13. Eres mi tesoro más preciado
Su nariz pequeña parecía olfatear el aroma fuerte a café, suave. Y cerca, como si pudiera hundirse en los brazos de quien lo portaba.
Abrió sus ojos lentamente, sintiéndose feliz al tener al mayor a su lado apresándolo con un agarre en su cadera.
Respiró profundo, inhaló el aroma que le encantaba y cerró de nuevo sus ojitos aferrándose al pecho firme.
—Ya pasó el efecto. —La voz grave de su alfa le hizo sonrojar—. No vuelvas a ocultarte, no de ese modo.
—Sólo... no quería molestar. —Susurró.
—Bebé, no eres una molestia. Admito que me pasee hablándote de ese modo, no lo volveré a hacer. Estaba enojado por otros asuntos y no quería desquitarme contigo.
No dejó de sentirse feliz, de todos modos tenía aún a Off a su lado y era lo único que le importaba.
—Me asusté...
—Dime que puedo hacer para que me perdones. —Se alejó, y recordó algo que seguramente no sería bueno para el momento.
—Me dejaste solito cuando te necesitaba.
—Gun...
—Me levantaste la voz.
Eran pequeños datos, que le lanzaba, como si quisiera subir el costo de lo que le hizo.
—Gunnie, ¿quieres que sea tu esclavo?, porque lo seré si así puedo tener tu perdón.
—Hiciste que llorara de nuevo.
—Gunnie...—Alargó su nombre mostrando sus manos juntas en piedad.
—Pero... estás aquí. Y dormiste conmigo, estás pidiéndome perdón. Esperas que un Omega herido te perdone.
—¡Gun! no seas tan cruel... —Puchereó. Era raro ver a un alfa aclamando perdón. Pidiendo con ojitos llorosos que su Omega no lo tratara mal.
Off lo hacía sólo porque lo amaba. Era lindo, y Gun entendió que después de todo... siempre estaría ahí.
—Soy un mal alfa, lo sé. Pero te amo, y siempre que haga algo malo estaré a tus pies pidiendo perdón. Estaré besando tus labios solo para hacerte sonreír, te molestaré hasta que un te amo salga de tu linda boquita.
Los bracitos de Gun lo rodearon dejando de lado las palabras. El reclamo del menor y todo lo que debía de hacer para aceptar.
—Solo prométeme algo... —el mayor apretó su cintura hundiendo su nariz en el cuello del omega.
Se sentía tranquilo, ahora la fresa estaba presente. Y eso en gran manera hacía que su lobo se sintiera orgulloso ¿Cómo no estarlo? Gun era hermoso. Más llamativo que los demás Omegas y con una actitud diferente a todos.
—Lo que sea. —Sí, ahora haría lo posible por quedarse con él.
—Tus problemas son también míos, no me trates como un niño y me dejes fuera, cuando tengas dificultades.
—Pero, te tengo que proteger.
—Off, no quiero ser un inútil a tu lado. Quiero ayudar, quiero servir en esta relación. Si tú y yo estamos juntos es para enfrentar todo uno junto al otro. Quiero estar siempre a tu lado.
Off entendió, que Gun no quería ser tratado como el resto.
Tal vez sería mejor cuidarlo pero que él también lo cuide y ambos enfrenten todo. Cuidándose mutuamente, siempre.
Los besitos parecían ser parte de las compras. Durante todo el recorrido en el centro comercial, tuvo a su alfa molestándolo con besos en sus mejillas y en todos lados, mientras él escogía ropa bonita.
—Ya~
—Eres lindo, muy bonito.
—Off no puedo tomar eso. —Señaló la prenda que estaba hasta arriba.
Y como un buen novio Off, se encargó de bajarla para que el omega la tomara en sus manos y se sintiera feliz.
—Gracias, lindo alfa.
—Es un placer hacerlo por tan bello Omega.
Gun golpeó su brazo e hizo un puchero que le hizo sonreír. Tomó las cosas que ya había elegido y solo continuó siguiéndolo por todas partes.
No podía negar que fue divertido, porque en realidad lo fue. Simplemente tuvo que decir, si o no, a las prendas que su omega se probaba, para poder llevárselas.
—Muy ajustado, otra cosa. —En realidad le gustaron mucho esos pantalones rojos que se pegaban a su cuerpo y pequeña cintura. Pero no, él no quería que los demás alfas vieran ese lindo trasero.
—No, no, ese se transparenta. —Gun le dedicó una mirada molesta y eso al parecer fue suficiente—. Bueno, solo un poco. Puedes llevarlo.
Sólo observó, como de camisas pasaba a sudaderas grandes que lo hacían ver adorable.
—¡Los últimos cuatro! te ves hermoso con todo lo que usas, el problema es que son grandes.
—Este no es mi talla... —Dejó el pantalón de lado, viendo los otros y desechándolos también por la talla—. No, ninguno. Todos son o más chicos, o muy grandes.
—Gunnie, en casa no debes preocuparte por usar o no pantalón.
—Pero si voy a trabajar debo salir y necesito pantalones. —Explicó sonriendo mientras dos de ellos que sí eran de su talla—. Listo, solo esto.
Asintió, que lindo sería verlo en casa con una de esas sudaderas grandes y sus manitas pequeñas apenas saliendo por los puños.
—Sólo esto ¿seguro?
—Off, yo lo voy a pagar. Y no tengo que llevar más, no hay para mí. Además, tú lo dijiste, no es necesario usar pantalón en casa.
Sonrió, Gunnie a veces era lindo. Y en otras ocasiones la cosita más sexy que había visto. Sin embargo aún no debía pensar en eso. No, hasta que el menor estuviera listo.
—Espérame afuera.
—Pero...
—Nada, espera afuera, Off. Yo solito puedo. —Como perrito regañado salió del pequeño local observando alrededor.
Habían muchas parejas, demasiadas, familias con sus hijos y algunos abuelos solo paseando, era muy bonito ver como el amor era capaz de unirlos.
Sonrió, quería volver dentro de algunos años tal vez para acompañar a Gun en las compras o sólo para ir a ver una película. Estaba seguro de lo divertido que sería.
—Listo... ¿qué miras?
—Nada, solo... —Sí, Gun era hermoso.
Con su cabello azabache y ojos color miel brillando. Con sus mejillas rosadas y labios de cereza. Sin olvidar lo bien que le quedaba esa camisa blanca y como el pantalón que usaba le hacía notar su cintura pequeña.
Tampoco podía enojarse por mostrar su lindo cuerpo, estaba feliz.
Porque de todos modos sobre sus hombros tenía su saco, era grande y cubría hasta los muslos de Gun. Así nadie más lo podía desear.
Era perfecto, porque no sólo su voz le hacia soñar, también el aroma que se combinaba con el suyo.
—¿Quieres comer?
—¿Qué ofreces? —Soltó una gran risa—. Olvídalo, sí. ¿A dónde?
—Donde tú quieras cariño, este día eres mi rey y yo tu sirviente.
Aunque lo era por toda su vida, no importaría el lugar. Le daría lo que pidiera con la única condición, de que lo amara mucho, mucho... por siempre.
"Tú eres mi todo, y yo quiero ser tu luz"
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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