13 ; hermandad III

Ojos cerrados

El día estaba fresco, y Namjoon, con sus ojos clavados en el techo de su habitación, decidió por fin levantarse.
Ya era tarde. Tal vez las dos o tres, pero eso no le importaba en lo absoluto.

Con pereza, bajó los escalones de su casa y fue a la sala, donde se encontró con su padre con ambos pies recargados en un banco y con un periódico frente a él.

Yowon estaba en la cocina, con Taehyung abrazando una de sus piernas.

Con una sonrisa, caminó hacía el comedor principal, reconociendo el olor de su hermano mayor y el de su esposa.

—Oh, Namjoon, enserio nunca dejas de crecer —Seokjin, el hermano mayor del castaño habló, parándose de una de las sillas.

Sunah, la esposa alfa de Seokjin se paró también y le dio un cálido abrazo al alfa, escuchando de fondo como Taehyung corría hacia ellos.

Seokjin, después de abrazar a su hermano menor, cargó entre sus brazos al menor de sus hermanos, que lo recibió con muchos besos en las mejillas.

—No se desaparezcan tanto tiempo —Habló Namjoon, sentándose en una de las sillas.

—¡Recién regresamos de nuestra luna de miel!

Sunah sonrió —Sólo fueron unas semanas, exagerado.

Seokjin sentó a Taehyung en la mesa y miró a Namjoon. —¿Dónde está Jimi-

—¿Qué no se supone que deberías estar en la ciudad?

La voz grave de Seungheon retumbó por la casa. Namjoon levantó una de sus cejas cuando tomó una de las manzanas del centro de la mesa.

—¿Me hablas a mí?

—Claro Namjoon —Seungheon habló fuerte —Se supone que por eso no fuiste a la junta, Jeongguk nos lo dijo.

—No tenía idea que había junta.

—¿Qué demonios hiciste ayer?

—Entrené —Mintió.

—¿Para ti entrenar es más importante que asistir al consejo? Era la segunda reunión desde que eres parte del consejo y faltaste, Namjoon. ¿No te da vergüenza?

—Lo siento padre, pero te juro que no tenía idea que había junta. ¿Qué fue lo que informaron?

—En cuatro semanas Jeongguk será el supremo, y tenemos que asistir a la ceremonia. Cuando la luna esté llena.

—¡¿Tan rápido?!

Seungheon asintió —Espero que esto no vuelva a suceder Namjoon.

—Sí, padre.

Y el castaño, sin saber que más decir, salió de su casa, dejando a los miembros de su familia un poco preocupados.

El día era nublado, como ya era costumbre. Canus estaba en un silencio extraño por ser domingo. Todas las familias estaban reunidas en sus casas, pero Namjoon decidió salir a entrenar para olvidar lo que había sucedido el día anterior.

Los ojos llorosos de Jimin le causaban un nudo en la garganta que por más que intentaba, no se iba. Sus pestañas blancas y húmedas estaban grabadas en su memoria, y el sonrojo de su nariz por el llanto lo hacían sentir culpable.

Había hecho llorar al hombre que amaba.

Pero recordó a Jeongguk y trató de aclararse la mente. Su mejor amigo, su hermano estaba flechado por Jimin, y torpemente se estaba acercando a él. Tratándolo de enamorar.

En su memoria regresaron las imágenes del alfa pintando la habitación que preparó para el albino, nervioso por el resultado.  El pelinegro había tenido la apresurada idea de hacer la copia exacta de su anterior habitación para hacerlo sentir en casa y no como un prisionero.

Recordó a Jeongguk con una gran sonrisa cuando vio los resultados, y su nudo en la garganta volvió cuando el abrazo sincero del pelinegro regresó a su mente.

El castaño, masajeando su sienes, caminó hacia el bosque después de darle el último mordisco a su manzana, y como era costumbre, trepó uno de los tantos arboles del bosque Magno.

—¡¿Por qué demonios sigues aquí?!

Namjoon giró su cabeza, encontrándose con Jeongguk mirándolo con las cejas elevadas, trepado en un árbol cerca de él.

—De eso quería hablar contigo —Namjoon saltó de un árbol a otro hasta que quedó frente a su mejor amigo —¿Cómo que me iré a la ciudad?

—¡Lo dije para cubrirte! —Jeongguk habló sonando obvio.

—¡¿De qué hablas?!

—Los escuché Nam.

Namjoon frunció el entrecejo y volvió a sentir un nudo en la garganta.

—Sé que Jimin y tú están enamorados, los escuché ayer.

La cara del castaño perdió color en ese instante. La imagen de su mejor amigo escuchando la conversación con Jimin le revolvió el estómago.

—Lo sé todo —Continuó el pelinegro —Lo de la ciudad y lo de la marca. Y mierda, Namjoon, no sabes cuánto lo siento. Pero se pueden ir tranquilos de aquí, les dije a todos que te mandé a la ciudad por un favor, diré lo mismo de Jimin. Pero ya vete.

Namjoon se quedó sin palabras. Jeongguk dijo lo que menos esperaba que dijera. Lo apoyaba.

—Perdóname hermano —Jeongguk tomó el hombro de Namjoon —Si hubiera sabido que estabas enamorado de Jimin jamás me le hubiera acercado, en serio Namjoon discúlpame.

El castaño, en segundos, captó que el pelinegro no había escuchado la conversación completa. Además ¿cómo no había notado su olor?

Por Jimin. El albino soltaba un olor tan intenso que anulaba cualquier otro olor de la casa, incluso el de él.

—Váyanse Nam. Márcalo.

En ese instante, el alfa mayor habló.

—Es que no entiendes, Jeongguk. No estoy enamorado de Jimin, estas equivocado —Mintió.

—Se estaban besando Namjoon —Habló, sin que Namjoon escuchara el dolor en su voz —Escuché la felicidad en tu voz.

—¡Lo fingí! —Se excusó —Sí, nos besamos, pero solo eso.

—¿Cómo que solo eso?

—Pues sí, no estoy enamorado de Jimin, no escuchaste nuestra conversación completa, Jeon. Nos besamos y no sabes cuánto me arrepiento, pero nadie se irá a ninguna parte. Puede que él me quiera pero créeme que no es recíproco.

Jeongguk abrió la boca pero no le salió voz.
¿Cómo que no era recíproco? Había escuchado perfectamente sus besos, sus risas y sus palabras. No era una actuación, de eso Jeongguk estaba seguro.

—Pero Nam...

El castaño mordió su lengua —Créeme. Jamás te mentiría y lo sabes.

Se sentía como el peor amigo del mundo, pero se sintió contra la espada y la pared. Todo lo que estaba haciendo era por el bien de todos. De él. De Jeongguk. Sobre todo de Jimin. Las mentiras eran necesarias. Los chantajes también.

El menor frunció el entrecejo, pero asintió. Namjoon, su hermano, jamás le mentiría. Primero el mundo se partiría en dos antes de que el alfa siquiera pensara en mentirle, mucho menos traicionarlo.

Pero entonces, todo se volvía mucho más confuso. Por que si Namjoon decía que no estaba enamorado de él y fingió en todo momento, ¿entonces por qué escuchó lo que escuchó? ¿Por qué se besaron? ¿Qué fue lo que no escuchó?

En ese momento recordó a Jimin en la puerta. Hinchado, casi dócil. Estaba raro, principalmente porque nunca le buscó pelea. Trató de unir los hilos y ponerle palabras a lo que se imaginó lo que sería la conversación, pero el alfa habló.

—Mejor dile a todos que cambiaste de opinión y no necesitas que me vaya. ¿Está bien?

Jeongguk asintió, sin entender nada de lo que estaba pasando.

Sintió rabia. Porque entonces todo apuntaba a que Namjoon jugó con Jimin. Le dijo mentiras. Lo besó. Lo hizo llorar.

Miró al alfa castaño a su lado, pero lejos de verse como siempre, lucía cansado. Deprimido. Harto. No se veía como un jugador. Sabía que el no era uno de esos alfas, lo que lo hizo confundirse más.

—Serás el supremo en cuatro semanas Jeongguk.

—Te juro que no sé cómo reaccionar —respondió seco —Estoy nervioso y ansioso a la vez, pero no sé cómo vayan a reaccionar todos cuando se enteren que estoy enlazado.

Como pasaba desde que la conoció, Jeongguk ya no tenía cabeza para otra cosa que no fuese Jimin. No esperaba con ansias a que llegara el día de su nombramiento, tampoco para saber que cambios habrían en él. Simplemente nada.

—Pues mira —Habló el castaño —Tu síguelo tratando de conquistar y no te preocupes por tu nuevo puesto. Yo estaré a tu lado todo el tiempo y te aseguro que serás mucho mejor líder de todos los que han estado. Confía en mí ¿Si?

—Ajá —respondió en automático —Confío en ti.

Dato interesante de hoy: Todos los miembros de bangtan saldrán en el fic, pero todo a su tiempo uwu

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