Telarañas y caballeros

Título: LAZARUS I

Autora: Clumsykitty

Fandom: MCU con un pellizco de Marvel Cómics.

Parejas: bastantes, principalmente Stony, Thorki y Spideypool.

Disclaimer: Nada me pertenece aunque muera por ellos, todo es de Marvel y Mr. Lee entre otros, lo único mío es esta idea mía convertida en historia. Dicho está.

Warnings: Esta larga historia está dividida en libros que van en secuencia numérica pero no en orden de trama. Historias muy agridulces, crudas como violentas. No apta para corazones sensibles o mentes tiernas. Sobre aviso no hay engaño.

Gracias por leerme.



LIBRO II. El libro de la Familia.

Telarañas y caballeros.


"En el círculo de la tabla, bajo la santa espada, un caballero debe jurar ser fiel

a un código que no tiene fin, interminable como la mesa redonda,
un anillo cerrado por el honor. Un caballero ha jurado su valor. Su corazón conoce sólo la virtud.
Su espada defiende a los desvalidos. Su poder sostiene a los débiles.
Su palabra dice sólo la verdad. Su ira acaba con los malvados.
La justicia nunca morirá si queda un hombre para recordarla.
Las palabras no se olvidan si una voz las pronuncia claramente.
El Código siempre resplandecerá si un corazón lo mantiene brillante.
No mostréis temor, al enfrentaros al enemigo: sed valientes y rectos para que Dios os ame;
decid la verdad, aunque os conduzca a la muerte y proteged a los indefensos...
Este es vuestro juramento"

Juramento de los Caballeros de la Mesa Redonda.



Era muy difícil crecer en tales circunstancias pero Peter no cambiaría ni uno solo de los segundos de su joven vida porque cada uno tenía una vivencia significativa. Aún en las peores circunstancias, esa memoria le era valiosa como ninguna.

Su primer recuerdo era bastante cercano a su concepción, aún estaba en el vientre materno cuando escuchó la voz de Tony canturrearle algo que su abuela María le había enseñado en un acto sin precedentes para un Hombre de Hierro que evadía cualquier aspecto de su vida pasada tanto por desdeño como por dolor. Peter sonrió si acaso podía decir que eso había hecho ante la melodía que fue acompañada por las cuerdas de una guitarra que su padre Steve tocó para él por primera vez. Ahí estaban ambos y sintió su amor que emanaban de sus esencias. Soñado, esperado, amado. Pocos seres pueden presumir de reunir tales características al momento de aparecer en el libro de la vida y el pequeño Stark-Rogers tenía el orgullo de hacerlo.

No tuvo miedo cuando el veneno entró a su cuerpo y le llenó de un dolor indescriptible. Sí, era espantoso pero se sintió a salvo a pesar del inminente cambió que sus células comenzaron a mostrar. Sus padres aún le amaban y estaban llorando por él, más nada podía hacer para calmar esas lágrimas de angustia. Quería decirles que estaba bien, que no pasaba nada. Crecería más rápido, tendría habilidades extrañas para un ser humano pero, después de todo, era hijo de los dos Vengadores más conocidos, los más difíciles de vencer. No iba a amedrentarse ante tal tragedia. Realmente estaba desesperando ante la incapacidad de comunicarse con ellos hasta que Skyfall finalmente se percató de sus intenciones y les dio el mensaje en la forma correcta a sus padres.

-"Ondas cerebrales estables, ritmo neurológico normal. Peter está tranquilo, está riendo si es posible decirlo, Tony, Steve."

Hubo algo que llamó su atención durante esa metamorfosis porque sus células, o mejor dicho, su ADN mostró unas características peculiares, que adjudicó a la magia de Asgard bajo la cual el veneno comenzó a transformarse en un agente manipulador de genes. Su herencia le daría fuerzas para completar aquella transmutación sin problemas, con el don de unos de los seres vivos mejor adaptados en el planeta Tierra: los arácnidos. Sentido extrasensorial, capacidad de adhesión cutánea, aceleración de tejidos heridos, fortalecimiento de huesos... los regalos no paraban y de nuevo se sintió feliz, aunque sus padres estaban perplejos, preocupados de que su nueva forma fuese a lastimarle. Tendría que pasar tiempo antes de que comprendieran que solamente era algo más en su persona, no una amenaza de muerte.

Agradeció los cuentos que su padre Steve le leía mientras reposaba tranquilo en aquél cálido vientre, pero llegó un momento en que las aventuras de Benjamín Bunny en los campos de lechuga dejaron de ser tan interesantes, o las andanzas de Miss Muppet con su bola de estambre le parecieron en un momento determinado muy aburridas por falta de acción. Quería escuchar algo más atractivo, algo similar a las misiones que sus padres solían tener con sus grandes y poderosos amigos en el grupo de los Vengadores. Fue una vez más Skyfall quien notó su ansiedad por mejores historias que un día le contó la que se convertiría en su sueño ideal: el rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda. Peter se volvió inmensamente feliz de escuchar a la IA narrarle la historia de aquel mítico rey con su espada Excalibur y el reino de Camelot. Su imaginación se echó a andar al pensar en los grandes caballeros con sus armaduras relucientes, el valiente Lancelot, el gran guerrero santo Galahad o el poderoso mago Merlín con la Dama del Lago.

Lo que más le gustó a Peter fueron sus enseñanzas, ese código de honor de los Caballeros de la Mesa Redonda, como vencían los problemas y situaciones que los malvados planeaban para destruir el reino de Camelot. Deseó con todas sus fuerzas convertirse en uno de esos caballeros y tener esa clase de aventuras que se convirtieran luego en leyenda. Todo aquel mito artúrico sería por siempre su favorito, jamás dejaría de pedirle a Skyfall que le narrara una vez más desde el inicio cuando Uther Pendragón se enamoró Igraine, pidiendo al gran Merlín que lo transformara en el esposo de la joven a cambio de darle el primer hijo que tuviera al mago. Como Arturo tomaba la espada Excalibur que lo señalaría como el gran rey y luego fundara la paradisíaca Camelot tomando como esposa a la hermosa Ginebra mientras que la hermanastra del rey planeaba arrebatarle aquel trono usando la magia antigua, siendo su guardiana al momento de su muerte cuando su cuerpo fue llevado a la tierra perdida de Avalon.

Bajo esa fantasía artúrica creció aceleradamente luego del parto, teniendo la dicha de ver por primera vez los rostros amorosos de sus padres, el calor de sus brazos como sus besos antes de ser sostenido por otras manos igualmente cariñosas, algunas más finas que otras pero todos sonriéndole como si fuese el mayor milagro del universo. Su familia de Vengadores le dio la bienvenida, y Peter se sintió más feliz si podía ser aquello posible. Le gustó competir contra Clint por la mejor puntería, el primero con sus flechas mientras que él lo hizo con sus telarañas que aparecieron poco después cuando sus huesos terminaron de madurar. Reía sin parar al escapar de las astutas maniobras de Natasha por sostenerlo, pero él también era un arácnido y de los mejores, huyendo por los techos de donde Tony debía bajarlo. Aquel súper sentido fue bien entrenado gracias a las habilidades de Wanda y sus ejercicios con el temible Hulk. Thor le llamó muchísimo la atención por ser de otras tierras en un punto muy lejano del universo, un Asgardiano. Mjolnir fue de su admiración porque le recordó a Excalibur.

Hubo momentos tristes. Como cuando se juntaba con los niños en el parque para jugar en la arena e irremediablemente siempre terminaba todo en una pelea porque era demasiado listo para sus pares que no podían comprender sus maneras y terminaban siempre corriéndole de aquel corralito, no teniendo más remedio que jugar solo o cuando Cassie llegaba de visita se divertían juntos. En realidad jamás estuvo solo, porque Skyfall siempre le acompañaba, recordándole las enseñanzas de los Caballeros de la Mesa Redonda, así las lágrimas, enojos o tristezas se disipaban rápidamente al escuchar las palabras de sabiduría de esos guerreros de Camelot. Si ellos habían vencido contrariedades muy superiores a un grupo de niños consentidos que jamás habían conocido algo fuera de lo común, Peter podía lidiar con aquellas superficialidades. Así no hubo necesidad de ir a la escuela, estudiando bajo la tutela de Skyfall o de Tony quien estaba más que orgulloso de él por heredar ese gusto por las ciencias y la ingeniería, riendo cuando Steve iba por ellos dos al taller amenazando con vender todo a las universidades más próximas a la torre si no comían algo.

Ver a sus padres juntos sin duda fueron de los momentos más atesorables para Peter. Tony era un desastre que solamente Steve sabía mediar, de la misma manera que el Capitán América era a veces demasiado inflexible y solo las extravagancias del Hombre de Hierro rompían con aquel muro. Eran un complemento perfecto. Tony necesitaba del soporte de Steve y viceversa. Había ocasiones en que ni siquiera necesitaban palabras para entenderse, asombrándole al ver cómo podían pelear contra feroces enemigos en una sincronía perfecta. De los sonidos que Peter más adoró estuvieron el rugido de los cañones de la armadura metálica y el silbido del escudo de Vibranium surcando veloz el aire. Le llenaba de una adrenalina que lo hacía treparse a los controles para alcanzar las pantallas holográficas como si con ello pudiera unirse a sus padres en la pelea.

Su primera misión tardó muchísimo, aproximadamente cuando su crecimiento acelerado comenzó a detenerse gracias al Extremis que reinventaron para él, cuando era todo un adolescente en ciernes. Peter quería ayudar a su familia de Vengadores pero Tony se rehusaba tajantemente. Hicieron falta las palabras de Scott, las amenazas de Natasha, el soporte de Visión como los razonamientos de Bruce y Bucky para que al fin cediera, claro, convenciendo de paso a Steve quien en sintonía con su pareja también se había negado. Para entonces Skyfall ya le había entrenado lo suficiente, sabía cómo moverse en determinadas circunstancias, territorios y ambientes. No importaba lluvia, nieve, polvo, cenizas o lo que fuese, sus sentidos ya estaban acostumbrados a elementos exteriores. Le faltaba experiencia pero no capacidad ni mucho menos ganas. Así lo demostró esa primera ocasión con un ataque de la inmortal Hydra, con ayuda de su padrino Bucky quien le acompañó como promesa a Tony de vigilarle pero le dejó hacer a sus anchas, confiando lo suficiente para mostrar sus habilidades. Peter casi aulló de alegría al conseguir la fuente de poder que alimentaba los cañones de largo alcance de Hydra, dejándolos indefensos ante el ataque sin misericordia de su familia.

En sus tiempos libres le dio por construir un mapa del universo. El motivo: quería encontrar Avalon. Tony le dijo que era una pérdida de tiempo porque solamente era un cuento para niños, Steve le dio ánimos y Bucky le dio algunas ideas de qué o dónde podría estar. Peter deseaba conocer el lugar de descanso del rey Arturo, ver esas tierras mágicas de donde había provenido Excalibur y la Dama del Lago, donde esperaba Morgana a que el rey renaciera de nuevo. Skyfall decía que en realidad la figura de Arturo no volvería, sino era una forma de decir que un día aparecería un caballero igual a él que volvería a poner en orden el universo. Un mito que ya conocía de otras formas y religiones, los Mesías que salvarían a la Humanidad. Más en su corazón, Peter sentía que Avalon era una realidad y jamás detuvo la construcción de su mapa que le ganó el puesto de centinela y guía de los satélites espaciales del nuevo Shield como de los Vengadores al tener una destreza no solo para construirlos sino también para repararlos a una velocidad pasmosa.

Cuando el Ragnarok apareció, Peter realmente conoció lo que se llamaba dolor. Era increíble que tal destrucción fuese posible, ni siquiera los intentos de destrucción de Doom eran tan perversos como aquellos demonios salidos del espantoso Muspelheim que comenzaron a cobrarse las vidas de su familia, cayendo ante un poder imbatible igual que moscas. Todo estaba convirtiéndose en un apocalipsis insalvable sin un milagro de rescate. Los Vengadores decían que el Embustero, hermano menor de Thor, había sido el causante de aquel desastre de proporciones titánicas pero Peter no lo creyó aunque calló ese comentario ante todos. Sus deducciones sobre las acciones de aquel Dios de las Mentiras distaban mucho de alguien que hubiera planeado incluso su propia ruina. Lo cierto era que la muerte estaba reinando en su mundo y le quitó uno de los seres más preciado en su vida: Steve.

Peter trató de maniobrar los satélites con el fin de crear un escudo protector en contra de las huestes de demonios. Un trabajo que le sobrepasó, llorando de rabia al no poder completar correctamente aquellos algoritmos a pesar de la ayuda de Skyfall. Un general de Surtur llegó arrasando con el complejo de los Vengadores y luego voló en dirección a la torre Stark donde se encontraban. Sus padres pelearon, Tony quería ayudar a Steve a enfrentar al general demoníaco pero el capitán se negó rotundamente, suplicándole que se fuera con su hijo a un sitio donde no les alcanzara el poder destructivo del Muspelheim. Jamás podría arrancar de su mente el momento en que Steve besó por última vez a Tony antes de lanzarlo a su traje ordenando a Skyfall llevárselo junto con Peter que ya esperaba en el Quinjet. Ninguno de los dos pudo contra las directrices de la IA que los llevó hacia un búnker en el desierto de Arizona. A nada estuvieron de ser derribados por demonios pero entonces su tío padrino Bucky les protegió como siempre solía hacerlo, permitiéndoles aterrizar dentro del complejo, desapareciendo bajo tierra.

En contadas ocasiones había visto a Tony tan desesperado como en ese momento. Peter hubiera querido consolarle con alguna de las enseñanzas de los Caballeros de la Mesa Redonda pero sabía que no iba a escucharle. Incluso a él le costó trabajo creer en ellas en esos momentos, sobre todo porque habían visto como el general de Surtur había caído salvajemente sobre Steve y éste no volvió a levantarse. Entonces Tony le dejó para ir a la superficie buscando venganza pero no pudo salir, aparentemente Bucky había sellado la entrada, muriendo segundos después cuando activó una ojiva nuclear que barrió con todos los demonios y su propio cuerpo. El silencio que cayó entre ellos fue horripilante, como las lágrimas que duraron meses. Peter se sintió tan solo, desahuciado y triste que tardó mucho tiempo en recobrar el gusto por sus historias sobre el rey Arturo.

Realmente estaban solos. Luego de salir cuando Skyfall al fin los liberó luego de pasada la radiación, estaban en un paisaje horripilante, seco, sin vida y con todo el mundo conocido sepultado bajo enormes dunas amarillentas que levantaban tormentas de arena eléctricas. Ríos, mares, polos... más de la mitad de los mantos acuíferos del planeta se secaron de golpe, dejando a los sobrevivientes incluidos los humanos a merced de un clima seco, sin alimentos ni tampoco esperanzas de vida. A eso, Peter tuvo que sumarle la depresión en la que cayó Tony, volviéndose un completo alcohólico que decidió ya no salir más al mundo. Había demasiado dolor en su corazón para hacerlo. Solamente hubo algo que le detuvo de unirse a él, y fue Skyfall una vez más. Con una paciencia y cariño sin precedentes, le sacó de la depresión para comenzar una nueva vida, sin dejar de contarle cada noche las aventuras de los caballeros de Camelot, recordándole que aún debía encontrar Avalon.

Peter realmente amó a Skyfall a partir de entonces.

No conoció a Jarvis pero sí a Visión que tenía muchas características de la antigua IA que cuidara tanto de Tony durante años previos, así que se había dado una idea de cómo había sido aquella primera inteligencia artificial. Skyfall le superaba en creces aunque Tony jamás lo aceptara. Gracias a él, Peter fue reconstruyendo aquel bunker de varios metros de profundo como el nuevo cuartel de los Vengadores que sobrevivieron, aunque se alejaron poco después cuando Tony les insultó cegado por el dolor. Su padre Steve había sido un líder que jamás volverían a tener. Fue extremadamente doloroso quedarse solamente con Skyfall pero Peter siguió adelante a pesar de todo, los Caballeros de la Mesa Redonda habían estado en condiciones similares cuando buscaran el Santo Grial para salvarle la vida al rey Arturo. Galahad, por ejemplo, jamás había cedido a la tentación, siempre manteniéndose puro de pensamiento y sentimientos. Así lo hizo Peter.

Cuando creyó que la depresión iba a ganarle la partida, conoció a Wade Winston Wilson, mejor conocido como Deadpool. Un asesino que los Vengadores jamás habían tolerado por sus maneras poco éticas y métodos salvajes para resolver problemas, sin contar que se ponía a disposición de quien le pagara mejor o le ofreciera lo que estaba buscando. Peter se hallaba dentro de un edificio donde había quedado preso un satélite espía que había recopilado por última vez la ubicación de Wanda y de Hulk, información más que necesaria para localizarles. Wade también lo estaba buscando y se enfrascaron en una corta pelea donde aquel anti héroe terminó riéndose ante la negativa de Peter de darse por vencido pese a que el otro tenía ventaja sobre él. A partir de ese momento comenzó a verle con más o menos regularidad, siempre recibiendo algún obsequio sin que se lo pidiera o escuchando una sarta de tonterías que conseguían hacerle reír, claro, cuando Wade ya no estaba. Era un pervertido, insolente, maníaco, acosador.

Y también le quería.

Skyfall sabía de su inclinación por aquel insensato, la verdad era que la IA sabía de muchísimas cosas aunque callara la mayoría. Sus poderes ocultos, por ejemplo. Peter los descubrió poco después de salir del búnker cuando todo terminó, no estaba seguro en aquel entonces si eran más habilidades o su mente desesperada por hacerle creer que tenía más armas con qué defenderse. Ese sentido arácnido no solo podía le advertía de los peligros inmediatos, tenía una extensión más poderosa que a veces agobiaba al chico por ser capaz de percibir cosas extrañas que Skyfall dijo eran nada menos que las vibraciones de las almas. Casi estuvo a punto de carcajearse al escuchar aquello, pero más adelante se dio cuenta que era así. Era como ver la energía –o la esencia- de cada ser vivo, no solo los seres humanos. Lo que veía a veces le hacía llorar en su recámara. Dolor, miedo, llanto... Otras veces eran cosas brillantes: alegría, esperanza, amor... Poseyendo tal don se enteró de muchos secretos e hizo lo mismo que su protector artificial, guardar silencio. Su siguiente poder era menos noble y más terrorífico, si se concentraba lo suficiente, en lugar de producir sus famosas telarañas era capaz de sacar un aguijón fino con un veneno muy potente. Peter no estaba seguro de su alcance pero sospechaba que un solo roce de su aguijón era suficiente para cobrar una vida. Se había jurado nunca usarlo. Los Caballeros de la Mesa Redonda del Rey Arturo jamás usarían tales artimañas para ganar una pelea, mucho menos tomar una vida de esa manera tan cruel.

Peter James Stark-Rogers había jurado ser un caballero de corazón puro y siempre lo sería.

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