Exilio

Título: LAZARUS II

Autora: Clumsykitty

Fandom: MCU con un pellizco de Marvel Cómics.

Parejas: sorpresa sorpresa.

Disclaimer: Nada me pertenece aunque muera por ellos, todo es de Marvel y Mr. Lee entre otros, lo único mío es esta idea mía convertida en historia. Dicho está.

Warnings: Viene la continuación de Lazarus I, por lo que os recomiendo primero leer esa parte antes de adentraros a esta desquiciada historia. Como su homóloga, está dividida en libros que van en secuencia numérica pero no en orden de trama. Historias muy agridulces, crudas como violentas. No apta para corazones sensibles o mentes tiernas. Sobre aviso no hay engaño.

Gracias por leerme.



Libro VI. El Libro de la Desesperación.

Exilio.


"No te aflijas. Cualquier cosa que pierdes vuelve a ti en otra forma." Rumi.

"Nadie me dijo jamás que el duelo se siente como el miedo." C.S. Lewis.



Nadie tomó el tiempo transcurrido desde la muerte de Loki hasta que apareció en el cielo una armadura en negro y dorado. Se habían quedado en sus posiciones luego de atestiguar como el cuerpo del hechicero simplemente se deshizo como si de polvo se tratara, esfumándose con el viento que sopló con aroma a muerte, desolación, tristeza. Lágrimas silenciosas corrieron por varios rostros, puños fueron apretados hasta dejar blancos sus nudillos. En sus mentes había cientos de preguntas sin respuesta, la desazón propia de encarar lo desconocido más allá de la muerte, un juego a los ojos de los Pendragón como lo habían atestiguado. Groot fue el primero en levantarse, girando su rostro hacia el cielo que señaló apenas su gimiendo a los demás, quienes siguieron la trayectoria de su pequeño dedo. La armadura voló tranquilamente hacia ellos hasta aterrizar frente a Thor, el cual miraba a ninguna parte, sentado en sus pantorrillas con brazos caídos a los costados y una expresión perdida.

-¿T-Tony? –Starlord fue el primero en hablar, luego de quien sabe cuánto tiempo, ya era muy noche.

-¿Qué ha sucedido aquí? Se levantó la tormenta más feroz que haya visto, tuve que resguardarme antes de volver –el casco desapareció, mostrando su rostro con ojos rojizos- ¿Dónde está mi hijo?

-¿De dónde sacaste esa armadura?

-Skyfall la dejó para mí. ¿Dónde está Peter? ¡Peter!

El Hombre de Hierro se quedó callado al ver las miradas a su alrededor, sintiendo su corazón latir arrebatado ante lo peor. Su labio inferior tembló ligeramente, conteniendo el aliento al volverse hacia Sif con ojos húmedos.

-¿Peter?

-Yo... Tony...

-¡¿Dónde está Peter?!

-Se fue, eso creemos. En una nave extraña.

-¿Qué...?

-Yo envié a Peter muy lejos de aquí –tronó la voz de un cansado Deadpool, sobándose su pecho con su diminuto Francis colgando en su hombro, llegando del lado contrario- Si los Pendragón lo hubieran detectado, ya no tendrías más hijo.

-¿De qué estás hablando?

-Creo que es hora de hablar, Tonito, porque los secretos nos están sepultando sin necesidad de dragones gigantescos tragándose el universo.

-¿Dónde está mi hijo, asesino?

-Avalon. Se ha marchado junto con Skyfall.

Tony se alejó unos pasos, anonadado y después frunciendo su ceño muy lentamente, viendo a todos antes de intentar decir algo. Poco a poco, su rostro se llenó de ira. Sus cañones retumbaron al prepararse para disparar. Rocket y Quill desearon alcanzarle pero voló antes, directo hacia Deadpool quien le recibió con sus katanas esperando. Hulk rugió más aquellos dos se alejaron en un intercambio muy feroz de ataques, maldiciones y acusaciones sin sentido. Groot gimió tirando del pantalón de Rocket quien hizo lo mismo con Gamora. Todos salvo Thor fueron tras ellos, buscando una oportunidad para sujetarles, esquivando los golpes sueltos o los bailes en el aire de esas filosas katanas. Francis chillaba, tirando de sus cabellos fantasmales en la misma actitud del resto. La doncella guerrera desesperó, sobre todo al verlos caer cerca del antiguo santuario ya derrumbado, hiriéndose cual bestias salvajes.

-¡THOR! –llamó angustiada.

El Dios del Trueno al fin reaccionó, volviendo su rostro hacia donde la pelea. Con mirada cansada buscó a Mjolnir semi enterrado en la arena, sacándolo de un tirón e izándolo al aire. Dos relámpagos cayeron sobre los peleadores, con la descarga suficiente para paralizarlos sin lastimarlos. Hulk abrazó de inmediato a Tony, mientras que Drax hizo lo mismo con Deadpool. Thor se levantó, sacudiéndose el polvo con desgano, llegando hasta el grupo aún temeroso de que aquellos dos volvieran a atacarse. Al menos hasta que pasara el efecto de los relámpagos, ambos estaban muy tranquilos o aturdidos era la mejor descripción a su estado, eso no les impidió escuchar la voz ronca del Hijo de Odín quien los amenazó con su martillo, aún adolorido.

-Suficiente, peleas entre nosotros no van a sacarnos de aquí. Ya hemos perdido demasiado, si hay algo que resolver, lo haremos hablando. No dudaré en usar mi martillo en ustedes si vuelven a levantar un solo dedo para atacarse. ¿Quedó claro?

-¡Yo soy Groot!

-Exacto –bufó Rocket, cruzándose de brazos- Tenemos cosas que entender y gastar munición y energías no está en el plan de sobrevivencia. ¡Además de comportarse como idiotas! ¡El único idiota que puede comportarse como idiota es Quill!

-¡Hey!

Hubo risas quietas, volviendo al silencio pesado de un luto en diferentes formas. Stark desapareció su casco, mirando a Hulk para que le soltara. Wade alzó sus manos en son de paz, como señal para Drax quien le liberó lo mismo que el gigante verde. Gamora tomó la palabra, al notar que nadie se atrevía a hablar.

-Estuvimos a punto de convertirnos en alimento de Pendragón, sino es que algo peor. Fuimos salvados por Loki Laufeyson quien entregó su vida por ello. Los Draconianos se han marchado, pero algo me dice que no será por mucho tiempo pues la muerte no es algo que les detenga. Volvieron del Hel, lo harán una vez más. Mientras tanto, el universo se extingue. Creo que tenemos cosas por hacer y tal como afirma el Dios del Trueno, necesitamos hablar tranquilamente.

-Nos quedamos sin techo donde dormir –observó Rocket.

-Podemos hacer una fogata –sugirió Peter, encogiéndose de hombros- Hablar alrededor del fuego como los ancestros.

-Tus ancestros –rectificó Drax- Los míos celebraban destajando cuerpos.

-Okay, esa es una imagen que no necesito ahora.

-¡Yo soy Groot!

-Nadie va a quemarte, los mato.

-¡Rocket!

-¿Qué?

Las poderosas manos de Hulk ayudaron a encontrar cosas que quemar del edificio en ruinas, haciendo una fogata alrededor de la cual todos se sentaron encima de escombros. El primero en hablar fue Tony, quien les contó al fin sobre Myrddin y sus prisioneros, la forma en que James le salvó de las malas intenciones del archimago Pendragón, de la despedida de Steve. Quill a su lado, le abrazó por sus hombros, apretándole un poco sin mediar palabra. Los demás le dieron sus condolencias luego de la sorpresa al saber que aquel mítico hechicero había usado a dos soldados y Vengadores como carnada. Fue el turno de Thor, quien narró la pelea ocurrida justo ahí, lo que Loki había hecho para salvarles. Se quedaron unos minutos en silencio, mirando a Wade quien primero hizo como si ignorara la razón para luego hacer sus típicas caras.

-Ya, hola soy Wade y soy alcohólico.

Fue el mercenario quien se tomó más tiempo para aclararles toda la situación más que complicada con huecos en la historia al desconocer datos importantes como fueron dándose cuenta. Todo comenzaba desde la vida de los Pendragón mismos, viviendo en Avalon, la tierra mítica a la que invitaban a los mortales de Midgard, quienes más tarde crearían leyendas de esa tierra en sus propios términos. El rey de Avalon, Oberón y su reina, Titania, eran los nombres humanos que dieron a Anmore Pendragón y su esposa, K'ya, princesa Skrull. Habían tenido tres hijos, Alberich El Alto, Uther El Santo y el menor, Tyar El Soberbio. Dado que los verdaderos registros históricos fueron borrados, era imposible saber los motivos del rey Bor de Asgard para exterminarlos a todos. Aparentemente. El primogénito de Tyar, Sigfried Pendragón, llamado el Heraldo de la Noche, había sobrevivido pero sellado por el Tribunal Viviente usando las Gemas del Infinito, mismas que resguardaban los candados de una entidad llamada El Mensajero.

-Ustedes idiotas, al andar manoseando las Gemas, desencadenaron la Serie de Eventos Desafortunados Marca Pendragón.

Nadie sabía qué era exactamente El Mensajero, pero sin duda, era su peor enemigo. Deambulando por el espacio-tiempo, una vez que Thanos puso las Gemas en el Guantelete del Infinito, le dio cuerpo y rostro para ejecutar sus planes que aguardaban desde tiempos inmemorables, usando a tantos personajes pudiera como sus marionetas en su juego macabro. Uno de ellos fue Loki Laufeyson, quien además era el nieto de Uther Pendragón, para sorpresa de Thor al escuchar la aparente genealogía. Precisamente la sangre heredada de Farbauti le ayudó a ser el poderoso hechicero temido en los Nueve Reinos, pero además, a crear algo más que El Mensajero esperaba de él: la famosa lanza Levatine, que transmutó en uno de los dos objetos más sagrados para el universo y los Pendragón, el Axis.

-Pero el Axis está oculto, durante el Ragnarok se perdió de vista su rastro. Igual y Surtur lo rompió por accidente... bueno es un decir.

-¿Axis, has dicho? –Stark frunció su ceño.

-¿Sabes algo, suegrito?

-S-Steve... -el castaño pasó saliva- Él... me dio un mensaje: "El Axis se encuentra en el corazón, y el corazón está dentro del Cubo, que se halla en lo profundo del Hel". Eso fue...

-¡Oh, joder! ¡Claro! Loki no lo escondió, ¡el Axis está fundido en su corazón!

-¡Pero lo han destruido! –se quejó Sif adolorida- ¿Qué no escuchaste lo que se ha dicho?

-No, ustedes no están prestando atención. Loki es un Pendragón, los Pendragón no se crean ni se destruyen, solamente se reciclan.

Fue el turno de Thor para mirarle con incredulidad. Wade asintió.

-Sí, Hijazo del Padre de Todo, Loki sigue vivo y prisionero en el Cubo del Infinito, ése mismo que Lady Eir atestiguó cómo robaba su alma, a manos del sacerdote Nadann.

-Mierda –murmuró Rocket.

-Sí, de hecho, porque quiere decir que nuestros enemigos tienen en su poder el Axis. Pero es lo único que tienen, el haber desaparecido a los Draconianos nos da tiempo de reorganizarlos porque la hemos estado cagando de lo lindo.

-¿Qué tratas de decir? –Drax estaba confundido.

-Oh, lo siento, es que entre la narración y mi diálogo creí que estaba claro.

-¿Eh?

-Okay, bueno, de manera hipotética, nosotros tenemos en nuestro poder más cosas. Tenemos el otro objeto sagrado y una carta bajo la manga.

-Dijiste sin secretos –reclamó Starlord.

-¡Ya! Uf, bien –Deadpool posó sus manos sobre sus caderas- Digamos, supongamos que afirmo que tenemos con nosotros el Corazón del Universo. El Axis y el Corazón del Universo son como los dos pilares que sostienen todo esto, los multiuniversos, existencias, dimensiones, todo. Todo. TODO. El Corazón del Universo puede en teoría, moldear el todo, tiene consciencia, voluntad, mientras que el Axis se encarga de que se haga realidad ese deseo, forjando materia y energía. Algo así. Con ambos, cualquiera puede destruir o crear todo desde sus inicios. Ni Thanos con sus joyitas de vendedor ambulante se iguala a esto.

-¿Y cuál es la carta bajo la manga? Tú no tienes mangas –observó Drax, haciendo reír a sus compañeros.

-Pues que este universo está jodido, no hay marcha atrás, los Pendragón lo han dañado demasiado. Igual que el resto de los otros universos. Hay que darle un giro de tuerca.

-Que el Axis y el Corazón reconstruyan –afirmó Gamora.

-Exacto, mi hermosa verdosidad. Pero es prácticamente imposible porque son cosas que nadie ni nada puede "destruir" solamente hay un arma capaz de lograrlo y también la tenemos con nosotros. Excalibur.

-Creo que ya me perdí –se quejó Quill, tallándose la frente.

-Loki fundió el Axis con su corazón –habló Thor- Por eso le necesitaban muerto, así podían extraer el Axis sin dañarlo, encerrándolo en el Cubo del Infinito bajo el resguardo de Hela. Y siendo un Pendragón tienen la ventaja de dominar el Axis para los Alfa Draconis. Pero necesitan el Corazón del Universo para completar la tarea, es lo que El Mensajero ha estado buscando.

-Mira, si es inteligente cuando quiere.

-Wade.

-Yo necesito saber cómo puedes asegurar que tenemos tanto el Corazón y Excalibur –inquirió Tony- Y el por qué enviaste a mi hijo a una tierra que nadie conoce.

-Si fallamos, y no estoy diciendo que sucederá pero hay que tener en cuenta eso, si fallamos, Avalon será el único refugio donde podamos resguardarnos cuando todo haga kaboom. Viviremos bastante bien ahí, si la leyenda es cierta. Pero es necesario que alguien nos abra la puerta porque es una verdadera fortaleza, Peter lo hará. Ahora, todos aquí estaremos de acuerdo en que mi pedacito de cielo es muy joven y es mejor así que andarlo trayendo por todo el universo expuesto a peligros. Sin rencores, Groot.

-Yo soy Groot.

-Eso, no es tan débil –defendió Rocket.

-¿Y lo demás? –Gamora miró fijamente al mercenario.

-Francis sabe dónde están Excalibur y el Corazón, pero por nuestra seguridad, se quedará el secreto hasta que sea tiempo de revelarlo. ¿Les parece? Chicos, son Pendragón, no es un tipo enamorado de la Muerte haciendo idioteces o un tipo desquiciado con poderes mutantes. Pendragón. Caos. Caos everywhere. No los compramos ni con las Cajas Madre.

-Los golpes te hacen hablar idioteces –bufó Stark.

-Bueno, si ya nos entendimos dejemos que siga la narración, tengo hambre, ¿alguien tiene algo qué comer?

No todo estaba tan claro pero al menos ya todos sabían qué terrenos estaban pisando. A Tony no le convenció la respuesta del por qué su hijo debía permanecer oculto en un reino por demás imposible o perdido que para el caso era lo mismo. Sin embargo, le concedió razón en el peligro que estaban corriendo al estar expuestos de esa manera. Con el cambio de planes, se decidieron a seguir las ideas del Hombre de Hierro, siempre pragmático como visionario. Tanto el Quinjet como la Milano, enterradas pero intactas, serían fundidas en una sola nave que soportara viajes interestelares, armas y víveres como para toda una vida. No tenían idea de cuánto les llevaría alcanzar a Peter. La Serenity era una nave extraterrestre que Wade robó de los Kree y que Skyfall adaptó. Ahora debían emularla con lo poco que tenían.

Se dividieron en equipos, Sif, Gamora, Drax, Thor, Deadpool y Hulk marcharon a diferentes puntos con el objetivo de conseguir armas, agua, comida y repuestos. Peter, Rocket, Groot y Tony se quedaron para desensamblar las naves y armar una sola en un tiempo récord, poco dormían, poco comían. Temblores, fuertes tormentas, un clima más inestable eran señales de que algo más estaba por suceder. Starlord sacó de su cajón de tesoros una tarjeta que anteriormente Stark le obsequiara para la Milano pero que jamás llegó a utilizarla, devolviéndola ahora que necesitaban una mano extra para su proyecto. Tony le sonrió, tomando la tarjeta cuya etiqueta leyó con su letra. Jocasta. Una IA no tan poderosa como su antigua Friday, Jarvis ni mucho menos Skyfall, pero serviría para los propósitos de la nueva nave que bautizaron como Argos.

-Sé que no estás diciendo toda la verdad, Wade, pero hasta ahora te has comportado decentemente. Y protegiste a Peter –dijo una tarde el Hombre de Hierro al mercenario, ambos tumbados sobre la arena en un descanso- Sabes algo más.

-Es cierto, pero tampoco estoy seguro de lo que sé, también por eso callo. No hay espacio para las dudas en estos momentos.

-¿Al menos podrías decirme el por qué Myrddin me perseguía?

-Quizá tu alma haya vivido durante el tiempo de los Pendragón.

-Eso...

-Vamos, Tony, conociste a Strange, él te mostró cosas que no tienen mucha lógica en nuestro mundo, pero sí en el universo.

-¿Por eso sacaste a Peter de aquí?

-Sí.

-¿Sólo por eso?

-Ya te dije, él nos abrirá la puerta de Avalon. Es el portero oficial.

-¿Crees que ya está ahí?

-Eso espero, confío en la palabra de Skyfall.

Jocasta les advirtió del peligro silencioso una vez que fue activada en los controles de la Argos. Había fluctuaciones en la actividad solar, aparentemente el sol estaba comenzando a colapsar, indicando una inminente explosión que iba a arrasar con el sistema solar. Repletos de cuanto pudieron conseguir, la Argos despegó una mañana clara sin nubes, justo cuando un terremoto fracturó el suelo, llevándose los últimos vestigios del Sanctum Sanctorum de Stephen Strange, cuyo nombre Tony honró con un gracias silencioso por haberles dado cobijo una vez más a cambio de nada. Su hermano de vello facial seguía apoyándoles aún de esa forma. Siempre incondicional. Usando el tirón gravitacional de la Luna, Marte, y por último Júpiter, salieron de ahí a toda velocidad hacia el oscuro y frío espacio cada vez más tenebroso conforme las estrellas colapsaban.

-Adiós –murmuró el Hombre de Hierro hacia una ventanilla, perdiendo ya de vista a la Tierra.

Se giró a Hulk quien asintió, rozándole con un hombro y alzando su mentón al verle bajar su cabeza, entendiendo su mensaje. Llegaba el momento de poner en marcha sus planes. Thor opinaba que debían ir hacia Asgard, enfrentarse a Nadann y destruirle. Sif le acompañaría junto con Rocket, Groot y Drax. Gamora iría en misión solitaria hacia el Muspelheim, reino que aparentemente aún no sufría todas las consecuencias del Ragnarok. Tenían que averiguar si ellos estaban con El Mensajero o sabían algo de él, la guerrera era experta obteniendo información. Quill, Deadpool y Tony andarían con el Argos moviéndose para despistar al enemigo, rescatando a los demás cuando terminaran su misión y de ahí, partir hacia Avalon. Wade les escuchó, sobándose su mentón hasta poder hablar, señalando al Dios del Trueno.

-Excelente estrategia salvo el detalle que necesitamos que tú vayas directo al Hel a recuperar a Loki.

-¿Y cómo lograríamos eso? –preguntó Quill.

-Francis y yo lo haremos.

-Espera... -Tony frunció su ceño pero el mercenario negó.

-De todos, soy el único que ha visto a la Muerte de frente y ha sobrevivido, de todos, soy el único al que Francis le confiaría una ruta secreta al dominio de Hela.

-Suponiendo que lo logran –intervino Rocket- ¿Cómo piensan entrar al Cubo?

Wade señaló a Mjolnir colgando del cinturón del Asgardiano.

-Por algo mutó en esa forma, ese filo puede hacer una brecha en el Cubo. Solo tú entrarás, Thor, lamento decirlo. Si más lo hacemos, Hela lo notará y estaremos fritos. Quisiera decirte que será todo fácil a partir de ahí pero seguro ya estás consciente del peligro.

-La Valkiria de la Desesperanza –murmuró el Hijo de Odín, entrecerrando sus ojos.

El diminuto dios de la muerte gorgoteó algo que hizo al resto mirarle en tanto Deadpool le escuchaba atento, volviéndose al grupo.

-Francis dice que el Cubo tiene un contador, es una melodía con tiempo definido, una vez que Mjolnir le abra, la música comenzará a sonar. Será como en los videojuegos, cuando escuches el ritmo acelerarse, es que el contador llega a su fin, el Cubo se cerrará pese al martillo y te dejará encerrado para siempre. A la mejor suena bohemio, el problema es que olvidarás todo, incluso tu propio nombre. Mención aparte que la valkiria te hará trocitos una y otra vez.

-Es demasiado peligroso, Thor –Sif alcanzó una mano del guerrero, apretándola.

-Debo hacerlo, Loki hizo demasiado por nosotros, lo menos que puedo ofrecerle es rescatarle de esa prisión.

-Y obtener el Axis –observó Drax.

-Eso nos deja a Tony y a mí solos aquí en el Argos –Starlord no ocultó su preocupación.

-No pongas esa cara, Quill –Rocket se encogió de hombros- O lo hacemos así o morimos cual cobardes viendo a los Pendragón darle vida a su caos.

-Si no pueden destruir a Nadann, neutralícenlo –ordenó Thor, mirando a quienes irían hacia Asgard- Y huyan de él.

-¿Yo soy Groot?

-¿Habrá dragones? –tradujo el peludo.

-Sin Sigfried es posible que no, pero no nos confiemos. Ignoramos todas las artimañas que usaron para darles vida –replicó Wade- O cómo resucitarán.

-Bueno, esta será una hazaña sin igual –sonrió Drax- Nos merecemos un abrazo.

-¡Oh, no, Drax, no!

Se permitieron una risa, descansando mientras Argos volaba por el hiperespacio hasta una zona neutral. Luego de reunirse tan aparatosamente, estar un corto tiempo juntos, volvían a separarse. Era necesario, obligado en las circunstancias. Tony cayó profundamente dormido, siendo bruscamente despertado por una mano que calló cualquier sonido proveniente de su boca, forcejeando en acto reflejo hasta ver el rostro de Wade sobre él, frunciendo su ceño y volviendo a retorcerse en la cama cuando su muñeca izquierda fue secuestrada por Francis. Las cuatro manos del dios de la muerte tocaron de golpe su piel, provocándole un ardor cuyo grito de dolor fue sofocado por la mano del mercenario, notando que ahora tenía un anillo en su dedo anular, un extraño anillo de oro negro que le hizo mirar confundido a ambos.

-Tony, sin preguntas, sin reclamos, tienes que confiar en mí por una jodida vez que nada te cuesta. Te soltaré, ¿de acuerdo?

El castaño asintió, quedándose inmóvil sobre la cama, frunciendo su ceño mientras Wade se levantaba y Francis iba a su hombro.

-¿Qué es este anillo? -preguntó de inmediato Stark viendo que no podía quitárselo.

-Es el Anillo de los Nibelungos. Voalá.

-¿No es una broma, cierto?

-Soy tan serio como me lo permite mi personaje. Loki consiguió arrebatárselo al Heraldo de la Noche cuando se exterminaron mutuamente, pero todos andaban lelos para notarlo.

-¿Por qué no puedo quitármelo? ¿Por qué me lo has dado de esta manera?

-Vaya con las preguntas, bueno, querido suegro, Francis opina al igual que yo que la persona más indicada para resguardar el Anillo de los Nibelungos eres tú... el por qué...

-¿Soy un... Pendragón? -Tony frunció su ceño.

-No, afortunadamente no. Desafortunadamente ya sabes que tienes que tienes que ver con ellos. Como Marilyn Monroe con los Kennedy.

-... crees que podré usarlo.

Deadpool meció su cabeza de un lado a otro. -De hecho sí, no lo negaré. Serás capaz de llamar a un Dragón Cardinal, pero -levantó un dedo- tienes que saber que para hacer uno tienes que pagar con especie, lo que viene a significar un trozo de universo por un Dragón Cardinal.

-Los huecos que halló Peter...

-Exacto, son por todos los Dragones Cardinales que los Pendragón invocaron.

-¿Para qué crearía yo un dragón de ésos, sabiendo el precio?

-Bueno -Wade tosió y Francis se tapó sus ojos- Así como se les puede invocar... también se les puede destruir. Solamente el amo del Anillo de los Nibelungos lo puede hacer.

-Destruir a los dragones...

El asesino tomó aire, apretando sus puños un par de veces antes de retomar la palabra.

-No creas que te será agradable, Tony, sabes bien que... esos dragones tienen las almas de gente que conocemos. Pero si alguien de todos los que hemos sobrevivido, puede y entiende las consecuencias de una acción, ése eres tú. Independientemente de tu relación ancestral con los Pendragón, hoy, el Hombre de Hierro tiene una respuesta que nadie más para la salvación del universo.

Tony arqueó una ceja, cerrando la mano que portaba el anillo. -Deberé usar un guante, de ahora en adelante.

-Pequeños detalles. Te prometo que volverás a ver a Peter, solo haz lo que te digo cuando te lo pida y te reunirás con él. Vuelve a dormir, y de preferencia no hables del anillo con nadie. Tiene la misma suerte que el Anillo Único de Sauron... tú sabes, bueno, me largo -Wade se dio la media vuelta.

-¿Qué es lo que realmente pretendes con todo esto? -le detuvo el castaño antes de abrir la puerta.

-Lo que todos, Tony, el perdón.

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