Epílogo: Mi familia es hermosa
Los chillidos fuertes le hicieron despertar, dejando de lado su lindo sueño y bajando la mano de su alfa que sujetaba su cuerpo.
Terminó de quitarse cosas de encima hasta levantarse y salir de la habitación hacia la más grande, de sus pequeños.
El aroma a chocolate y canela le hizo saber que sus bebés estaban más despiertos que nunca.
—Shh, no lloren. —Levantó al pequeño bebé que lloraba para abrazarlo y dejar besitos en sus mejillas apachurrables. —Papá duerme, tuvo un día muy agotador.
Era cierto, no sólo Gun había dejado el trabajo para cuidar a los pequeños, sino que ahora su esposo trabajaba mucho más por los atrasos en la producción. Era raro, Gun sabía que a propósito le habían hecho eso a su esposo y no entendía porque Off no se quejaba.
—Brrr... bua... —Los sonidos inentendibles de su bebé fueron muy tiernos, mientras miraba fijamente el pecho de su papi.
—Ya te di de comer. No seas glotón. —Se quejó.
Solo quería dormir, pero ahora no era bueno llevárselo a la cama, no cuando su alfa estaba cansado y además el otro bebé había empezado a mover sus manitas y su pancita no le permitía meter a más personas en su cama.
—Papi debe dormir, sino tus hermanos me van a patear toda la mañana y me voy a molestar.
El bebé en brazos, pareció parpadear mientras cerraba sus ojitos y se dejaba dominar por el sueño, debido al suave aroma de su papi Omega.
—Duerme pequeño. —Besó la frente de su bebé y luego lo recostó nuevamente en su cuna, con mucho cuidado. Lo arropó y lo miró un momento.
Era hermoso, su pequeño era bonito. Al igual que el otro, que parecía querer atención. Gun no dudó en levantarlo y juntar su nariz con la pequeñita. Dejando una caricia y un beso en su mejilla.
—Eres hermoso, muy bonito. Y los bebés bonitos no lloran. ¿De acuerdo?
Para su sorpresa este empezó a dormirse, casi inmediatamente, tan solo con sentir la fragancia que su cuerpo desprendía.
—Duerme, bebé. —Hizo lo mismo que con su otro bebé y respiró profundo inhalando el aroma de la habitación.
Sus dos cachorritos tenían aromas diferentes, y ambos eran igual de llorones. De revoltosos, e incluso llegaban a ponerse de acuerdo para hacerle la vida imposible. Claro está, que él lo toleraba, por ser pequeños. Y sólo porque sus dos bebés con solo tres meses se habían transformado en dos lobitos. Unos hermosos lobos pequeños de color blanco y negro.
Aunque tenía entendido que su esposo si podía transformarse, no lo había visto, sino hasta ese día, cuando ambos jugaron con su parte lobezna en el bosque.
Había sido divertido, sin embargo sin querer se dejaron llevar por el amor y tal vez la pasión del momento, y ahora estaba de nuevo en cinta. Con seis meses de embarazo.
—Gunnie... —Se giró. Su alfa estaba de pie bajo el umbral de la puerta, mirándolo con ternura—. Ven, vamos a dormir.
—Alfa ¿no crees que no es normal que ya esté tan gordito?
El comentario lo sorprendió, ya iban de camino a su habitación, mientras Off abrazaba por la espalda y besaba la nuca de su esposo.
—No. Estás llenito de amor. Y sobre eso, el doctor dijo que no era solo uno. Otra vez...
—¿Serán dos?
—No, si te lo digo te vas a espantar.
Sus manos se dirigieron a su pancita, pasando suavemente sobre la tela que la cubría. Sonrió ante el aroma a café y sándalo que lo envolvía.
—Cariño, deberías de decirle a tu jefe lo que están haciendo contigo, no es justo.
Off lo arropó en la cama para luego entrar y abrazarlo de frente, solo por dos motivos. Quería ver su carita y escuchar atento lo que diría.
—Si le digo algo es probable que me despida, y ahora no es un bueno momento para perder mi empleo. ¿Lo entiendes?
—Pero...
—No bebé, a veces tienes que comerte el orgullo por la familia. Y estoy dispuesto a seguir ahí solo por la buena paga.
Gun hizo un mohín con su labio frunciendo el ceño. No le gustaba eso, que su alfa fuera tratado de forma injusta, Off no se lo merecía.
—Mira, piensa en esto. Cuando te alivies veremos cómo salir adelante con todos. Después buscaré otro empleo y me quejaré para el despido. Es fácil.
—No es tan fácil considerando que tus bebés te importan más.
—Gun, te prometí una buena vida. Y estoy luchando para lograrlo.
Su Omega se molestó, si se trataba de las promesas. Él prometió darle una familia pero se refería a tantos.
—Off, yo también podría trabajar.
Fue el momento donde Off quiso decirle la verdad, algo que ahora estaba pasado en la sociedad y le afectaría más como Omega.
—¿Que?
—Cariño, están prohibiendo que los Omegas trabajen. Los que tienen hijos están siendo desechados para empleos.
—¿No podré trabajar solo porque un estúpido comité de alfas me lo dice?
—Bebé, esas personas tratan mal a los Omegas, por el momento no es buena idea. Aunque si después deseas hacerlo podremos buscar un lugar.
Sonrió, por eso amaba a su Off. Porque buscaba siempre las mejores opciones para él aunque la sociedad no lo aceptara aún.
—Ahora ven, duerme. —Las manos pequeñas de Gun se sujetaron a la camisa de su esposo.
Se acercó y disfrutó de la calidez en sus brazos aunque su pancita grande no le permitiera moverse más o abrazar tanto, a su pareja.
Cosas que extrañaba pero no hacía por su tamaño, negó. Todo estaba bien, serían los últimos cachorritos que tendría y para bien de todos, sino el dinero faltaría y no lo podía permitir. Así era mejor.
Suponiendo que sus bebés fueran alfas, no sufrirían. Deseaba tanto que todos lo fueran, para que no los trataran mal en la jerarquía y puedan trabajar en lo que les guste.
—Off... —Tal vez ya estaba dormido.
—¿Uh?
Sonrió, dejando un beso en su mentón para acomodarse de nuevo.
—Te amo. —Y se dejó vencer por el sueño.
Ellos estarían juntos siempre, sin importar a cuantos problemas tuvieran que enfrentarse, sin importar nada, sólo el amor que ambos tenían, las promesas que cumplían y el apoyo que se brindaban. Sin olvidar el pasado que los unió, amando su presente y esperando construir un futuro mejor para sus hijos.
Lo agradecería siempre, tener a sus bebés había sido un milagro. Pero ya eran suficientes... Sin embargo, solo tal vez eso podría cambiar.
Te amo, tú y yo somos familia. Y la familia es un equipo.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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Continuación de esta historia "Dieciséis". Pueden buscarla en el perfil de Lyz.
Gracias por leer
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