontrarla, buscaba en bellas doncellas un alma que pudiera unir a la suya. Y la única forma en la que el rey podría tener un alma, es arrancarla de la doncella.



Solo hay una forma de tocar el alma. Es a través de la muerte.



El juego era simple, no salir después de la tormenta, no salir en las noches cuando el búho lanza la primera alarma. No salir antes del amanecer, ya que es el punto más obscuro de la noche.



Así que Inglaterra conoce la lección, Irlanda la murmuraba antes de dormir, Gales lanzaba una plegaria al viento y Escocia degustaba un cigarrillo antes del amanecer.


Así es, todo Reino Unido temblaba al pensar, que aquel rey los podría visitar.



Ya que el rey sigue en busca de un alma, a veces pasan años sin que aparezca, pero, siempre llega el día, siempre llega el momento, dónde la sangre se mezcla con las gotas de lluvia, y la vida de una doncella o un caballero es arrebatada.


Recuerden, Recuerden, que al final de la tormenta viene la muerte.




— ¿En serio quieren que creamos eso? ¿Es un invento del gobierno acaso? —dijo la joven mujer pagando su bebida. — Las historias de fantasmas nunca me llamaron la atención, pero gracias por la bebida, con permiso.


Una simple taberna en Londres, en una fría noche de tormenta, donde una mujer de largo abrigo rojo se refugiaba, y donde se podía ver a los londinenses tranquilos, disfrutando del calor en la chimenea, mientras esperaban a que la lluvia terminara, y así poder regresar a la seguridad de sus hogares.


— Señorita. — respondió el cantinero. — No regrese sola, ¿Quiere qué llame a un taxi?


— Señor, ¿Tiene miedo a esa historia antigua que se murmura por todo Reino Unido? — contestó la joven.


— Uno debe mantenerse alerta de rumores que circulan por todo lugar. Si le dijera que, en el bosque, hay una manada de lobos que sale cada tercer día a cazar. Y todas las personas del pueblo lo confirmaran. ¿Usted saldría a acampar esa noche?


— Supongo que no, pero, no estamos en ningún bosque. Agradezco su simpatía al quererme ayudar, pero se cuidarme sola, tenga buena noche, con permiso.


Y con delicadeza, puso el dinero en la barra, poniéndose ese gorro en la cabeza y cerrando ese abrigo rojo que cubría un fino vestido negro por debajo. La mujer era bellísima, una musa de la belleza, cabello rubio, ojos verdes, ninguna imperfección en el rostro o cuerpo, una bendición para la mirada, era todo, y ahora se retiraba de esa fría taberna, donde abrió su paraguas, notando aun la lluvia, algo leve, por las calles de Londres.


"London Bridge is falling down, Falling down, falling down..." — cantaba la mujer, por aquellas calles vacías, encendiendo un cigarrillo para mantenerse caliente, mientras escuchaba el golpetear de sus tacones en el suelo. – "London Bridge is falling down My fair lady..."


Detuvo el golpetear de sus tacones hasta llegar a la parada de taxis, donde al mirar alrededor, quedo sentada esperando al próximo que se estacionara allí. El frío ya se reflejaba en esas mejillas pálidas, que ahora rojizas por el viento se notaban, su nariz de un color igual, y ese suave temblor en sus piernas se dejaba ver.


La noche en Reino Unido es más gris después de la tormenta. Dónde una mujer con un abrigo rojo fuma un cigarrillo, esperando en la parada de taxis.


— ¡Bloody hell! – escuchó la mujer haciéndola voltear, para ver a un oficinista entrar de golpe a la parada, temblando de frio, sosteniendo su maletín. – Fuck...


El hombre ni siquiera ha notado la presencia de la mujer, está absorto en su propio mundo, con un maletín goteando, unos lentes empañados, mojado de pies a cabeza. Lo único que puede hacer es pasar su mano por la negra cabellera y mirar su celular viendo lo tarde que es.


— ¿Mal día? — dijo la mujer mirando al hombre. — ¿No es así?


— Supongo. — respondió el hombre dejando ver su rostro.


No era un hombre común. Tenía un rostro atractivo y único, con unos potentes ojos azules, una voz gruesa y perfecta, con el acento británico que le daba el toque sensual a cualquier palabra. Un cuerpo trabajado, que se dejaba ver ahora con la camiseta pegada a su cuerpo, unos bellos labios rojizos por el frio, que daban ganas de morderlos.


— Al menos me alegra no ser el único, señorita. – Comentó el hombre dando una suave sonrisa, para después, volver su mirada a su celular.


— Isabel. — dijo la mujer, exigiendo la atención del hombre. — Mi nombre es Isabel.


— Un placer señorita Isabel, soy Desmond, un honor en conocerla en esta parada de taxis, empapado y sin nada bueno que decirle. – respondió el hombre, provocando la risa de la mujer.


— ¿Qué no es así como las mejores historias ocurren?


— ¿Empapados?


— Espontáneas.


Probablemente en un juego, uno se daría cuenta de las falsas sonrisas, y el coqueteo oportunista. En un juego, vigilas a tu rival, ves cada movimiento sin realmente prestarle atención. Es como un cazador en busca de su presa. Poco a poco se acerca con movimientos lentos, hasta conseguir lo que quiere. En un juego, notas todo a tu alrededor, pero, en la vida real, se hace más difícil notarlo. Mas cuando el ansia de sentir placer, el deseo por alguien más, te ciega a morir.


— ¿Tiene frio señorita, Isabel? – Preguntó el hombre mirándola.


— ¿Por qué lo dice?


— No deja de frotar sus piernas entre sí. – respondió con una sonrisa. – Es eso, oh, dejándome llevar por mi mente, pienso que tal vez haya un poco de deseo en ese simple movimiento.


— ¿Qué si lo hay? ¿Le molesta que mujeres le deseen? – El hombre sonrió ante la mujer, una mujer fuerte, una mujer que sabía lo que quería.


— En absoluto, me siento halagado.


— Entonces, ¿Qué podríamos hacer ante esta situación?


— ¿Tiene algún plan en mente? – respondió el hombre con una sonrisa.


— ¿Te gustaría que compartiéramos el taxi? — una simple propuesta de noche, dónde la mujer tenía en la mira a su objetivo. — planeaba solo llegar y tal vez tomar una ducha en mi casa, pero ahora, puedo prestarte mi ducha y podemos ver qué se nos ocurre después hacer.


— ¿Confiaría en un extraño de la parada del taxi? ¿Qué si tengo planes?


— No somos extraños, hemos hablado la última media hora, además, puedo notar a un hombre ansioso por una mujer. Pero, si aun hubiera duda en usted, dígame, ¿Tienes algún plan, Desmond? – preguntó la mujer, sin apartar esos ojos verdes del hombre.


— Ninguno, al menos no lo tenía hasta que me dejo ver sus piernas, entonces me armé un plan, en donde quiero subir a ese taxi con usted y después, con su permiso, estar entre ellas. – respondió el hombre. Y una vez acabado el acto, me veré en la necesidad de pedirle prestada su ducha.


— Yo aceptaré encantada.


Y una sonrisa cómplice en ambos se formó, mientras aquel auto los recogía y se dirigían a un distrito elegante. El hombre miraba impresionado las riquezas de aquel distrito, mirando iluso a la mujer que le devolvía la mirada con una sonrisa. Fue allí donde comenzó a preguntarse muchas cosas. Cosas que debió preguntarse desde un inicio, cosas que no notó, cegado por un bello rostro y espectaculares piernas.


¿Qué hace una mujer rica esperando un taxi? ¿Qué hace una mujer de esta alcurnia esperando bajo la tormenta? Y fue allí cuando el hombre comenzó a sentir algo de nerviosismo. Fue allí donde se dio cuenta, que tal vez se había metido a la boca del león.


— Isabel...


— ¿Si?


— Creo que es mejor que me retire por hoy. Agradezco tu amabilidad, pero, cuando te dejen en tu hogar, tomaré el taxi de regreso. – Dijo el hombre a lo que la mujer sonrió, para después solo mirar por la ventana.


En el viaje el hombre sintió algo de metal pegando a sus costados, y cuando miró, vio una pistola apuntándole. Sintió su garganta cerrarse, y un miedo escalar por su espalda, para al final, no hacer mas que tratar de mantener la situación bajo control.


Mas cuando el taxi había frenado frente a una mansión.


— Entonces, Desmond, ¿Entrarás? – preguntó la mujer viéndole.


— Si.


— Vamos.


Y así lo hizo, al entrar en esa mansión, la mujer retiró ese abrigo, dejando ver el cuerpo espectacular en ese diminuto vestido negro. Para después apuntar con el arma al hombre. Y al final, un silencio total, hasta que la mujer tiró el arma contra la pared, sorprendiendo al hombre.


— Estás haciéndolo de nuevo. – comento la bella chica. – Vienes, buscas, y te vas.


— ...


— ¡UK!


— Por dios Francia, no sabía que también habías venido aquí. ¿Una mujer? ¿Acaso buscabas un poco de acción conmigo? No es el ciclo, guarda tu trasero necesitado de verga para alguien más.


Y en un dos por tres, esos humanos comenzaron a colorearse la piel muy débilmente, como si un maquillaje corrido en el rostro se tratara, para reflejar la bandera de Reino Unido, y la bandera francesa. Dos country, haciéndose pasar por humanos, en una fría noche de tormenta.


— Guárdate tus palabras "hirientes" al final, vas a regresar a mi lloriqueando, voy a disfrutarlo mucho, pero ese no es el caso, no vengo aquí a reclamarte que como mi estúpida alma gemela vengas conmigo. Sino, vengo a ponerte un alto. ONU ya lo sabe, si matas a alguien más...


— Ninguno de esos humanos es de alguien más, son mis humanos, yo hago lo que quiera con ellos.


— ¡Están muriendo!


— Están cogiendo antes de morir, yo considero eso, una buena partida.


— ¡UK!


— ¿Qué? – contestó tajante la unión mirándolo. – Luces... bien.


— ... No vengas en unos años a mi puerta llorando por comprensión. Porque no voy...


— Vas a abrirla, y vas a escucharme llorar, y vas a abrazarme, y vas a amarme poco a poco. – sonrió la unión. – Porque estás tan jodido como yo, y sabes que, al final de todo, Francia, solo nos tendremos a nosotros dos. Así que si, lamento que tu alma gemela no sea lo que esperabas, y solo sea un atractivo hombre que disfruta coger y matar humanos para su propia satisfacción personal. Con permiso.


Y en un azotón de puerta, el ciclo del rey buscando un alma se repitió.


Al menos así lo vio el francés, después de ver las noticias humanas, y checar las muertes que habían sucedido esa semana en Reino Unido.


— ... Debes parar, idiota. – se dijo el francés al aire, arrojando su copa de vino contra el televisor.

.

.

.

.

.

.

..


Gritos por doquier.


Gritos que parecían no tener fin.


Eso era lo único que podía pensar UK al ver como ONU gritaba de un lado para otro, moviendo papeles en la mano, y poniendo en pantalla los asesinatos que ocurrieron en una semana, en diferentes partes de Londres. De nuevo, la misma lectura, si no era Francia, era este sujeto. Últimamente ya le estaba hartando esto. El juego del asesinato lo venía haciendo muchísimo antes de que incluso esta organización fuera pensada, así que le molestaba que alguien mas joven que él le estuviera regañando.


Al menos Francia era tan viejo, España, Egipto, China, pero no una organización, con pose de diva, que lo único que hace es gritar y gastarse el dinero de USA.


Y ese recuerdo fugaz llegó a su mente, "USA", si, hacia tiempo que no visitaba a ese malagradecido.


— ¡FUISTE AL MUNDO HUMANO! – gritó la organización azotando los papeles en el escritorio. – No solo fuiste, si no, que asesinaste a 20 personas en una semana. ¡Por dios UK!


— Para mí defensa, diría 19 personas, una de ellas quería matarme, alego defensa propia.


— ¡Cierra la boca! – dijo, abriendo las alas, mirando al reino. — ¿Qué diablos crees que haces? Eres el único Country en ir al mundo humano, a asesinar a su propia gente, ¿Qué diablos haces?


— Son mi gente, no he dañado a ningún country en mis prácticas.


— ¡Ese no es el maldito problema!


— Entonces, dime, no lo entiendo, el único dañado soy yo, así que, ¿Por qué diablos me hiciste venir aquí? Interrumpiste mi almuerzo, y además, me haces sentarme, a probar este té comercial, sin un toque de sabor, para mí, esto ya es suficiente castigo.


— ¡Por dios! ¡UK! ¡Saca la cabeza del culo!


— Cuando te alteras así ONU, se forman arrugas en tu rostro, deberías escuchar a Francia, no es bueno enojarse, te envejece mas rápido.


— ¿¡Por qué diablos lo haces!?


— Porque puedo.


— ¡UK!

"Dile lo que quiere oír"


"Por dios, ¿Sabe cómo callarse?"


"Cree que no notaremos esa marca de mordida en su cuello, el cabrón trata de darte una lección, cuando este andaba cogiendo con quien sabe quién, ignóralo"


Ser una unión, con muchos países en tu cabeza, es difícil, escuchar diferentes personalidades, hablar sinfín, alegando muchas cosas, siendo...


"Dile la verdad"


Y el rey había hablado. Inglaterra siempre había tenido un dominio sobre la mente del Reino, eso era seguro.


— Porque lo necesito... — contestó al fin.


— ¿Por qué?


— Porque es la única manera en que no me duele el pecho. Veras, hace mucho tiempo perdí algo, que en ese momento no le tomé importancia, digo, ¿Por qué habría de hacerlo? Era joven, poderoso, un imperio, realmente no me importaba, pero llegó el momento, ese momento en una tormenta, donde vi mi reflejo en el espejo, y allí lo vi. Aquel Imperio que tenía al mundo a sus pies, ahora lloraba frente a su reflejo al recordar lo que sucedió.


— ¿De qué hablas?


— Asesiné a mi predestinada. – sonrió el reino, pasando una mano por ese cabello perfecto y bien peinado. – No he podido sentir amor desde entonces. Puedo fingir enamorarme, puedo fingir para quien sea, al final, sigo disfrutando el placer sexual, el primitivo placer sexual, por supuesto, pero al final de cuentas, no he vuelto a sentir amor, entonces eso se acumula y se acumula, hasta que llega la tormenta y ya no aguanto el dolor de no sentir nada. Y, por lo tanto, busco personas que tengan sangre americana en ellas, y... pues... sucede.


— Ve con OMS, ahora.


— ¿No vas a preguntarme más?


— No trato con lunáticos, OMS sí.


— Herir los sentimientos de alguien no es la mejor manera de reflejar paz mundial.


— Jódete UK, estoy harto de sus problemas, de todos ustedes, solo ve a que te mediquen y que sea la ultima vez que sales al mundo humano.


— Oh ONU, sé que te encantaría que así fuera... pero eso es algo que no voy a poder concederte.


— Es una orden.


— Es una sugerencia. – respondió el reino poniéndose cara a cara con la unión. – No olvides tu lugar, no eres nadie sin nosotros, así que yo estaría mas que feliz con el simple hecho de que me digné venir aquí. No tientes tu suerte, ONU, en lo que respecta a mi persona, tú no tienes poder sobre mis decisiones.


Y acabó con plumas de cristal encajadas en su cuerpo.


"Patético."


"Eso duele, pero, tomémoslo como lección, no venir más con ONU"


"Es imposible que alguien que folla diario sea tan amargado, algo malo hay con él"


— Dios, Cállense por un momento. Ahora me toca hablar con el otro sujeto. Si no es un consejo sobre como lidiar con mini ONU, entonces cierren la boca. – Se dijo a sí mismo el inglés.


"¡Buena suerte!"


Y era lo mismo.


Estar acostado en ese sofá, contándole a OMS lo que pasaba, mientras el reino solo podía notar ciertas cosas, el techo estaba de diferente color, la colonia en OMS era diferente, el cuerpo de OMS era diferente...


"Mira ese cuerpo, ve esa cintura..."


"Debería él estar acostado, no nosotros."


"¿Sigue siendo ilegal abrirle las piernas?"


— Luces sensual, OMS. – dijo el reino mirándolo. – Casi me dan ganas de invitarte a salir.


— UK, por favor, no saldrás de esta sesión hasta que me digas que pasa.


— Bueno, lo intenté.


"No hemos viajado a ver sus tierras en muchos años. Hagámoslo."


La unión suspiró, Inglaterra tenía razón. La única forma de acabar este frenesí de matanza era volver, ya era hora de regresar. Lo sabía, en el fondo, se había sentido incluso bendecido con la visita de USA años atrás, cuando había venido aquí gritando, y haciendo todo un drama sobre México, y ahora, él podría regresarle ese gesto.


— Entonces, con eso, ¿Cómo te sientes UK? Con todo este frenesí de violencia e ira que estas reflejando. ¿Realmente es un desquite con el mundo?


— Me siento bien con ello. – respondió el reino. – Bueno... — "Dile lo que quiere oír". – Me siento triste al no poder sentir amor, así que puede que este usando ese vacío para dejar mis manías controlar mi cabeza. Creo que ONU tiene razón, debería venir mas días a terapia. ¿Me concederías ese tiempo, OMS?


— Por supuesto UK, lo que necesites. – Respondió, siendo tan inocente, como suele serlo, tan único, si, definitivamente era el hermano de ONU. — ¿Por dónde quieres empezar?


— Primero, me gustaría comenzar con una simple historia...


Fue fácil, realmente lo fue.


Inventar una historia sobre un sueño loco, sobre cualquier cosa, hacer que OMS la escuchara, fingir llorar, todo era fácil. Al final, él ya lo había decidido, era tiempo de volver a hacerlo. ¿Seria sencillo? Por supuesto que no. ¿Quién sería la victima? Oh, esa pregunta era muy simple de contestar, tenia que ser él que mas se parece. ¿A que costo? Ninguno, no es como si realmente le importara, al menos no por ahora, tal vez, una vez satisfecho, le importaría sobre él.


"Regresemos a América"


.

.

.

.

.

.

.

.


Pasaron 3 días y tomó un vuelo.


Tenia que volver a ver esa tierra basta, tenia que volver a sentir el aire, tenia que volver en el tiempo, poner su corona en la cabeza y verla solo por unos instantes. Así que lo hizo. Al momento de tocar de nuevo esas tierras, sintió un golpeteo en los pies, si, se sentía feliz, genuinamente feliz de estar allí.


Así que tomó su maleta.


La tomó sonriente, mirando el paisaje, mirando su destino. Bellas y bastas tierras, belleza de paisajes, un lugar único. Si, el nuevo mundo siempre había sido un lugar único en el mundo.


Y al momento de dar unos simples pasos, no pudo mas que ponerse de rodillas y besar el pavimento, un suave roce de labios en él, anunciando su llegada.


— My fair lady, he regresado a casa. USA no ha dado el mejor mantenimiento de tu tierra, pero, nadie podría hacerlo mejor que tú. – se dijo el inglés caminando por el aeropuerto, hasta que un poco de molestia se formo en su frente.


Así que tomó su teléfono.

UK: Sabes que mi Jet aterrizó hoy, justamente hace 10 minutos, y no veo a nadie de tu gente recibirme.

USA: ¿Quién habla?

UK: Tu magnifico y perfecto tutor, y tu tierra madre, imbécil.

USA: oh, el viejo, bueno, ¿Acaso yo te invite a venir?

UK: He decidido venir por mi propia causa. Envía un auto a recogerme, voy para tu casa.

USA: No lo creo...No eres bienvenido, súbete a ese estúpido avión y regresa a tomar té.

UK: ¿Así es como me tratas después de lo que hice por ti?

USA: me destruiste.

UK: Te eduqué, un salvaje como tú no merecía nada, pero soy muy altruista, así que decidí tomarte en brazos y educarte.

USA: jódete UK, ¡Vete de regreso a tu estúpido hogar!

UK: Si eso es lo que quieres, está bien, iré con México entonces, o tal vez Canadá, aun no me decido, creo que iré con el latino, sirve que puedo observar esas caderas perfectas que tiene cuando usa el traje de baño. Si, es verano, así que debe estar disfrutando frente a esas bellas playas, donde puedo ver ese abdomen, ese pecho, esa piel morena que se hace tan deseable. Su cabello largo, delicioso para jalarlo cuando le metes la...

USA: ¡FBI te recogerá ahora! Maldito pervertido, solo tienes un día permitido aquí, después de eso, te largas para siempre.

UK: Gracias América, eres tan amable, aceptaré gustoso tu invitación.

USA: ¡Vete a la mierda!


Tan simple, tan voluble era USA, siempre lo fue.


Preocupándose por un country que acabara regresando a los brazos del ruso, preocupándose por su hermano, un idiota sin más, un idiota que, al fin y al cabo, se parecía demasiado a ella. Tal vez no físicamente, pero la forma de los ojos era igual. Tal vez no físicamente, pero esa rebeldía es igual...


Acabó por llegar a la mansión del americano, quien lo recibió con un gesto de molestia. Y después ambos acabaron por entrar en la sala, donde el americano pidió que se retiraran todos y lo dejaran a solas con su padre. América parecía de buen humor, usando esa playera negra y unos simples jeans con converse, estaba en un día de relajación.


— ¿Dónde esta México? – preguntó el inglés mirando a su hijo. – Veo cosas de él, pero no su presencia, no me digas que en verdad esta en la playa bronceándose...


— En sus tierras, se aproxima el cumpleaños de Boris, así que esta organizando con Rusia una celebración. Yo planeo ir en unos días, ya que Perú y Marco quieren estar al tanto con la celebración. Además, porque Rusia me pidió ayuda.


— ¿Estas feliz?


— Por supuesto.


— ¿Te sientes tranquilo?


— ... Si.


— El ciclo para ti esta terminando. – dijo el inglés. — estas comenzando poco a poco a tratar a México como un amigo, en lugar que tu pareja. Rusia y México están haciéndose cercanos, Perú y tú vuelven a tener comunicación. Esta sucediendo.


— México no me dejaría. Estamos bien como estamos.


— Oh la esperanza como daña tu corazón, América. Tarde o temprano, él te dejará, será tu alma gemela, pero, volverán a separarse. Y lo sabes.


— ¡Nos amamos! Deja de decir estupideces.


— No... no se aman, se necesitan. Descuida, será algo mutuo, él se aburrirá de ti y esperarás otros siglos para estar juntos de nuevo.


— Si solo viniste a hablar mierda, te pido que te retires en este mismo instante. No estoy de humor para soportar tus palabras dañinas, ni para soportarte aquí. ¡No lo estoy!


— La Ira es la primera señal de que el ciclo esta terminando. Y tu falta de memoria igual lo es. – sonrió el británico. – Me has recibido sin recordar ni una gota de lo que pasa cada vez que vengo de esta manera. Es incluso divertido, América, es muy divertido.


— ¿De qué hablas?


— Te pareces mucho a tu madre, ¿Ya te lo había dicho? – sonrió el inglés.


— Mi... madre...


— Dime, ¿Cómo esta tu tobillo? – comentó el reino, cambiando la conversación


— Bien, solo tiene una marca que no entiendo... ¿Qué es?


— Oh eso, cuando vine a estas tierras, vi a Dios en toda su gloria y el te bendijo al tocarte allí como a Canadá.


— ¿Dios? ¿Quieres que crea esa mierda?


— No estoy mintiéndote, así fue. Soy el único que presenció eso, así que créelo idiota.


Y esa mirada de duda apareció de nuevo en el americano. Su ciclo había iniciado, había comenzado a olvidar su origen de nuevo, era incluso divertido, muy divertido.


– Te comento, que luces igual que tu madre hoy, precisamente, ese cabello largo, esas plumas en tu cabellera, esa belleza salvaje. Eres muy parecido a ella.


— ¿Soy igual?


— Si, incluso igual de ingenuo.


— ¿De qué hablas?


— Me abriste las puertas de tu casa, me dejaste entrar, sin recordar que es lo que hago cada vez que vengo de esta manera. Incluso, eres tan estúpido, que me dejaste a mi preparar el té.


Y una suave sonrisa se postro en el inglés. Cuando el americano en poco tiempo comenzó a sudar y jadear.


— ¿Qué diablos me hiciste?


— Ingenuo y volátil... oh América, siempre has sido un deleite para mí. – dijo el reino. – En unos minutos estarás de rodillas pidiéndome que te folle a morir. Cosa que haré... Considéralo un privilegio, no es algo que realmente ame hacer, pero debo hacer algo o voy a morirme de este sentimiento de vacío.


— P—por favor... No, por favor, si alguna vez me amaste...


— Ese es el problema USA, nunca he amado a alguien.


— ¡King! – gritó el americano comenzando a lagrimear. — ¡Por favor!


— Lo lamento USA, tu único consuelo es que olvidarás todo...


Y sucedió.


Esos ojos en el americano se volvieron cafés, de lo dilatada que estaba su pupila. Se dedicó a desnudarlo lento, besando cada gota de sudor que caía de ese maravilloso cuerpo, beso esos labios deseosos de contacto, mientras en la perdición de USA, el reino se hizo presente. Completamente adoró como esa ex colonia chupaba desesperado su miembro, como si su vida dependiera de ello, como movía las caderas de manera lasciva para incitar al reino a tomarlo, como mostraba ese cuerpo, incitándolo, llamándolo.


"Mi Rey..."


Esa voz de nuevo regresaba a él. Su dulce dama, su perfecta dama. De nuevo era recordar verla, entre un paraíso sin igual, donde lo invitaba a tomar asiento a lado de ella, frente a esa enorme fogata. Sonrió entre sus memorias, la simpleza de esa mujer lo había hechizado.


Cuando se dio cuenta, tenía ese cuerpo lascivo encima, esas bellas curvas, esa bella piel. Si, un conquistador estaba siendo conquistado por el cuerpo más salvaje que había encontrado. Solo un poco más, solo eso pedía, un minuto más en vida con ella, solo eso. Si tan solo, ese día. Pudiera habido controlarse, pudiera detenerse, haría lo que fuera para no haber derramado su sangre.


Si tan solo...


— ¡UK! ¡Harder daddy! – Gimió el americano encima de él, moviendo esas caderas de arriba abajo, montándolo con deseo y desesperación. La droga era fuerte, ese muchacho estaba perdido, pero ese cuerpo, ese rostro, esa esencia es lo más cercano que podía tener.


El placer era inigualable, ese deseo en su interior se multiplicaba con cada embestida, con cada rasguño o beso que proporcionaba a ese lado salvaje de América. Casi podía ver de nuevo el maquillaje en su rostro, ver ese par de plumas en su cabello multiplicarse, ver de nuevo la corona de los salvajes en su cabeza. Le ponía, le excitaba bastante ver a América de esa forma, de la forma que el solo puede sacar, su lado nativo, solo él, solo él puede sacar ese lado.


Solo las almas predestinadas pueden aflorar el amor núcleo del otro.


Pero esa ilusión se fue segundos después, América era una nueva persona, no era su predestinada, solo tenía rastros de sangre de ella, era una lástima, lo sabía, pero esos segundos le darían la energía suficiente para vivir otros siglos más sin ese vacío en su persona.


Prácticamente lo trato como un perro en celo, no soltó al americano hasta que este estuviera repleto de él, goteando su esencia, mientras veía la sangre combinarse con el sudor. Mordió de aquí allá, lamiendo, chupando, mordiendo, todo lo que pudiera para manchar ese cuerpo blanquecino de sangre a morir.


— ¡AH! ¡UK! ¡MORE! – el americano estaba cegado por el placer, que ni siquiera noto cual herido estaba su cuerpo, cuanta sangre había perdido, cuanto había chupado a morir el reino de él.


— No tienes idea como me pone saborearte... Una gota tuya sabe tanto a ella, la sangre recorriendo esta piel salvaje, el rojo manchando el blanco de tu piel hasta el amanecer.


Fue una noche larga, lo fue, tanto que acabo agotado, así que alado de ese cuerpo ensangrentado y sudoroso, decidió dormir, al menos, hasta el amanecer, y lidiar con los dramas que América haría...


Si, solo dramas...

.

.

.

.

.

.

.

.


Al menos hasta que despertó.


Porque al despertar, solo se vio a si mismo amarrado a una silla, completamente desnudo, mientras el americano lo miraba con desprecio. Oh rayos... se había descuidado, él sabía que tenía que irse anoche, pero no, el cansancio le ganó, tal vez no debió abusar mucho de América.


— ¿Qué haces USA? – preguntó el inglés mirándolo. — ¿Vas a violarme? Dios, ni en las torturas eres original.


— Maldito hijo de puta, ni siquiera te arrepientes de lo que me hiciste. – dijo el americano mirándole. – Desperté con dolor y cortadas en todo mi cuerpo, y no solo eso, en la ducha solo veía caer tu maldito y asquerosos semen combinado con mi sangre de mi culo, ¡No solo me tomaste contra mi voluntad! ¡Sino que manchaste mi cuerpo a morir!


— No escuche quejas anoche de eso. – contestó cínicamente el reino. – Estabas demasiado ocupado moviendo ese culo de puta que tienes.


— ¡Me tenías drogado UK!


— Nunca hubieras aceptado si te lo pedía. Así que tenía que usar cosas... menos ortodoxas.


— ¡Maldito hijo de puta! Por supuesto que no, sufrí abusos de ti desde que era una colonia, ¿Crees que dejaría que me tocaras de nuevo? ¿Crees que lo haría?


— No es que quisiera hacerlo, lo necesitaba USA.


— ... Nunca cambias, ¿Verdad? Siempre, tiene que ser tu propio beneficio, tu propio sufrimiento, porque el de los demás no cuenta. Bueno, entonces, "padre", haremos que este sea tu propio sufrimiento.


Y lo hizo.


El americano se retiró la camiseta mostrando esas heridas con vendas para después tomar un cuchillo y cortar su muñeca. Apenas una gota salió, el reino contempló la belleza de eso, una dulce gota de sangre que caía en el suelo. Sintió la excitación comenzar a subir, más cuando el americano, usando la sangre que salía, maquillaba en su rostro aquel antiguo maquillaje de su madre, aquel maquillaje de una tribu que desapareció. Ver esas dulces gotas caer en esa piel blanca, ver el rojo tomando vida mientras el americano notaba la reacción del reino.


— Maldito enfermo amante de la sangre... Deseas lamer y comerla, ¿No es así?


— ...tsk...


— Oh el imperio, rebajado a solo ser un reino unido... Pobre, pobre Imperio...


— Cierra la boca.


— No, tu ciérrala. – dijo el americano, acercándose y sentándose en el regazo del mayor, dejando gotas caer cerca de la boca del inglés, pero sin dejarlo probar.


Sentía su sangre arder, tan cerca el dulce aroma, tan cerca de su boca para poder degustarla, para poder saborearla, necesitaba más. Estiró su lengua para querer tomar una gota, la gota que estaba más cerca de su boca, y apenas hizo eso, el americano se acercó a besarlo, para después sentir el dolor y ardor al ver cómo le arrancaban la lengua. En una mordida fuerte, perdió la mitad, mientras sentía los chorros de sangre correr por su boca.


"Creo que, realmente es igual a su madre."


Me dolía, claro que dolía.


Por supuesto que dolía, pero no iba a darle la satisfacción de verme sufrir, menos cuando el bastardo sigue teniendo mi lengua en su boca. Y después el sin vergüenza la escupió como si fuera un simple pedazo de carne. Ese pedazo tiene más sangre de Imperio que este hijo de puta desearía tener.


— Asqueroso, como el resto de ti. Al menos le gané a Francia, si hay una manera de callarte que no sea con té, ni alguien chupándote la verga. – dijo, mientras controlaba en no gritar, realmente tenía que controlar el dolor, no voy a darle la satisfacción, de hecho, me gusta, amo la sangre, amo... lo que puedo, saborear un poco con lo que resta de mi lengua, así que estaré bien, solo necesito...


— Mira cómo estás aquí... realmente eres un enfermo UK, ve que duro estás por esa pequeña, mínima muestra de violencia. No, estoy equivocado, no es que te guste la violencia, es la maldita sangre... Recapitulemos, ¿Quieres? – sonrió mirándome, comenzando a curar sus heridas. – El Imperio Británico tenía las manos repletas de sangre de inocentes, pero nunca fue por la razón de Imperio Alemán, o Imperio Ruso, por lo que mancho sus manos de sangre. Hay una simple regla, y lo sabes. Un Imperio es una dictadura, puede ser buena o mala, depende de ellos, pero, la regla en sí, es que deben conquistar algo, entre más tierra conquisten, más grande, más brillante, más colorida es la maldita corona de oro. Ellos lo hacían por avaricia, pero tú... siempre lo hiciste por diversión, hasta el día de hoy, no puedes controlar tu sed... Estoy seguro que el rey... — dijo tomando un cuchillo, acercándolo a mi pecho. – Ese jodido idiota, que te conforma, vive y controla todo reino. Es por eso que te llamo padre, escondido dentro de ti... Jodido Inglaterra. Es un cáncer para este mundo, tu eres un cáncer para este mundo, siempre, buscando y buscando, sin parar, tu corona de nuevo, es por ello que no soportaste estar bajo las reglas de Unión Europea.


Me quejé, cuando sentí ese cuchillo entrar desde la mitad de mi pecho, comenzando a bajar hasta mi ombligo, viendo como toda esa sangre comenzaba a salir, con mis jodidos órganos con él, no voy a dártelo maldito hijo de puta, no vas a verme suplicar, moriré así, soportaré el dolor, tú no tienes idea que esto no es nada comparado a lo que he sentido.


— Así que, como tu asqueroso intestino ahora, escapaste. Reino Unido no caerá, tienes un as bajo la manga, lo sé, todos piensan que tu economía se perderá, pero sé que no, conozco un maldito jugador cuando lo veo, no sé cómo diablos vas a sobrevivir, o como te obligas a sobrevivir, pero te diré algo, antes de que pierdas la consciencia. No vuelvas a buscarme nunca más.


Y lo consiguió.


Grité.


Digo, ¿Quién no gritaría?


El jodido idiota, paso ese cuchillo desde mi uretra, cortando hacia abajo, para partir mi miembro a la mitad, la cantidad de sangre que brotó fue inmensa, debo admitirlo, fue mas de lo que esperaba.


Pero, grité porque me habían quitado el miembro, no por el dolor, al final necesitaba mi cuerpo para conseguir lo que quería.


Grité, hasta perder la consciencia.


Hmm... al parecer mi manzana no cayó tan lejos del árbol. Si Canadá saco mi adicción al sexo, tu sacaste mi sadismo, bravo, USA, hiciste a papá orgulloso hoy.

.

.

.

.

.

.

.

..


Al abrir los ojos, me encontraba en un avión, mi cuerpo tenia cicatrices, pero se estaban recuperando. Mi miembro estaba bien, gracias a dios. Y fue allí cuando vi un poco de rosas, rojas y potentes en un fino florero. Para después ver al frente, y ver a Francia, dormido, mientras... oh.


Joder, ahora le voy a deber una.


Me levanté y detuve la transfusión sanguínea, cosa que lo hizo despertar, y cuando pensé que se iba a lanzar abrazándome, lo único que hizo fue abofetear mi rostro. Esta no es la manera en la que recibes a alguien que casi... bueno, no me iba a morir, pero hubiera sido doloroso recuperarse por mí mismo.


— Idiota. Te lo dije. – sentenció furioso. – No te acerques a USA. Ni a Canadá de nuevo.


— ¿Quién va a detenerme? ¿Tú? No me hagas reír.


— No... tú lo harás. – sonrió para mí. – Vamos a mi casa, te dejare dormir en la alfombra del perro, agradece que me compadezco de ti.


— ¿Por qué fuiste?


— USA me llamó a que fuera a recoger tu trasero en lo que él iba a encontrarse con México y Rusia. También me dio esas rosas, como un regalo de él, en señal de que te mejores. No puedo creer que, aun así, no te haya arrancado la cabeza, supongo que muy dentro de él, te quiere.


— Es su sangre la que habla y me protege... — sonreí, sentándome, mirando esas rosas. – Son hermosas, las rosas, es una lástima que tengan espinas azules.


— ¿De qué hablas? Las rosas no tienen...


— Oh, si tienen, sembré una semilla azul desde hace mucho, sabes, podría, tal vez, aceptar la derrota de no tener mi corona, si al final, fuera una rosa la que me matará con sus espinas... Solo el tiempo lo dirá, supongo, pero por ahora... disfrutaré el tiempo. Tengo muchas cosas que hacer antes de que él trate de quitarme lo que me pertenece.


— ¿UK?


— Shhh... solo pon mi música, y déjala tocar, que hoy me demostraron, que mi sangre es más espesa que el agua.


Y con el sonido del rock de fondo, en el solo de guitarra, el inglés sonrió a su destino, mirando por la ventana, para lamer con su nueva lengua, la gota seca de sangre que había cerca de sus labios.


Si, las rosas definitivamente saben mejor, cuando pueden defenderse con sus espinas.

.

.

.

.

..

.

.

.



ACLARACIONES:


— Las rosas son la flor nacional de Estados Unidos y de Reino Unido. UK hace referencia a que las rosas tienen espinas azules, esto quiere decir, que USA tiene tanto de él como tiene de su madre. Aunque USA no quiera aceptarlo, es igual o peor de lo que Imperio británico fue, así que por eso UK está orgulloso.


— UK sabe que esto igual es un problema, sabe que USA puede ser peor de lo que él fue, más poderoso, más rebelde, más salvaje, así que planea tenerlo vigilado a su antojo, y evitar que USA tome la gran corona de oro.


— La corona de oro se menciona mucho en PUNTO DE QUIEBRE, se refiere a ser el imperio supremo en el mundo. El Imperio Romano la tuvo, Los egipcios igual. también los griegos. Solo son pocos los que han tenido tanto poder en el mundo como ellos, El imperio británico casi lo consigue, pero no pudo mantenerla en su cabeza. La teoría de la corona es enorme, quien la tenga en su cabeza prácticamente quiere decir que es el más fuerte y poderoso entre los demás, y ese privilegio conlleva mucho sacrificio. Como se menciona en punto de quiebre, la corona corrompe, enormemente.


— Recordemos, que todos los imperios tienen una corona de oro, una dorada, por el simple hecho de ser imperios, pero, la gran corona de oro, es diferente, incluso, ni siquiera tiene forma de corona o es una corona, solo se le llama así.


— Francia no es mujer, se hizo mujer humana para atraer a UK en un intento de que dejara el asesinato, pero no lo consiguió. Francia es hombre, pero como lo mencioné anteriormente. Ellos pueden cambiar de sexo a su antojo si desean.


— UK suele vagar ensu forma humana por las calles, cada vez que pienso como podría ser UK comohumano, siempre me imagino a Ian Somerhalder (ya sé que no es británico, peroUK siempre para mí ha sido un humano con cabellera negra e intensos ojosazules, y el primer wey que se me viene a la mente, es él, más por esa sonrisaegocéntrica que tiene, — aunque no estoy diciendo que Ian sea egocéntrico perome encanta como quedaría con UK — ) con la sensual voz de Tom Hiddleston. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: #love