9 ; un largo cumpleaños VI
Bebé...
El silencio y la calma que tenía el bosque en la mañana era lo que la mayoría de los lobos buscaban. La sensación de "conectarte" con la naturaleza y no escuchar otra cosa que no fueran grillos, el viento, las cigarras o ramas romperse era tentadora para cualquiera.
Jimin aprovechó lo que quedaba de la mañana para transmutarse. Corrió hasta que se cansó, olfateó hasta que su lomo dolió por agacharse tanto y saltó y jugó hasta que sus energías se agotaron.
El omega, sin importar que tan sensible fuera su piel, se acostó en el suelo después de volverse a colocar su camisa holgada y sus shorts sueltos. No le importaba si las ramas y las hojas secas la lastimaban, pues el sol, al este del bosque, alumbraba el celeste cielo frente a él, dándole una vista digna para fotografiar.
Ver el cielo lo hacía pensar, e inconscientemente, llevó su mano derecha a la nuca.
Aún si ya tenía la marca cicatrizada tenía que seguir con el cuello cubierto, eso significaría no poder bajar la guardia, pues quien lo viera desde atrás se percataría de la cicatriz de una mordida enorme en su cuello.
Sin perder más tiempo se vendó y se terminó de cambiar para ir con los Kim o recorrer el pueblo.
—¡Jimin-ah!
El albino abandonó el bosque cuando escuchó que lo llamaban a lo lejos. Ilhwa, la segunda hija de los Min agitaba su mano con entusiasmo para llamar la atención del omega, que miraba a todas partes desconcertado.
—¡Blanco! ¡Te necesitamos en el taller! —gritó la peligris con una amplia sonrisa. Jimin miró a su dirección y a pesar de estar descalzo corrió hacia ella con una sonrisa.
—¡Noona! ¿Qué pasa? ¿Se acumularon pedidos?
Ilhwa abrió sus abrazos con felicidad.
—¡Feliz cumpleaños! —Se lanzó al cuerpo de Jimin en un abrir y cerrar de ojos y lo agitó con emoción entre risas —¡Eres todo un hombre!
Jimin soltó una risa y la abrazó de vuelta —Siempre lo he sido, pero gracias —dijo entre risas.
—¡Hoy es tu gran día!
—No, hoy es lunes. Mi cumpleaños es solo un día más, no es para tanto. Mejor dime que pasa, ¿tienen muchos pedidos?
La peligris negó, agitando sus dos manos —Nada de eso, ¡te haremos un traje!
Jimin, al igual que su lobo, ladeó la cabeza con confusión.
—¿Es algo como un regalo de cumpleaños o algo así?
—Te lo queremos regalar para que lo uses esta tarde —Jimin ladeó la cabeza de nuevo, sorprendiendo a Ilhwa —¿Cómo? ¿No has escuchado lo que dicen las Lee?
—He estado en el bosque toda la mañana, no sé de qué hablas noona.
—Pero Jimin-ah, todos están pasando la voz, ¿Enserio no sabes? —Jimin, sintiéndose confundido, negó —¡Hoy en la plaza principal se festejará tu cumpleaños junto con el regreso del alfa Jeon!
Jimin no sonrió —¡¿MI CUMPLEAÑOS?!
Asintió —Sunji dijo que todo fue idea de Namjoon. ¡Así que vamos! Tenemos tela que cortar y un traje que hacer antes de las cuatro.
El omega no pudo evitar sonrojarse —¿Namjoon hizo todo esto?
Ilhwa sonrió al verlo reaccionar así. Era obvio que Namjoon estaba lo que le seguía de enamorado de Jimin, por lo que casi nadie se sorprendió ante la idea que tuvo el mayor, pero recordó que el albino no tenía idea de sus sentimientos.
—¿Será que ya estás abriendo los ojos, Jimin-ah? —Ilhwa murmuró en voz baja, golpeando levemente el hombro del albino, que lo miraba confundido. Cuando sonrió al ver la expresión del albino, fue cuando se percató de los vendajes de su cuello —Oh, ¿qué te pasó ahí?
Aunque a Jimin no le gustara mentir, no le quedaba otra más que decir que se había lastimado. Era mil veces mejor eso a que tener que dar el anuncio de que prácticamente ya estaba casado.
Los lazos eran una cosa seria y maravillosa para el pueblo. Todas las uniones se festejaban con una ceremonia matrimonial y al final, frente a todos en la capilla, los dos se decían palabras de amor y cuando abandonaban la fiesta, el alfa marcaba a su pareja, y después "consumaban su amor" con el enlace recién hecho, justo cuando las emociones, las sensaciones y los sentimientos estaban a flor de piel.
Por obviedad, Jeongguk y Jimin se saltaron absolutamente todo eso. Y no tenía ni idea el qué podía ocurrir con ellos dos si alguien se enteraba de eso. Había leyes en contra de los dobles lazos pero nada sobre los lazos forzados.
Así que, Jimin dijo la excusa que le iba a decir a todos los que le preguntaran.
—Me caí del árbol hace unos días y me lastimé. Pero no tienes nada de qué preocuparte ¿está bien?
La omega entrecerró los ojos —Mmh, haré como si te creyera.
—Haces bien.
Jimin soltó una risa, ocultando su nerviosismo. El camino al taller no fue largo, por lo que cuando llegaron, las dos hermanas Min junto con su madre comenzaron a tomarle las medidas y a cortar la tela.
Como era costumbre, el traje sería blanco. Pero como la señora Min despertó creativa decidió llenar la tela con detalles del color de sus ojos.
—Ay mi niño, ¡me siento como si hiciera tu traje de novio!
Ilhwa llevó las dos manos a su pecho, sonriendo mientras otra voz se escuchó.
—¡Ay qué emoción! —Habló Haneul, la penúltima de los Min —¡Estás en la edad perfecta para enlazarte Jimin-ah!
Jimin negó con una sonrisa —Aún no es tiempo, Hany.
—Mi lazo con Hyungwoon fue a tu edad, lo recuerdo como si fuera ayer. Recuerdo que lo conoc...
El peliblanco descansó su mentón en ambas manos, escuchando con atención las historias de amor que la señora Min le contaba. Las hermanas, que ya se sabían la historia de memoria, sonrieron al ver a Jimin con la expresión de enamorado en su rostro.
—Namjoon se va a morir cuando lo vea.
Ilhwa abrió mucho los ojos y golpeó a su hermana menor —¡Cállate Haneul! Jimin-ah te puede oír — Habló entre dientes.
—¿El señor Min y Yoongi llegaron hace mucho?
Preguntó Jimin cuando la cinta métrica suave tocó sus hombros. Haneul negó.
—Aún no llegan, fueron a recoger unas telas junto con Jungwoo.
—Nos hicieron ese favor —dijo Ilhwa con una sonrisa.
Inconscientemente Jimin recordó a su padre, luego a su madre y después a todos sus hermanos. Cerró los ojos con brusquedad cuando recordó sus expresiones de miedo y dolor antes de que los asesinaran. Mentiría si dijera que no lloraba por ellos. Namjoon le había repetido muchas veces que no estaba bien envenenar el alma con un sentimiento como el odio, pero no lo podía evitar.
Anhelaba vengarse para poder que su familia descansara en paz de una vez por todas. No dejaba de imaginarse cómo se hubieran visto sus hermanos menores en esos momentos. Su hermano menor ahora tendría veinte y su hermana diecisiete años.
Las Min se miraron entre sí sin saber qué hacer. Jimin estaba mirando hacía el frente con una mirada tan gélida y seca que sintieron los vellos de los brazos erizarse.
Cuando Jimin pensó en Bogum, su hermano mayor, una voz lo sacó de sus pensamientos.
—¿Min-ah?
Jimin fingió una sonrisa —¿Qué sucede Hany?
Las hermanas sintieron escalofríos e Ilhwa bajó la mirada. Los ojos de Jimin se sentían como dagas listas para clavarse en su interior.
Haneul, aún ligeramente conmocionada, señaló su rostro levemente —Estás llorando.
Por inercia el omega tocó sus mejillas y sonrió, sintiéndose avergonzado.
—Oh, lo siento —agitó levemente sus brazos, restándole importancia —Recuerdos familiares.
—No llores, mi niño, tu familia ya está descansando.
Mentira.
—Eso espero.
Jimin habló entre dientes, sabiendo que su familia estaba haciendo todo menos descansar. Las Min no supieron que más agregar y lo observaron mirar hacia el suelo y negar repetidas veces con lentitud. Lo único que sabían es que Jimin fue encontrado moribundo en el bosque por Yowon y Seokjin, y que todo su clan fue eliminado, nada más.
No sabían el por qué, el cuánto tiempo estuvo Jimin en el bosque, cómo escapó o cuántos integrantes tenía exactamente su clan. Solo sabían lo mismo que la mayoría de las personas del pueblo.
—¡Hola familia!
Las tres mujeres y Jimin miraron a la entrada del taller, en donde el señor Min, junto con Yoongi y Jungwoo entraban con enormes rollos de tela de muchos colores. Sunhee se paró a ayudar a su esposo e hijos y les indicó donde dejar la tela, mientras que Ilhwa y Haneul ya tenían en sus brazos a Jimin, quien ya estaba más tranquilo.
—Ya, ya, no exageren, les juro que estoy bien.
Las Min lo apretaron más fuerte —Nosotros somos tu familia ¿okey? Nosotros y el pueblo entero.
El albino sonrió al verlas hacer un puchero.
—Lo sé, y estoy muy agradecido —Aunque los tres eran omegas, la diferencia de altura entre Jimin y las hermanas Min era evidente. El albino no pudo evitar sentir ternura al verlas con el rostro elevado para mirarlo a los ojos —¡Ay! ¡Las quiero mucho! —Las abrazó de nuevo, pero esta vez con más fuerza, y las omegas, hicieron exactamente lo mismo.
Los Min, junto con Sunhee observaron la escena con ternura.
—Bueno, bueno. Tengo que ir con Yowon, ¿ya tienen todas las medidas?
Sunhee asintió —Ven como a la una o las dos mi niño, a esa hora ya te tendré listo tu traje ¿está bien?
Jimin asintió y abrazó a todos en forma de despedida, incluyendo a Hyunwoo y a Yoongi, quienes lo felicitaron con una sonrisa y un fuerte abrazo.
El albino salió del taller con repentina nostalgia y mal sabor de boca.
Regresar al bosque no parecía buena idea, pero mentiría si dijera que quería regresar con los Kim. Tampoco quería ir a su falso hogar con Jeongguk, pero su casa ya no era un lugar al que podía regresar, pues ya estaban a punto de terminar de demolerla y era más escombro que una casa.
Porque si, Jeongguk la había mandado a demoler dos días después del lazo, ya que el albino ya no la necesitaría. Al principio Jimin enloqueció. No solo se estaban poniendo en evidencia sino que nuevamente le estaba quitando algo.
Pero como era de esperarse y como Jeongguk era el próximo alfa supremo, nadie preguntó ni dijo nada sobre su relación con Jimin. Solo dio una orden y todos asintieron y sacaron sus cosas de la casa.
Cuando Jeongguk dormía, Jimin iba a meterse a su habitación vacía, pero si el frío era insoportable o simplemente no quería estar solo, optaba por irse con Namjoon.
Nadie se dio cuenta que ahora "vivían juntos", pues tanto la casa de Jeongguk y la de Jimin estaban alejadas de las otras, curiosamente por el mismo motivo: estar más cerca del bosque.
Así que, sin lugar a donde ir, caminó sin rumbo por el pueblo.
Los preparativos ya estaban comenzando, y mientras los Lee lo saludaban y ponían las mesas, los Choi decoraban una de las palapas principales. Ya habían niños jugando o corriendo alrededor y el ambiente se hacía cada vez más hogareño.
Algunas familias fueron y le dieron un abrazo al igual que buenos deseos, otros le dijeron que lo felicitarían en la fiesta, cuando ya estuvieran arreglados.
El omega asintió con diversión y siguió caminando por el pueblo, hasta que un olor conocido lo dejó inmóvil.
—Jimin...
Esa voz.
Aunque hacía una noche la había escuchado, por alguna razón se sentía como si hubiera pasado mucho tiempo sin oírla.
Se giró sobre sus talones y lo observó. Su chamarra de cuero estaba abierta, dejando ver su playera blanca y llevaba unos jeans negros más rectos que entubados. Su cabello estaba atado en una pequeña cebolla y sus perforaciones le daban el aire de alfa rebelde que llevaba siempre.
El ambiente se sentía diferente. Esta vez ninguno de los dos bloqueo el lazo, el omega sintió de golpe la vergüenza, la culpabilidad y el arrepentimiento que Jeongguk cargaba sobre sus hombros.
Recordó la pelea, el motivo y la sinceridad con la que él le había hablado.
—Jeongguk, no quiero pelear.
Jimin se apresuró en decir. El alfa sintió tristeza en Jimin y no pudo evitar odiarse por eso.
Negó con rapidez, acercándose un paso más hacia el omega.
—No vengo a pelear, vengo a disculparme.
Sintió tristeza. Jimin supuso el motivo de su presencia desde que sintió el arrepentimiento del alfa, pero no sabía bien de el motivo.
—¿Por?
Jeongguk mordió su labio inferior con nerviosismo.
—No he cumplido mi palabra Jimin —el albino frunció el ceño, y Jeongguk continuó —Te dije que haría que esto funcionara y parece que estoy haciendo lo contrario.
Jimin, sin dudar, bloqueó el enlace de nuevo. Provocando que al mismo tiempo dejara de sentir a Jeongguk. No quería que el alfa supiera que se sentía culpable.
No lo bloquees. Quiso decir Jeongguk, pero sabía que no estaba en posición de pedir algo.
—Nadie te pidió que lo hicieras, entonces está bien, Jeongguk —el albino fingió tomar ese comentario a la ligera.
El pelinegro negó repetidas veces de nuevo.
—No, no está bien, Jimin—La culpabilidad creció —Pero estoy trabajando en eso ¿Si?
—Claro —sonrió, o mejor dicho, hizo una mueca y se alejó dos pasos del alfa, listo para reanudar su camino sin un destino en específico.
—Y Jimin...
El albino paró el paso —¿Si?
Jeongguk, de dos largas zancadas llegó a Jimin y sin dudarlo lo llevó a sus brazos.
No lo dejó ni siquiera reaccionar. Solo se encorvó para abrazarlo por la cintura, tomando desprevenido al omega.
—Feliz cumpleaños.
Jimin no sabía cómo contestarle a eso. Tenía sus dos brazos en el aire y dudaba si debía devolverle el gesto o no.
Jeongguk lo apretó un poco más y aspiró su aroma. El albino se rindió y llevó sus brazos a la espalda del alfa, que sonrió en el hueco de su cuello.
—Gracias, Gguk.
Se separó del más alto y sonrió levemente sin mostrar los dientes, como si lo hiciera por mera lástima.
Jeongguk observó que tras Jimin ya habían unos niños observándolos con curiosidad y no pudo evitar sonreír al verlos tan pequeños a lado del omega y de él.
—Te veo más tarde en la plaza, bebé.
Jimin frunció el ceño cuando escuchó el apodo. Antes de que pudiera decir algo, Jeongguk agitó su mano en forma de despedida y trotó hacia el bosque.
El albino para nada se esperaba un gesto como ese. Es decir ¿Un apodo cariñoso? ¿A estas alturas? ¿En su rara situación?
Hizo una mueca, simulando una sonrisa y la culpabilidad lo hizo sentir mal de nuevo.
—¿Jimin-ah?
El omega se giró, aún aturdido por lo que acababa de escuchar, pero sonrió con dulzura cuando se encontró con cinco niños que lo miraron con una sonrisa y con los bracitos extendidos. Jimin se agachó y con emoción los niños se transformaron en lobitos juguetones que saltaron sobre él apenas sus rodillas tocaron el suelo.
Mientras se turnaban para ser apapachados por el omega albino, Jeongguk observó de lejos, enternecido por la vista.
—Espero que un día llegues a quererme, Jimin.
Jimin es el Sasuke del fic jnsduwfbweu
Ya van siete caps que ocurren el 7 de enero y falta uno omg. PERDÓN si el arco de Jimin es muy largo y los aburre, pero es muy necesario para la trama, pues de aquí empieza el drama chido
Y ya extrañaba a ggukie♥
Ahooooora datos curiosos de hoy:
1. La ropa que más utiliza Jeongguk en este fic son las chamarras de cuero, su segunda cosa favorita de la ciudad. (Su primer cosa favorita son las perforaciones).
2. Los ojos de Jimin son muy claros.
Aquí el Pantone del color de sus ojitos:
¿Preguntas? Hazlas aquiiii
¡Nos leemos pronto!
;hiena
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