7 ; un largo cumpleaños IV

Amabilidad

Jimin jamás había experimentado lo que era la amabilidad de las personas. Cuando estaba en la manada de los Sung jamás fue tratado bien. De hecho, trataba de no salir de casa para evitar ser agredido o insultado y cuando lo hacía, salía transformado como un enorme lobo blanco y acompañado de Bogum, su hermano mayor y alfa de un tamaño descomunal.

Cuando llegó con los Jeon, al principio no se sentía cómodo con la amabilidad con la que lo trataban, y pensando que todos lo veían y sonreían solo por lástima, se alejó. Nadie lo culpó, pues cuando escucharon de la boca de Yowon, la madre de Namjoon, que ella y su hijo mayor, lo encontraron moribundo por los alrededores del bosque, nadie se podía tan siquiera imaginar el sufrimiento por el que pasó Jimin, y por eso es que no lo hostigaron ni obligaron a hablar con otras personas que no fueran los Jeon o los Kim.

Pero eso sí, todos se ofrecieron para ayudar en cualquier cosa que el peliblanco ocupara.

Jimin se la pasaba toda la mañana y la tarde en casa de los Kim y toda la noche en la casa de los Jeon. Daehyun le mandó hacer una pequeña casa cerca del bosque y del hogar de los Kim, y mientras estaba lista, le preparó una habitación –con olor peculiar olor a menta– en su hogar.
Jimin agradeció con mares y mares de lágrimas la hospitalidad con la que era tratado. No solo por los Jeon, sino también por los Kim.

Parecía que sólo con sus salvadores –como le decía a los Kim- y la familia del alfa del pueblo no era desconfiado ni miedoso.

Acostumbraba a ayudar a Yowon con los quehaceres del hogar, y un día, cuando en la tarde terminó de sacudir, se distrajo por un rato viendo por la ventana. El bosque verde frondoso siempre era el mismo visto desde aquel hueco en la pared, hasta que un día un lobo café de gran tamaño acaparó su atención.

No solo fue ese día, sino todos los demás.

Por más fuerte que fuera la risa de Seokjin o por más interesante que fuera la plática de Yowon, Jimin siempre buscaba con la mirada a aquel lobo café en la ventana.

Solo sabía que se trataba del hijo menor de los Kim, que solo era mayor que él por unos dos o tres años, que trabajaba con su padre en quien sabe qué todas las mañanas, y que por las tardes le gustaba transformarse o subir árboles. No lo conocía, pues él regresaba a casa en la noche, cuando él ya estaba con los Jeon.

Su curiosidad por él aumentó cuando lo vio en su forma humana. Al igual que su lobo, su cabello era de un castaño claro, similar al color de la miel. Su piel era bronceada y desde lejos se podía notar que hacía ejercicio por el tamaño de sus brazos y piernas, por el olor y su altura supo que era un alfa, pero quedó sorprendido por él cuando vio su sonrisa.

El lobo con hoyuelos, como lo bautizó el albino, captó su atención más rápido que con cualquier otra persona. Y Yowon y Seokjin lo notaron.

Los omegas que compartían sangre se miraron con detenimiento, hablándose con la mirada.

Y ese día, a propósito, le dieron a Jimin la corta tarea de cortar unas cuantas fresas para la ensalada. Y justo como habían previsto, apenas terminó con lo encargado, corrió a la ventana a observar al castaño, como todos los días.

Lo observó con detenimiento y duda cuando sin saber por qué, el alfa subía una y otra vez el mismo pino, algunas veces con lentitud, otras en un parpadeo y hasta una vez podía jurar que lo vio subir de cabeza.

La señora Kim, quien siempre le pedía a todos que la llamaran por su nombre, soltó una risa nasal al percatarse de la cara que hacía Jimin cuando observaba al único alfa de sus hijos. Sus ojos brillaban y siempre tenía una sonrisa en su rostro.

Para su sorpresa, no fue ella quien dio el primer paso del plan que ideó mentalmente con su hijo, sino que fue el mismo Jimin, dirigiéndose al omega de hombros anchos.

—Tu hermano menor es raro, Jin.

El castaño soltó una risa improvisada y negó —Namjoon es todo menos eso.

Jimin sonrió y pasó el pulgar por su labio inferior —Así que Namjoon...

Antes de que Seokjin pensara en que contestar, miró a su madre. Yowon leyó los ojos de su hijo, asintió, a espalda del menor y habló:

—Ven conmigo, Jimin-ah.

Ninguno de los dos supo leer los ojos del peliblanco. No sabían si estaba nervioso, feliz o ansioso cuando los tres salieron por la puerta y mientras Seokjin los observaba desde ahí, Yowon y Jimin, se acercaron al bosque, en dirección al alfa.

En un bosque donde los colores cálidos como el verde musgo o café tierra sobresalían, era prácticamente imposible no ver a Jimin, no solo por su cabello ni por su piel tan blanca como la nieve, sino porque el menor acostumbraba a usar ropa de su mismo color: blanco.
Todo Jimin era blanco, puro. A pura excepción de sus ojos grises, desde sus manos hasta sus zapatos, sus pestañas, cada hebra de su cabello, cada vello de su piel, era de un blanco deslumbrante.
Era como si el omega quisiera camuflarse en sí mismo, pero, al mismo tiempo llamar aún más la atención.

Cuando Yowon le presentó a Jimin a su hijo, jamás se hubiese imaginado lo bien que iban a congeniar. Lo mucho que el omega mejoró en un tiempo récord. Lo feliz que se le veía cuando subía a sus hombros. Lo alto que podían oírse sus risas al ser ayudado a trepar un árbol.

Simplemente Namjoon ayudó a Jimin en todas las maneras posibles. Lo ayudó a poco a poco abrirse con la gente. Le ayudó a confiar en las personas y sobre todo a valorarse a sí mismo. Le enseñó a agradecer los halagos que recibía, a defenderse por cortejos de alfas que no eran de su agrado, a salir sin sentir miedo.

No fue fácil, pero una vez a la semana hacía que Jimin lo acompañara a visitar a las familias, un día visitaban la panadería de los Choi y los ayudaban si llegaban a tener pedidos atrasados, otro día ayudaban a enrollar telas en la sedería de los Min y otros simplemente caminaban por el pueblo, saludando a quien les pasara por el frente.

El Jimin de dieciocho años que había llegado al pueblo el treinta de Noviembre del 2013 no se parecía en nada al Jimin de ahora.

A sus veinticuatro años recién cumplidos era un hombre radiante y seguro de sí mismo, el Jimin que Yowon siempre soñó con ver.

El Jiminnie del que Namjoon lleva años enamorado.

♥♥♥

Por si no se entendió:

Los Kim están conformados por:

Kim Seungheon (el padre, alfa)

Kim Yowon (la madre, omega)

Kim Seokjin (hijo mayor, omega)

Kim Namjoon (hijo del medio, alfa)

Kim Taehyung (hijo menor, beta) todavía no nace en este flashback

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