Rude

Resumen: Johnny quiere ser novio de Daniel, pero convencer a Lucille y al señor Miyagi no será tan fácil.

Advertencias: Cambiare un poco la letra de la canción para conveniencia de la trama.

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[Sábado por la mañana, salté de la cama
y me puse mi mejor traje.
Me monté en mi coche y conduje como un cohete,
todo el camino hasta ti.
Toqué a tu puerta con el corazón en un puño (en la mano),
para hacerte una pregunta,
porque sé que son chapados a la antigua.]


Johnny se levantó muy temprano ese día, ducharse le tomó más de lo normal, pero no más del tiempo que tardó en decidir que ropa vestir.

Sus manos sudaban y juraría que podía escuchar los rápidos latidos de su corazón. Se observó por última vez en el espejo y se rio de sí mismo por estar tan nervioso. Y no era para menos, ese día hablaría con Lucille LaRusso y el señor Miyagi para pedir permiso de ser novio de Daniel, el pelinegro le había dicho que no era necesario él le diría que sí al momento que se lo pidiera, pero Johnny sabía que ambos adultos fueron educados al estilo de la vieja escuela y si quería agradarles debería ir hasta su puerta para demostrar sus buenas intenciones respecto a tener una relación seria con Daniel.


[¿Puedo tener a tu hijo para el resto de mi vida?
Di que sí, di que sí, porque necesito saberlo.
Dices que nunca tendré tu bendición,
hasta el día que me muera.
Mala suerte amigo mío,
pero la respuesta es "no".]


Lucille lo escaneo de arriba abajo y el señor Miyagi ni siquiera se molestaba en ponerle mucha atención.


─ Señora LaRusso, señor Miyagi, ─ A lo lejos vio a Daniel quien le sonrió y el ojiazul sintió que era lo que necesitaba para tener valor. ─ Amo a Daniel y quiero su permiso para ser novios.

─ ¿Qué clase de trampa es esta? ─ Habló Lucille molesta. ─ Primero golpeas a mi hijo y luego mágicamente te gusta, no muchachito, no dejaré que seas novio de mi hijo. ─ El corazón del pelinegro se estrujo y Miyagi negó. ─ Fuera de mi departamento. ─ Lucille cerró de un portazo.


[¿Por qué tienen que ser tan rudos? 
¿No sabes que yo también soy humano?
¿Por qué tienen que ser tan grosero?
De todas formas, voy a estar con él,
seré novio de ese chico,
de cualquier forma, voy a estar con él,
seré novio de ese chico,
sí, no importa lo que ustedes digan,
seré novio de ese chico,
y seremos una familia.]


Un no jamás lo ha detenido, iría las veces que fueran necesarias hasta que Lucille y Miyagi accedieran a darles permiso de tener una relación.

Tener a Daniel recostado a su lado sobre la arena de la playa y con las manos entrelazadas le daba fuerza para intentar todo más allá de lo humanamente posible para conseguir la aprobación de dos de las personas más importantes en la vida de su adorado pelinegro.


[Odio hacer esto,
no me dejas elección,
no puedo vivir sin él,
quiéreme u ódiame.
Seremos muchachos siendo felices,
o nos fugaremos
a otra galaxia, ya sabes,
ya sabes que él está enamorado de mí,
irá a cualquier sitio al que yo vaya.]


Johnny subió a su auto y manejó hasta la casa de Miyagi, esta vez no sería tan educado como la vez pasada y los presionaría.

La puerta se abrió y Lucille respiro con pesadez al ver de quien se trataba.


─ Amo a Daniel LaRusso y de una forma u otra seremos novios así que me dan permiso o nos iremos muy lejos. ─ Lucille abrió sus ojos de par en par lo más que pudo y frunció el ceño.

─ Te prohíbo estar cerca de mi hijo, no tendrá permiso ni de ser tu amigo. ─ El señor Miyagi volvió a negar y acompañó a Johnny a la salida.

─ Señor Lawrence, sea sincero conmigo y dime que siente por Daniel-San.

─ Señor Miyagi, Daniel es lo mejor que me ha pasado en la vida y en verdad lo amo.

─ Johnny-San, pensar de forma correcta al pedir permiso, pero hacerlo de manera incorrecta. Lucille es una mujer de carácter fuerte y necesita estar segura de que puede confiar en ti. Miyagi darte última oportunidad.


[.]


El ojiazul se levantó bruscamente de la mesa y no despego su mirada de la de Sid. El hombro sonrió de lado.


─ Al fin tuviste el valor de enfrentarme, si ese muchacho te hace ser menos inútil y más responsable estoy de acuerdo de recibirlo y a su familia en esta casa. ─ Laura abrazo a su esposo y luego besó la frente su hijo.

─ No te preocupes cariño, me encargare personalmente de los preparativos, puedo asegurarte que la madre de Daniel quedará encantada.


El señor Miyagi convenció a Lucille de aceptar la invitación a cenar, si decía de nuevo que no, Daniel estaba preparado para irse lejos de su madre.

Laura fue quien los recibió en la entrada, les dio una cálida bienvenida y los invito a pasar. La mesa se veía ordenada y era iluminada por algunas velas.


─ Señora LaRusso, señor Miyagi es un placer recibirlo. ─ Observó a Daniel. ─ Supongo que tu debes ser el famoso Daniel LaRusso, Johnny no deja de mencionarte todo el día.

─ Perfecto, ahora creerán que estoy obsesionado. ─ Se quejo el rubio mientras bajaba las escaleras.


[¿Puedo tener a tu hijo para el resto de mi vida?
Di que sí, di que sí, porque necesito saberlo.
Decias que nunca tendría tu bendición,
hasta el día que me muriera.
Buena suerte amigo mío,
la respuesta es "sí".]


La cena termino, Laura apretó levemente la mano del rubio indicándole que ya era tiempo de hablar.


─ Señora LaRusso, quiero disculparme por la forma en la que le hable la vez pasada, pero yo amo a Daniel y puede estar segura de que digo la verdad, por eso junto con mi madre organice esta reunión para que compruebe que mis intenciones con su hijo son las mejores, quiero amarlo, protegerlo y nunca separarme de su lado. ─ El pelinegro y el ojiazul entrelazaron sus manos. ─ ¿Puedo ser novio de Daniel?

─ Danny, hijo ¿es lo que quieres?

─ Si mamá, es lo que más deseo en el mundo.

─ Johnny, ─ Lucille sonrió y esperó a que Miyagi asintiera. ─ Sí, Daniel y tu pueden ser novios. ─ Ambos jóvenes no pudieron contener la emoción, saltaron y se dieron un beso.

─ Cariño, estamos presentes más respeto. ─ Laura le llamó la atención al ojiazul y los demás rieron.

─ Lo siento. ─ Se disculparon.


Johnny no pudo dormir esa noche, tener el amor de Daniel y la aceptación de Miyagi y Lucille valió la pena. Solo deseaba que pedirles permiso para casarse algún día con el pelinegro no fuera igual o más complicado.


─ Te amo Daniel. ─ Dijo antes de quedarse dormido y soñar con el par de ojos cafés que tanto ama.


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