23 ; mala suerte V
...Mierda
—¡¿CÓMO MIERDA PASÓ ESTO?!
Jeongguk estrelló sus dos puños en la mesa.
Cuando cruzó las puertas del consejo ya estaba mentalizado para actuar tranquilo, no lo suficiente para no darle un sermón a los miembros pero sí para hacerlo con calma. Definitivamente no lo haría contento, pero si calmado. Pero cuando observó a todos los alfas tranquilos, bromeando y llegando más tarde de lo que se les había pedido, simplemente explotó.
—¡ESE ALFA DEBIÓ HABER SIDO DETECTADO DESDE EL PRIMER SEGUNDO QUE PISÓ LA FRONTERA!
Todos los miembros del consejo estaban con la cabeza gacha o con los ojos clavados en alguna pared.
—¿QUÉ MIERDA ESTABAN HACIENDO? SOLAMENTE FUERON TRAS ÉL SEIS LOBOS.
Señaló con su dedo primero a Namjoon, luego a los cinco invitados del consejo. Jaeno, Yoongi, Sunji, Sunah y Jungwoo, que estaban en ese orden y serios desde que habían llegado.
—SEIS DE VEINTE QUE ESTABAN DE GUARDIA —recalcó —Todos pónganse de pie. Háganles una generosa reverencia.
Jeongguk tomó el hombro de su mano derecha y entrecerró los ojos. Namjoon asintió y caminó junto al pequeño grupo, parándose junto a Jaeno.
El sonido de las sillas rechinar contra el suelo no se hicieron esperar, pero una voz llamó la atención del pelinegro.
—Ahí hay betas —habló uno de los alfas, serio y casi ofendido.
Namjoon apretó la mandíbula y miró a Sunji, que, junto a Jungwoo, inhaló y exhaló con violencia.
Seguía existiendo gente con esos prejuicios. Alfas que trataban mal a betas por no tener un olor o las mismas condiciones que los demás, tratándolos como humanos "afortunados" por poder convertirse en lobos.
Ni hablar del trato hacia los omegas, que solo los veían como máquinas para hacer bebés o como a personas al servicio del hogar.
A pesar de que la mayoría no pensaba así y los Jeon habían sido estrictos con esos casos, algunos alfas se seguían sintiendo superiores al resto.
—No te pregunté —respondió el supremo —Y tú vas a ser el primero. Agáchate.
El alfa mayor se giró a verlo y sonrió, pensando que se trataba de una broma, pero cuando vio el rostro serio del supremo, tragó en seco.
—Alfa... —respondió, sin poder ocultar el tono de advertencia.
Jeongguk sonrió.
—HAZ LA REVERENCIA Y AGRADÉCELES.
Los alfas se encogieron de pie en su lugar, y el alfa mayor de cabello caramelo hizo una reverencia de noventa grados con el rostro casi deforme del coraje.
—Gracias —habló entre dientes, sintiéndose humillado.
Los seis licántropos al frente no dijeron nada.
—Nadie te oyó —Jeongguk habló —Más fuerte.
El alfa blanqueó los ojos y Jeongguk levantó una ceja —...Gracias.
—Grítalo.
El alfa ni siquiera tuvo tiempo de pensar —¡Gracias! —salió de su garganta con coraje.
Jeongguk quitó lo ojos de él y miró a los alfas restantes.
—Ahora todos —ordenó.
Casi al mismo tiempo todos los alfas se agacharon y dijeron un "gracias" al unísono.
Jeongguk caminó hacia ellos y cuando todos se levantaron, él hizo una reverencia también.
—Gracias chicos —después de unos segundos volvió a enderezarse —Su responsabilidad y compromiso con la manada no va a pasar desapercibido para el consejo.
Los chicos hicieron una reverencia también después de asentir.
El pelinegro caminó a su silla, pero antes se paró junto al alfa de cabello color caramelo.
—Una falta de respeto más hacia un beta o un omega, y créeme Hyung-pyo que me vas a conocer. Mientras yo esté al frente de esta manada, nadie. Y escúchame bien ¡NADIE! Va a ser discriminado, mucho menos por su clase —escupió las palabras con enojo —Y eso va para todos.
Se giró, le asintió a Namjoon y ambos tomaron asiento, seguidos de los demás alfas. Jeongguk colocó los codos en la mesa, entrelazó sus dedos y recargó su mentón en ellos.
—Quédense parados los que tuvieron turno ese día.
Los alfas se miraron entre sí y una vena se saltó en la frente del alfa supremo cuando nadie se se quedó de pie. Apretó la quijada y volvió a golpear la mesa, sacándole un susto a varios.
—¡PÓNGANSE DE PIE!
Ocho alfas se pusieron de pie de golpe, turnando sus miradas entre el piso y entre sí mismos.
Jeongguk se recargó en su asiento y cruzó los brazos —El número no cuadra —Un alfa, considerablemente mayor al resto, levantó su mano —¿Sí, MinHo?
—Mis dos hijos estaba de guardia.
Jeongguk frunció el ceño —Si sus hijos o un familiar estuvo de guardia y no pertenece al consejo pónganse de pie —Cinco alfas se levantaron con vergüenza —Decidan. Van por ellos en este momento o ustedes se hacen responsables.
MinHo bajó la cabeza —Me hago responsable, jefe. No eduqué bien a mis cachorros.
Jeongguk miró a los otros cuatro, que decidieron lo mismo que el primero con la cabeza gacha.
—Ustedes cinco tomen asiento. Los demás no—. El pelinegro miró con los gestos endurecidos al primer alfa de pie que se cruzó por la mirada —Dime ¿Qué tanto estaban haciendo como para ignorar un aullido de ayuda?
El mayor agachó la cabeza —...Fuimos a beber.
Jeongguk inhaló hasta que su pecho dolió. Levantó una de sus cejas y respondió —¿A beber? —fingió estar incrédulo, gesticulando las palabras tranquilamente.
El alfa volvió a evitar el contacto visual —Sí.
La imagen mental de Jimin aterrado en el bosque nubló su cabeza.
—MI OMEGA ESTUVO EN PELIGRO, PORQUE, PARA LOS QUE NO SABÍAN, EL ALFA QUE SE METIÓ AL TERRITORIO ES EL MISMO QUE MATÓ A SU FAMILIA ¿Y USTEDES... ESTABAN BEBIENDO?
Más de un alfa levantó la cabeza y abrió demás los ojos al escuchar las palabras del pelinegro y su cara de furia.
—Alfa...
—NO ME PONGO ASÍ PORQUE MI OMEGA FUE EL AFECTADO ¿QUÉ HUBIERA PASADO SI HUBIERA MATADO A UNO DE NUESTROS CACHORROS? ¿QUÉ LE HUBIERA HECHO DAÑO A NUESTRAS FAMILIAS? ¿CÓMO REACCIONARIAS SI EL ROJO HUBIESE TORTURADO A TU HIJO?
Todos guardaron silencio y Jeongguk llevó ambas manos a sus sienes, masajeándolas más fuerte de lo que debería. Tomó asiento y apretó el puente de su nariz en lo que exhalaba.
No podía perder el control. Mucho menos en esos momentos.
Namjoon y Daehyun lo miraron inexpresivos, sin saber qué es lo que haría a continuación.
—No van a doblar, van a triplicar la puta seguridad. No sabemos si va a regresar o si esta vez vendrá acompañado. Organícense con los Min —levantó la vista —Si vuelve a pasar algo así, me van a conocer —sonrió levemente —Porque créanme que esto no es nada.
Se volvió a poner de pie y señaló a los alfas de pie, adultos en su mayoría.
—Ustedes y los otros cinco se quedan aquí. Tú también papá. Los demás ya se pueden ir. Nos vemos en dos semanas, si los necesito antes se los haré saber.
Los alfas se miraron entre ellos y se pusieron de pie. Jeongguk se sentó de nuevo, observando inexpresivo a los alfas en lo que los demás se iban retirando.
Namjoon corrió hacia donde estaban los invitados. Yoongi seguía con el vendaje a su costado por cuatro costillas rotas y Jaeno con el yeso en su brazo izquierdo.
—Vamos —Con la cabeza señaló la puerta y todos le siguieron a excepción de Sunji, que miró con los brazos cruzados y cejas decaídas como Jeongguk volvía a gritar a su lado.
—No quiero ser ellos en este momento —Namjoon habló sabiendo hacia dónde estaba mirando la rubia. El alfa tomó la mano de la beta y la estiró levemente.
—Gguk es aterrador —respondió, dejándose arrastrar por el castaño —Pensé que iba a saltar sobre ellos.
—Yo también —confesó —Pero su omega fue el principal afectado, es comprensible.
Ambos caminaron en dirección contraria a todos los demás.
—Tienes razón, oppa —Namjoon sonrió al escuchar el apodo —Estuve a punto de lanzarme contra el gordo de Hyun-pyo, pero Gguk lo humilló mejor de lo que yo lo hubiera hecho.
—Ah ¿Lo ibas a humillar tú también? —Sonrió fingiendo sorpresa.
—Claro —Respondió obvia —Puedo patear su culo gordo sin problemas. Ese hijo de-
—Tranqui, tranqui —Namjoon rodeó sus hombros con su brazo derecho sin problema gracias a la diferencia de altura —Que no te afecte lo que diga Hyun-pyo.
—Meh —Hizo una mueca —Lo que diga un viejo gordo no me afecta.
Namjoon sabía que la rubia estaba mintiendo, el cambio de su mirada y el de su expresión corporal la delataban por completo.
Iba a decir algo, pero cuando la beta entrelazó su mano con la suya, justo en esa posición, no pudo evitar sonreír y olvidar todo lo malo.
—Hablemos de otra cosa, oppa ¿Y cómo va tu pierna?
Namjoon blanqueó los ojos —En varios días me quitan las puntadas. Ese imbécil si me abrió profundo. ¿Y tú ojo?
Sunji tocó su ojo derecho, morado y aún hinchado —Mejor. Sunah se siente culpable por haberse lanzado así y todos los días me trae comida y trata de desinflamarlo un poco.
—Eso es bueno.
—Todos piensan que mis heridas son de guerra. Me siento ridícula.
Namjoon acercó más a la rubia y dejó un beso en su mejilla —No tienen por qué saberlo.
Sunji besó su mejilla también aprovechando que el alfa se había agachado un poco y después se volteó en dirección contraria ocultando su sonrisa —Supongo que tienes razón...
—Nena...
La rubia se giró y le sostuvo la mirada con esos ojos de ciervo que tanto le gustaban al alfa —¿Mmh?
Namjoon aclaró su garganta —¿Quieres pasarte a la casa por un rato?
Sunji sonrió y asintió, quitándose el brazo de encima —Claro — Se paró frente a él —¡Solo si llegas primero!
Namjoon soltó una risa, viéndola correr con todas sus fuerzas —¡No seas tramposa! ¡Estoy herido!
///
—Absolutamente no —Daehyun negó, completamente negado a las ideas de su hijo.
Jeongguk enfureció —¡¿Y qué quieres que haga?! Tú sabías que ese hijo de puta fue el que lo dañó y no hiciste nada para defenderlo.
Los alfas ya estaban solos en el salón, ambos de pie y prácticamente a la defensiva.
—¡Vas a violar el acuerdo! ¡Nos vas a meter a una guerra tonta e innecesaria!
—¡El violó el acuerdo primero!
—¡Ese es el problema! ¡No violó nada!
—¡Cómo mierda no! ¡¿No viste la pierna de Nam?! ¡¿A Jaeno?! ¡¿A Yoongi?! ¡¿A Sunji?!
—¡Pero no por eso vas a ir a matarlo Jeongguk!
—¡Padre!
—¡Piensa Jung! ¡Eres el alfa, tienes que ser un estratega y no un idiota que sigue sus impulsos! ¡Si Taesung no mató a nadie entonces el acuerdo no está roto! Lo único que hizo fue meterse en el territorio, que no es una falta tan grave.
—Pero-
—¡Deja de ser tan impulsivo! ¡Piensa como un alfa supremo, no como un alfa enlazado! Si te metes en su territorio y lo matas o haces algo que nos perjudique nos vas a arrastrar a todos contigo. Y aunque ya no sea el supremo no te lo voy a permitir.
Jeongguk respiró violentamente. Quería golpear todo lo que se le atravesara. Gritar, morder, gruñir. Pero su padre tenía razón y eso lo sacaba de quicio.
Tomó la chaqueta del respaldo de su silla y salió disparado del salón, dando zancadas largas y furiosas durante todo el camino a casa. Pateó más de una rama y le dolía la mandíbula de tanto apretarla.
No podía hacer justicia. No podía vengar con sus propias manos al albino, a su familia. Tenía que esperar sentado a que el alfa volviera. Si es que volvía.
Jimin estaba teniendo pesadillas, ataques y estaba lleno de traumas por su culpa y él no podía hacer absolutamente nada.
Solo abrazarlo y protegerlo hasta el fin de sus días.
Paró el paso cuando llegó a su puerta y suspiró.
No le gustaba nada gritar y usar la voz a menos de que fuera completamente necesario. ¿Se había pasado en la junta? ¿Cómo lo mirarían los demás después de eso? Se arrepintió un poco por haber abusado de la voz, pero tenía miedo que ningún alfa lo reconociera como su líder, menos si se comportaba suave. Si no decía nada sobre las ausencias, lo más probable es que le verían la cara de idiota más de una vez y eso no lo iba a permitir.
Lo que menos quería era que sus amigos lo vieran así. En especial sus amigos y los únicos que sí fueron responsables.
—Mierda.
Recordó la cara de los cinco, uno que se balanceaba entre asombro y miedo y se sintió como una mierda.
Bufó y con los ojos entrecerrados abrió la puerta.
—¿Tan poco duró la junta?
El albino se asomó por el pasillo y sonrió cuando vio el rostro confundido de Jeongguk. El alfa miró el reloj de su muñeca, que marcaba las ocho de la mañana.
—¿Qué haces despierto a esta hora? —Jimin se encogió de hombros —¿Tuviste pesadillas de nuevo?
Negó con la cabeza —De hecho dormí mejor que nunca.
—Bien.
Jimin entrecerró los ojos al no ver la misma mirada en el alfa —¿Qué pasa?
Jeongguk cerró los ojos y exhaló —¿Por favor...— Dijo con una mueca, como si le doliera algo —...me puedes abrazar?
Jimin frunció el ceño pero se lanzó a los brazos del alfa al saber que algo estaba mal.
Jeongguk enterró la cabeza en el hueco de su cuello e inhaló el olor a nectarina del omega tan profundo como pudo, tranquilizándose casi al instante. Jimin respondió sobándole la espalda, fuerte pero lento al mismo tiempo.
—Sabes que puedes hablar conmigo.
Jeongguk asintió y cerró los ojos cuando sintió las manos del albino colarse en su cabello, con sus uñas paseándose por su piel.
—Es solo que... siento mucho coraje, pero prefiero no contarte. No es nada personal.
—Está bien —Se separó del alfa y lo tomó de las mejillas. Jeongguk sonrió y el albino desvió un poco la mirada al sentir a su lobo brincar —¿Entonces? —Se aclaró la garganta —¿La junta?
—Oh, solo fui yo gritando sin parar.
Jimin soltó una risa nasal —No te imagino así.
—Oh, no lo hagas —Jeongguk se apresuró en decir, abriendo de más sus ojos. El más alto tocó con su dedo índice la punta de la nariz del omega y él por fin lo soltó.
Cuando caminó hacia la cocina, el alfa la señaló con asombro al percatarse de algo muy importante: la apariencia del albino.
—¿Qué pasa? —Jimin sintió la mirada intensa del alfa y soltó una risa nasal al ver su cara y su mano apuntando hacia a él.
—Creo que nunca te había visto con pantalones ajustados.
Sonrió —Seokjin me trajo ropa —El albino se giró levemente, mostrando el pantalón azul de mezclilla y su camisa negra relativamente más ajustada que lo que había usado antes —¿Te gusta?
—Mucho —Respondió sin titubear.
Jimin sonrió y le dio la espalda para dirigirse al refrigerador. Jeongguk hizo lo que pudo, pero no pudo evitar bajar la mirada hacia su trasero, que por fin resaltaba. Los flojos shorts largos que usaba nunca le permitieron ver más allá de sus chamorros.
Se regañó a sí mismo, y quitando la mirada de ese lugar -que le había encantado- se encontró con la mordida en el cuello. La marca ya estaba cicatrizada y más enorme de lo que la recordaba.
« Deja de ser tan impulsivo » recordó la voz de su padre.
Jeongguk sintió un pequeño dolor en el pecho y quitó la mirada de ese lugar, mordiendo su labio inferior.
Jimin sintió culpabilidad en su enlace.
—¿Gguk?
—¿Ya desayunaste? Hoy yo me encargo del desayuno y de la comida y de la cena —Habló casi desesperado.
Jimin lo miró extrañado pero asintió.
El alfa caminó hacia a donde estaba y el albino se hizo a un lado para dejarlo pasar. Pero antes de meterse a la cocina, Jeongguk, con el rostro decaído, dejó un beso en su frente, pero no uno banal. Uno que casi lo obliga a detenerlo y pedirle que lo haga de nuevo.
La cercanía, el calor y el olor que emanaba de su cuerpo, el mini-infarto que sintió en su pecho, todo se sintió... bien.
No. "Bien" no era la palabra que buscaba. Perfecto. Se sintió perfecto.
Jimin observó como Jeongguk se lavaba la cara en el fregadero y en lugar de usar la toalla para secarse, usó su propia camisa negra, dejando ver el costado de su torso, claramente marcado. Lavó sus manos y comenzó a sacar ingredientes, para el desayuno, suponía.
Jeongguk tomó las frutas con enojo. Aunque ya le habían dicho más de una vez que era un idiota impulsivo, esa era la primera vez que veía la marca del albino en su cuello.
Recordó ese día y cerró los ojos al recordarlo hirviendo en fiebre y a sí mismo diciendo mal su nombre.
Jimin, ajeno a los pensamientos del alfa y con repentino entusiasmo, caminó a su lado y se lavó las manos también. Jeongguk lo miró confundido, pero Jimin sonrió en respuesta.
—Déjame ayudarte.
Jeongguk solo lo miró, con la sonrisa que tanto le gustaba al albino.
Jimin con la mirada en cualquier cosa, excepto en la del alfa, apenas se quitó del fregadero, se inclinó ligeramente frente a Jeongguk, que lo miró sorprendido, sin saber exactamente qué hacer.
El pelinegro sonrió levemente cuando Jimin movió la cabeza ligeramente hacia abajo y ahí entendió. Sin poder evitarlo, sonrió de oreja a oreja y tomó la mejilla del omega. Con el pulgar acarició la piel de su pómulo, observando un tono rosa pálido y con nervios, acercó sus labios.
Volvió a dejar un beso en su frente, más lento y marcado que el anterior.
Jimin sonrió por lo bajo y corrió hacia el refrigerador, nuevamente evitando el contacto visual. Cuando Jeongguk lo vio agacharse desvió la mirada tan pronto como pudo y sonrió con ambas manos en su cara.
—¿Mas al rato quieres que nos transformemos?
Hablar. Necesitaba hablar y concentrarse en otra cosa que no fuera el cuerpo de Jimin.
—Claro. Solo no en el bosque, ¿sí?
El alfa se volvió a odiar a sí mismo cuando escuchó su voz. Insegura, miedosa.
—Estás conmigo. Literalmente no puedes estar más seguro.
Jimin soltó una risilla y asintió —Lo sé, conejito.
—Además ya todo está seguro, pero si así lo prefieres podemos transformarnos aquí.
—¡¿Aquí?! —Preguntó sorprendido.
El alfa asintió —¿Por qué te sorprendes? Es bastante común hacer eso.
—Sí, pero con cachorros—Soltó una risa nasal —Tú literalmente eres el lobo más grande, y yo no mido lo de un cachorro, Gguk.
—¿Y qué tiene? Yo limpio los pelos.
Jimin soltó una risa. Los pelos no eran el problema, sino el espacio que tenían, que aunque no era reducido, tampoco era cómodo.
—Mejor otro día ¿Sí? Hoy podemos tirarnos en el piso y escuchar música con esa cosa que trajiste de la ciudad.
Jeongguk sonrió —Suena bien. Pero primero a desayunar.
Jimin asintió y se acercó a la estufa para prender la llama —Pensé que ya habías desayunado.
—Oh, ya desayuné —Dijo el alfa en lo que rompía la cáscara de un huevo y lo ponía en un tazón.
El albino frunció el ceño —¿Entonces?
—Faltas tú— Respondió —Voy a desayunar otra vez contigo.
El omega lo miró con una cara que hizo reír al más alto, algo como una mueca mezclada con confusión y asco —¿Por qué harías eso?
—Te ves lindo comiendo y me gusta comer acompañado.
Jimin se giró y vertió aceite en el sartén caliente con la cara sonrojada. Suspiró por lo bajo y cerró los ojos.
¿Qué le estaba pasando? En la mañana, a pesar de que durmió rodeado del aroma del alfa, sintió decepción cuando a la mitad de la noche se despertó solo. Y más cuando en la mañana seguía estando solo.
Sabía que Jeongguk había sido respetuoso y dulce al no dormir con él, pero ¿Por qué le había molestado? ¿Por qué con un mísero beso en la frente se había sentido así? ¿Por qué se acercó y le pidió otro con una cara de idiota? ¿Por qué amó tanto abrazarlo? ¿Por qué le gustó más la ropa que llevaba en su cuerpo después de que Jeongguk la elogiara?
Jimin se congeló.
—Gguk — Llamó la atención del alfa, girándose para verlo a los ojos.
El alfa tenía una mejilla llena de comida, que lo hizo lucir tierno a pesar de su tamaño y complexión.
—Mejor me sentaré en la barra ¿Sí?
Jeongguk asintió, tragándose todo de golpe —Tú déjate consentir, Mimi.
El albino asintió y caminó hacia la barra con asientos que quedaba enfrente de la cocina. Se sentó en uno y recargó su mentón entre sus manos.
El alfa estaba tan concentrado con el cuchillo en la mano que ni notó que Jimin jamás le quitó la mirada de encima con las cejas decaídas.
Mordió su labio inferior y sintió un cosquilleo en su interior.
¿Qué era ese sentimiento?
—¿Por qué estás tan ansioso? —Preguntó antes de darle la espalda —¿Te gusto o qué?
El albino sintió como si toda la sangre se hubiese salido de su cuerpo y bloqueó el lazo en ese mismo instante.
—No me molesta, bonito —Habló el alfa de nuevo, tranquilo, ajeno a todo lo que pasaba a su espalda —No tienes por qué bloquearlo.
Jimin ocultó la cara entre sus manos.
Jeongguk le gustaba. Y le gustaba de verdad.
Miró hacia el frente de nuevo y cuando lo vio sonreír como conejo supo que estaba completamente jodido.
...Mierda.
Ya pueden despedirse de este arco
Dato:
Algunos miembros de la manada SÍ han ido a la ciudad, principalmente a traer cosas, o como en el caso de Sunah y Seokjin, de luna de miel. La propuesta de Jeongguk es IRSE A VIVIR a la ciudad por un tiempo para que las personas que quieran aprender a hacer algo lo hagan bien y luego regresen al pueblo a implementar lo aprendido, ¿Me explico? Por eso el consejo no esta muy feliz con esa propuesta, especialmente Daehyun.
Aquí hago auto spam corto: Empecé una historia namseok llamada "White mustang" que adoro y un fic hetero de Jin llamado "Ultraviolencia", que tiene contenido explícito y es de mafia y todo ese pedo, por si se quieren pasar, ya saben, no es ahuevo lol
Quité el link para el grupo por seguridad, si quieren unirse dejen un comentario o manden un mensaje y yo las agrego con todo gusto <3
Gracias por leer y disculpen por siempre hacer esta parte muy larga jejeje!
hieeeena
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top